Pero gústele a quien le guste y pésele a quien le pese, sigue siendo el equipo con más seguidores a lo largo de toda la Unión Americana.
Me atrevo a más al asegurar que los Yankees son la franquicia más emblemática de cualquier deporte en Estados Unidos y quizás del mundo entero.
Con la temporada de Grandes Ligas al doblar de la esquina, la red social Facebook creó un mapa donde sus usuarios, con un simple click en la opción "Me Gusta" expresaron sus preferencias beisboleras.
Los Yankees, oh, sorpresa, fueron los preferidos y no sólo en la Gran Manzana, donde los Mets son "el otro equipo" de la ciudad. En el mapa se pintaron de negro las áreas donde prefieren a los Yankees y hubo estados enteros de ese color, más allá de las fronteras de Nueva York.
En otros territorios, como la Florida, donde hay dos equipos de Grandes Ligas, los Yankees son favorecidos en casi todos los condados, por encima de los Marlins de Miami y los Rays de Tampa Bay.
Ni hablar del Medio Oeste, donde no hay casi ninguna franquicia de las Mayores.
Incluso en Texas, el condado de El Paso se ve de negro, a pesar de la presencia de los Astros de Houston y los Vigilantes de Texas en el estado de la Estrella Solitaria.
Es que la historia no se escribe en un día. Son demasiados años de gloria, muchos más que las malas temporadas que cualquier equipo tiene a lo largo de su existencia.
Vaya a las tiendas deportivas de cualquier estado y verá a la venta, junto a las gorras del equipo de ese territorio, las de los Yankees.
La N y la Y entrelazadas constituyen el logo deportivo más famoso del planeta y usted puede encontrarlo incluso en lugares donde jamás se ha lanzado una pelota blanca con costuras rojas.
El hombre que mató al dictador libio Muammar Ghadafi lucía una gorra de los Yankees y posiblemente no tenga ni idea para qué se usa un bate de béisbol.
Por cierto, el diseño es una creación del joyero Louis Tiffany, quien lo estampó en 1977 en una medalla al valor que encargó el Departamento de Policía de la Gran Manzana para entregársela a John McDowell, el primer policía neoyorquino herido por arma de fuego en el cumplimiento del deber, cuando frustró un atraco en enero de ese año.
Quizás no vayan a los playoffs en el 2015 y les tome algunos años recuperar su lustre de antaño, pero como mismo en el fútbol Brasil es Brasil, en el béisbol, los Yankees son&los Yankees.
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Sí, ya sé que muchos dirán que se trata de los entrenamientos primaverales y que las cosas deben cambiar en la temporada regular.
Es cierto que no todos los peloteros son iguales y a algunos les toma más tiempo ponerse a tono y desempolvarse tras las largas vacaciones de invierno.
Si nos midiéramos solamente por los números del spring trainning, Matt Wieters,cátcher estrella de los Orioles de Baltimore, es el peor bateador del mundo.
Wietters, con dos participaciones en Juegos de Estrellas, viene de una operación Tommy John que lo limitó a 26 partidos en el 2014 y hasta el miércoles, en 23 turnos al bate en pretemporada no había conseguido ni un solo imparable (.000), con una base por bolas y cuatro ponches.
Otra de las grandes decepciones de primavera ha sido Ryan Braun, el jardinero de los Cerveceros de Milwaukee de quien una vez se pensaba que sería la cara de las Grandes Ligas cuando se retirara Derek Jeter.
Pero Braun resultó un tramposo, usuario de sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento, que ya vio disminuir notablemente sus estadísticas el pasado año, primero en que supuestamente estuvo limpio.
Bastante que desear ha dejado también el venezolano Pablo Sandoval, flamante contratación de los Medias Rojas de Boston durante el invierno por cinco temporadas y 95 millones de dólares, más una opción para un sexto año por 17 millones adicionales.
El Kung Fu Panda, envuelto en una guerra personal contra su antiguo equipo, los San Francisco Giants, parece distraído y sus números están lejos de lo que de él se espera: siete hits en 30 oportunidades (.233), cuatro ponches y apenas par de impulsadas.
Igual de preocupante es el flojo arranque del mexicano Adrián González, de Dodgers de Los Ángeles, que entró a los partidos del miércoles con promedio de .194 (de 36-7) y cinco ponches.
González será clave en la ofensiva de los Dodgers, sobre todo después de la salida del dominicano Hanley Ramírez y de Matt Kemp.
Pero Rizzo, que ya tuvo su primer Juego de Estrellas el 2014, es la antítesis de Kris Bryant y apenas batea para .118, con cuatro hits en 34 turnos, seis ponches y ningún cuadrangular.
Y otro que no ha aportado mucho es el veloz Billy Hamilton, hombre proa en el ataque de los Rojos de Cincinnati y segundo en la votación de Novato del Año de la Liga Nacional en el 2014.
Se supone que su trabajo sea embasarse y volver loca a la defensa rival con su desplazamiento en los senderos.
Pero con cuatro hits en 25 veces (.160) y promedio de embasamiento de .250 ha sido realmente mediocre, quizás afectado por el tan llevado y traído bajón del segundo año.
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