Nicola, una ausencia notable

Para muchos, la ausencia de Marcelo Nicola en la selección argentina que irá al Mundial de Indianápolis puede resultar inexplicable. Aquí, algunas razones por las que el alero no está

BUENOS AIRES -- Como país, Argentina es un gran contrasentido. Eso se palpa en todos los ámbitos, desde los más determinantes, de esos que le dan identidad y poder como Nación, hasta los secundarios, como seguramente es el deporte.

Y en ese contexto el básquetbol no puede ser la excepción. A la sombra de los excelentes resultados que los jugadores argentinos vienen hilvanando durante los últimos meses en Europa, su selección nacional fue construyendo sueños de grandeza, que el Campeonato Mundial de Indianápolis le dará la inmediata oportunidad de concretar.

UNA AUSENCIA NOTORIA
Como nunca antes, Argentina concurrirá con excelentes jugadores, algunos de los cuales despiertan admiración y envidia. Sin embargo, para cualquier seguidor del básquetbol europeo del primer nivel resulta inexplicable la ausencia del alero Marcelo Nicola. Para muchos argentinos, también.

Si un seleccionado estuviera integrado por los 12 mejores jugadores de un país, nadie dudarìa que Nicola tendría que estar. Por su historia, con 11 temporadas en lo mejor del básquetbol FIBA, y por su actualidad, que lo mostró esta temporada como hombre importante en el flamante campeón de Italia, Benetton Treviso, y elegido en el segundo mejor quinteto de la Euroliga.

A los 31 años, este jugador de 2,07 metros, que se para como ala-pivote, pero ataca el canasto como alero, casi detrás de la linea de tres puntos y que corre la cancha como un guardia, parece haber encontrado su lugar exacto: con soltura y comodidad, cumple a la perfección ese tan apreciado papel de sexto hombre. Saliendo del banco aportó 10 puntos y 4,2 rebotes por juego en 25 minutos de promedio en la competitiva Liga Italiana.

Y cuando le exigencia fue mayor también estuvo a la altura de las circunstancias, ya que en la Euroliga subió a 12,1 puntos y 4,5 rebotes en 22 minutos en cancha. Todo un privilegio para Benetton.

CUESTIÓN DE ACTITUD
A pesar de todos esto, la relación entre Nicola, la aparición más impactante y de mayor proyección del básquetbol argentino en los últimos 30 años, y la selección de su país nunca fue la mejor. Solo participó en seis torneos a lo largo de cuatro años, en los que sumó 37 partidos y 14,1 puntos de promedio. Buenos números, pero no idéntica actitud.

Es que este jugador nunca se identificó con la camiseta nacional. En cada situación, Nicola utilizó a la selección como vidriera en los torneos de mayor prestigio internacional. Lo hizo desde joven, cuando una extraordinaria actuación en el Panamericano Sub 23 de 1993 le permitió entrar al draft (tercera ronda, elegido por Houston) de la NBA.

No dejó pasar ni uno solo de los torneos que le pudieran dar brillo a su nombre. Cuando no le interesó, prescindió de la selección. Lo hizo en 1999 y eso le valió una sanción de por vida, que luego, por gestión del actual entrenador, Rubén Magnano, le fue levantada.

Lo repitió el año pasado, al renunciar al Sudamericano. Es cierto, ahí también falló el técnico, que, conociendo al personaje, y si realmente le interesaba, debió eximirlo de ese perimido torneo y reservarlo, como hizo con otros, para el evento más trascendente, el Premundial. También es cierto que esos otros, no tenían una cuenta pendiente con el equipo como Nicola.

Ante esto y los buenos resultados obtenidos, Magnano se sintió fortalecido para apartarlo de la convocatoria para el Mundial. El entrenador, con respetable criterio, plantea el asunto casi como una defraudación personal. Elogia la calidad de Nicola, pero no quiere sentir hablar de él en la selección.

El entranador sabe que está en su derecho y también que no es Nicola un jugador que despierte una fervorosa pasión en los hinchas y la prensa argentina. Por eso se anima a ir al Mundial con los que quieren jugar siempre para la selección.

Aunque al equipo de los mejores, le falte uno de los más buenos.

ALEJANDRO PÉREZ es periodista especializado en básquetbol desde 1986. Se desempeña como cronista del diario Clarín desde 1994. Además, es el relator de los partidos de básquetbol internacional de ESPN, columnista del SportsCenter Latino y de ESPNdeportes.com.

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miércoles, 19 de junio