MÉXICO -- Finalmente, le llegó su momento.

Después de casi dos décadas de duro trabajo en la NFL --al lado silencioso del balón, el defensivo-- Mike Zimmer recibe la oportunidad como entrenador en jefe por parte de los Minnesota Vikings.

Zimmer no tiene el perfil más llamativo entre los diversos nombres que se barajaron para las vacantes a entrenador en jefe por los siete equipos que optaron por un cambio en el volante. En una liga que se jacta de apuntar cada vez más hacia marcadores típicos de videojuegos, ex coordinadores ofensivos fueron los primeros en ser contratados: Bill O'Brien por los Houston Texans, Jay Gruden por los Washington Redskins, Ken Whisenhunt por los Tennessee Titans y Jim Caldwell por los Detoit Lions. La única excepción hasta el momento era Lovie Smith, quien asumió el mando de los Tampa Bay Buccaneers, y ahora Zimmer, aparte de los Cleveland Browns, quienes siguen acéfalos.

No obstante, es probable ninguno de los recorridos de los nuevos entrenadores en jefe de corte ofensivo se compare a lo que ha hecho Zimmer a lo largo de los años.

Consistentemente, las unidades defensivas de los Bengals, al mando de Zimmer han finalizado en la parte más alta de la tabla en cuanto a yardas y puntos permitidos, y la historia era la misma cuando fungía como coordinador defensivo de los Dallas Cowboys. Sin embargo, impedir puntos es menos llamativo que anotarlos.

En todo caso, los Vikings tomaron una buena decisión inclinando la balanza hacia el lado defensivo en la búsqueda de un nuevo líder.

Es cierto, el problema que más ruido genera en la plantilla de Minnesota tiene que ver con la posición de mariscal de campo, y además, el este club viene de ser dirigido por otro entrenador de corte defensivo.

Pero cuando eres la defensiva que más puntos permitió en la temporada (30 por encuentro), difícilmente vas a ganar muchos partidos, sin importar quién sea el mariscal de campo al otro lado del balón. De los 12 equipos que pasaron a la actual postemporada, nueve se colocaron entre los primeros 11 en puntos permitidos a la defensiva, y tres de esos nueve equipos siguen con vida. Al otro lado de la balanza, también nueve de los primeros 11 clubes en puntos anotados disputaron playoffs, y ahí encontramos a los cuatro equipos que se jugarán las Finales de Conferencia.

Pero los Vikings anotaron 24.4 puntos por partidos, suficientes para empatarlos en el lugar decimocuarto con los Indianapolis Colts, con todo y la debacle en la posición de mariscal de campo. El año pasado, contaron con un corredor de 2,000 yardas en Adrian Peterson y la dupla de alas cerradas de Kyle Rudolph y John Carlson --si logran mantenerse sanos-- puede ser el segundo mejor aliado, después de Peterson, de quien sea que esté lanzando los pases.

El lado defensivo, por otra parte, sólo dio pena.

Es momento para que Minnesota se olvide del esquema Tampa-2. Zimmer seguramente seguirá trabajando a partir de una formación 4-3 como defensiva base, pero el nuevo entrenador en jefe de Minnesota operó a partir de una 3-4 bajo las órdenes de Bill Parcells en Dallas, y puede incorporar algunos principios en ciertas situaciones específicas de juego.

Además, Zimmer fue capaz de convertir en estelares de la liga a jugadores de poco reconocimiento, como el tackle defensivo Geno Atkins --generalmente considerado como el mejor en su posición en la liga-- y el apoyador Vontaze Burfict, una máquina de taclear.

Eso es algo que necesitan desesperadamente los Vikings.

Un recorrido rápido por la plantilla arroja pocos nombres establecidos. Los apoyadores Erin Henderson y Chad Greenway son un excelente punto de arranque para la reconstrucción, pero todo indica que el ala defensiva Jared Allen ha jugado su último partido con el uniforme púrpura. Las expectativas todavía son altas para los jóvenes Harrison Smith, Sharrif Floyd y Xavier Rhodes.

Es cierto, las dudas persisten en la posición de mariscal de campo, e ir al draft por un nuevo pasador es una posibilidad fuerte. Matt Cassel, quien terminó como titular, tiene un año restante en su contrato, pero también tiene la opción de rescindirlo y dirigirse a la agencia libre. Christian Ponder estaría en el último año de su acuerdo en el 2014, pero con un salario de 1.7 millones de dólares, el golpe al tope salarial sería mínimo en caso de cortarlo. El estrepitoso fracaso que supuso el experimento Josh Freeman, se acabó, al haber firmado en Minny sólo por un año.

Será interesante ver a quién logra fichar Zimmer como coordinador ofensivo, y de eso dependerá mucho la dirección que tome el club en cuanto a sus pasadores. Pero eso puede esperar un poco. Mientras tanto, Zimmer tiene un reto hecho a la medida --y más urgente-- del lado defensivo del balón.

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