Lleyton Hewitt quiere más y más

El tenista australiano, que disputará contra el español Juan Carlos Ferrero la final de la Copa Masters de Shanghai, asegura que cuando se está "en la cumbre nunca se puede bajar la guardia"

SHANGAI -- El tenista australiano Lleyton Hewitt, que disputará contra el español Juan Carlos Ferrero la final de la Copa Masters de Shanghai, asegura que cuando se está "en la cumbre nunca se puede bajar la guardia".

"Seguir como número uno (de la ATP) es un combate permanente contra uno mismo y contra los otros (...) He llegado rápidamente, pero paso a paso", afirma Hewitt en una entrevista que publica hoy el semanario del rotativo francés "L'Equipe".

Agrega que "importa poco el tiempo que vaya a estar en la cumbre" y que, "incluso si no fuera nunca más número uno, el camino que he recorrido me hace estar orgulloso de mí mismo", pues "es la recompensa a una suma de esfuerzos y sacrificios extremadamente importantes que no se remontan al año pasado".

Aunque subraya que está y quiere seguir estando en esa posición, considera que "todo está abierto y otros pueden, muy bien, sacarme" de ese puesto.

No sabe por cuánto tiempo podrá "mantener este nivel de exigencia y de trabajo", ya que "hay una sola plaza de número uno y varios candidatos".

Sobre la opinión del estadounidense Pete Sampras de que el australiano es el único en el circuito que posee la mentalidad necesaria para durar a la cabeza de la clasificación, Hewitt, que se declara "verdaderamente feliz de que vea en mí a un gran jugador", destaca que está "aún muy, muy lejos de haber marcado la historia de mi deporte y del deporte en general, como él lo ha hecho".

El tenista, que hoy se clasificó para la final de la Copa Masters al imponerse en tres sets al suizo Roger Federer, cree que en el futuro jugará menos torneos y relegará la batalla de la primera posición mundial a "un segundo plano".

Tras haber ha ganado torneos como el US Open y Wimbledon, Hewitt, quien se considera alguien "muy competitivo", quiere conseguir otros títulos, entre ellos la Copa Davis.

Admite que Wimbledon fue su sueño desde niño y que al principio no creía realmente que lo había conseguido: "Era como si estuviera soñando otra vez (....), incluso tuvo que mirar el marcador para convencerme" de ello.

El australiano cree que juega mejor cuando los partidos son "extremadamente importantes" y cuando hay "una enorme tensión.

-EFE

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