Este 2016 que está por comenzar es un año de desafíos para Robinson Canó.
El dominicano tiene mucho que probar a los Marineros, a los fanáticos de Seattle y a sí mismo, después de ver cómo sus brillantes números han bajado en las dos temporadas que tiene con su actual equipo.
Aquel que creció en Nueva York como el mejor camarero del beisbol, el súper astro de los Yankees, el toletero zurdo del swing natural, ahora tiene competencia en la votación para el Juego de Estrellas. Y como ese competidor es venezolano, ahora también tiene el reto de mantenerse como el mejor segunda base de América Latina.
Canó posiblemente todavía sea una elección automática cuando se habla del equipo soñado de la región, ese que comenzamos a pergeñar hace un par de semanas y que por ahora incluye al puertorriqueño Yadier Molina detrás del plato y al venezolano Miguel Cabrera en la inicial.
¿Mantiene su estatus, el nativo de San Pedro de Macorís?
La sonrisa de Canó se hizo célebre en su tiempo con el uniforme a rayas.
''Amo este juego'', dijo una vez. ''Si veo un bate, tengo que agarrarlo. Incluso en casa, agarro cosas y hago como si hiciera swing. Cuando era niño, bateaba piedras con palitos. Yo nací para jugar este deporte''.
Los últimos 12 meses han sido duros para él, sin embargo. Sufrió un slump miserable en la primera mitad, al punto de que faltó al Juego de Estrellas por primera vez desde 2010, no bateó sobre .300 por primera vez desde 2008 y su OPS cerró por debajo de .800 por primera ocasión en las últimas ocho campañas.
A las críticas, que fueron muchas, se unió un rumor sobre un supuesto deseo suyo de regresar a la Gran Manzana, desmentido casi de inmediato. Con ocho torneos por cumplir en su contrato actual, no queda más que aceptar el desafío.
Una cirugía menor, para corregir una hernia deportiva, y el anuncio de que comenzará la justa como tercer bate, donde tantos problemas sufrió en 2015, sazonan esa historia, que necesita un final feliz.
Posiblemente no haya un mejor protagonista para asumir la tarea que este dominicano de 33 años de edad, a quien todos admiran.
''El beisbol es un deporte nada fácil'', dijo una vez su ex compañero Michael Saunders. ''Aunque sea así, él sí que lo hace parecer sencillo''.
Le sobra currículo para demostrarlo. Tiene cinco bates de plata, dos guantes de oro y siete apariciones en las papeletas de votación para el Jugador Más Valioso de la Liga Americana, incluyendo cinco ocasiones entre los seis más votados.
La mudanza del volátil Yankee Stadium al cavernoso Safeco Field le ha cobrado el impuesto en estadísticas que el fisco del estado de Washington le ha ahorrado a sus finanzas. Pero es difícil no pensar que Canó sigue siendo el rey, incluso tras un año a la baja.
ABRAN PASO A ALTUVE
¿Por cuánto tiempo será así? Porque José Altuve viene pidiendo paso desde que hace dos campeonatos se convirtió en uno de los mejores peloteros del joven circuito.
El venezolano sumó 200 hits en cada una de esas zafras, fue el campeón bate en 2014 y en sus pasadas cuatro incursiones en las Grandes Ligas ha robado al menos 33 bases.
Altuve ha logrado lo que parecía imposible cuando Canó firmó su enorme pacto con los Marineros: en el criterio de los periodistas, que no evalúan la trayectoria, sino el desempeño anual en cada caso, se llevó los últimos dos bates de plata y el más reciente Guante de Oro. Y fue el intermedista titular en el Juego de Estrellas de 2015.
Es un adversario formidable para el quisqueyano. Vaya, es un bateador temible en comparación con quienquiera, a pesar de ser también, junto a su compatriota Alexi Amarista, el bigleaguer de menor estatura en la actualidad.
"Quiero seguir trabajando duro, hacer lo más que pueda", repite el nativo de Maracay, como un mantra. "Quiero mejorar mi bateo, mejorar mi defensa, mejorar en todo".
La figura más publicitada en el dugout de los Astros, el indiscutible líder del clubhouse y bujía en el orden ofensivo de Houston es un amante del juego, a quien se le ve disfrutar cada momento en el terreno. En eso también se parece a Canó.
LO QUE VENDRÁ
La nueva generación de camareros comienza con el puertorriqueño Christian Colón, a pesar de que ya no aparece entre los principales prospectos de la posición.
Colón ha mostrado su buena ofensiva con los Reales. En dos pasantías que ha hecho por Kansas City, promedia .303 de average en 168 apariciones al plato. Hoy le disputa la titularidad al venezolano Omar Infante.
El boricua no es prospecto, porque ya no es elegible para el Novato del Año. Pero en el escalafón de MLB.com hay suficientes latinoamericanos para seguir soñando: el joven cubano Yoán Moncada, por ejemplo, ubicado en el primer lugar del ranking; o el venezolano José Peraza, señalado como el número dos.
El futuro también promete en esta posición.
TAMBIÉN SON TITULARES
Starlin Castro (Dominicana, Yankees)
César Hernández (Venezuela, Filis)
Omar Infante (Venezuela, Reales)
Rougned Odor (Venezuela, Vigilantes)
Jonathan Schoop (Curazao, Orioles)
ESPERAN SU OPORTUNIDAD
Hanser Alberto (Dominicana, Vigilantes)
Alexi Amarista (Venezuela, Padres)
Mike Avilés (Puerto Rico, Tigres)
Emilio Bonifacio (Dominicana, Bravos)
Wilmer Flores (Venezuela, Mets)
Marwin González (Venezuela, Astros)
Dilson Herrera (Colombia, Mets)
Ramiro Peña (México, Gigantes)
Gregorio Petit (Venezuela, Angelinos)
José Pirela (Venezuela, Padres)
Carlos Sánchez (Venezuela, Medias Blancas)
LA PRÓXIMA OLA
Christian Colón (Puerto Rico, Reales)
Wilmer Difo (Dominicana, Nacionales)
Yoán Moncada (Cuba, Medias Rojas)
José Peraza (Venezuela, Rojos)
Jurickson Profar (Curazao, Vigilantes)
Ramón Torres (Dominicana, Reales)
Ronald Torreyes (Venezuela, Yankees)