Alumni, un campeón en buena ley

Nueve años después de su último festejo, el club de Tortuguitas volvió a sentir la almibarada sensación del título. Antes de acariciar el cielo, el equipo rojiblanco luchó más de lo se preveía ante un CASI que no quería ser un simple sparring

EL PILETAZO DE RIGOR
En casa prestada, la gente de Alumni, encabezados por Federico Schacht, uno de los sobrevivientes del equipo tetracampeón del 89 al 92 (en la foto, con el trofeo propio), cumple con el rito de tirarse a la pileta para festejar el título
(Fotobaires.com)
Se agitan las banderas rojiblancas, movidas por un acto reflejo que sirve para espantar al frío que se abate sobre San Isidro, pero también para combatir los nervios de ese final alocado. Final de un partido caótico que está por dejar al sufrido Alumni de cara con la gloria del quinto título en su historia. Ganan 16 a 13 los de Tortuguitas, pero nada los pone a resguardo de las acometidas de este CASI arisco y rebeldón, que no quiere que le festejen un campeonato en su propia casa.

El desenlace, como casi todo el desarrollo, está marcado por el descontrol. Busca el CASI; aguanta Alumni, que no tiene respiro ni calma en esos momentos en que el éxtasis se acurruca en cada alma de los jugadores e hinchas visitantes, a la espera de que el silbato póstumo del referí libere esa carga asfixiante. Y el árbitro, Ricardo Lamastra, se apiada de todos y sentencia el final... o el comienzo de otro pandemonium, encarnado en esa masa humana que delira y apunta derechito a la pileta, a la zambullida consagratoria.

Atrás habían quedado 80 y pico de minutos de lucha, con rugby en porciones mínimas. Con un equipo urgido por el triunfo que lo corone como el mejor de Buenos Aires (a dos fechas del telón de la Copa Provincia ART) y con un rival, el conjunto local, que se le planta desafiante con intenciones de arruinarle la celebración.

MALDITA ANSIEDAD
Entonces sale un partido no apto para exquisiteces ni sutilezas. El asunto es correr, tacklear y meter. Pero varios se pasan de revoluciones y, rápido, Lamastra recurre al "freezer" de la tarjeta amarilla que, en principio, recibe Storey, que ya venía acumulando méritos.

En ese contexto de muchos roces y pocos aciertos, el CASI se mueve con mayor soltura frente a un adversario que no puede disimular su ansiedad, su perniciosa aceleración. Para colmo, Alumni no encuentra la pelota, responsabilidad del CASI, claro, que le pelea (y le roba) los lines y le gira los scrums. Picchio se sale de las casillas y su equipo siente sobremanera la tensionada tarde de su medio scrum.

Ya había abierto el tanteador López Naguil con un penal, Alumni había dejado pasar la ventaja de contar con un hombre más por la amonestación a Storey y, sin embargo, golpea por sorpresa cerca del final del primer período.

Ante la ausencia de pelotas limpias desde las formaciones fijas, el conjunto de Tortuguitas aprovecha un free-kick, traslada manualmente la pelota hacia la izquierda con sus backs (previamente hubo pase adelantado de Lamas no advertido por el referí), la cuida Alsogaray cuando toma contacto con la defensa del CASI, la limpia Schacht que llegaba en el apoyo y la define de prepo el propio Lamas, ayudado por dos compañeros que lo impulsan adentro del in-goal, a pesar de la resistencia de Mendivil.

DESPUÉS DEL DESCANSO, MÁS LOCURA
La ventaja de 5 a 3 es insignificante para un equipo que pretende ser campeón. Y el CASI revierte ese score adverso en el arranque del segundo tiempo, con un try de la figura de la cancha, Roberto Travaglini, que rompe un par de tackles (Misson y Visser) y vuela al try. Enseguida, López Naguil agrega un penal y Picchio, desbordado emocionalmente, aplica un pisotón y también recibe la tarjeta amarilla que deja a su equipo con 14 en ese momento crucial y complejo.

Pero la lógica no impera en San Isidro. Y con un hombre menos (recordemos que se trata del medio scrum, nada más y nada menos) Alumni crece, empuja, obliga. Y también concreta en el in-goal, cuando por el lado ciego escapa Misson, quien tiene buen apoyo en Romero Vagni y Neyra, que apoya el valiosímo try.

Esa jugada pinta, de alguna manera, por qué Alumni está tan arriba en el rugby local. Porque a falta de inspiración o de calidad individual le antepuso una extraordinaria determinación. Fe desbordante en la carrera de Misson, convicción en Romero Vagni para tomar la pelota desde el piso sin perder rapidez, convencimiento en Nahuel Neyra, que trastabilla, se rehace y, pese al tackle de Cohen, estira su 1,95m y apoya el try del descuento (10-13).

Esa conquista revitaliza a Alumni, que sigue apretando a los locales contra su terreno, disponen de un par de chances más que no se resuelven por problemas de manejo. Pero llegan las infracciones de un CASI desbordado y, entonces, aparece otra de las claves del campeón: la puntería de Van der Ghotte, que acierta los dos penales decisivos que le permiten pasar a ganar por 16 a 13.

FESTEJO MERECIDO, CON PILETAZO DE RIGOR
Y listo, porque todos, los 15 hombres de camiseta rojiblanca, siguieron tackleando como endemoniados, conscientes que, después de semejante esfuerzo, los esperaba el cielo. Un cielo mucho más diáfano de lo que resultó su turbulento compromiso ante el CASI.

Con título en mano (y ganado en buena ley), la tarde juntó a todos: a los flamantes campeones, a los muchachos de la intermedia que también dieron la vuelta olímpica, a varios de la generación de gloria (protagonistas de los títulos logrados entre 1989 y 1992) y a aquellos otros, más veteranos, que forjaron este club que hoy vuelve a degustar la almibarada sensación de los campeones.

Se jugó en el CASI, fue árbitro Ricardo Lamastra y los conjuntos formaron así:

CASI: Stortoni; Murgier, Martín Aramburú, Cohen y Jorge; López Naguil y Pichot; Travaglini, Sanz y Phelan (c); Mendivil y Storey; Headen, Gambarini y Gortari. A los 20m del ST, Vasallo (por Gambarini) y a los 22m del ST, Thoman (por López Naguil). Entrenadores: Morel y Espagnol.

ALUMNI: Van der Ghotte; Schacht, Misson, Krebs y Alsogaray; Visser y Picchio; Bianchi (c), Peri Brusa y Romero Vagni; Wargon y Neyra; Avalos, Lamas y Lamelas. A los 20m del ST, Ribeiz (por Romero Vagni). Entrenadores: Ballatore, Ferrari y Montagner.

TANTOS PRIMER TIEMPO: 12m. penal de López Naguil (C), y 33m. try de Lamas (A). Fue amonestado Storey (C). SEGUNDO TIEMPO: 5m. try de Travaglini convertido por López Naguil (C); 9m. penal de López Naguil (C); 18m. try de Neyra (A), y 33 y 39, penales de Van der Ghotte (A).

INTERMEDIA: Alumni 15 v. CASI 9.

ALEJANDRO COCCIA es periodista deportivo desde 1982. Se desempeñó como redactor del diario La Nación de Buenos Aires, y desde 1993 conduce los programas de rugby de ESPN. Actualmente es comentarista de rugby y voleibol por ESPN+, uno de los conductores del SportsCenter Latino y columnista de ESPNdeportes.com.

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