Angelados. El término suena algo anacrónico, es verdad. Pero es el que mejor describe la actualidad del argentino Agustín Tapia y el español Arturo Coello, los número uno del mundo pádel.
Cuando están al 100% en lo físico, siguen siendo prácticamente imbatibles. No importa la superficie. No importa si el torneo es bajo techo o al aire libre. Tampoco cuentan demasiado los rivales.
Ellos siempre encuentran la forma de ganar.
La final del Premier Padel P2 de Bruselas de este domingo es una nueva muestra.
Sus oponentes eran los Nº2, el argentino Federico Chingotto y el español Alejandro Galán, que están cerca de cumplir un año sin poder ganarles. Pero esta vez entraron al partido con una novedosa estrategia: jugarle muchas pelotas a Tapia.
El catamarqueño se vio sorprendido. Cayó en la trampa. No sabía si pegarse a la red o esperar más atrás. No entendía si jugarle cruzado a Galán o buscar el globo a Chingo.
Coello la tocaba poco pero cada vez que lo hacía, acertaba. Y eso consolidaba aun más la idea de los rivales. Todo al argentino.
La estrategia tuvo éxito y los escoltas del ránking se quedaron con el primer set por un cómodo 6-2.
En la segunda manga, Fede y Ale buscaron seguir con la misma táctica. Pero Agus entró renovado. Empezó a apretar más con la volea y ya no era tan fácil para los Nº2 seguir dirigiendo los tiros hacia su lado.
Coello empezó a entrar más en juego y su efectividad no decayó. Al contrario.
El punto de quiebre fue en el noveno juego, cuando Tapia y Coello consiguieron el quiebre de servicio en un extenso game, donde habían desaprovechado varias chances para hacerlo.
La confianza de los Nº2 se resquebrajó. Aparecieron los fantasmas de tantas finales perdidas ante estos rivales.
Agus y Arturo olieron sangre. Fueron por todo. Sabían que habían encontrado la llave. Como siempre.
El partido entró en la velocidad extrema que tanto les gusta a los Nº1. Y se terminó la paridad.
6-4 el segundo set y 6-1 el tercero.
Una vez más, los líderes del ránking hallaron las soluciones.
