Julio Alvarado, quien estaba en el juego con un amigo se aturdió con el teléfono de su compañero y lo lanzó en dirección a la tercera base en el cierre del octavo inning el jueves en la tarde, dijo la vocero de la Policía de Chicago Alice Casanova.

Alvarado, de Chicago, le dijo a la policía que su intención no fue golpear a nadie, dijo Casanova.

Pero el tercera base de los Padres de San Diego Sean Burroughs dijo que el teléfono lo golpeó en el pie derecho.

"Quedé en shock", dijo Burroughs después del juego. "Pudo haber sido peor, me pudo haber golpeado en la cabeza. Me sorprendió un poco ver un objeto volando al terreno. Eso no era necesario".

El alcohol contribuyó al comportamiento de Alvarado, según informó Casanova.

"No es una excusa, pero ciertamente fue un factor que ayudó.

Burroughs dijo "casi me golpeó". También afirmó que lo recogió y se lo dio a uno de los umpires.

Cinco días antes, el jardinero derecho de los Vigilantes Carl Everett fue atinado en la parte posterior de su cabeza con un teléfono celular en Oakland.

El 15 de abril, un fanático corrió al campo del U.S. Cellular Field e intentó tumbar al suelo a un umpire durante un juego entre los Medias Blancas y el visitante Kansas City. El 19 de septiembre pasado, el técnico de Kansas City Tom Gamboa fue atacado por dos fanáticos (padre e hijo), quienes se bajaron de las tribunas en el mismo estadio, entonces llamado Comiskey Park.