Una garantía al fanático de Atlanta

Los Hawks tienen la confianza de que van a clasificar a la postemporada, algo que no hacen en cinco años. De no ser así, le devolverán $125 a sus abonados de temporada

Los Atlanta Hawks realizaron dos transacciones muy importantes antes de la temporada pasada que los convertian, al menos en el papel, en uno de los equipos más poderosos en la Conferencia del Este de la NBA. En la primera, realizada durante la temporada 2000-2001, se hicieron de los servicios de Theo Ratliff y Toni Kukoc, dos jugadores considerados entre los más talentosos en sus respectivas posiciones en toda la Liga. En la segunda transacción de importancia, llevada a cabo entre temporadas, los Hawks obtuvieron los servicios del excelente alero Shareef Abdur Rahim, un joven veterano de cinco temporadas con los Vancouver Grizzlies, quien estaba llamado a ser la nueva superestrella de la franquicia. Estas adquisiciones, junto al talento ya existente de jugadores como Jason Terry, Chris Crawford, Dion Glover y Alan Henderson llenaban de optimismo a la gerencia y el cuerpo técnico del equipo, quienes contaban con regresar a la postemporada, de la cual habían estado ausentes en los dos años previos.

No podían imaginar los Hawks que la suerte los abandonaría y que serín atacados por lesiones de todo tipo a sus principales jugadores, las cuales los convertirían en el equipo con más ausencias totales en sus filas (319 partidos) en toda la NBA. Ratliff apenas pudo jugar tres partidos en toda la temporada. Crawford lo hizo en siete. Henderson, Kukoc, Glover y Emanuel Davis pasaron periodos de tiempo prolongados en la lista de incapacitados. Solo Terry, Abdur Rahim, Nazr Mohammed, Jacque Vaughn y Hanno Mottola pudieron mantenerse relativamente saludables y jugar la mayor parte de la temporada. El resultado fue que Atlanta apenas pudo llegar a las 33 victorias, quedándose fuera de los playoffs por tercera temporada consecutiva.

Ante este panorama y entendiendo que habían defraudado a la afición al no calificar para la postemporada, la gerencia del equipo se dio a la tarea de mejorar aun más la plantilla para este año y ofrecer una garantía a su público pocas veces vista anteriormente en los deportes profesionales. Resulta que los Hawks aseguran que participarán en la postemporada o en caso contrario estarán devolviendo parte del dinero a sus abonados que hayan pagado por pases de temporada completa. Si los Hawks se quedan cortos de su meta por cuarto año consecutivo, cada abonado recibira de vuelta $125.00 de los que hubiese pagado por la temporada. Tomando en cuenta que el equipo cuenta con 4,000 de estos abonados, el no clasificar les pudiese estar costando unos $500,000 en dinero devuelto solamente.

Claro que la gerencia y el cuerpo técnico no hacen este tipo de ofertas sin pensar que han hecho todo lo posible para presentar en cancha a uno de los mejores equipos en el Este. Con las recuperaciones de Ratliff, Henderson y Crawford, la mejoría de Mohammed, el gran juego de Abdur Rahim y la adquisición entre temporadas de Glenn Robinson y Darvin Ham, Atlanta tiene la línea delantera de más profundidad en la Conferencia y una de las mejores de la Liga. El progreso como armador de Jason Terry, el regreso de Glover y Davis saludables y la adquisición mediante el sorteo del muy bien cotizado novato Dan Dickau, aseguran también un línea trasera bastante aceptable que se espera pueda complementar muy bien a los internos.

Los jugadores también han comenzado a poner de su parte para no hacer quedar mal a sus jefes. Por iniciativa de su estrella Abdur Rahim, comenzaron a reunirse desde el verano para trabajar en su físico y hacer trabajo informal en cancha. Desde junio hasta septiembre se estuvieron reuniendo en minicampamentos de tres días para mejorar sus fundamentos, condición física y cohesión de grupo.

Todo esto tiene muy contento a su técnico Lon Kruger, quien desde el principio ha respaldado la idea de la garantía a los seguidores porque la ve como un elemento de presión positiva para hacer que todos en el equipo se concentren más en sus respectivas tareas, a la vez que les da una meta asequible en la cual todos podrán enfocar. El lado negativo pudiera ser que, de no lograrse la meta de clasificar, sea el técnico el que cargue con todas las culpas y pueda ser despedido, pero Kruger no lo ve de esa manera.

"Prefiero tener un equipo sobre el que pese esta presión por ganar y tenga el talento para hacerlo que uno carente del mismo y del que no se espere nada. Al final, la presión por ganar es la misma", dijo Kruger.

Con el talento disponible y el compromiso de parte de los jugadores, quizás la idea de ofrecer garantías de éxito no sea tan descabellada. ¿Quién quita que otros equipos con posibilidades similares o superiores se contagien y comienzen a ofrecer lo mismo a sus seguidores? Me viene a la mente cierto equipo de la costa Oeste, que viste de púrpura y dorado, cuyo personal no está nada mal. ¿Se atreverán a hacer el mismo tipo de ofrecimiento?

CARLOS MORALES es comentarista de los partidos de la NBA que transmite ESPN América Latina. También es el analista de las transmisiones en español del Orlando Magic. Como técnico, ha sido dirigente por más de 20 años en todos los niveles del básquetbol, destacacándose como técnico en las ligas de Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela y coach de la Selección Nacional de Puerto Rico.

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