Es que, tras sufrir las caídas consecutivas en los clásicos contra Boca Juniors y San Lorenzo de Almagro, La Academia quedó virtualmente marginada de la posibilidad de obtener el título del torneo Clausura, debido a los ocho puntos que la separan de la cima en un certamen cuyo recorrido ya superó la mitad del fixture.

Allí, en esa ubicación de privilegio, están instalados River Plate y el equipo dirigido por Carlos Bianchi, que también participan de la Libertadores, pero en el Clausura demostraron mayor regularidad y, de momento, avanzan a paso firme hacia la conquista del título local.

Consecuentemente, y de no mediar un pronunciado declive en los líderes, a Racing únicamente le queda aspirar por un premio consuelo en el ámbito doméstico: sumar una considerable cantidad de puntos para clasificarse en las próximas versiones de la Copa Sudamericana y de la Libertadores.

Mientras tanto, el desafío inminente para el campeón del Apertura 2001 tendrá lugar en la ciudad colombiana de Cali el próximo martes, ante los "Diablos Rojos" del América, de reconocido linaje copero y con el mismo mote de su archirrival Independiente.

La delegación académica ya se encuentra en aquellas calientes tierras colombianas, donde la condición de dueño de casa influye decididamente frente a cada foráneo.

De todos modos, los antecedentes del cuadro de Ardiles en esta copa fuera de Avellaneda generan optimismo en su búnker caleño. Pues, si bien enfrentó a oponentes de menor fuste -salvo Nacional en un Montevideo donde nunca había logrado ganar a lo largo de su rica historia de duelos rioplatenses-, obtuvo puntaje casi ideal durante la primera ronda.

Con la incorporación del peligroso atacante Jairo Castillo, ex Vélez, y del promisorio Andrés Felipe González -titular en el seleccionado Sub 20 "cafetero"-, el América se reforzó convenientemente para afrontar con mejores bríos esta instancia.

El déficit del América está en su retaguardia vulnerable, ya que padeció once goles en contra durante la primera fase, especialmente del Santos, de Brasil, que le propinó ocho y, la mayoría, en Cali.

Ese problema debe inquietar a los colombianos porque en Racing suele rendir a plenitud la dupla ofensiva que conforman Luis Rueda y Diego Milito, quienes reciben el invalorable aporte de Mariano González y Sixto Peralta.

Asimismo, los "Diablos Rojos" también son temibles cuando procuran quebrar defensas, y últimamente la albiceleste desnudó debilidades alarmantes cuando fue bombardeada con centros aéreos (el pasado fin de semana, San Lorenzo le convirtió dos tantos por esa vía).

En Cali confían en el aporte de Julián Vásquez, máximo artillero del campeonato colombiano y segundo en la Libertadores, autor de la mayoría de los once señalados hasta el momento en la competencia continental.

Las perspectivas de éxito, entonces, no deben sobredimensionarse en las huestes albicelestes. Ni subestimar las propias fuerzas, pese a los recientes traspiés en el Clausura. De una u otra manera, toda palabra de especulación morirá en la colmada caldera que será dentro de 48 horas el Estadio Pascual Guerrero.

De retornar de Colombia con un resultado positivo, la definición en el Cilindro Mágico también se tornará una ventaja apreciable para acceder a las siguientes rondas, etapas en las que Racing podría toparse con los punteros del Clausura, primero con River y luego con Boca, ya que "los primos" accedieron a octavos como segundos de sus grupos.