Un triunfo con luces y sombras

Tras ganar el primer set el seleccionado argentino creyó que el partido tendría una resolución sencilla, pero Japón lo sorprendió con una actuación que casi lo deja en perdedor ante su público

BUENOS AIRES -- Siempre es mejor corregir el rumbo con los puntos ya en el bolsillo, pero ni el mismo técnico Carlos Getzelevich pudo evitar mencionar las equivocaciones que casi le cuestan muy caro a la Argentina ante Japón: errores en el contraataque, en el saque y en el bloqueo, propios de una actuación con tantas luces como sombras.

En el comienzo de la segunda ronda se esperaba un trámite sencillo ante los orientales, que sirviera de punto de partida para encarar el partido con Bulgaria de la mejor manera, pensando que con otra victoria se acompañaría a la poderosa Italia a los cuartos de finales.

Después de un poco más de dos horas y un emotivo partido en el Luna Park, en el campo argentino se mantiene la tranquilidad antes del inminente y trascendental choque con los búlgaros, pero el trámite sencillo frente a Japón quedó en los papeles.

SE DESPERTARON JUSTO CONTRA ARGENTINA
El equipo argentino, con Marcos Milinkovic y Alejandro Spajic a la cabeza (y no por ser los más altos) felicitó a los japoneses por una gran actuación que casi paraliza en el tie break a los 10 mil espectadores.

En el primer set Argentina dominó de punta a punta pero careció de la precisión de otras noches. El 25-21 era, hasta este momento, previsible. La hinchada se entusiasmaba con el "Borombombom, borombombom, el que no salta es de Japón" y la mascota Minto animaba la fiesta.

En el intervalo, antes que comenzara el segundo capítulo, fue momento de deleitarse con la danza, con la música que utilizaba el programa político "Tiempo Nuevo" de fondo. Como una premonición, Tanaka, el técnico japonés, le lavó la cabeza a un equipo que salió al nuevo tiempo con más actitud ganadora, sin dar ninguna pelota por perdida.

Lo dicho, el segundo set arrancó parejo, punto a punto. Japón comenzó a escaparse a partir del 10-10 cuando Weber se equivocó y tocó una pelota que tenía destino de platea.

Mientras los orientales mejoraban su recepción, Argentina ganaba en desconcierto. Minto dejó de hacer de las suyas y corría a la par de los suplentes, simulando una entrada en calor. ¿Lo habrá mandado Getzelevich?.

EL ORGULLO Y AMOR PROPIO PARA LEVANTARSE
El 21-25 fue inexorable, el encuentro estaba en tablas. Al ritmo de la chilena Patricia Manterola las porristas bailaron el tema "Que el ritmo no pare", casi como un suplicio para los argentinos. Gastón Giani entró en reemplazo de Jerónimo Bidegain pero Japón nuevamente tomó la iniciativa.

Los locales remontaron un 3-6 y se pusieron 9-7 en la mejor ráfaga de voley que mostraron los de Getzelevich a lo largo del encuentro. Cerca a los 20 puntos los asiáticos llegaron al empate pero Argentina siempre picaba en punta. Tuvo el set ball en 24-23, pero la recepción japonesa siguió levantando todos los ladrillos que caían hasta alzarse con el 27-25 del tercer set.

Con la sensación de que la repetición de errores costarían el partido, los argentinos tomaron conciencia de la gravedad de ir un set abajo. La hinchada dejó de ser benevolente y presionó con un "...esta noche cueste lo que cueste, esta noche tenemos que ganar...".

En el tercer punto del cuarto set Marcos chocó en pleno bloqueo con Yamamoto, el opuesto japonés. Su tobillo asustó a todos. "Vamos los pibes" era la consigna. Porporatto, Giani y Darraidou estaban juntos en la cancha. Pero el capitán volvió cinco tantos más tarde en reemplazo del zurdo.

Con su entrada, el equipo tomó la ventaja y no la largó más. En 27 minutos empató el partido ganando el set nuevamente 25-21. La definición fue una joya de Weber: el armador en posición de central tocó de costado simulando un pase, al mejor estilo Earvin "Magic" Johnson.

CUANTO MAS SE SUFRE, MAS SE DISFRUTA
A matar o morir, el tie break era decisivo. Argentina pecó de distraído en muchas acciones y Japón llegó a ponerse 10-7. Un mal saque, un bloqueo y posterior ataque de Milinkovic en posición de punta/receptor lograron emparejar la cuestión.

En 13 llegaron iguales y desde ahí Argentina demostró tener más hambre de gloria. Con su saque, Marcos sacó un fierrazo que ni dos receptores podrían haber devuelto, y así Argentina gozaba del primer match ball de la noche. "Uno más y no jodemos más", cantaba la gente tratando de que el sufrimiento terminase pronto.

Japón empató con un ataque efectivo y de vuelta a recibir. El líbero Meana amortiguó el saque, Weber preparó la jugada y el Caño Spajic se comió a la defensa japonesa. 15-14, nuevo punto para partido. Esta vez los orientales fallaron en un ataque que se fue ancho y Argentina gritó una trabajosa victoria.

Sin tiempo para festejos, espera Bulgaria. Se dio un gran paso en la carrera hacia los cuartos. Luces y sombras tuvo la performance argentina, pero al menos con la tranquilidad del triunfo, y como dijo Milinkovic: "con la fuerza, la garra y el coraje" que suele mostrar un argentino cuando la cosa no anda bien.

NICOLÁS BAIER es redactor de ESPNdeportes.com.

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viernes, 04 de octubre