Nuevo mánager, misma estrategia

Con algunas diferencias entre las que cuentan el nuevo mánager Art Howe y la partida del cubano Rey Ordóñez, los Mets jugarán de nuevo en el 2003 con una de las nóminas más caras y menos productivas

En Nueva York esperan que el nuevo mánager Art Howe, tenga razones para sonreír al final de la campaña (AP)
Los Mets no innovan y en el 2003 insistirán otra vez con un método que en las dos últimas temporadas no les rindió dividendos.

Un equipo de veteranos, todos con salarios astronómicos, es nuevamente la apuesta de los neoyorquinos, que esta vez prometen un resultado distinto con Art Howe como nuevo mánager.

En Nueva York no se vale perder, mucho menos de la manera como ocurrió en el 2002, en el que los Mets terminaron con una pálida foja de 75-86.

Los Mets fueron quizás la mayor decepción en las grandes ligas el año pasado, terminando relegados al sótano de la división este de la Liga Nacional.

Ninguna de sus adquisiciones de lujo --Roberto Alomar, Mo Vaughn y Jeremy Burnitz-- estuvieron a la altura de sus antecedentes. A esto habría que sumarle un año irregular de figuras establecidas como Mike Piazza y Al Leiter.

Los correctivos no se hicieron esperar y la primera cabeza que rodó fue la del mánager Bobby Valentine, cuya posición se había insostenible tanto con la directiva como con varios jugadores.

Howe, responsable del sorprendente éxito de los Atléticos en las últimas campañas, es el nuevo encargado del timón de los Mets.

La forma de ser de Howe, apacible y reservada, contrastará radicalmente con el estilo directo de Valentine.

Howe hizo maravillas en Oakland, una novena de escaso presupuesto.

En Nueva York el dinero no es obstáculo alguno y ello se demuestra en una nómina cuyos salarios rebasarán los 100 millones dólares.

Los Mets siguen siendo firmes partidarios de hacer contrataciones de impacto dentro del mercado de agentes libres y en el último receso estuvieron como siempre muy activos.

Las principales adquisiciones fueron las del pitcher Tom Glavine, el relevista Mike Stanton y el guardabosque izquierdo Cliff Floyd.

Se podría decir que con el zurdo Glavine (18-11, 2.96), los Mets le apuestan a que un ex integrante de Atlanta sea la clave para bajar de su pedestal a los Bravos.

Mets no solamente aguardan muchas victorias de Glavine, sino también que muestre sus dotes de líder en un equipo, cuya falta de cohesión fue palpable el año pasado.

Con Glavine a bordo, hay menos presión para el otro as de los Mets, el también zurdo Leiter (13-13, 3.48).

Los Mets quedaron muy conformes con el derecho dominicano Pedro Astacio (12-11, 4.79), quien lejos de Colorado volvió a encontrarse con su mejor nivel.

Astacio estuvo brillante en la primera parte de la temporada, pero aflojó en los últimos meses, algo que se atribuyó a la carga de trabajo.

Steve Trachsel (11-11, 3.37) lució infatigable y será el cuarto en la rotación.

Howe deberá escoger un quinto iniciador de una extensa lista de candidatos de la que sobresalen el veterano de mil batallas David Cone, el zurdo Mike Bacsik y el novato Aaron Heilman.

Con el cerrador dominicano Armando Benítez (33 rescates) a la cabeza, el bullpen de los Mets es uno de los más completos en las mayores.

El ex Yankee Stanton (7-1, 3.00) estrena otro uniforme neoyorquino, mientras que John Franco, David Weathers y Scott Strickland se encargarán de los innings del medio.

No hubo casi nada rescatable en el infield de los Mets el año pasado, pero el inicialista Vaughn (259, 26 jonrones, 72 remolcadas) fue el que más deuda dejó.

A Vaughn incluso le costaba salir a fildear rolas fáciles por lo que los Mets amagaron con rescindirle el contrato sino se presentaba en los campos de entrenamientos con kilos de menos, algo que el toletero cumplió.

El boricua Alomar (266, 11, 53) tuvo también un año para el olvido, con numeritos muy lejos del nivel de un candidato fijo para el Salón de la Fama.

Tanto Vaughn como Alomar fueron afectados por el síndrome del primer año en una nueva liga, pero en el 2003 esa excusa será inaceptable.

Los Mets lograron desprenderse de su torpedero Rey Ordóñez, a quien cedieron a los Devil Rays.

Todo indica que el dominicano José Reyes, un prospecto de 19 años que encandila a propios y extraños, es el heredero de la posición. Por ahora, el puertorriqueño Rey Sánchez será el encargada con la tarea alterna de servirle de tutor a Reyes.

La presencia del venezolano Edgardo Alfonzo en la antesala será muy sentida. Tras gestionar infructuosamente cambios durante el receso, los Mets decidieron darle la oportunidad al novato Ty Wiggington.

Los guarismos de Piazza (280, 33, 98) se quedaron cortos de su nivel acostumbrado y las conjeturas de sus días en la receptoría están contados siguen ganando fuerza.

Poco o nada hicieron los jardineros y no causó sorpresa que se tanteó la posibilidad de canjear a Burnitz (215, 19, 54) y al venezolano Roger Cedeño (260, 7, 41).

Ante la ausencia de buenas ofertas, Burnitz seguirá como el patrullero del jardín derecho y Cedeño en el central, ahora con el aliciente de silenciar las críticas.

Pero con Floyd (288, 28, 79) en el extremo izquierdo, los Mets mejoran sustancialmente en ese sector.

-AP

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