Manu Ginóbili llegó y vio...¿vencerá?

Como si mezclarse en la elite del básquetbol mundial no fuera suficiente mérito, el argentino acumuló méritos como para ilusionarse con algo más grande: ¿podrá aguantar la presión?

DE ARGENTINA AL MUNDO: Emanuel Ginóbili llega a la NBA despertando muchas expectativas. (AP)
BUENOS AIRES -- "Llegó, vio ¿vencerá?". Esa puede ser, por ahora, la frase que mejor resume el primer contacto del escolta argentino Emanuel Ginóbili, tras firmar el contrato garantido que lo ligará por las próximas dos temporadas a San Antonio Spurs en la NBA.

Como si mezclarse en la elite del básquetbol mundial no fuera suficiente mérito, Ginóbili acopió motivos de sobra como para ilusionarse con algo más grande: plantarse en la competencia con protagonismo y ganarse un lugar por prepotencia de calidad.

Es cierto que esto se comprobará únicamente en la cancha, cuando a partir del 29 de octubre, cuando los Spurs abran la temporada antes al actual campeón, Los Angeles Lakers. Sin embargo, hay indicios como para suponer que su aventura americana será como él la sueña.

A pesar de que la prensa estadounidense sabe nada de los que pasa en el básquetbol internacional, les provoca respeto por sus títulos (Euroliga 2001, Liga de Italia 2001 y Copas de Italia 2001 y 2002), y sus nominaciones: Jugador Más Valioso de la Italia 2001 y 2002, Mejor Jugador de la final de la Euroliga 2001 e integrante del quinteto ideal de la 2002.

A partir de ahí, aun sin verlo jugar, lo valoran y le dieron a su fichaje un despliegue fuera de lo normal para un extranjero. A partir de sus 19,9 puntos de promedio en la Liga de Italia y los 15,2 en la Euroliga, los periodistas locales sostienen que puede hacer un aporte sustancioso al equipo. Pero le exigirán en consecuencia. Eso ya lo sintió desde la primera conferencia de prensa..

También resulta alentador cómo Ginóbili, a los casi 25 años, se plantó ante esta situación.

La combinación de talento, convicción, respeto, confianza y paciencia parecen ser el cóctel indicado para esta encarar esta primera etapa. Sabe que su estilo, agresivo en defensa y ataque, calza justo en la NBA.

Confía en sus armas. Llega fortalecido por todo lo que consiguió en Europa y convencido que esos logros no son para cualquiera. Rechaza las presiones, argumentando que jugar en un equipo top de Europa conlleva iguales o más presiones que la NBA.

Pero también tiene claro que deberá pasar una adaptación lógica, que debe ganarse su propio espacio sin entrar en disputas, para lo que deberá ser paciente y aprovechar sus momentos. No se le escapa que el escolta titular, una figura como Steve Smith, entró, a los 33 años, en la etapa final de su carrera, lo que le dará su oportunidad en un futuro inmediato.

¿Y mientras tanto qué? Acostumbrarse a un ritmo diferente, pasando del juego controlado y esquemático de Europa a otro dinámico y con mayores libertades en la NBA. Ocupar su rol, que será secundario, pero atento a que la sobrecarga que las defensas rivales ponen sobre Tim Duncan y David Robinson, suele dejarle espacios a los externos.

Deberá aprovechar esos espacios para sus penetraciones (tal vez el punto fuerte de su juego) o aportar un tiro consistente, algo que no le sobra a San Antonio. Otra alternativa que lo consolidará en el equipo son las anotaciones en carrera, algo poco habitual para los jugadores blancos de la NBA, pero habitual en su estilo.

Lo que tal vez pinte con mayor nitidez que el futuro de Ginóbili está envuelto en un ambiente favorable es la propia actitud de los directivos de San Antonio. Están convencidos de que su apuesta de 1999 está a punto de devolverle las ganancias. Por eso no ahorraron elogios en su presentación. "El mejor jugador fuera de la NBA", disparó sin pudores el vicepresidente y hombre que si el argentino triunfa podrá atribuirse el mérito de elegirlo, seguirlo y contratarlo, R.C. Buford.

Por eso, a pesar de la limitaciones presupuestarias de los Spurs, le firmaron un contrato de casi 3 millones de dólares por dos años, cifra muy superior a la de la mayoría de los debutantes extranjeros, que además está acompañado de un compromiso de mejora a corto plazo.

También hay una promesa de darle oportunidades. Esto no es casual: Buford está convencido que Ginóbili puede ser un muy buen jugador de la NBA en dos años. Esto coincidirá con un proceso de reconstrucción del plantel, que, según la óptica de la franquicia, tendrá al alero argentino como uno de los pilares en los que se apoyará el nuevo equipo.

Los directivos no esconden su pensamiento sobre que el base francés Tony Parker, de brillante temporada inicial, y Ginóbili, conformarán la media cancha del futuro en el conjunto texano. Y "Manu" parece empecinado en hacer realidad esa idea en su flamante equipo.

ALEJANDRO PÉREZ es periodista especializado en básquetbol desde 1986. Se desempeña como cronista del diario Clarín desde 1994. Además, es el relator de los partidos de básquetbol internacional de ESPN, columnista del SportsCenter Latino y de ESPNdeportes.com.

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