Argentina no se conforma y quiere más

Le ganó con categoría y contundencia 3-1 a una Italia deslucida con parciales de 25-17, 24-26, 25-22 y 25-20. Así se aseguró el primer puesto del grupo y ahora enfrentará a Francia en cuartos de final

Por NATALIA TCHUKRAN

BUENOS AIRES -- Con el objetivo de haber llegado a cuartos de final realizado, Argentina salió a la cancha a jugar ante Italia con la tranquilidad de la clasificación y con la responsabilidad de enfrentar a una de las potencias del voley y probar así su verdadero nivel.

Más patriótico que nunca, el público del Luna Park recibió a sus jugadores con miles de banderitas argentinas y cantos motivadores para devorarse a los italianos.

MÁS FÁCIL DE LO PREVISTO
El partido arrancó con todos los condimentos: un equipo argentino súper enchufado en recepción, ataque y bloqueo más tribunas que vibraban al son de "vamos, vamos, Argentina..."

La estrella del partido contra Bulgaria, Jerónimo Bidegain, fue al saque -acompañado de gritos de reconocimiento- para que Argentina se fuera tranquila 8-4 en el primer tiempo técnico.

Los locales dominaban con autoridad el set, con Weber bien en el armado, encontrando las manos certeras de Bidegain y Conte. Italia estaba perdida, desconcentrada y apelaba a sumar sólo por errores de su rival.

El segundo tiempo técnico fue 16-10 para un equipo argentino que empezaba a demostrar que la categoría exhibida ante Bulgaria no había sido ilusoria.

En poco menos de 20 minutos, un remate lejos del italiano Casoli le daba el primer set a la Argentina. Más rápido y también más fácil de lo previsto.

Italia estaba con el cuerpo en el Luna Park y la cabeza en otro lado. Los de Getzelevich habían hecho un muy buen set con destacados rendimientos individuales pero no debían descuidarse: el gigante podía despertarse en cualquier momento.

MILINKOVIC SE APAGÓ; ITALIA SE ENCENDIÓ
El segundo juego arrancó parejo; el virus del error parecía estar infectando a Argentina, que, sin embargo, mantenía la paridad en el marcador. Pero llegó el primer tiempo técnico y los locales entraron en un pozo. Italia se agrandaba y sacaba una diferencia de seis para adelantarse 13-7 con buenas intervenciones de Sartoretti.

Lentamente y gracias a la mano caliente de Elgueta, el saque de Darraidou y el bloqueo de Spajic, Argentina empezaba a levantar. Cuando el set enfilaba a su recta final, llegó quizás lo más lindo de este deporte: salvadas espectaculares y la pelota volando de un lado al otro de la red.

El partido se hacía vistoso y creaba suspenso. El sanjuanino Elgueta se lucía en el equipo argentino que, sin embargo, no pudo llevarse el segundo parcial.

Ajustes en el ataque italiano hicieron que los europeos igualaran el partido. Argentina no había jugado mal pero extrañaba a su estrella Marcos Milinkovic, que brillaba, pero por su ausencia.

APARECIÓ MILINKOVIC Y REVIVIÓ ARGENTINA
Las voces del estadio atacaban a la estrella argentina por no estar en una buena noche. "Milinkovic es un desastre", sentenciaba un señor mayor que gritaba en una tribuna.

Pero pronto el argentino revivió y encaminó el comienzo del tercer set a favor de su equipo, que recuperaba a su gran figura y le sacaba provecho a la gran noche de Elgueta y a la buena actuación de Bidegain.

El set transcurría parejo en el marcador y en el desarrollo, aunque Argentina se iba con un punto de diferencia al segundo tiempo técnico. Pero apareció Milinkovic en toda su dimensión para adelantar a su equipo en set y para enardecer a las tribunas del Luna Park.

La gran recepción de Meana -la figura de perfil bajo de esta selección- permitía la arremetida de Milinkovic en la red para poner a Argentina set ball. Entonces emergió un remate furioso de la estrella argentina que selló el tercer juego para los locales que empezaban a soñar con la victoria.

EL EQUIPO DE TODOS
En el cuarto parcial, los de Getzelevich arrancaron concentrados, dispuestos a adueñarse del partido y a sacarle provecho a la gran irregularidad de Italia, que parecía aquella Argentina que enfrentó a Japón.

Elgueta, otra vez, mostraba un nivel excelente y distanciaba a su equipo en el marcador. Argentina ajustaba su coordinación y empezaba a soñar con la victoria.

El Luna Park se ponía de pie y la gente revoleaba remeras y banderas al compás de "Olé, olé, olé....Argentina...es un sentimiento...." Llegó entonces un saque largo de Italia para poner a los de Getzelevich match ball y así llevarse el partido, después de un potente remate de Milinkovic.

Todos gritaban, saltaban, festejaban y aplaudían. Argentina volvía a sonreír. Le habían ganado a la gran pero hoy deslucida Italia y se aseguraban el primer puesto. Para no dejar de aplaudir y no dejar de soñar.

Ahora llegan los cuartos de final, a todo o nada. Argentina tiene equipo para dar pelea y tiene un motor extra en los miles de fanáticos que siguen a esta selección. El sueño tal vez, recién esté empezando; mientras tanto, Argentina sigue haciendo camino al andar.

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