El primer punto a revisar, entonces, será la conformación de los grupos de la segunda fase, y cómo las pocas pero importantes sorpresas iniciales echaron por tierra todas la evaluaciones previas.

EL TROPEZÓN DEL GIGANTE AZZURRO
Por ejemplo, la derrota de Italia ante Polonia, llevó a los tricampeones mundiales al Grupo G, a jugarse en el estadio Luna Park de Buenos Aires, donde se encontrarán con el local Argentina, la sólida Bulgaria y el combativo aunque débil Japón.

Seguramente italianos ni argentinos soñaban con cruzarse en el Campeonato del Mundo antes de una fase semifinal, pero el Diablo polaco (cabe recordar que llegó al Mundial invitado, tras la deserción de Corea) metió la cola y provocó un cruce inesperado y bastante poco deseado para los protagonistas principales.

PASÓ SIN PRIVILEGIOS DE ZAR
Rusia, que venía de ganar la Liga Mundial, pasó con lo justo como uno de los mejores terceros de Grupo y ahora deberán soportarlos Polonia, Portugal y España, en la subsede de Córdoba.

Y verse cara a cara con los rusos es un regalito que nadie deseaba por lo menos hasta la hora de la pelea por las medallas. Sí, aunque no estén jugando su mejor voley.

APARECIÓ LA ZONA DE LA MUERTE
En Santa Fe se dará una verdadera zona de la muerte. Por los dos lugares hacia los cuartos de final luchará uno de los equipos de paso mas firme hasta aquí, Francia.

Además estará Brasil, que a pesar de no haber alcanzado un rendimiento brillante jugó el que hasta aquí fue el major partido del torneo ante los Estados Unidos.

También estará la muy recuperada Holanda, que busca volver a los primeros planos del voley, después de haber alcanzado su techo con el oro olímpico en Atlanta 96.

Y ojo, que el cuarto equipo es la República Checa, que si bien pasó como el mejor tercero de la competencia siempre se puede esperar más de un equipo dirigido por el argentino Julio Velasco.

EN SALTA BAILAN DE ALEGRÍA
Finalmente, en la subsede de Salta quedó conformado un grupo para disfrutar del buen voley.

Tanto Yugoslavia como los Estados Unidos son fervientes cultores de la técnica individual al servicio del espectáculo.

Los primeros van por el oro, para refrendar sus actuales títulos olímpico y europeo.

Los estadounidenses, en tanto, están en la búsqueda del equipo con el cual su técnico Doug Beal sueña luchar por una medalla en Atenas 2004.

Entre ellos, intentarán dar pelea Grecia y China.