No pasa un día de mi vida que no de gracias por ser tan afortunado porque me pagan por leer la sección de deportes todos los días. Cuando yo tenía ocho o nueve años para mí era normal en un domingo tener 15 televisiones, 3 parabólicas, todo tipo de sistemas de radio para ver y seguir la NFL, el béisbol, los torneos de golf; o me dejaban desvelar para ver los partidos de la selección mexicana cuando eran a las 10 de la noche.

John recibió la herencia del deporte (Getty)

Toda esa pasión por los deportes fue normal y cotidiana en mi casa. Esto se los quiero contar porque siempre se lo agradeceré a alguien, a mi papá, Enrique Sutcliffe.

Gracias al hombre que me dio la vida hoy me puedo dedicar a lo que me gusta y ahora que se ha ido, pues entiendo que son momentos muy difíciles, pero que tienen que pasar.

Sólo quería en este espacio, en mi blog, contarles lo agradecido que siempre estaré con mi papá, no sólo por darme la vida y darme todo su amor, sino porque también por él hoy me dedico a ser lo que más me gusta: un reportero y comentarista de deportes.