Vive la pasión de la MLS
Fotografía y video por Samuel Wilson
En el fútbol de Estados Unidos, todo tiene que ver con el ambiente de los estadios. Los apasionados hinchas de los equipos de la MLS, desde Atlanta hasta Seattle, invierten su tiempo y dinero creando experiencias para los aficionados y tradiciones únicas para las ciudades que representan. Demos un viaje por todo el país para presenciar, de primera mano, cinco ambientes en día de partido que no tienen nada que envidiar al resto de ofertas del deporte profesional en la nación norteamericana.
Atlanta United FC
ATLANTA — El pequeño Charlie Molinaro no podía contenerse.
El jovencito de 6 años, desde la punta de una alfombra roja ubicada en el rincón suroriental del Mercedes-Benz Stadium, saltaba como si estuviera sobre un trampolín, mientras celebraba con sus padres, John y Brittany. Vestido con una camiseta negra de Hulk El Hombre Increíble y una bufanda del Atlanta United colgada sobre su cuello, Charlie se preparaba para vivir su momento de súper héroes: la oportunidad de vincularse con los futbolistas que adora.
La totalidad del plantel del Atlanta United, comenzando con el arquero Brad Guzan y terminando con el goleador Josef Martínez, caminaron por la alfombra roja, chocando manos con los hinchas. Tomaron varios marcadores para estampar sus firmas sobre una réplica de un clavo de vía ferroviaria de 8 pies de largo, conocido como el "Golden Spike", o clavo de oro.
Un sorprendido Charlie, el primer hincha en fila después de los jugadores, caminó hasta acercarse al Golden Spike y cuidadosamente, escribió su nombre con tinta negra a un lado. La experiencia fue un presente de cumpleaños a pocos días de la celebración.
¿Cuándo fue la última vez que los padres de Charlie lo vieron tan emocionado?
"No lo sé. ¿Quizás cuando fuimos a Disney World y conoció a algunos de los personajes?", dijo John Molinaro, abonado del Atlanta United, con respecto a su hijo. "Sí, estaba verdaderamente emocionado".
TRADICIONES EN EL DÍA DEL PARTIDO
Así fue el caso de miles de otros fervientes aficionados que hicieron fila a las 5:30 p.m. de ese jueves, 90 minutos antes del enfrentamiento entre el Atlanta United y el Houston Dynamo. Estaban ansiosos de estampar sus rúbricas sobre el Golden Spike, siendo el primer paso unificador dentro de una tradición que ha evolucionado hasta convertirse en marca de fábrica para la franquicia de la ciudad de Atlanta en la MLS. En promedio, se recogen cerca de 10,000 firmas de los aficionados por partido, antes de que cuatro miembros de cada una de las barras del club (Terminus Legion, Faction, Footie Mob y Resurgence) cargan el Golden Spike por el pasillo entre las secciones 101 y 102. Es en ese punto cuando una celebridad local (entre las cuales se encuentran el boxeador Evander Holyfield, el rapero Big Boi y el receptor de los Falcons Calvin Ridley) usan un martillo para adherir el Golden Spike en la plataforma de la tribuna de capos.
Después del partido, independientemente si termina en triunfo, derrota o empate, se entrega un par de Golden Spikes de miniatura al futbolista votado por los aficionados como Jugador del Partido. El jugador clava uno de ellos en la plataforma y se lleva el otro a casa como recuerdo personal.
"El Golden Spike se trata de una excelente forma de mantenernos conectados con ellos y sirve para que la gente sepa que no somos solamente un club que piensa en los jugadores. Nos importan nuestros hinchas, nuestra comunidad", afirma Guzan. "Estamos todos juntos en esto".
Las raíces del Golden Spike sirven de reflejo de la historia de la ciudad. El Zero Mile Post, un pilar de granito erigido en el año 1950, marcaba el punto final del Ferrocarril Western & Atlantic. El desarrollo del ferrocarril convirtió a la ciudad de Atlanta en un punto central en la industria del transporte. Los hinchas fervientes pensaron que un concepto de este tipo sería la forma ideal de estrechar nexos entre los aficionados y el club de fútbol, fundado en 2014 y que comenzó a jugar como equipo de expansión en 2017.
"Primero, fue algo que se originó desde la afición, desde el Terminus Legion, una de nuestras barras, con el tema del ferrocarril", indicó Darren Eales, presidente del Atlanta United. "Pensamos que podíamos utilizar esa imagen".
CEREMONIA DEL 'GOLDEN SPIKE'
Previo al partido ante Houston, Tammy Rivera, esposa del rapero Waka Flocka Flame, se subió al escenario para clavar el Golden Spike. Alzó el martillo por los aires y golpeó el clavo en tres ocasiones, hasta asegurarlo en medio de los sonidos de un rugido ensordecedor.
Eales recordó la ocasión en la cual Arthur Blank, dueño del equipo, clavó el Golden Spike.
"El martillo parece ser muy pesado; de hecho, es bastante ligero y es hecho de caucho", explicó Eales. "Por eso, cuando preparamos al responsable de clavar el Spike, les pedimos que lo hagan ver como un mazo pesado. Arthur lo tomó por primera vez y decía: 'Wow, esto es muy ligero'. La multitud cantaba: 'Tío Arthur, Tío Arthur'".
Eales era todo sonrisas después del encuentro contra Houston, celebrando el triunfo 5-0 del equipo. El volante Darlington Nagbe recibió los Golden Spikes postpartido después de convertir su primer gol con el club. Después de asegurar firmemente el primer mini-clavo, Nagbe estampó su autógrafo sobre la espalda de la camiseta de un niño pequeño. El jovencito tenía la misma mirada de asombro de Charlie durante las festividades previas al partido.
"En cada ocasión, te topas al menos con un aficionado (un niño pequeño) que se siente demasiado emocionado porque hiciste contacto visual con él, estrechaste su mano o te detuviste a firmar un autógrafo", expresó el capitán Michael Parkhurst. "Lo hacemos en cinco segundos. Ojalá (ese niño) termine practicando fútbol gracias a ese momento, disfrutará de ese día o lo recordará por siempre. ¿Quién sabe? Pero eso causa un impacto. Se trata de pequeños momentos como ese, esa es la razón por la cual lo hacemos".
"Y el Golden Spike, sirve como recordatorio de que lo que hacemos, lo hacemos al lado de los aficionados. Todos estamos conectados. Todos nos encontramos aquí en busca de una meta común: disfrutar del fútbol e intentar ganar".
Vaughn McClure cubre a los Atlanta Falcons y la NFL para ESPN.
Minnesota United FC
ST. PAUL, Minn. — En un perfecto día de verano en St. Paul, Minnesota, miles de hinchas del fútbol comenzaron a fluir en las entradas del Allianz Stadium, nuevo hogar del Minnesota United. La escuadra que forma parte de la MLS solía disputar sus partidos en un complejo deportivo en los suburbios de las afueras de la ciudad, pero la inauguración este año del Allianz Stadium, arena que puede albergar a más de 19,000 aficionados al balompié en pleno corazón de la capital del estado, ha convertido a las Ciudades Gemelas en un centro de actividad para los amantes del fútbol.
Horas antes del cotejo contra el Aston Villa de la Premier League, cientos de hinchas visitaron el Brew Hall, el frenético pub de 4,000 pies cuadrados de superficie que se encuentra conexo al estadio. Hay 96 variedades de cerveza distintas a la disposición de los visitantes. Está abierto todos los viernes, sábados y domingos, incluso cuando el equipo no está jugando.
Uno de los aficionados presentes era Terrell Brown, nativo de Minneapolis que ha presenciado el fútbol a sus más altos niveles. Asistió al Mundial de Brasil 2014 junto con un amigo y es un devoto hincha del club alemán Bayern Múnich. Afirma estar asombrado con el producto que está viendo en su tierra, ahora que el MN United está mostrando un juego animado.
IMÁGENES DEL ALLIANZ
"Es maravilloso", afirmó. "Antes de que el United se incorporara a la Major League Soccer, el equipo jugaba en este pequeño lugar en Blaine, Minnesota. Esto representa una mejoría inmensa. Se trata de una atmósfera totalmente diferente. Soy abonado. Me encanta este lugar".
Las Ciudades Gemelas, como suele llamarse a Saint Paul y Minneapolis, son toda una rareza dentro del escenario deportivo en Estados Unidos. Minneapolis (urbe con el área metropolitana número 46 del país en cuanto a su tamaño) y Saint Paul (63) suman una población de aproximadamente 700,000 si excluimos los suburbios. A pesar de ello, esta área cuenta con equipos de fútbol americano y baloncesto universitarios de División I, NHL, NBA, Béisbol de Grandes Ligas, NFL y MLS, y todos cuentan con sus propios estadios y arenas.
La multitud que comparte en el Brew Hall antes del partido contra el Aston Villa representa a una de las aficiones más diversas de toda el área.
Ballah Koibee, oriundo de Liberia, es entrenador de fútbol juvenil en Minneapolis. Disfruta de los partidos del MN United y el sabor internacional que distingue a sus aficionados.
"Los he seguido desde que cursaba secundaria", expresó. "Son muchas personas. Se hace cada vez más grande, más y más grande. Me encanta. Hay personas de origen internacional, de todas partes. Todos vienen a ver el partido. Cuando ganan, es algo divertido. Todos se juntan, a apoyar al equipo".
El apoyo por el equipo también es prueba evidente del amplio atractivo y crecimiento del fútbol, según afirma Christa Heiligenthal.
"Somos hinchas del fútbol", expresó. "Vamos a seguirlo impulsando. Es el deporte más popular en prácticamente todo el mundo. Necesita que también lo sea en este país".
EN MODO CELEBRACIÓN
Las barras Dark Clouds y True North Elite son bulliciosas y fuertes. Alientan a todos los presentes en la cancha a cantar juntos en cada partido y sus coros retumban por el elegante y moderno complejo cuya construcción requirió una inversión de $250 millones. La sección de hinchas cuenta con un área en la cual solo se puede permanecer de pie en la parte superior de las gradas y se mantiene llena en cada partido, a pesar de que hay que subir una escalera angosta y empinada para llegar hasta allí.
Y cuando su equipo favorito se alza con la victoria, miles de personas estallan cantando las notas de "Wonderwall" de la banda Oasis para celebrar..
Es una escena cautivante, que ha atraído a los aficionados al fútbol de la región hasta St. Paul.
"Se convierte en toda una locura", expresó Brown. "Y cuando disparan la pólvora en la sección de hinchas, si el viento está soplando en la dirección apropiada, puedes oler todo eso, la pólvora negra y azul".
Myron Medcalf cubre básquetbol universitario y deportes de combate para ESPN.
Portland Timbers
PORTLAND, Ore. — Mucho después de la medianoche, Brandon Warren descansa sobre su cama plegable y se mete dentro de su bolsa de dormir. Usa sobre su cabeza su bufanda de hincha, para así cubrir sus ojos y oídos.
"Realmente no duermes", explica antes de intentar descansar. "Uno termina haciendo algo así como una siesta".
Aproximadamente a las 5 a.m. entendemos que Warren tenía razón, cuando un trabajador de aseo urbano sumamente dedicado vacía un contenedor cercano, vertiendo su contenido dentro de un camión de basura.
Para Warren y un grupo conformado por aproximadamente 50 abonados de admisión general que acampan en las aceras de la calle SW Morrison en el centro de Portland a las afueras del estadio de los Timbers, el Providence Park, esto forma parte del territorio. Los hinchas que ya tienen boletos adquiridos comienzan a hacer fila por lo menos 24 horas antes de cada partido para asegurarse de que se sentarán en su ubicación favorita entre las 18 secciones y aproximadamente 6,000 asientos detrás del arco norte, donde se sientan los miembros más fervientes del grupo de aficionados conocido como el Timbers Army.
El acampar, o la cultura de hacer fila, como es denominada en ocasiones, es un suceso recurrente de una forma u otra desde que los Timbers comenzaron su devenir en la MLS en el año 2011. Es un pasatiempo hijo de la necesidad y el pacifismo que caracteriza a la región del Pacífico Noroccidental de Estados Unidos.
A ESPERAR
"En 2011, se sentía este pánico loco, pensando: 'Oh, demonios, si no llego al estadio lo suficientemente temprano, no voy a conseguir mi puesto favorito", dice Sheiba Rawson, presidente del ente sin fines de lucro que gestiona a los Timbers Army y los Rose City Riveters, barra de hinchas de los Portland Thorns de la NWSL. "Por eso, teníamos gente esperando y haciendo fila durante todo el día, todo el día, para ingresar. Después, una hora antes de que se abran las puertas, la gente comienza a fluir por el MAX y se agrupan, empiezan a meterse y comienzan: '¡Oye Fred! ¿cómo está todo?' y se cuelan. Por eso, la gente que estaba allí, esperando durante todo el día, súbitamente se encontraban apartados, a tres cuadras de las puertas".
"Siendo oriundos de Portland, no se quejaban. Solo se enfadaban y comenzaban a actualizar sus estados de Facebook".
En 2013, los Timbers Army trabajaron al lado de la gerencia para encontrar una solución: los Timbers Army entregaron 1,200 pulseras numeradas a una hora sin determinar, a varias horas antes de comenzar el partido, con el fin de determinar el orden de entrada. Solo los presentes podían obtener una pulsera y el hecho de no revelar la hora de entrega con anticipación significaba que cualquiera que quisiera colarse a última hora se arriesgaba a quedar por fuera.
A partir de allí, el grupo de personas que decidió acampar comenzó a crecer.
Al menos 100 aficionados, según los estimados de Warren, comienzan a acampar cinco días antes de los partidos entre los rivales más feroces de Portland. Ken Sheets acampó cuatro días antes del encuentro inaugural de la temporada 2016 contra Columbus, equipo al cual venció Portland para alzarse con la MLS Cup en el torneo anterior.
Con 17 partidos como local en una temporada regular de la MLS, semejante clase de compromiso implica ausentarse por cierto tiempo del trabajo.
"Vacaciones, incapacidades...", expresa Warren. "Tú sabes... tengo gripe... De hecho, un antiguo jefe me acusó porque me excusé por enfermedad y este me respondió: 'Sé que juegan los Timbers. Sé donde te encuentras'".
LA LEYENDA DE TIMBER JOEY
Muchas cosas cambiaron cuando el proyecto de remodelación del Providence Park comenzó en 2017 y agregó aproximadamente 4,000 asientos a la zona oriental del estadio. La construcción alejó a los campistas de allí, llevándolos al área este de la arena. El periodo de tiempo para acampar se vio reducido hasta 24 horas antes de cada partido y la cantidad de pulseras a distribuir cayó hasta las 600. No se les permitió a los campantes utilizar tiendas de campaña o carpas, lo cual dio paso a las sillas reclinables y los catres, como el que utiliza Warren para dormir.
Warren, Sheets, Arthur Bartlett y el resto de su grupo llegaron a la Calle SW Morrison aproximadamente a las 11:30 de la noche antes del partido del 22 de junio contra Houston, más tarde de lo usual, con el objetivo de permitir a los asistentes al partido de los Thorns disputado el 21 de junio que vaciaran el Providence Park antes de que el grupo se ubicara cerca de la cabeza de la fila. Conversaron mientras degustaban cervezas Henry Weinhard's y IPA, dejando las latas vacías sobre el borde del bote de basura, para que los indigentes que quisieran ganarse unos dólares las pudieran recoger fácilmente y así revenderlas a 10 centavos cada lata.
"No conocería a muchos de mis amigos de no ser por esta fila", expresa Rodger Klinsporn. "Porque, en el estadio, estás sentado en un solo lugar. Aquí estás conociendo gente en todos lados".
Para las 8:45 a.m., a más de 11 horas antes del pitazo inicial, la fila habrá crecido hasta alcanzar aproximadamente las 100 personas. Para las 10:30, la cifra llega a cerca de 160 personas, aparte de 11 perros y las sillas de otras personas que se han acercado para desayunar.
Cerca del inicio de la fila. Sheets y otras personas están sentados alrededor de un Smartphone en el cual ven una transmisión en streaming de un partido del Mundial Femenino. En pocas horas, todos habrán recibido sus pulseras, para desbandarse por poco tiempo y regresar al estadio antes de las 6. Pasarán dos horas más en sus respectivos asientos antes de que el partido comience a las 8.
"Uno no solo viene a ver el partido", afirma Sheets. "Uno viene por el ambiente en todo esto, compartir, la cultura de las filas. Uno viene por el ambiente que invita a hablar tonterías con la gente por dos horas antes del partido... beber un poco, comer algo. Y luego, los cánticos y la diversión; después, el partido efectivamente comienza".
"Eso es apenas una parte del proceso. No solo se trata de los 90 minutos en la cancha".
Brady Henderson cubre a los Seattle Seahawks y la NFL para ESPN.
Seattle Sounders FC
SEATTLE — Drew Carey volteó sobre sus hombros para asegurarse de que se mantenía pendiente de la marea de hinchas del Sounders FC que se encontraba detrás de él. Se dirigían hacia el sur en una calle cerrada que dirige al CenturyLink Field, donde faltaba poco menos de una hora para que se diera el pitazo inicial del partido contra el Sporting Kansas City.
"Esto parece ser un bajo índice de asistencia", dice Carey, el comediante y personalidad televisiva que es propietario parcial del equipo. "Kansas City no es gran rival nuestro. Si fuera un partido contra Portland, un partido contra Vancouver, un partido de playoffs, algo parecido... estuviera repleto".
En esta tarde dominical de agosto, cuando un buen porcentaje de habitantes de Seattle o bien se encontraban pasando la resaca del festival anual Seafair o seguían de fiesta en el Lago Washington, la avenida Occidental se encontraba repleta con una importante cantidad de personas. Al menos doscientos hinchas de los Sounders, junto a los aproximadamente 40 miembros de la banda de los Sounders, Sound Wave, cuya sección de percusión aporta el ritmo para que todos canten:
"Cuando se trata de nosotros, contra ellos, ¡siempre puedes contar conmigo!
Cuando se trata de nosotros, contra ellos, ¡es la hora de la unidad de los Sounders!"
SIGUE LA OLA
Esta es la "Marcha hacia el Partido" ("March to the Match"), una tradición iniciada por la barra Emerald City Supporters en 2005, cuando los Sounders jugaban en la United Soccer League. Comienza con una reunión en el Parque Occidental en el distrito Pioneer Square de la zona central de Seattle, 90 minutos antes del pitazo inicial.
"Te da una especie de inmersión más profunda en la cultura futbolística, solo para los hinchas de los Sounders", dice Cody Brocato, quien calculó que ha asistido a aproximadamente 20 marchas durante los dos últimos años, incluyendo esta, previa al partido del 4 de agosto contra Kansas City.
Después de una actuación de Sound Wave, Carey, quien usaba su bufanda de los Sounders y una credencial, saltó al escenario y lideró un breve cántico. Entregó el micrófono a Ken Carson, quien servía como anfitrión del mitin. Carson procedió a anunciar a cada miembro del once titular de los Sounders, leyendo su primer nombre y permitiendo a la multitud corear los apellidos.
Faltando aproximadamente una hora antes del inicio del encuentro, los marchistas se ubicaron en la entrada sur del parque. La mayoría se encontraba detrás de un grupo de personas que sostenía una pancarta gigantesca de los ECS (Emerald City Supporters), con la excepción de los capos, que conducían a la muchedumbre en su salida de Occidental, iniciando varios cánticos de los Sounders.
Carey, quien vuela proveniente de Los Ángeles para asistir a la mayor cantidad de partidos según se lo permita su agenda, se encontraba entre los líderes de la marcha. Alzaba su puño al aire al ritmo de los cánticos, estrechó las manos de los hinchas que se le acercaban y por breve tiempo se detuvo para complacer la petición de una selfi con un aficionado.
SIGAN CANTANDO
El lapso aproximado de 13 minutos que requiere la multitud para cruzar las cuatro cuadras que van del parque Occidental hasta la entrada suroccidental del estadio es más que el tiempo que necesitaron los Sounders para decidir si iban a mantener esta tradición una vez que se incorporaron a la MLS, según el recuento hecho por Carey de lo sucedido. Ocurrió mucho antes del inicio de su temporada inaugural en 2009, durante una reunión con los dos primeros miembros del Alliance Council, que sirve de nexo entre la base de abonados del equipo y la gerencia y grupo de propietarios.
"(El Alliance Council) nos decía: 'Debemos hacer esto. Es una marcha hasta el partido, en Pioneer Square, y creo que ya lo habían hecho antes'", dice Carey. "Respondí: 'Cierto, eso suena como una idea grandiosa'. Y fui al otro lado del salón para hablar con otro de los miembros de la gerencia y le digo: 'Estos chicos quieren hacer una marcha hasta el partido', y me responde: 'Suena muy bien'. Y eso fue todo. Se decidió en cuestión de menos de 10 minutos. En esta reunión donde estábamos almorzando, comiendo sándwiches y cosas así".
En un momento, durante la marcha por Occidental, Carey se volteó para devolverse unos cuantos pasos. O bien se estaba asegurando de que mantenía el paso con los demás o solo quería asimilar el ambiente.
"Esto fue idea de los hinchas", expresó. "Los chicos de la ECS lo originaron. Fue creado de forma orgánica. Eso es lo que lo hace tan especial a mi criterio. No es que el equipo vino y dijo: '¿Saben qué? Hagamos una marcha hasta el partido, que se inscriban y... ¡oigan todos, vengan a marchar!' Todos lo hicieron a motu proprio, lo cual lo hace algo fantástico, en mi opinión".
Brady Henderson cubre a los Seattle Seahawks y la NFL para ESPN.
Sporting Kansas City
KANSAS CITY, Mo. — Los habitantes de la zona llaman de forma afectuosa al estadio del Sporting Kansas City "El Infierno Azul" y ese mote parecía apropiado con un índice de calor en unos sofocantes 108 grados para un partido contra el FC Dallas a finales de julio. Nadie se encuentra sentado. El no sentarse forma parte de las reglas de quienes habitan la hilera de gradas en la zona del arco norte, entre las que se encuentran "siempre hay que cantar" y "divertirse". Un adolescente golpea un tambor gigantesco y el chico sigue y sigue.
"Él es todo un prodigio", afirma Brandon Taylor, sin una pizca de masoquismo en su voz.
Taylor es el maestro de ceremonias de todo esto. Taylor viste dos bufandas y una camiseta gruesa.
Es el jefe de los capos del Sporting KC, si es que existe un título oficial de este tipo. Pongámoslo de esta forma: cuenta con un cuerno de toro y 48 cánticos, ufanándose de que esta es la mayor cantidad de coros dedicados a un equipo de la MLS. Probablemente sea cierto.
Aparte de una cerveza gratis ocasional, Taylor no recibe remuneración alguna por este trabajo como líder de la Caldera, una amplia colección de los hinchas más apasionados del equipo, que ocupan la zona del arco norte. Se ubica en la parte baja de las gradas, como una especie de conductor de la sinfonía del caos.
Usualmente, los capos son los hinchas más apasionados del fútbol. Lideran los cánticos y están constantemente involucrados con la acción, a pesar del hecho que no suelen ver la mayor parte de los partidos, porque se ubican de espaldas a la cancha.
Taylor estima que no ha podido ver un gol en vivo en años, a pesar de que hay una pantalla gigante ubicada en encima de él.
"Me aseguro de que la multitud esté emocionada", afirmó. "Lidero los cánticos, ayudo con los tambores..."
"Honestamente, solo vengo acá para relajarme y divertirme. Uno llega a conocer personas interesantes".
BIENVENIDOS AL INFIERNO AZUL
Taylor no encaja precisamente con el perfil de un ultra del fútbol. Se trata de un empleado bancario de 37 años. Solía detestar el fútbol, hasta que, hace unos años, sus amigos lo llevaron a un partido en el Arrowhead Stadium y si bien la enorme arena estaba en su mayor parte vacía, los asistentes causaron una profunda impresión en él.
"Eran la gente más apasionada", expresó. "Estábamos perdiendo y seguían cantando y saltando. Yo pensaba: 'Hombre, esto es divertido'. Quedé enganchado".
Una de las partes que Taylor disfruta más de su puesto de capo es decidir la lista de cánticos a entonar, que es una mezcla entre las parodias de Weird Al Yankovic y algo que uno escucharía en el dugout de un equipo de softbol infantil.Los asistentes a la Caldera se involucran de verdad en estos cánticos. Por ejemplo, Taylor afirma haber sido expulsado de un partido de béisbol de los Kansas City Royals porque estaba cantando a voz en cuello.
Fue elegido para el puesto de capo, en gran medida, porque fue durante mucho tiempo "el tipo fastidioso" de las tribunas. Y algunos de los cánticos son de verdad molestos, especialmente si se encuentra sentado del otro lado del estadio.
Un ejemplo: "We Follow Ya" ("Te Seguimos"), cantado al son de una canción de Peggy March de los años 60 que rinde homenaje al apodo original del Sporting: lois Wizards.
"Te amamos, te amamos, te amamos
Y dondequiera que tú vayas, te seguiremos, te seguiremos, te seguiremos.
Porque alentamos a los Wizards, los Wizards, los Wizards..."
MANTENIENDO EL RITMO
Uno de los mayores elogios que puede recibir un miembro de la Caldera es que un jugador rival reaccione a sus cantos, como ocurrió cuando el portero del FC Dallas Jesse González miró a la afición y sonrió en esa noche en particular, posiblemente porque una joven dama insistía gritándole que quería tomarse una selfi con su madre.
Matt Besler, capitán del Sporting KC y nativo del área de Kansas City, afirma notar el impacto causado por la Caldera.
"Nos dan energía", afirma Besler. "Quizás causan una repercusión mayor de la que ellos creen".
El día de Taylor comenzó temprano, con una larga parrillada a las afueras del estadio, pero jamás le cruzó por la mente la posibilidad de cambiar sus planes en esta tarde sabatina de finales de junio, en medio de un calor sofocante. Pensaba que no podía darse un día libre. Él y los miembros de la Caldera deben estar constantemente en movimiento, a pesar de las olas de calor, las goleadas en contra y los alargues.
A finales del segundo tiempo en el partido contra el Dallas, el Sporting KC estaba en desventaja 2-0 y nadie le habría culpado de haberse dado un descanso. Su voz se estaba apagando, estaba bañado en sudor y su equipo no iba a remontar.
Taylor tomó su cuerno.
"Aún podemos ganar este partido", dijo.
No fue así. Pero los triunfos no son la única razón por la cual Taylor acude al estadio. La Caldera sirve como su comunidad social, un grupo de hinchas que se han hecho amigos. Su bulliciosa hermandad incluye a maestros, oficiales de libertad condicional y trabajadores de tecnología de la información. El grupo hasta incluye a un oficial de policía, según afirma Tamera Couchman, quien se ubica cerca de Taylor durante los partidos.
Los miembros de la Caldera celebran una fiesta de Navidad cada año y se mantienen en contacto después de concluir la temporada.
"Ustedes podrían pensar que todos somos unos rebeldes o algo así", expresa Couchman, "pero no lo somos".
Cuando el Sporting KC gana un partido, Taylor y sus amigos se dirigen al área del club y siguen cantando sus coros por un tiempo. Después de una derrota, como esta que acaban de sufrir, terminan rompiendo filas. Pero primero, hay un coro más que entonar.
"Del Sporting hasta morir".
Elizabeth Merrill es escritora senior de ESPN.com y ESPN The Magazine. Previamente, fue redactora de los diarios The Kansas City Star y The Omaha World-Herald.
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SEMANA DE RIVALIDADES por ESPN , 22-26 DE AGOSTOVS MINNESOTA UNITED
VS ATLANTA UNITED FC
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