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Apabullante triunfo de Seattle

EAST RUTHERFORD -- En la era del videojuego, la NFL ha tratado de provocar marcadores tipo "Madden" modificando sus reglas para facilitar el trabajo de las ofensivas aéreas.

Sin embargo, hay cosas que nunca cambiarán en el fútbol americano, y el impacto psicológico que tiene en el juego el factor de la intimidación es una de ellas.

Los Seahawks pegaron primero y pegaron fuerte. Y después, siguieron pegando y pegando y pegando.

Seattle consiguió sus primeros 2 puntos en la primera jugada ofensiva del partido cuando Peyton Manning no logró controlar el centro de Manny Ramírez, y golpe tras golpe a lo largo de los primeros tres cuartos, fueron desbaratando a la ofensiva más prolífica en la historia de la NFL.

Kam Chancellor impuso su ley en lo profundo del campo, con tremendos golpes sobre Demaryius Thomas y Wes Welker, mientras que Byron Maxwell brilló cerrando el lado derecho de la defensiva. Malcolm Smith se solidificó como uno de los nombres a seguir por los siguientes años, con una intercepción devuelta para touchdown y un balón suelto recuperado que forzó Maxwell.

Sin embargo, no fue una suma de individualidades, sino un trabajo en conjunto espectacular por parte de Seattle lo que les hizo acreedores a su primer trofeo Vince Lombardi.

Percy Harvin atinó un golpe mortal al inicio del segundo tiempo con una devolución de patada de salida hasta las diagonales, y jugadores como Marshawn Lynch, Jermaine Kearse, Doug Baldwin y hasta Robert Turbin aportaron a la ofensiva cuando fue necesario.

El Manning de los récords de temporada regular terminó por darle la razón a Richard Sherman, lanzando varios patos heridos durante el encuentro. Dos de ellos fueron interceptados pero ese número fácilmente pudo haber sido el doble. Thomas tuvo probablemente el peor partido que ha tenido como profesional, confirmando que está lejos de la élite por más que sus cualidades físicas apunten a lo contrario, y Trindon Holiday no acertó una en las devoluciones de patada de salida.

Julius Thomas y Eric Decker no fueron factor.

Se habló durante la semana de la supuesta desventaja que representaba para Seattle arribar al MetLife sin un solo jugador con experiencia previa de Super Bowl. Al final, eso terminó siendo positivo. Los Seahawks salieron a jugar con el hambre con que juega un novato no reclutado en el primer partido de pretemporada: con intensidad y abandono.

Denver arrancó con el pie izquierdo y nunca consiguió encontrarle el ritmo al encuentro. Los Broncos consiguieron sus primeros puntos hasta que el reloj del tercer periodo llegó al cero. En ese momento, varios espectadores ataviados de anaranjado empezaban a escapar del estadio.

El equipo más balanceado ganó el encuentro final de la mejor liga del mundo en el deporte en conjunto por excelencia.

Y penosamente, el equipo que perdió ni siquiera supo hacerlo con dignidad.

En la era del video juego, el Super Bowl XLVIII terminó con un marcador digno de videojuego, 43 a 8, en favor de Seattle. Simplemente, no ocurrió del modo en que la liga busca que se llegue a esas cifras.