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El dolor puede más

La belga Wickmayer se retiró por dolores en la espalda AP

NUEVA YORK -- En la sala de prensa de Flushing Meadows, bien al fondo, cerca de la puerta de salida, ahí estamos los sudamericanos de prensa escrita y radio –argentinos y brasileños en su mayoría- junto con los asiáticos. Cada día, al llegar, escuchamos la misma exclamación: ¡Se retiró otro!

Los abandonos en el US Open 2011 son tantos que ya alcanzaron la categoría de récord en un Grand Slam. Hasta el primer sábado del torneo, sólo en el single femenino y masculino, se contabilizaban 14. Esto no tiene en cuenta las no presentaciones (walkovers), como la del sueco Robin Soderling o la de Venus Williams.

La marca anterior era de 12, en Wimbledon 2008, y el torneo recién está entrando en la segunda semana (aunque es verdad que los partidos serán menos). No se cuentan los dobles, donde también hubo abandonos: uno del español Guillermo García López y dos más en el femenino. Por ahora, el doble mixto es la única categoría que no presenta deserciones.

"¿Les dice algo a las autoridades del tenis el 18º abandono del US Open? ¿No? Así lo pensé", escribió en twitter Andy Murray, aunque su número consideraba a los walkovers.

"Es shockeante ver tantos retiros", dijo Roger Federer. "Nunca me retiré en toda mi vida, excepto una vez contra James Blake en París, pero no me presenté". Hace ya muchos años, Federer disparó contra los que no entregan todo lo que tienen. Para él, salvo accidente, presentarse a jugar es terminar el partido sí o sí. Hoy piensa parecido.

"Para mí, no importa lo mal que me estoy sintiendo; estaré allí para intentarlo, porque nunca sabes lo que puede suceder. Cada jugador se siente de distinta manera. Es desafortunado lo que ocurre para los fans".

"Realmente no sé cuál es la razón para tantos retiros", dijo el español Juan Carlos Ferrero. "Es una suma del
año muy largo, el calor y también los cambios de pelotas, que afectan las articulaciones del brazo", resumió el argentino Juan Mónaco. De la lista de abandonos, hay cuatro con lesión de hombro: los checos Tomas Berdych y Radek Stepanek, el eslovaco Karol Beck y la japonesa Ayumi Morita. "Es un problema que sentía desde Cincinnati, y recrudeció en la ronda anterior contra (Fabio) Fognini", dijo Berdych, el mejor ranqueado entre los que abandonaron en el cuadro masculino.

El calor se siente en la cancha, aunque este US Open ha sido más benévolo en ese sentido; las temperaturas no son imposibles. Se podría agregar un motivo más: en los últimos años, las superficies –y las pelotas- tienden a hacer el juego más lento, entonces hay más peloteos, más desgaste… Llegamos a septiembre, final de una gira de cemento, varios torneos con mucho calor, y el cuerpo no resiste, por más preparado que esté.

"Los problemas no pueden ocultarse cuando es tenis al mejor de cinco sets", dijo Federer. ¿Algunos podrían terminar sus partidos? Estoy seguro de que sí, pero no lo hacen", criticó, en una postura distinta a la de Murray.

El irlandés Luke Sorensen y la japonesa Misaki Doi abandonaron por calambres en las piernas. El francés Nicolás Mahut y el español Marcel Granollers, por lesión en los abdominales. La belga Yanina Wickmayer y el japonés Kei Nishikori, por dolores en la zona baja de la espalda. El irlandés Conor Niland debió estrecharle la mano a Novak Djokovic en primera ronda y comentarle que se sentía a punto de vomitar.

La española Carla Suárez Navarro es una excepción: se sentía mal por la mañana, vomitó en el cuarto de su hotel e igualmente se presentó, ganó el partido y se clasificó para los octavos de final. El caso que golpeó al US Open no fue una deserción, la de Venus Williams, quien había ganado el primer partido pero no se presentó al segundo porque padece el Síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que produce fatiga y dolor en las extremidades, además de sarpullido.

El año próximo, el circuito masculino será dos semanas más corto, acción que ya había encarado el WTA años atrás. Sin embargo, hay un problema de fondo: nadie quiere perderle pisada al rival más próximo, la lucha por ascender y permanecer es muy desgastante. Es imposible que los jugadores se pongan de acuerdo y emprendan un descanso real por un mes. Los días de relax, sin contacto alguno con la raqueta, no son más de 10 al año. El cuerpo no descansa, tampoco la cabeza. Entonces, es lógico llegar a septiembre y que las lesiones se sucedan.