Udinese, que quedó con 8 puntos, en la parte baja de la tabla de posiciones, mereció mayor suerte, atacó más y tuvo mejores oportunidades de marcar un gol, que se lo impidió el arquero del Bologna, Gianluca Pagliuca, el mejor jugador de la cancha.

En otras oportunidades, el delantero danés del Udinese, Martin Jorgensen, tuvo poco afortunado y en dos oportunidades un tiro suyo golpeó un palo, cuando el arquero del Bologna estaba derrotado.

Uno de los mejores del Udinese fue el centrocampista chileno David Pizarro, quien repartió el juego con acierto y nutrió de buenos balones a sus delanteros.

De todos modos, el Bologna tuvo una gran oportunidad de ponerse en ventaja con un gol anulado Cristian Zaccardo, al saltar y cabecear un centro, que a juicio del árbitro habría cometido una falta, que provocó grandes protestas de parte de los jugadores del Bologna.

Al minuto 81, el Bologna reemplazó al delantero argentino Julio Ricardo Cruz, por un defensa, confirmando que se conformaba con el empate.

El Bologna quedó con 12 puntos y está en el cuarto lugar, aunque faltan de disputarse todos los otros encuentros de la octava fecha.

En el otro partido jugado el sábado en la noche, el Torino volvió a perder, esta vez con el Brescia por 2-0.

El reciente cambio del entrenador del Torino no provocó un resultado positivo, que con esta nueva derrota quedó relegado al penúltimo lugar de la tabla de posiciones con solo tres puntos, que podría quedar incluso último si el domingo gana el Atalanta.

El Torino, uno de los grandes clubes italianos en los años setenta, ahora se debate en los últimos lugares y, de continuar así, descenderá a la serie B.

El gol del Brescia lo marcó el único jugador albanés del campeonato italiano, Igli Tare, un gigante de un metro noventa que cabeceó a la media hora un tiro de esquina y clavó el balón a la red, aunque varios defensas del Torino, con buenas y menos buenas maneras, trataron de evitarlo.

En el segundo tiempo, Torino salió a jugársela el todo por el todo, atacando con furia, pero de manera desordenada y se estrelló además con un inspirado arquero, como lo fue Davide Micillo, del Brescia.

El "veterano" Roberto Baggio fue el que inspiró el segundo gol del Brescia, al tirar violentamente, balón que el arquero del Torino paró pero no detuvo, y remató el jugador ghanés, Stephan Appiah, uno de los mejores jugadores de la cancha.