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Penta, la historia del migrante que se convirtió en la estrella de WWE

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Penta 0: "Se bien de donde vengo y a donde quiero llegar" (4:31)

El luchador mexicano cuenta orgulloso que "el barrio nunca ha salido de mi". También recuerda sus tropiezos en los inicios y detalles de su historia de vida. (4:31)

Antes de llegar a la cima en WWE, Penta Zero Miedo vivió de todo para cumplir el sueño americano.


Ecatepec, México – En la Arena del Valle, situado dentro de la Colonia Granjas Valle de Guadalupe, cerca de mil personas se dan cita en una calurosa tarde de domingo para presenciar una función de lucha libre. Los luchadores no solamente compiten en el cuadrilátero, sino que debajo de él, lo usan previamente para vender máscaras, posters y todo tipo de productos relacionados a su imagen. Dos niños se acercan, dinero en mano, para comprar. Ambos traen camisetas con la imagen del luchador conocido como Penta Zero Miedo, la estrella de WWE, así como el anfitrión y dueño del inmueble.

Penta no está físicamente presente, pero su presencia es palpable. En imágenes proyectadas en la pantalla LED sobre el ring, en las máscaras y camisetas que varios de los asistentes portan, y en la escuela de lucha que fundó, donde una multitud de niños, niñas y adolescentes muestran sus habilidades al público en la primera parte de la función.

Que la Arena del Valle, así como el gimnasio de Penta a pocos kilómetros, estén situados en Ecatepec y Teotihuacán, a las afueras de la Ciudad de México, no es coincidencia. Más bien, significa el cumplimiento de una promesa que el luchador se hizo desde joven, cuando se dio cuenta que quería dedicar su vida a la lucha libre. Cualquier éxito, decidió en ese momento, no sería solamente para él, sino serviría como un vehículo para que otras personas pudiesen seguir en sus pasos sin tener que sacrificarse de la misma manera cuando algunas horas para poder entenar lucha libre y cumplir su sueño.

“Estar conviviendo con la gente [de Ecatepec], eso no lo hago porque no pueda ir a otro lado, sino es porque ellos estuvieron desde el día uno”, dijo Penta en entrevista exclusiva con ESPN. “Quizá ellos no los saben, pero para mí es como decir que el barrio nunca ha salido de mí”.

Hoy, los fans de Penta lo ven en la cima, luchando a lado de otras grandes estrellas de WWE en sitios tan variados como Las Vegas, Los Ángeles o Arabia Saudita. Pero como suele ser en estos casos, el camino al éxito no llegó sin sus respectivas dificultades.

"Quizás no existiría Penta"

El sacrificio y el trabajo iban de la mano. Desde muy joven, la vida familiar de Penta marcada por ver a su padre laborar a diario como vendedor de comida ambulante en Ecatepec, situación que le provocó prometerle que, algún día, le daría su propio local. Un fiel enamorado de la lucha libre, la posibilidad de trascender en este deporte lo comenzó a consumir.

“Desde niños rompimos camas, sillones, todo, jugando en la casa [mi hermano y yo]”, dijo Penta.

En ese entonces, cuenta Penta, no existían escuelas o gimnasios dedicados por completo a la lucha libre en Ecatepec. Por lo mismo, él y su hermano, conocido en el mundo de la lucha libre como Rey Fénix, emprendían viajes regulares a la Ciudad de México para comenzar a entrenar, alentados por un ex luchador de nombre Mala Sangre.

La necesidad de viajar largas distancias para entrenar se fue acomodando lentamente dentro de una rutina maratónica para Penta y Rey Fénix. Durante una década, como jóvenes, acostumbraban a dormir solamente un puñado de horas para poder completar todas las tareas necesarias del día, y tener además la posibilidad de seguir avanzando en el mundo de la lucha.

“Era entrar a trabajar a las tres o cuatro de la mañana, terminabas cuatro o cinco de la tarde,” dijo Penta. “Iba a mi casa, comía y a las siete de la noche estaba entrenando lucha libre, [hasta las once de la noche], regresaba a mi casa, cenaba, dormía y así sucesivamente durante diez años”.

Aquel ritmo sofocante y la necesidad de crecer económicamente pesó sobre Penta, quien tomó la difícil decisión de buscar emigrar a los Estados Unidos para trabajar allá y enviar dinero de regreso al resto de su familia. Al no contar con una visa de viajero para ingresar al país, lo intentó como indocumentado, ingresando desde la punta noroeste del país, cerca del pueblo de Sonoyta, Sonora, que hace frontera con Lukeville, Arizona.

Pero el cruce no se dio de forma exitosa. Penta se vio solo, y perdido con el peligro latente de ser arrestado por las autoridades de Estados Unidos, o de sucumbir a las duras condiciones climáticas del desierto de Sonora. Tras una semana de deambular, se entregó de forma voluntaria a un grupo de oficiales en Arizona, quienes lo deportaron.

“Creo que es la derrota más grande de mi vida”, dijo Penta. “Una persona que se fue, como [muchos] mexicanos por el sueño americano, me dijo que había chamba. Yo entrenaba, pero aún no debutaba en la lucha, y decidí tomar ese camino erróneo que fue quererme ir de ilegal a Estados Unidos".

Ante su regreso a Ecatepec, Penta abrazó aun más su sueño de triunfar en la lucha libre, empeñado en transformar aquella derrota en una victoria con el paso del tiempo. En su gimnasio de entrenamiento, un mes después de volver de los Estados Unidos, se abrió una cartelera con tres funciones. No habría pago, pero sí la posibilidad de debutar.

“El 30 de abril debuto como luchador. En el gimnasio pequeño donde entrenaba me dijeron que me comprara mi uniforme, hiciera mi máscara. No sé qué hubiera pasado si hubiera [cruzado a los Estados Unidos], quizá no existiría Penta, porque yo me hubiera quedado trabajando allá”, dijo.

Un ascenso prolongado

El talento de Penta fue evidente desde el inicio de su carrera. A pocos años del debut oficial, llegó a AAA, donde logró el Campeonato Latinoamericano, el Campeonato Mundial en Parejas Mixto, y el Campeonato Mundial en Parejas, este último en dos ocasiones con su hermano.

Quizás más importante, fue dejar atrás las identidades iniciales como luchador, y adoptar la de Pentagón Jr., misma que evolucionó eventualmente al mote actual. Al inicio de su carrera, fue conocido como Zaius y Dark Dragon. En 2014, se unió a Lucha Underground, un programa de televisión emitido en Estados Unidos, situación que le obligó a enfrentar el proceso de solicitar – legalmente – entrada al país luego de su episodio como indocumentado.

Eventualmente, fueron cuatro años en Lucha Underground, mismos que le permitieron proyectarse a nivel internacional, aprovechando esto para poder llegar a All Elite Wrestling (AEW) en 2019. Ahí, Penta llamó la atención de otros atletas en Estados Unidos como George Kittle, estrella de los San Francisco 49ers de la NFL, quien comenzó a utilizar la seña particular de Penta, la “Cero Miedo”.

“Dije, tengo que hacer algo así como el placazo que se le llama en el barrio, ¿no? Entonces dije, pues mi barrio va a ser Cero Miedo”, dijo Penta. “Entonces buscaba cómo hacer el número cero. Me di cuenta de que con una sola mano puedo hacer las dos cosas. Entonces el número cero y la M. Ahora se la hago en la cara a los luchadores”.

El crecimiento en popularidad tanto en México como en Estados Unidos parecía acomodar a Penta en una posición envidiable no solamente profesionalmente, sino con aquellos objetivos que se había trazado desde chico junto a Fénix. En 2024, en Teotihuacán, a unos 30 kilómetros (18.5 millas) de Ecatepec, abrió un restaurante en honor a su padre.

Dentro del mismo, los comensales pueden posar ante una pared que cuenta la historia del luchador: máscaras, cintos de campeonato, múltiples fotos de batallas libradas, y un sinfín de autógrafos y testimonios de aquellos que han compartido el ring con Penta a lo largo de las últimas dos décadas. A unas cuadras del restaurante, un gimnasio operado por Penta ofrece servicios tradicionales para hacer ejercicio, así como clases de lucha libre y otros deportes de combate.

“Me gusta decir, allá [en el restaurante] los engordamos, y acá los ponemos en forma”, bromeó Penta.

El compromiso de continuar sirviendo a la comunidad del Estado de México, donde nació, creció y sigue gozando de amistades y familiares, sigue sin disiparse pese a que, poco a poco, Penta ha ido alcanzando la élite de su profesión.

Un presente y futuro brillante

A finales del 2024, el contrato de Penta con AEW llegó a su fin. En teoría, para seguir creciendo, solamente había una opción: WWE. La promoción estadounidense, fundada en 1953, asume el crédito de transformar la lucha libre de Estados Unidos de un espectáculo regional, con múltiples compañías y promotores ejerciendo un control limitado, a una marca global, unificada y con presencia más allá del mundo del deporte y el entretenimiento.

Actualmente, WWE reporta más de mil millones de dólares como ingresos, y suma a casi 900 empleados a nivel mundial. Se estima que en más de 180 países se ven sus eventos de lucha libre, alcanzando a más de mil millones de personas en más de 20 idiomas. El 6 de enero de 2025, durante una emisión de Raw, uno de sus programas más populares, la promoción anunció oficialmente la llegada de Penta. Una semana después, Penta debutó y consiguió su primera victoria.

“Son más de 20 años de trabajo, de lucha, de sacrificio para estar acá”, dijo Penta. “Y claro que lo disfruto, pero no es el final de la historia, sino el comienzo”, continuó.

En su primer año dentro de WWE, el mexicano se ha destacado por participar en algunas de los eventos emblemáticos de la promoción, como Royal Rumble y Wrestlemania, ganándose más adeptos en el camino. En la tienda virtual de WWE, la icónica máscara de Penta, así como camisetas y sudaderas con su nombre e imagen son entre los productos más vendidos.

"Él salió de visorias, se incorporó en la AAA con un personaje como Pentagón Jr., había gente que no lo quería, se hablaba incluso de una maldición del personaje", dijo Dorian Roldán, director general de AAA. "El hecho de verlo triunfar en la empresa más grande que existe de lucha libre a nivel global nos llena de orgullo".

Sin dudarlo, Penta apunta a lo más alto, con el objetivo de ganar campeonatos, y poder seguir adornando sus negocios en Teotihuacán y Ecatepec con los logros que consigue en el escenario más grande de la lucha libre a nivel mundial. Espera que, con el tiempo, esos logros y recordatorios para el público de sus triunfos sean inspiración pura, para que brote la próxima generación de luchadores orgullosos del Estado de México.

Es por eso que, en la Arena del Valle, a pocos kilómetros de donde creció Penta, donde muchos lo conocen sin la máscara y sin encarnar el personaje, existe una reverencia permanente hacia él. En Ecatepec, una ciudad que en algún momento era habitualmente listada entre las 50 más violentas del mundo – aunque, en los últimos años, eso ya no es el caso – la esperanza es primordial, pero el ejemplo de alguien que brotó de ahí para tener éxito, y a la postre regresa a inspirar a la siguiente generación, es aún más importante.

“[Penta] te hace darte cuenta de que sí puedes llegar ahí. Que si él pudo y el dio ese salto, también uno puede”, explica el luchador Intenso, quien es alumno de la escuela de Penta.

Mientras los jóvenes de la escuela de lucha de Penta hacen sus piruetas sobre el ring, decenas de asistentes observan y los alientan, algunos, con máscaras y camisetas de Penta, confirmando su estatus como figura de culto. Ese cariño, evidentemente, es recíproco de Penta hacia ellos.

“No importa si hoy yo estoy en la mejor empresa del mundo, si ahorita soy un poquito más conocido por los fans, yo soy del mismo barrio, yo soy la misma persona, hermano”, dijo Penta.

“Yo hago el personaje, no el personaje hace a la persona”, dijo.