LOS ÁNGELES – Desde este lunes, Barcelona empieza a decidir su destino. Es el momento de elegir entre la eutanasia y la resurrección. Y se trata de vivir, o mejor, se trata estrictamente de saber vivir a futuro, y no sólo de sobrevivir o pervivir en los presentes inmediatos.

El Barcelona ya no puede aplazarlo. Lo hizo demasiado tiempo. Se fueron Puyol, Xavi e Iniesta, y vivió bajo el embrujo de la inercia de un jugador; bajo el capricho de las circunstancias, y bajo la magia de un futbolista prodigioso. Pero, a Messi, si bien no se le acaba la magia, se le han agotado los milagros.

Este lunes, Barcelona elige su destino. Parece una locura estructurar su mañana sin pensar en Messi. Lio fue la punta poderosamente sólida de una pirámide invertida. A partir de este lunes sólo debe ser la piedra angular de una pirámide.

En este doloroso, necesario, urgente, prudente, estrujante acto de reingeniería al que está obligado, más que nunca, en el Barcelona deben ser inteligentes, audaces y realistas. Es decir: sabían que Messi no es eterno, pero vivían –todos--, en la negación absoluta de creer que sí lo era. El Bayern le envió el memorándum por octuplicado.

La #MessiDependencia era un acto de cobardía de los dirigentes del Barcelona. Como rémoras, como parásitos, pulularon a expensas de que el argentino sacaría de ese universo inagotable de fantasías, una jugada, o dos, o tres, que rescataía al equipo catalán. Harry Potter cambió la varita mágica por el rosario.

Y alimentada, falazmente, esa #MessiDependencia, aburguesó el vestidor, la cancha, las gónadas de los futbolistas. Y no ha sido sólo en el Barcelona, sino en la misma selección argentina. Pero, en estos tiempos, Messi no puede ser –ni futbolísticamente, ni en liderazgo–, ni Pelé ni Maradona ni Garrincha.

Getty

Vegetando a la sombra de Messi, se olvidaron del equipo. Le arrimaron jugadores que obligaron a servirle, antes que ayudarle; jugadores que llegaron de pilmamas más que de espartanos. ¿Arthur, Coutinho, Griezmann, Dembelé? Debieron ser protagonistas y eligieron, o los relegaron, a actores de reparto.

Nadie puede, nadie quiere, imaginarse el Barcelona sin Messi, y menos aún Messi y menos aún el Barcelona. Pero esclavizarse de pánico ante ese despiadado e inevitable futuro, cada vez más cercano, poco ayuda a rescatar al equipo del pantano corrosivo en que está, en ese estado comatoso en que lo colocó ese 2-8 ante el Bayern Múnich.

Ya se habla de Ronald Koeman como el nuevo arquitecto del Barcelona. Luego de intermitentes escarceos, coqueteos, desaires, reencuentros, insisten en el holandés, convencidos de que pertenece al culto fascinante de Johan Cruyff. Ojo: los apóstoles evangelizan, pero no son el Evangelio.

Claramente, Barcelona deberá replantear su forma de elegir jugadores. Prohibidas deben quedar ya las adquisiciones extravagantes y de relumbrón. Josep María Bartomeu ha comprado espacios en portadas con resonantes contratos, pero sin impacto futbolístico en la cancha. 500 millones de euros para comprar un sarcófago de infamia.

Todas las reconstrucciones son penosas. Más aún, requieren tiempo. Tal vez la llegada de Koeman puede recuperar una forma de juego que se extraña en el Barcelona desde la partida de Pep Guardiola, porque aún con Iniesta y Xavi, éste último, en tiempos de Luis Enrique, se quejó amargamente: “Ahora toca jugar a despejar al punterazo”.

Las metamorfosis son dolorosas y pacientes. Por eso, la decisión de hoy será determinante. No importa tanto la Liga hoy, como importan la consistencia y continuidad en las ligas futuras. Barcelona se ha obsesionado con frutos inmediatos y ha postergado, de manera peligrosa, la realidad de sus exigencias: el provenir. Es un equipo que no debe ganar hoy sino en todos los mañanas posibles.

Por eso, insisto, este proceso de reingeniería debe hurgar en todas las estrategias posibles para enfrentar lo que viene con Messi, pero ya, de inmediato, estar preparados para cuando Messi no esté. Seguir esperando que de La Masía surjan Xavis, Iniestas, Puyols, Busquets y Messis, sin trabajar en ella, es como esperar conquistar a Jennifer López, sin siquiera seguirla seguirla en su cuenta de Twitter.

Este lunes, pues, Barcelona debe decidir sabia y valientemente. La encrucijada es esa: ¿aprender a vivir sin Messi o a pervivir con Messi? Lo único que ya no puede hacer, diría José Alfredo, es sacar juventud de su pasado.

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LOS ÁNGELES -- Ruinas. Vestigios. Ese tufo agrio a cadáver que se tragan los sentidos. Eso es hoy el Barcelona. Pero, un imperio en ruinas es aún un imperio porque sobreviven las reliquias.

Tenían que ser los alemanes. 8-2. La derrota se vuelve infinita. El Bayern Munich ejerce la frase del coloso teutón Hans Peter Briegel en el Mundial de 1986: “Mañana (final ante Argentina), el futbol es más importante que la patria porque la patria hace importante el futbol”. Claro, ahí estaba Maradona, y claro, acá, sólo estaba Messi, y no puede haber patria donde no había patriotas.

El Barcelona fue una piltrafa. Debía estar advertido. Los alemanes dan las gracias declarando la guerra: “danke”, y se pronuncia sutilmente “tanque”. Ocho veces inmisericordemente agradecidos. Cataluña sigue con la bandera a media asta.

GettyLionel Messi

Los medios españoles agotaron sus lágrimas en los encabezados. “Humillación”. “Vergüenza”. “Deshonra”. Etcétera. Epitafios eternos. Esta acta de defunción será resucitada de entre los archivos en cada edición de la Champions.

Pero, insisto, el imperio existe, porque entre los escombros, entre los anacronismos, sobreviven y regurgitan las memorias. Y el Barcelona, alguna vez, algunas veces, con otros, entendiendo como Briegel, hicieron de su equipo un genuino sentimiento de patria 90 minutos cada semana. Hoy, ¿cuántos de ellos sólo, únicamente, se sienten catalanes al verificar su cuenta bancaria?

Josep María Bartomeu y Quique Setién han vivido horas extras. Tras la masacre, debieron ofrendar sus puestos, desnudarse los pescuezos y entregar sus cabezas, como para reivindicar los hilos de dignidad que como hombres deben arrastrar. ¿Acaso alguno de ellos cree que merece volver a cruzar el umbral de la Ciudad Deportiva Joan Gamper?

Es cierto, ninguno, ni Bartomeu ni Setién, estuvieron dentro de la cancha. Pero, ellos eligieron a muchos de los que no merecían estar dentro de la cancha. Y la bayoneta histórica del Barcelona no se entrega a cualquiera, no se ningunea. Y ambos lo hicieron.

¿Reconstruir el Imperio? Hoy sólo queda un cascote. “Estas ruinas que ves”, diría Ibargüengoitia. Pero, reitero, prevalecen las reliquias.

Detrás del 8-2 y el funeral carnavalesco en el mundo hay gente feliz, y no hablo de Madrid y esos corazones iluminados por la ocho veces rimbombante calamidad ajena. Joan Laporta es uno de esos hombres con el corazón festivo, detrás de su rostro de funeral. Es el momento de regresar.

Laporta ha ganado las elecciones sin necesidad de hacer campaña. El adversario, Bartomeu, se encargó de glorificarlo. Bartomeu está muerto electoralmente. Su discurso es una esquela, un voto necrológico. ¿Cómo explicar que más de 500 millones de euros se han ido a la basura? Alguna de esa basura puede ser reciclable, pero él no.

He visto dos veces el juego, aunque el término “juego” parece un absurdo en este caso. Bien, he visto dos veces el abuso perpetrado por el Bayern Munich, una máquina perfectamente en combustión, por dentro y por fuera. “Danke, Barcelona”.

Y he buscado la sangre del Imperio. No aparece. Esa, la sangre de Puyol, de Iniesta, de Xavi, de Mascherano, de Márquez. Porque Gerard Pique, Sergio Busquets, Jordi Alba, terminaron como abnegadas plañideras de la desgracia propia.

Dice Piqué que está listo para hacerse a un lado. Abanderado de grandes alegrías, ¿ahora es el acobardado en las grandes tragedias? “Danke, Piqué”.

Es más fácil construir un imperio que reconstruir un imperio. Para construirlo, hay que elegir cada piedra y poner piedra sobre piedra. Ahora, entre el cascajo, hay tan poco para elegir. Acaso Lionel Messi, a quien, sin embargo, la tirilla de capitán le amputa el brazo, y el liderazgo. Este viernes regresó a su mundo, a su burbuja, a donde se enclaustra -como con Argentina-, cuando las ráfagas del desastre le alertan de la tragedia.

La Masía prometía ser una leyenda, pero hoy se asemeja más a un mito. La han corrompido sus propios dirigentes. ¿Se cumplirá acaso la condenación que relata Gabriel García Márquez sobre su coronel Aureliano Buendía? “Porque las estirpes malditas no tendrán descendencia”.

Barcelona ha dado golpes mediáticos, que le han ganado portadas, pero no le han redituado trofeos. Antoine Griezmann, Arthur, Ousmane Dembele, Arturo Vidal, y encima Philippe Coutinho, despreciado por el Clan Messi, terminó clavando la octava alcayata sobre el féretro catalán. En total, Bartomeu ha dilapidado más de 500 millones de euros.

ESPN Digital

Sangre de su sangre. Por ahí debe comenzar. Xavi ha dicho que no está listo para dirigir al equipo, lo cual significa que en realidad ya está listo para dirigir al Barcelona. Cuando dijo que no, dijo que sí, hasta fantaseó con tener a Puyol, Andres Iniesta y a Jordi Cruyff a su lado. Dice que no, pero ya tiene a su séquito.

Porque el Barcelona debe elegir al hombre que sea capaz de imponerse al vestidor y en el vestidor. Pastor y ordeñador de oficio, entrenador por hobby, Quique Setién es un excelente estratega para equipos chicos, con una semblanza táctica poderosa, pero que para el grupo oligarca y perfumado de jugadores azulgranas, en términos de Serrat, “huele a paja, a honrado estiércol y a leche”.

En caso de seguir el camino equivocado, el que ha seguido en los últimos años, ese de deslumbrar en las portadas, y de oscurantismo en la cancha, el Barcelona podrá seguir protagonizando sus guerras civiles con el Real Madrid y el Atlético de Madrid, y redimiéndose al abusar del Alavés, el Real Betis, el Eibar, Girona, Huesca, Cádiz, Celta Vigo, y contando. Pero, ¿Europa? ¡”Danke”!

Así, con este Barcelona en desechos, con los escombros del imperio, hay que puntualizar que un imperio en ruinas es aún un imperio porque sobreviven las reliquias.

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ESPN
MÉXICO -- Señoras y señores… Están cerca los cuartos de final de la Champions League, encuentros de lo que podemos esperar todo. De los clasificados a esta fase del torneo europeo solo un encuentro estará parejo, en cuanto al armado de los equipos, se trata del Barcelona vs. Bayern Munich.

Futbol UEFA
AP

Del encuentro entre catalanes y alemanes saldría el campeón de esta edición atípica de la UEFA Champions League. Se trata de dos equipos fuertes y bien armados, conjuntos que cuentan con futbolistas excelentes y de calidad, como el caso de Messi en Barcelona y Robert Lewandowski en el Bayern Munich.

A pesar de ser el duelo más parejo de estos cuartos de final, el equipo más complicado a enfrentar en esta ronda será, sin duda. el Atlético de Madrid del 'Cholo' Simeone ¿Por qué será el más complicado? Simplemente por ser un conjunto que tiene bien definido un estilo de juego y que sabe defender y contraatacar con rapidez a sus rivales.

El Atlético de Madrid es un equipo muy sólido y fuerte para estas eliminatorias a un solo partido que veremos en esta edición de la Champions League. Será un rival complicado para el RB Leipzig. La sorpresa que podría darse en esta campaña sería el Atalanta, por la cantidad de goles que marca en la Serie A, pero así como marca, también recibe muchos tantos y además esta es su primera aparición en el torneo europeo.

Para estos cuartos de final de la Champions League tenemos a dos representantes españoles, dos equipos franceses, dos conjuntos alemanes, un italiano con el Atalanta y un solo representante del futbol inglés: el Manchester City.

El Manchester City es un equipo que nunca ha ganado la Champions League y que se muestra fuerte al ser un conjunto que juega bien y además dejó a uno de los favoritos fuera. Se despidieron el Real Madrid y la Juventus, algo que demuestra que todo puede pasar en esta Champions League atípica con eliminatorias rápidas a un solo juego.

El equipo que llegue mejor y con una mentalidad fuerte a esta fase será el siguiente campeón de la Champions League. Veremos muy buenos partidos y algunos seguramente se definirán en los penales.

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"El talento a esa magnitud no se defiende, es demasiado bueno". Con esas palabras, Pep Guardiola alababa a Lionel Messi el 5 de mayo de 2015, la víspera del choque de semifinales entre Barcelona y Bayern Munich en la Champions League. La noche del partido el crack argentino le dio la razón al entonces técnico del Bayern.

Corría el minuto 77 cuando Messi encaró a Jerome Boateng, tras un recorte frenético el defensor quedó sembrado penosamente, para en seguida ejecutar una definición de seda picando el balón por encima de Manuel Neuer. De los 115 goles que ha marcado en Champions, tiene que ser el más representativo. Hermoso y a la vez valioso, porque nos recordó que el sistema más aceitado no pudo frenar al mejor jugador del mundo en estado de gracia. Messi y el Bayern se volverán a enfrentar por un boleto a las Semifinales de la Champions.

Getty ImagesLionel Messi encaminó la victoria de Barcelona en los Octavos de Final con un golazo frente al Napoli.

Reitero, Messi y el Bayern volverán a enfrentarse, porque está claro que este Barcelona tendrá combustible en Europa hasta donde el talento del argentino lo pueda llevar. Aquel Messi tenía casi 28 años, el actual tiene 33, sigue siendo genial pero cinco años pesan cuando se quiere escalar la cumbre más alta del futbol europeo.

Aquel Barcelona tenía un tridente apuntalado por Neymar, en el actual Antoine Griezmann sigue extraviado, sigue sin encajar; aquel Barcelona tenía el talento creativo de un jugador irrepetible como de Andrés Iniesta, el actual no; y también tenía un entrenador en el que creían, Luis Enrique, ahora no. Subrayo, no creen en Quique Setien, esa falta de credibilidad no pesó contra el Nápoles, séptimo lugar de la Serie A, pero puede pesar contra el Bayern Munich que ha ganado ocho temporadas consecutivas la Bundesliga.

Nunca es bueno depender tanto de un solo futbolista, aunque sea Lionel Messi. Más cuando vas a enfrentar a una maquinaria recontra fortalecida como la del Bayern. No les falta nada. Han ganado todos los partidos post confinamiento, tienen entendimiento colectivo, profundidad en la banca, experiencia y juventud. Por si fuera poco, tuvieron más de un mes de descanso desde su último juego en Alemania, y tienen a Robert Lewandowski en plan depredador. El gigante alemán imprime miedo, preocupante cuando has tenido pasajes tan inseguros como los del Barça.

Bien lo dijo Guardiola aquella noche, no hay técnico ni sistema que pueda con semejante talento. Cierto, pero aquel Barcelona, que a la postre fue campeón de Europa, tenía otras armas además de Messi. El actual parece tener una sola carta. Demasiado pedirle ante un rival tan calificado.

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“Nunca caminarás solo”, reza el eslogan del mítico equipo de casa. La noche terminó siendo una “tormenta perfecta”. El Liverpool ha logrado una auténtica epopeya futbolística y el Barcelona ha transitado por la que puede ser la peor noche de su historia. Al mismo tiempo, entre el cántico imponente de Anfield, aparecieron varias lecciones de vida que es capaz de emanar una cancha de futbol.

Lionel Messi
Getty ImagesLionel Messi durante el 4-0 de Liverpool ante Barcelona en Champions League.
 

SAN DIEGO, California.- Hay, también, varias lecciones de vida en el acontecimiento futbolístico de esta noche en Anfield. La primera, que casi siempre emana del futbol y del deporte: creer, conservar la fe y la esperanza a pesar de la adversidad. Y la segunda, que no basta con la clase, hay que tener siempre una cuota de espíritu, de alma, de entrega…

El Barcelona asumió la que ya se cataloga como la peor noche de su rica historia futbolística y el Liverpool tuvo una jornada de equipo “grande” que le ha valido con el sorprendente boleto para la final de la Liga de Campeones de Europa. Alrededor del suceso, glorioso para uno y bochornoso e hiriente para el otro, hay varios factores para tomar en cuenta. Lo que queda claro es que, al final, el futbol premió a quien realmente tuvo los mayores merecimientos para avanzar a la cita del primero de junio en Madrid.

Robbie Jay Barratt - AMA/Getty ImagesEl Barcelona llegó a Anfield con todo a favor, pero el ímpetu del Liverpool y el cobijo de sus aficionados fueron demasiado para el cuadro catalán.
 

La primera lección que debemos tomar en cuenta es la motivación que el Liverpool encontró para mantenerse “vivo” en el juego. Hay que darle crédito al entrenador alemán Jürgen Klopp. Su equipo salió a jugar al futbol y a buscar la hazaña desde el “minuto cero”, a pesar de que tenía enfrente un 0-3, al Barcelona, a Messi y no contaba a sus dos mejores delanteros --Salah y Firmino-- apartados por lesiones. El Liverpool no se rindió nunca. Ellos --sus futbolistas creyeron la hazaña-- y sus aficionados jamás dejaron de cantar y alentar. En esa comunión, se firmó uno de las grandes epopeyas en la historia del mítico club rojo, del futbol inglés y del futbol de la Champions.

 

La noche más “negra” del Barcelona tiene otra lección para subrayar. La clase es muy importante en el futbol. La tiene el Barcelona y la tiene Messi, pero siempre a una cuota de calidad hay que agregar otra de entrega, sacrificio, lucha, alma, personalidad. El Liverpool corrió hoy 7 kilómetros más que el Barcelona. Y los últimos 15 minutos, cuando había que buscar un gol milagrosos, el Barcelona seguía en “shock” paseando el balón de un lado al otro sin encontrar nada. El Barcelona fue un equipo impersonal en Anfield.

La hazaña de uno es el dolor del otro. El futbol suspira por jornadas como estas, donde uno saca lo mejor y el otro se asoma con lo peor. Eso también es parte de la vida.

@Faitelson_ESPN

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Ha sucedido otra vez: hemos salido de la arena sin convencernos totalmente del boxeo de Saúl el 'Canelo' Álvarez. ¿Qué le pasa? ¿Por qué no llena las expectativas? ¿En dónde están sus carencias? La realidad es que técnicamente no tenemos nada que reprocharle. Incluso el sábado, en una pelea complicada por las condiciones del rival, mostró nuevas formas de quitarse los golpes con hábiles y elegantes movimientos de cintura. Pero algo, algo le falta y no encuentra el 'Canelo'. ¿Qué es? ¿Dónde está ese 'pequeño gran' detalle? Yo creo que es un tema de pasión, de reacción, de fuego interno que no puede ni debe confundirse con valentía -esa el 'Canelo, la tiene de sobra. Es una manera sutil y a la vez directa que el boxeador mexicano siempre ha tenido para comunicarse con los aficionados.

Saul canelo Alvarez de perfil
Getty

SAN DIEGO, California.- No se trata --y creo nunca se ha tratado-- de que Saúl el 'Canelo' Álvarez me caiga bien o mal. Se trata de que su boxeo realmente termine cayéndole bien o siendo agradable para el aficionado. Y en ese sentido, noche tras noche, el 'Canelo' ha dividido la opinión. El sábado, en Las Vegas, no fue la excepción.

Para empezar, diré que non tengo duda alguna de que ganó el combate ante Daniel Jacobs, un rival de un estilo complicado que se impuso en varios rounds y que perdió otros más. Pero después de doce episodios que, para mí, en lo general fueron buenos, existe un vacío de satisfacción en el aficionado. Algunos aseguran que el mexicano cumplió con una muy buena actuación y otros, incluso desesperados, le reclaman la falta de protagonismo en los momentos importantes de las peleas. Yo me incluyo en el segundo grupo.

Y cuando busco qué y por qué no me convence el boxeo del 'Canelo' encuentro, la verdad, pocas justificaciones boxísticas. El sábado, a sus 28 años, mostró otro evidente avance en términos técnicos cuando con hábiles y armónicos movimientos de cintura se quitó los golpes que le tiraba Jacobs en combinaciones de izquierda y derecha. Es cada día un boxeador más completo. Trabaja, se disciplina, llega perfectamente al peso, es serio en sus compromisos y se ha transformado en una máquina de generar ingresos. Es la cara del boxeo actual. ¿Por qué no convence?

Al final del día, creo que es un tema de pasión. Álvarez es un boxeador que no encuentra la conexión con el público y quizá ello se entienda como una carencia de pasión, un ímpetu que generalmente lograban exponer y comunicar boxeadores mexicanos. 'Canelo' raya muchas veces en so propia perfección. Está concebido y hecho para ser un robot dentro del ring. Ataca y se defiende bajo un plan, inteligente, consensuado, planificado y rara vez abandona el guion de la pelea. En los momentos más delicados, cuando el aficionado espera el paso al frente, el golpe, la intuición misma del peleador, el 'Canelo' toma distancia y se refugia en su propio refinamiento. Es incapaz de ponerse el disfraz que Chávez utilizó ante Meldrick Taylor, que Salvador empleó para aplastar a Wilfredo o que Juan Manuel encontró para noquear a Manny... ese 'Canelo' no existe.

Pasión, que en el boxeo puede confundirse con valentía. Y no es eso. Álvarez es un boxeador valiente, arrojado, un gran contragolpeador, pero que pareciera que cuando la pelea está en el tono más dramático o encendido, él no encuentra 'el fuego' interno para ser el boxeador que todos creemos que puede ser.

Es una pena. Me gustaría, algún día, salir de la arena pleno y satisfecho con el 'Canelo', pero esa noche no llega y no ocurre mientras él no se decida a ser un boxeador diferente. Tal vez, no quiere o tal vez no siente así el boxeo. No es totalmente su culpa. Es lo que transmite y nada más. Será cuestión de que bajemos nuestras expectativas y nos conformemos. El problema vendrá a la hora de hacer comparaciones. Será difícil que compita con lo más ilustre del boxeo mexicano sin tener y transmitir esas emociones...

@Faitelson_ESPN

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Las cuentas en cuanto a torneos internacionales no parecen salirle al mejor club del futbol mexicano en la última década. El Tigres del 'Tuca', de Gignac, de Nahuel, y de Pizarro no puede dar el paso internacional acorde a la calidad e inversión de su plantel. Estamos todos de acuerdo en que para perder finales --el 'Tuca' ha perdido nueve-- hay que llegar a ellas y mantener un nivel y una constancia competitiva, pero ya es tiempo de que Tigres acreciente ese poder en los momentos decisivos, sobre todo, cuando su gran rival de la ciudad, el equipo con el que ha sostenido siempre una batalla de emociones y de éxitos, ha sumado su cuarto trofeo de la Concacaf...

Tigres
Imago7

SAN DIEGO, California.- Cuando revisen la historia del futbol mexicano y se den cuenta de que Atlante, Necaxa, la U de G y Atlético Español tienen más títulos internacionales que los Tigres, quizá entren en un 'shock'. Me sucedió a mí.

La realidad es esta: el equipo que ha dominado la época reciente del futbol mexicano --4 títulos en los últimos 8 años-- ha sido incapaz de dejar su huella en el plano internacional. Sea en finales de Concacaf o hasta en la de Libertadores, los Tigres del 'Tuca' Ferreti han quedado a deber en ese renglón.

La afrenta es mayor para Tigres cuando su acérrimo rival de la ciudad se ha logrado establecer en la lista de clubes mexicanos con más títulos internacionales, en un sitio preponderante, en este caso, su cuarto cetro de la Concacaf. Tigres, con toda su riqueza, poderío, futbolistas, afición, el 'Tuca' no ha podido dar ese paso.

La lista de éxitos internacionales en clubes mexicanos tampoco es tan impresionante o espectacular. Yo pondría al Pachuca al frente de ella, porque además de 5 campeonatos de Concacaf, tiene una Copa Sudamericana, ganada en el 2006 que es, sin duda, es el mayor logro hasta ahora conseguido por una entidad mexicana en el extranjero. Después, debe seguir el América, que tiene más cetros regionales que nadie (7) y agrega dos Copas Interamericanas, una de ellas ganada de forma espectacular ante Boca Juniors, con aquel disparo sobre la barrera del mítico Carlos Reinoso. Cruz Azul que ganó seis veces la Concacaf, Pumas que combinan 3 del área y una Copa Interamericana y enseguida Rayados, que ha logrado cierta regularidad en los últimos tiempos en el dominio de la Concacaf y en representar a la Confederación en el Mundial de Clubes.

Hace poco más de un mes, le pregunte a Miguel Ángel Garza, presiente de Tigres, qué tan urgente era para ellos ganar el torneo de la Concacaf. En ese momento no se sabía, todavía, que Tigres jugaría ante Rayados la final. Su respuesta fue: "es una prioridad".

Estamos de acuerdo en que para perder finales hay que llegar a ellas y Tigres ha tenido un gran crecimiento en las últimas décadas, pero habrá que admitir que cuando se ha tratado de dar ese paso, ha fallado. No ha tenido la capacidad de extender su dominio futbolístico más allá de las fronteras. Y eso que la final que perdió el miércoles ocurrió en su propio tierra, ante un club mexicano, y además ante su gran rival deportivo de la ciudad.

Ranking de títulos internacionales por clubes del futbol mexicano:

1.- Pachuca (5 Concacaf y una Copa Sudamericana) 2.- América (7 Concacaf y 2 Copas Interamericanas) 3.- Cruz Azul (6 Concacaf) 4.- Pumas (3 Concacaf y 1 Copa Interamericana) 5.- Monterrey (4 Concacaf) 6.- Chivas (2 Concacaf) 7.- Toluca (2 Concacaf) 8.- Atlante (2 Concacaf) 9..- Necaxa (1 Concacaf) 10.- U de G (1 Concacaf) 11.- Atlético Español (1 Concacaf) X.- Tigres (0)

@Faitelson_ESPN

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Todo lo que se diga de este futbolista parece pequeño con respecto a lo que busca y logra en el campo de juego. Y es que marca una diferencia tal que los demás corren, luchan y se esmeran para estar en su nivel sin siquiera acercarse. Es Lionel Messi. El futbol adquiere otra dimensión cuando él lo juega. Esta noche, el Barcelona salió con una ventaja 3 goles a 0 en las semifinales de la Champions cuando en realidad no había sido mejor que el Liverpool. Pero Messi, sí, él sí que fue mejor que el Liverpool y que sus propios compañeros y ello estableció la diferencia. El mejor futbolista de la época y quizá de todas las épocas de las épocas. Se llama Lionel Messi y se atreve a decir, al terminar el partido: “Corrí con un poco de suerte”. ¿Suerte? Suerte, la nuestra, en verte jugar…

Fútbol UEFA
Getty Images
 

SAN DIEGO, California.- Yo no estoy tan seguro de que Di Stéfano, Pelé o Maradona hayan sacado tanta ventaja sobre el resto de sus colegas cuando jugaban al futbol en su época. Puede ser que sí existiera una diferencia, pero no tan marcada, no tan abultada como la que este futbolista refleja juego a juego y marca tras marca, hasta que pareciera que juega un deporte muy diferente al que practican los demás. Lo que hace Lionel Messi no es futbol. Va más allá de lo que el juego establece como parámetros normales.

Se reinventa semana tras semana, con lo que nos hace dudar si el Messi que vimos hace un par de años o la temporada pasada, fue mejor que el que apreciamos esta noche. Es capaz de aparecer cuando el Barcelona sufre y puede jugar cualquier posición en el campo. En la exhibición de esta noche, en el Camp Nou, con un Liverpool que le había arrebatado al Barça su objetivo más preciado, el balón, él mismo bajo a defender, a ayudar en la recuperación y a tratar de encontrar la salida ante la asfixiante presión que establecían los ingleses. Es un futbolista de todo el campo y es un futbolista que no teme salir en los momentos más delicado para inspirar al resto de sus compañeros. Colaboró en esa primera parte de sufrimiento del Barcelona en encontrar la salida, porque él ve espacios y posibilidades donde otros ven caos. Y llegó el 1-0 que no merecía el Barcelona. Y luego, en la segunda parte, cuando era inminente el empate inglés, él estuvo concentrado y pendiente de un rebote para poner el 2-0 tranquilizante. Faltaba, la obra de arte. El tiro directo, desde larga distancia, que pasó la barrera, hizo una comba y terminó en el ángulo. Enseguida, corrió a la banda y le pidió a los aficionados prudencia ante los pitidos que habían tenido para Coutinho.

Es Messi, juega al futbol. Los demás, intentan ponerse en su nivel. No lo están, ni el Liverpool ni el Barcelona, ni nadie.

“Corrí con un poco de suerte”, dijo Messi ante los micrófonos de la televisión en España cuando le preguntaron sobre su segundo gol de la noche, el número 600 de su carrera.

La realidad es que si hoy Messi hubiese jugado en el Liverpool, los ingleses habrían ganado el partido con comodidad. Y que usted puede conseguir un portero como Ter Stegen, un defensa como Piqué, un medio como Busquets o un delantero como Luis Suárez, pero conseguir otro Messi, es imposible. Él marca la diferencia en el juego. Si lo tiene, puede usted ganar un partido por 3-0 cuando en realidad lo que se vio en el juego es diferente.

Un futbolista irreal, un fuera de serie, el mejor de nuestros tiempos y quizá de todos los tiempos y un futbolista que juega algo más que un simple deporte llamado futbol.

@Faitelson_ESPN

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El Barcelona, el Ajax, y hasta la forma en que se ha ido el City, tres equipos que juegan bajo una misma idea, una filosofía similar y que entienden de qué se trata el futbol al final del día: de brindar un espectáculo, un entretenimiento, una belleza, una estética y una pasión a través de lo que plasman o intentan sobre la hierba. El futbol entendido desde la hipótesis de que jugando mejor, estarás más cerca de ganar y de levantar trofeos. El futbol total, donde todos atacan, todos defienden, donde se busca tener la pelota, donde se generan pases y asociación con base a la inteligencia y no a la fuerza bruta, al despliegue físico o a la idea de destruir antes que construir... El futbol de 'los buenos' está goleando al de 'los malos'...

Getty ImagesAjax celebra con su gente después de vencer a la Juventus en su casa
 

CIUDAD DE MÉXICO -- En casi todas las películas, 'los buenos' terminan siendo los protagonistas por encima de 'los malos'. Si el futbol puede verse de esa forma, la Champions de este año presentará un cuadro final donde 'los buenos' se han impuesto a 'los malos'.

La pregunta es: ¿Qué es bueno y qué es malo en el futbol? Hay una subjetividad entendida en el planteamiento, pero también una realidad basada en una teoría: Los 'buenos' son aquellos que persiguen el resultado en el futbol a través de un estilo de juego que termine siendo atractivo para el espectador. Hay algunos entrenadores menos pragmáticos que otros, algunos románticos que entienden que el futbol es, primero, un espectáculo y como tal lo intentan plasmar en el campo de juego. A veces lo logran, otras no. La mayor parte de esos intentos dependen, finalmente, de la materia prima, del futbolista con el que se cuenta.

El juego exquisito que propone el Barcelona de un genio llamado Lionel Messi. El futbol 'guardiolista' del Manchester City. Y la nueva explosión total del juego holandés -de la inspiración de Johan Cruyff- representado en este ágil, dinámico y joven Ajax. Los tres equipos con el mayor grado de posesión de balón se han apoderado de la Champions. Si sumamos al Liverpool de Klopp, que si bien practica otro estilo y otros tiempos en su accionar, tiene jugadores espectaculares en los metros finales -Salah, Firminho y Sané- que también le otorgan un valor agregado al juego. En las semifinales de la Champions están 'los buenos', de eso no cabe ni una sola duda.

Ya durante la semana, Guardiola planteó una reflexión que cimbró en los ideales programáticos de nuestros tiempos: "No me han traído aquí para ganar la Champions. Me han traído para que este equipo juegue mejor...". Y a partir de ahí, el 'Guardiolismo' encontró aire fresco para seguir respirando. El Manchester City está comprometido con el juego -antes de con el resultado- pero entiende también que jugando mejor, estará más cerca del resultado y del objetivo que es levantar trofeos. Guardiola se ha vuelto a quedar al margen de forma agónica, pero lo ha hecho apegado a su filosofía. No se le puede llamar fracaso a una derrota como la que tuvo el City. Hay que darle crédito al Tottenham y reconocer que Guardiola y sus jugadores han “muerto” abrazando sus "sagrados pergaminos".

El Barcelona no requiere presentaciones. Juega bajo sus ideales de tener el balón, cuidarlo, de pasar la pelota a ras de cancha, de cambiar los ritmos y la velocidad del balón y del juego mismo. Tiene una ventaja sobre lo demás. Cuenta con un futbolista que muchas veces parece un 'extratrefrrestre' y que puede, por sí solo, transformar el panorama en el momento menos pensado. El Barça no tiene problemas de identidad. Sabe lo que quiere y como lograrlo.

Y luego está el Ajax, que llega a las semifinales con los 'escudos' del Real Madrid y la Juventus y, por supuesto, la cabellera de Cristiano Ronaldo colgando sobre sus hombros. Lo ha hecho, además, siguiendo las tradiciones más puras de su escuela, de su futbol, de sus maestros y precursores -Rinus Michel y Johan Cruyff-. Un equipo joven, atrevido, que apuesta siempre por la portería contraria y donde todos atacan y todos defienden como lo hacía aquella 'naranja mecánica' de los años setenta. El Ajax ha llegado aquí basado en la calidad de sus futbolista -De Ligt, De Jong, Neres, Ziyech, Tadic- pero también amparado por una solidaridad en el juego que procede de sus raíces y de su tipo de sangre.

Mientras Mourinho anda sin trabajo y los dueños del 'Catenaccio' siguen comiendo espaguetis, los 'buenos' están dominando el futbol. Y eso es positivo, indudablemente, sobre todo para aquellos que lejos de un color, de una pasión, de una camiseta, encendemos la televisión por el simple gusto de encontrar noventa minutos o más de distracción, espectacularidad, estética y belleza del juego. 'Los buenos' están ganando...

@Faitelson_ESPN

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La diferencia la marca la actitud con la que sale a disputar cada partido. Hemos vivido en el error de suponer que son sus sobradas y maravillosas facultades: el regate, la velocidad, el disparo, la inteligencia o la rapidez con la que piensa y ejecuta las que hacen la diferencia. No, lo que le hace verdaderamente distinto es la mentalidad con la que afronta cada reto. Juega sin reservas, sin desparpajo alguno, sin cuidar nada y ello marca una distancia con el resto de los mortales que intentan ponerse en su nivel... Messi es Messi por un tema de actitud, como muchas cosas que ocurren nuestra vida diaria.

Getty ImagesFestejo de Messi contra United
 

SAN DIEGO, California.- Increíble, porque al final del día, no es un tema de técnica individual, de condiciones propias y hasta innatas de un futbolista, mucho menos de algún tipo magia o de encanto. Al final del día, es un asunto de actitud, como muchas cosas que se consiguen en nuestra vida diaria.

La principal diferencia entre aquellos que juegan o intentan jugar al futbol y Lionel Messi no es la delicada pierna izquierda, el control del pelota, la visión del campo o el hecho de que piensa y ejecuta a una velocidad distinta, no, la principal diferencia radica es la personalidad, el temperamento con el que sale a jugar un partido cuando los reflectores están encima de él. El mejor futbolista del mundo, de la época y quizá de muchas épocas sale a jugar como si necesitara siempre probar algo: corre, mete la pierna, le pegan, se levanta, intenta el regate, el disparo, la chilena, defiende, ataca, sube, baja, da la vuelta, viene y regresa. Cuando Messi, el mejor de todos, juega con esa actitud, los demás no tiene más que ponerse en su nivel, conectarse y jugar para Messi y para el equipo.

Fútbol UEFA
Getty Images
 

Hemos vivido apreciando algo que no es tan relevante en Messi. Muchos futbolistas del mundo están tan dotados técnica y físicamente como él. La diferencia radica en la manera en la cual unos y otros salen al campo de juego. Messi juega como si grandes facultades no existieran. No se esconde, no se cuida, sabe que puede tener días malos y días buenos como cualquiera, pero que su mentalidad debe ser la misma: jugar a tope, tratar, luchar, correr y no guardarse nada.

Messi es un 'extraterrestre' de la cancha porque siempre quiere más y más y no se conforma con lo que ha acumulado ya en su impresionante carrera. Se reinventa cada semana, prueba algo diferente cada noche y corre, corre con todos sus ganas y espíritu como si no hubiese ganado nada todavía. Tiene a la humildad como un escudo poderoso que le permite siempre mantener los pies sobre la hierba.

Fútbol UEFA
Getty Images

Cuando se combina talento con actitud, no hay nada que hacer. Si eres su rival, contémplalo en primera fila. Si eres su compañero, únete a él. Súbete a su 'fragata' y déjate llevar por el viento que provoca. Es casi seguro que ese barco llegará a un puerto victorioso.

El futbol, para Messi, un asunto de vida: si pones actitud, estarás mas cerca del éxito y de la gloria...

@Faitelson_ESPN

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