Nalbandián se deshizo del suizo George Bastl, uno de los dos jugadores repescados de la fase previa que han hecho historia este año en el torneo, verdugo de Pete Sampras, por 6-2, 6-2, 6-2 con gran comodidad.

El jugador argentino, que ganó este año su primer torneo ATP en Estoril, donde se impuso a los españoles Juan Carlos Ferrero y Moyá para vencer en la final al finlandés Jarkko Nieminen, se ha acostumbrado perfectamente a la hierba, a pesar de ser su primera intervención en este torneo, y en tres partidos disputados solo ha cedido un set, en primera ronda, contra el español David Sánchez.

Pero sus recuerdos en hierba en su época júnior le ayudan a mantenerse en pie en este Grand Slam. En 1999 alcanzó las semifinales en Roehampton y en Wimbledon y con su compatriota Guillermo Coria ganó el título de dobles.

Hoy, feliz por esta fácil victoria, se sintió con esperanzas para afrontar su próximo compromiso contra el cañonero australiano Wayne Arthurs, que con 32 "aces" destrozó al estadounidense Taylor Dent, por 7-6, 7-6, 6-7 y 7-6. "Es un gran sacador, es uno de los mejores en el circuito, más siendo zurdo, pero si resto como hoy puedo tener oportunidades de hacer un buen partido y ganarle".

Para Nicolás Lapentti su partido en la pista 18 contra el rumano Andrei Pavel a quien venció por 3-6, 3-6, 7-6, 6-4 y 6-2, fue todo un suplicio. "Nico" estuvo contra las cuerdas durante una hora y media, con dos sets abajo hasta que encontró la inspiración necesaria para derrotar al de Bucarest, cuarto finalista en Roland Garros, donde protagonizó una historia ejemplar al dejar un partido a medias contra Alex Corretja, para conducir durante siete horas y asistir al nacimiento de su hijo Marius.

La confianza de haber ganado a su rival de hoy en cuatro ocasiones anteriores motivó especialmente a Lapentti, animado desde la grada por su hermano menor Geovanni. Pavel, que había sido finalista en De Bosch en 1999, había alcanzado los cuartos en Queen's en el 2000. En Wimbledon estuvo ya en la tercera ronda en 2000.

Para Lapentti, esta victoria significó otro dramático duelo. El ecuatoriano se había convertido en auténtico verdugo del tenis británico al vencer en las dos rondas anteriores a Jamie Delgado, al que levantó cuatro puntos de partido, y luego a Barry Cowan.