Al menos tiene el consuelo de la Liga

La eliminación del Real Madrid en las semifinales de la Champions League obliga, y permite a la vez, al equipo de Vicente del Bosque centrarse definitivamente en la Liga como objetivo único y prioritario

MADRID -- La eliminación del Real Madrid en las semifinales de la Liga de Campeones obliga, y permite a la vez, al equipo de Vicente del Bosque centrarse definitivamente en la Liga como objetivo único y prioritario de este final de la temporada 2002/2003.

La derrota en Delle Alpi, por dolorosa que sea, tiene sobre el papel un efecto positivo para el Madrid en el torneo doméstico, y es que ya no tendrá la 'distracción' continental y podrá colocar en el blanco de su diana recuperar el cetro nacional.

El equipo de Del Bosque, como casi todos los que participan en la Liga de Campeones, ha tenido que pagar un 'peaje' que se ha hecho notar en las competiciones domésticas que a la postre, según algunos jugadores madridistas, se ha visto reflejado en la pérdida de una cantidad importante de puntos.

Está demostrado que compatibilizar ambas competiciones con garantías de éxito es más que complicado. Excepciones como la del Juventus, finalista continental y campeón italiano, pueden ser la confirmación de la regla.

El Bayern Múnich cayó en la primera fase y, sin mirar a otro lado, se disparó sin compasión al título en la Bundesliga; el Manchester United perdió en cuartos de final y no tuvo el más mínimo problema para hacerse con la 'Premiership'; y el Deportivo también 'agradeció' la marcha de Europa con su escalada en la Liga hasta el liderato.

El Real Madrid, mientras se debatía con bastante sufrimiento en la Liga de Campeones, capeó el temporal con éxito e incluso llegó a comandar la Liga con seis puntos de ventaja, pero la acumulación de encuentros, el cansancio y la 'distracción' continental mandó esa renta al limbo.

Cinco puntos en los últimos cinco encuentros. Ese es el balance doméstico de un equipo que ahora está abocado a mirar con el máximo interés el torneo doméstico, pero en el que ha perdido el liderato y depende de Deportivo y Real Sociedad.

La distancia, siendo mínima, es importante porque al Real Madrid no le queda apenas margen al error y encima su calendario es bastante complicado en esta recta final de la Liga, con visitas a feudos tan adversos como el del Valencia y el del Atlético de Madrid y partidos en casa frente a rivales de entidad como el Málaga, el Celta y el Athletic Club.

El cuadro de Del Bosque no llegó a Delle Alpi ni en las mejores condiciones anímicas ni físicas. El equipo titular está tocado. Los jugadores andan ya muy justos de reservas e incluso algunos de los elementos decisivos como Raúl González y Ronaldo Nazario han sufrido contratiempo en forma de apendicitis y contractura muscular, respectivamente, y, como se mostró en Turín, es imposible salir de un trance como el suyo y estar al ciento por ciento, algo imprescindible a estas alturas y con estas exigencias.

No se puede olvidar una ausencia como la del medio francés Claude Makelele, el 'pulmón' y el equilibrio en el centro del campo. Su baja fue determinante frente al Juventus y aún le queda alguna semana de ausencia.

La solución por la que apostó Del Bosque de formar con el brasileño Flavio Conceicao y el argentino Esteban Cambiasso en el medio pivote careció de respuesta adecuada para el equipo, como había sido palpable, semanas atrás, en la primera mitad del partido contra el Rayo Vallecano.

Del Bosque, que desde Old Trafford había recurrido a José María Gutiérrez 'Guti' para esa zona y que rectificó en el segundo tiempo de Delle Alpi para colocarle ahí tras actuar en el primero como media punta, buscó más presencia en la medular, más control y más protección, y poco o nada de eso existió.

Habrá que ver por qué se decanta mientras no está Makelele en los próximos partidos ligueros, porque cualquier tropiezo puede significar el adiós al último título al que aspira esta campaña, la primera de la etapa de Ronaldo que pondría un buen broche con la Liga pero que sin ella quedaría todo con un tono casi gris, pese a estar luchando por todas las competiciones hasta las últimas instancias y a haber logrado, en los albores de la temporada, la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental.

Al menos esta eliminación permitirá al entrenador madridista preparar con tiempo, con ese del que ha carecido durante todo el año, los partidos ligueros y a los jugadores tener el reposo mínimo para y el tiempo de trabajo imprescindible para llegar con más garantías.

La tristeza por el adiós a Europa no se la puede quitar nadie, pero los madridistas tienen la 'fortuna' de que el fútbol no para y el objetivo de la Liga está ahí, próximo y al alcance.

- EFE


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jueves, 15 de mayo
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