La ensaladera de plata viajará a Moscú, después de que Marat Safin sumara dos puntos en otros tantos partidos individuales (contra Mathieu y Sébastien Grosjean) y Youznhy se impusiera en el definitivo. En el primer encuentro del domingo, Safin derrotó a Grosjean en tres sets 6-3, 6-2, 7-6 (13/11).

Hacía 25 años que un equipo que no ganaba el partido de dobles se imponía en una final de la Davis.

LE TIRARON LA RESPONSABILIDAD Y SE HIZO CARGO
Youzhny, de 20 años, saltó a la pista en sustitución de Yevgeny Kafelnikov, al que los problemas físicos y el cansancio de haber disputado un encuentro a cinco sets el sábado, impidieron jugar el último partido.

El jugador ruso tardó en meterse en el partido, pero fue de menos a más y terminó llevándose un partido que vale una Copa Davis. Francia, que pretendía renovar el título ganado el año pasado, sólo pudo sumar dos puntos, gracias al partido que Grosjean le ganó a Eugeny Kafelnikov y al encuentro de dobles, en el que la pareja gala formada por Nicolas Escudé y Fabrice Santoro derrotó a Kafelnikov y Safin.

Youzhny, número 32 del mundo, ha completado este año la mejor temporada de su carrera, coronada con el triunfo en el torneo de Stuttgart, el único que figura en sus vitrinas y ahora con su heroico partido en la Copa Davis.

A ello hay que añadir la final de San Petesburgo, las semifinales de Casablanca y Múnich y los cuartos de Halle y Sopot. Enfrente tenía a otro joven, también de 20 años, que acudió por primera vez en el equipo de Copa Davis y que también este año ganó sus primeros torneos, casi al final de temporada en Moscú y en Lyon.

Ambos jugadores se habían enfrentado en una única ocasión, en el torneo de Sopot, sobre tierra batida, con victoria del ruso. El ruso tardó un set y medio en entrar en el partido y cuando lo hizo se encontró con un marcador cuesta arriba. Suficiente para desmoralizar a cualquiera pero no a alguien que no tenía mucho que perder, sobre todo porque hasta ayer a última hora ni siquiera sabía que iba a jugar.

A partir del segundo set, Youznhy se creció, supo encontrar los puntos débiles del galo y terminó fundiéndolo físicamente, ya que Mathieu está un poco corto de competición a causa de una lesión.

La cuarta magna fue un auténtico combate de titanes. Se rompieron el servicio, se atacaron desde el fondo de la pista, con dejadas y todo un ritual de golpes que elevaron el nivel del partido.

En el décimo juego de este set, con empate a 40 y servicio de Youznhy, Francia estaba a sólo dos puntos de la ensaladera. Pero el ruso estaba confiado y no dejó escapar el juego. Luego rompió el servicio de su rival y forzó la quinta manga, en la que Mathieu demostró estar agotado y apenas pudo poner resistencia. Al final, el ex presidente ruso Boris Yeltsin, presente a lo largo de toda la final, saltó al campo para felicitar a sus compatriotas.

Safin y Kafelnikov, de los que se había dicho que eran enemigos irreconciliables, pasearon juntos una bandera rusa y todos los miembros del equipo lanzaron por los aires a Kafelnikov que posiblemente deje el tenis profesional. TEMPRANO, SAFIN NO DEJO MARGEN
En el primer partido Safin derrotó a Grosjean con facilidad, recurriendo a su estatus de tercero del mundo, muy concentrado y exhibiendo un tenis de muchos quilates.

El francés se vio superado en todas las facetas del juego, en el servicio, en el juego desde el fondo de la pista, en las subidas a la red. Safin le imponía a la bola una velocidad infernal que pocos jugadores del mundo podrían haber contrarrestado.

En el primer juego del partido, Safin rompió el saque de su oponente, lo que le permitió hacerse con la primera manga sin muchos problemas. En la segunda tampoco se vio inquietado.

En el tercer set, Safin perdió algo de solidez con su saque y, sobre todo, pareció tener miedo a ganar, puesto que en dos ocasiones se dejó remontar un 0-40 a favor con el servicio de su rival.