"Estoy feliz porque me he clasificado para la segunda ronda. Un triunfo es siempre un triunfo y eso es lo que me importa. A veces es positivo comprobar que el camino no es fácil. Lo mejor es que he desarrollado un alto nivel de juego independientemente de que la victoria que consigas sea en uno, dos o tres sets", explicó el número uno del mundo.

El principal favorito en el Abierto de Australia, torneo que todavía no ha logrado incluir en su palmarés, argumentó que la experiencia de su adversario fue una de las circunstancias que dificultaron el juego.

"El partido tuvo un añadido de dificultad porque enfrente tenía, además de un gran jugador, un tenista experimentado que no se dejó influir por el hecho de tener delante al número uno del mundo o por jugar en la pista central. Cualquier otro probablemente hubiera estado afectado por estas circunstancias", explicó Hewitt.

El tenista australiano reconoció que no vio acercarse el triunfo hasta que le rompió el servicio en el quinto set. "Entonces comprobé que él no estaba al mismo nivel ni con las mismas fuerzas y adquirí una ventaja importante para un partido que estaba siendo muy largo y duro. Aunque no me sentí ganador hasta que tuve la bola de partido en la mano", reconoció el número uno del mundo.