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Vuelan bajo el radar

Carlos Boozer

(Getty Images)

La llegada de Boozer le dará al equipo lo que le faltaba en el juego de postes y pick and roll

BUENOS AIRES -- Todavía estamos recolectando los casquillos desperdigados en el piso de ESPN, producto de los balazos que disparó LeBron James con su lengua de fuego. Pasaron un par de días y la bronca de Dan Gilbert, propietario de Cleveland Cavaliers, contrasta con la alegría de Miami Heat.

Los aficionados de la NBA no hablan de otra cosa. Pero en el ostracismo, hay un equipo que puede estar elucubrando un plan B que puede ser muy, muy peligroso.

Se trata de Chicago Bulls, la franquicia que buscó a James, a Bosh, a Wade, y terminó con Carlos Boozer en la posición de ala-pivote. ¿Premio consuelo? Error, es justo lo que necesitaban. Cinco años y 80 millones -si se compara con el número desorbitante que pagó Atlanta Hawks por Joe Johnson, por citar un ejemplo,- suena conveniente por donde se lo mire.

Los Bulls pueden haber sacado una carta de destino excelente de manera involuntaria. Pueden haber visto el tesoro, incluso haber levantado unas monedas para analizarlas de cerca, decidiendo irse a tiempo antes de lanzarse al baúl en el momento justo en que la puerta se cerraba a sus espaldas para dejarlos atrapados.

Chicago necesita un escolta por encima de una estrella. Es cierto, el escenario ideal diría un escolta estrella, pero ante la imposibilidad de reclutar las dos condiciones, la primera se impone fácil sobre la segunda. El asunto es simple: con un entrenador del calibre de Tom Thibodeau -lo veremos hacer sus primeras armas, pero tiene capacidad de sobra- el equipo se impone por encima de cualquier individualidad, con el trabajo defensivo en la cima de la pirámide de mandamientos.

Por ende, juntar las piezas necesarias para ser competitivos resultaría a todas luces mejor que gestar cualquier negocio perfecto para aprovechar el exceso de espacio salarial.

Boozer encaja como una pieza de Tetris en la estructura de los Bulls. Con un centro como Joakim Noah, y un base explosivo como Derrick Rose, la elección del ala-pivote ex Jazz cae de madura desde lo deportivo. Boozer es un estupendo jugador de pick and roll -su pasado con Deron Williams es una muestra evidente de esto-, una carta de gol en el poste bajo -algo que los Bulls necesitaban como el aire- y un hombre que acostumbra a ser productivo sin un perfil de estrella avasallante -es por esta razón que es, incluso, más interesante que Stoudemire para Chicago, aunque para New York Amare sirve más por su conocimiento de Mike D'Antoni y su perfil en una ciudad cargada de luces, escasa en los últimos años de espíritus comercializables en cuestiones de marketing-.

Por lo tanto, con la pintura, en principio, resuelta, queda resolver el puesto de escolta. Desde que Ben Gordon dejó el equipo para irse a Detroit Pistons, en Chicago no se pudo encontrar un francotirador agresivo. No necesitan una estrella que haga 50 puntos por partido, sino un tipo de jugador que abra defensas con un lanzamiento preciso y le permita a Rose jugar sin sobrecarga de responsabilidades.

La idea de la dirigencia es acertada con el ex compañero de Boozer en el Jazz, Kyle Korver, un lanzador de mecánica perfecta, quien habría arreglado por tres años y 15 millones de dólares. Korver le da muchas soluciones a este equipo ya que cumple a la perfección una función específica y tiene los nervios de acero para escribir una buena historia de playoffs en segundos finales, utilizando como pluma el balón y la red como tintero.

Si vamos más allá de Korver, la decisión de seducir a J.J. Redick es obvia. La búsqueda cierra el círculo perfecto: un escolta sólido, de buena defensa, técnica, visión de campo y trabajo defensivo. La dirigencia pretendía hacer un esfuerzo por Ray Allen -finalmente se quedará en Boston- pero Redick como segunda opción es más que interesante. Chicago le extendió una hoja de oferta por tres años y 20 millones, y es ahora el Magic el equipo que tiene una semana para decidir si iguala o deja escapar al jugador al United Center. Otis Smith, manager general de Orlando, dijo que se tomará los siete días para decidir qué hacer. Si iguala, sería una gran decisión para el Magic, si no lo hace, una gran movida para los Bulls.

Según el Chicago Tribune, los Bulls también están siguiendo los pasos de Ronnie Brewer, Keith Bogans, Eddie House y Roger Mason, aunque queda claro que, a excepción quizás de Brewer, Bogans, Mason y House son jugadores para saltar desde el banco de suplentes.

En el caso de contratar uno de estos jugadores, estaríamos hablando de un equipo compacto, joven y agresivo, ya que las otras cuatro piezas del quinteto inicial estarían compuestas por Rose, Deng, Boozer y Noah. Nada mal para un equipo que cuenta con espacio como para dar un golpe a futuro.

Por lo tanto, si el manager general Gar Forman logra incorporar dos tiradores para las esquinas, sumado al acople de Boozer en la pintura, podríamos estar hablando de un equipo renovado, profundo e inquietante, con opciones a algo más que una primera ronda de playoffs. Se sabe que la Conferencia Este será difícil al extremo en la temporada 2010-11, pero aquí tenemos un candidato que vuela bajo el radar y que puede ser sorpresa.

Si Thibodeau logra acoplarse de entrada y puede contagiar su mensaje defensivo a todos sus jugadores, los vientos en Chicago pueden volver a ser cálidos y placenteros. Y en ese caso, la negativa de D-Wade, LeBron y Bosh de elegir Miami por encima de Chicago, pasará de ser una oportunidad desaprovechada de los Bulls a un error de percepción de los agentes libres estrella.

Aquí hay talento, agresividad, humildad y juventud para sentarse en la mesa de los poderosos.

No perdamos de vista a este equipo.