Dallas sufrió su sexta derrota en fila y está muy cerca de quedar fuera de la postemporada. Lo único que salva a los Cowboys es la irregularidad de la división en la que están, pero están con vida más por lo que han dejado de hacer sus rivales, que lo que ellos han podido hacer.
Cowboys puso marca de 2-6, y en su división están 2-2, por eso es que tiene esperanzas de llegar a los playoffs, a pesar de que la historia indica que 15 equipos (desde 1990, empezó el formato de playoffs como se juega ahora) que han llegado con marca de 2-6 a la Semana 10, NINGUNO ha logrado avanzar a la postemporada.
Este domingo de nueva cuenta estuvieron en el partido, como ocurrió contra Seattle, pero no pudieron ganar el partido. El equipo se mantiene en el marcador con la oportunidad de ganarlo, pero no tiene la contundencia ni los jugadores para poderlo hacer. Hoy más que nunca se nota la valía de Tony Romo (no ganan desde que se lesionó en la Semana 2).
Con la oportunidad de ganar el partido con una serie ofensiva para touchdown, Dallas se tuvo que ver ayudado por los errores que Philadelphia que en esa última serie cometió tres castigos (dos interferencia de pase y un sujetando), además el gol de campo de Dan Bailey corrió con la gran fortuna de pegar en el poste y entrar. Ya no contamos el pase de anotación a Dez Bryant donde Matt Cassel con la presión que tenía mandó una plegaria en lugar de un pase y encontró respuesta a esta en las manos del mejor jugador que tienen los Cowboys y que no está al 100 por ciento.
Las lesiones fueron claves para Cowboys en el partido (no sólo la de Romo). En la serie donde anotaron los Eagles (siete jugadas y 95 yardas) sus dos linebackers, Sean Lee y Anthony Hitchens salieron lesionados y no regresaron al partido. Estas ausencias se notaron aún más en la serie de Philadelphia para ganar el partido en tiempo extra.
Ambos equipos reflejaron a la perfección lo que ocurre en la división que es dominada por la irregularidad en las actuaciones de los equipos. Por momentos, tanto Eagles como Cowboys, movían el balón: pero por otro lado, venía los errores. Dallas sin Romo está perdido, además de otras cosas que podemos sumarle como la inconsistencia de Cassel, lesiones, errores mentales y demás. La suma de todos estos factores más el que la defensiva reciba en el último cuarto la mayor cantidad de puntos que en los tres anteriores, además de no sumar captura en ese periodo en lo que va de la temporada y tan sólo cuatro balones recuperados (tres de ellos en la Semana 2 contra Eagles) es muy complicado ganar un partido.
Romo le ayudaría mucho al equipo con su regreso, pero para mejor como equipo tienen que jugar mucho mejor en todas las áreas. Romo sólo hay uno y sólo juega de quarterback, que cierto es la posición más importante, pero todo no lo puede hacer. Dallas aún le queda un partido antes de que regrese Romo (en Tampa Bay) y no sabemos cómo regrese el N° 9.
Eagles semana a semana por algo ha ganado tres de los últimos cuatro partidos, pero sin llegar a ser el equipo que nos imaginábamos por las adiciones y mucho menos está dentro de los mejores de la NFC; pero, al menos por ahora, es el más sólido en una división donde reina la irregularidad o mediocridad.
MÉXICO -- Los Buffalo Bills han sido una de las franquicias más activas en los últimos meses. No es para menos. Se trata del equipo que ha sufrido la ausencia más prolongada de la postemporada de la NFL, después de 15 años sin playoffs.
En octubre pasado, Terry y Kim Pegula se convirtieron en los nuevos propietarios de la franquicia, unos meses después del fallecimiento del fundador del equipo, Ralph Wilson. En enero pasado, contrataron a Rex Ryan, el entrenador de mayor perfil que ha arribado a la franquicia desde que Marv Levy condujera al equipo a cuatro apariciones consecutivas de Super Bowl a principios de la década de los '90s.
Al inicio del receso de temporada, los Bills se negaron a quedarse cruzados de brazos. Primero, concretaron el canje más sorpresivo en lo que va del año, enviando al apoyador Kiko Alonso --quien se perdiera la temporada pasada por lesión-- a los Philadelphia Eagles, a cambio del corredor All-Pro, LeSean McCoy.
Luego, canjearon para conseguir al mariscal de campo Matt Cassel, proveniente de los Minnesota Vikings, otorgaron a Charles Clay el contrato para ala cerrada con mayor cantidad de dinero garantizado en la historia de la liga para desprenderlo de los Miami Dolphins, firmaron al fullback de Pro Bowl Jerome Felton, y le extendieron (¿últimas?) oportunidades al explosivo receptor abierto Percy Harvin y al polémico guardia Richie Incognito.
Por si fuera poco, retuvieron por cinco temporadas y 45 millones de dólares al ala defensiva Jerry Hughes, pieza fundamental para la que es considerada por muchos como la mejor línea defensiva de la liga.
Ahora, la atención de los Bills se torna hacia otra pieza de la línea defensiva, una todavía más importante que Hughes: el tackle defensivo Marcell Dareus.
"En el futuro cercano", subrayó el gerente general del club, Doug Whaley, de acuerdo al Buffalo News. "Será la prioridad N° 1 una vez que se asiente el polvo después del draft, quizás incluso antes de eso, simplemente para echar a rodar la pelota".
Whaley se refiere a un inminente comienzo de pláticas contractuales con Dareus, quien está por comenzar la última temporada de su contrato original de novato, una que le pagará 8.06 millones de dólares en el 2015.
Será interesante ver hasta dónde puede ascender el nuevo contrato de Dareus. Se trata de un jugador de 25 años de edad, que viene de dos temporadas consecutivas de Pro Bowl, y una elección como All-Pro. En el 2014, el tercer recluta global del Draft 2011, procedente de Alabama, impuso una nueva marca personal con 10 capturas de mariscal de campo, un año después de conseguir 7.5, números impresionantes para un liniero defensivo interior. Los Bills lideraron a la liga en capturas durante el 2014, con 52, y Dareus es el elemento más joven entre los cuatro titulares: Hughes (26 años de edad), el tackle defensivo Kyle Williams (31) y el ala defensiva Mario Williams (30).
En octubre pasado, Gerald McCoy firmó un contrato por siete temporadas y hasta 98 millones de dólares con los Tampa Bay Buccaneers. A mediados de este mes, los Dolphins "ganaron" la agencia libre firmando al jugador más codiciado, Ndamukong Suh, por seis campañas y hasta 114 millones de dólares. Para efectos de referencia, vale la pena también mencionar los contratos de J.J. Watt (seis temporadas y hasta 100 millones de dólares, firmado en septiembre pasado) y Mario Williams (seis campañas y hasta 100 millones de dólares, firmado en marzo del 2012).
Dareus no está --al menos todavía-- al nivel de Suh, Watt ni McCoy, pero también es más joven que los tres. Eso es lo positivo.
¿Lo negativo? Carga con bagaje extradeportivo. Fue arrestado en mayo del año pasado en Alabama por posesión de mariguana sintética, luego de ser detenido por exceder el límite de velocidad en una carretera interestatal. Dos semanas más tarde --y dos días después de enfrentar a los medios para discutir su problema legal en Alabama-- fue arrestado nuevamente, esta vez en el estado de New York, acusado de participar en carreras ilícitas después de chocar su automóvil. Hughes admitió más tarde conducir el automóvil "rival".
El juicio de Dareus por el arresto en New York tiene programado comenzar en mayo. El liniero defensivo aceptó ingresar a un programa por abuso de sustancias de la NFL para librarse del cargo de Alabama. Todavía no hay que descartar una eventual sanción de la liga, bajo la nueva política de conducta personal.
A eso hay que sumarle que fue enviado a la banca durante la porción final de la campaña del 2013 por "tardanza habitual", según reportó en su momento NFL.com. Por su eso no fuera suficiente, Dareus ha batallado con una fluctuación en el peso, y el año pasado, cuando reportó al campamento de entrenamiento, reprobó en primera instancia su prueba de acondicionamiento físico.
Entonces, ¿cuánto dinero debe cobrar Dareus a partir de su próximo convenio?
El próximo contrato de Dareus deberá rondar los 90 a 100 millones de dólares como monto máximo, aunque la cifra más importante --la que evidenciaría el tamaño del compromiso de la franquicia hacia su tackle defensivo estelar-- será el dinero garantizado. McCoy acordó 51.5 millones de dólares garantizados; Watt acordó 51.876 millones de dólares garantizados; Suh se voló la barda, rozando los 60 millones de dólares garantizados.
Convendría a los Bills protegerse de futuras "eventualidades" con Dareus. Un promedio de ocho millones de dólares garantizados por temporada, lo prometido a McCoy y Watt, suena como algo descabellado, con todo y que Suh apretó el botón de reinicio a la escala de pagos para linieros defensivos hace unas semanas. Sin embargo, los 31.4 millones que acordó Williams hace tres años se antojan como poco --relativamente hablando-- tomando en cuenta la inflación y el crecimiento proyectado para el tope salarial en los años siguientes.
Por donde se le vea, Dareus supone un riesgo para Buffalo. Por un lado, es un jugador joven, talentoso, que empieza a apenas a mostrarnos la punta de iceberg en cuanto a lo que es capaz de hacer sobre el emparrillado. Por el otro, se trata de una persona que ha tomado malas decisiones constantemente, no solamente en el rubro legal, sino también en cuanto a su preparación como profesional.
Los Bills se encuentran unos 7 millones de dólares por debajo del tope salarial, pero todavía hace falta sumar a esa cuenta a los seleccionados de draft y agentes libres novatos que firmen a partir del próximo mes. Llegar a un acuerdo con Dareus en las siguientes semanas no es imperativo desde el punto de vista financiero, pero sí recomendable.
¿Por qué?
Porque Buffalo ya ha manifestado sus planes de retener a Kyle Williams y Mario Williams hasta que se retiren. Kyle Williams, el jugador con más tiempo en la plantilla de los Bills, firmó en este mes de marzo una extensión contractual que lo mantendría con la franquicia hasta el término de la campaña del 2017. Mario Williams tiene tres años restantes en su contrato, pero los golpes financieros al tope salarial de esas temporadas son significativos: 19.4 millones de dólares en el 2015, 19.9 millones en el 2016, y 16.5 en el 2017. Sumarle años al convenio de Williams y empujar parte de esas cantidades al futuro parecen ser el camino ineludible para los Bills.
Por si fuera poco, los Bills planean ejercer la opción al quinto año contractual del esquinero Stephon Gilmore, decisión que les costará 11.082 millones de dólares para el 2016.
"[Mario Williams] podría liberar la mayor cantidad y sería lo más lógico, porque no solamente sería reestructurar, sino extender", manifestó Whaley al Buffalo News, citando una comparación con lo realizado con Kyle Williams. "Queremos sentar el precedente de que retendremos a los nuestros y los tendremos retirándose como Buffalo Bills. Pienso que se trata de un sentimiento que queremos mostrarle a los jugadores en nuestra plantilla ahora".
En Buffalo, ya se han hecho a la idea de que el año para gastar en grande fue el 2015, tras comprometer 91.5 millones de dólares entre agentes libres y reestructuraciones contractuales en la actual temporada baja, para liderar a la NFL.
"El año que viene, seremos los Green Bay Packers de la agencia libre", manifestó Whaley la semana pasada durante la reunión de propietarios de la NFL, de acuerdo a Mike Rodak de ESPN.com, haciendo referencia a la austeridad con que se suelen conducir los Packers en el mercado abierto. "Estaremos firmando a nuestros propios jugadores porque tenemos a Nigel [Bradham] a punto de terminar contrato, tenemos a Dareus a punto de terminar, tenemos a Cordy Glenn a punto de terminar y tenemos a Gilmore. Así que esa será nuestra agencia libre el año que viene".
Lo más urgente para los Bills será reestructurar el convenio de Mario Williams. Extender el acuerdo de Dareus previo al inicio de la agencia libre, y del contrato monstruoso de Suh, podría haber ahorrado algo de dinero a Buffalo. Lo mismo aplica para Gilmore, si el equipo se apura a negociar con el esquinero.
Los Bills tienen intenciones claras de mantener intacta a la mejor línea defensiva de la NFL, y a partir de allí edificar al resto de la defensiva. No hay duda de que Dareus recibirá su dinero. Sólo restaría por ver si Dareus será capaz de cumplir su parte del convenio.
¿Responderá como el All-Pro que es, o se transformará en una nueva versión de Albert Haynesworth?
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MÉXICO -- Algunas anotaciones respecto al triunfo de los Seattle Seahawks sobre los St. Louis Rams en el "Monday Night Football" que cierra la Semana 8:
Partido deslucido. Se sabía de antemano que este partido de lunes por la noche no tendría la atención que regularmente reciben, dado que a unos metros se estaba disputando el quinto partido de la Serie Mundial de Grandes Ligas, entre los Boston Red Sox y St. Louis Cardinals. Sin embargo, pese a los esfuerzos de los Rams por invitar a los aficionados al Edward Jones Dome, St. Louis no pudo hacer pesar su condición de local en un estadio que lució muy vacío. Una de las ventajas que hacen pesar los Seahawks en Seattle es el ruido que generan sus aficionados --"El jugador Nº 12"--, pero los Rams no pudieron hacer lo mismo dentro de un domo donde hubiera sido sencillo elevar el nivel de ruido y romper la concentración del visitante.
Rams necesitan otro brazo. Por segundo "MNF" consecutivo, vimos un desempeño paupérrimo por parte de un mariscal de campo "suplente". La semana pasada, le tocó a Josh Freeman en su primer inicio para los Minnesota Vikings. Esta vez, los abucheos se los lleva Kellen Clemens, quien lució permanentemente perdido en los controles de los Rams. St. Louis tendrá que preparar a Austin Davis --o a alguien más-- si aspira a hacer algo de notoriedad a la ofensiva en su próximo partido, cuando reciban a los Tennessee Titans en la Semana 9.
Russell en riesgo. La cuenta de Twitter del mariscal de campo titular de los Seahawks es @DangeRussWilson, y así es como estuvo Russell Wilson durante buen parte del juego. Los Seahawks no sólo le brindaron una protección de pase inefectiva a lo largo de la velada, sino que hubo varias jugadas por diseño de Seattle que expusieron a Wilson a golpes innecesarios, incluyendo un par de jugadas consecutivas en zona de gol. Con Marshawn Lynch en tu backfield, no tiene mucho sentido arriesgar así a un pasador que destaca por no tener el físico prototipo en la NFL.
Austin inédito. Los Rams salieron del pasado draft de la NFL extasiados por el hecho de haber sumado a su plantilla --a juicio de muchos-- al jugador más explosivo disponible en el receptor abierto Tavon Austin. Seis meses más tarde, seguimos esperando que tenga algún impacto significativo en la ofensiva de los Rams. Pagar una octava selección global es demasiado para un jugador de rol, como lo ha sido hasta el momento Austin en el ataque de St. Louis. Dos recepciones para 9 yardas no son suficiente.
Ganar a como dé lugar. Los Rams exigieron muy poco a los Seahawks a lo largo de la noche. Seattle no brilló ante un equipo marcadamente inferior, y algunos se podrán preocupar tomando en cuenta que se espera sea un contendiente serio para representar a la NFC en el próximo Super Bowl. St. Louis tuvo la oportunidad de ganar hacia el final, pero inexplicablemente, los Rams rpefirieron poner el juego en manos de Clemens, y no sobre las piernas de alguno de sus corredores, Zac Stacy o Daryl Richardson, quienes habían tenido una noche efectiva. La mala selección de jugadas de los Rams al final benefición a los Seahawks, no obstante, no es momento de hacer sonar las sirenas de alarma en Seattle. Las victorias feas también cuentan, y es mejor sufrir un bache en el nivel de juego --registrando una victoria de todos modos-- en el mes de octubre que en el mes de enero. Los Seahawks tienen bastante tiempo para ir recuperando lesionados y volver a lucir un mejor desempeño sobre el emparrillado.
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MÉXICO -- Finalmente, le llegó su momento.
Después de casi dos décadas de duro trabajo en la NFL --al lado silencioso del balón, el defensivo-- Mike Zimmer recibe la oportunidad como entrenador en jefe por parte de los Minnesota Vikings.
Zimmer no tiene el perfil más llamativo entre los diversos nombres que se barajaron para las vacantes a entrenador en jefe por los siete equipos que optaron por un cambio en el volante. En una liga que se jacta de apuntar cada vez más hacia marcadores típicos de videojuegos, ex coordinadores ofensivos fueron los primeros en ser contratados: Bill O'Brien por los Houston Texans, Jay Gruden por los Washington Redskins, Ken Whisenhunt por los Tennessee Titans y Jim Caldwell por los Detoit Lions. La única excepción hasta el momento era Lovie Smith, quien asumió el mando de los Tampa Bay Buccaneers, y ahora Zimmer, aparte de los Cleveland Browns, quienes siguen acéfalos.
No obstante, es probable ninguno de los recorridos de los nuevos entrenadores en jefe de corte ofensivo se compare a lo que ha hecho Zimmer a lo largo de los años.
Consistentemente, las unidades defensivas de los Bengals, al mando de Zimmer han finalizado en la parte más alta de la tabla en cuanto a yardas y puntos permitidos, y la historia era la misma cuando fungía como coordinador defensivo de los Dallas Cowboys. Sin embargo, impedir puntos es menos llamativo que anotarlos.
En todo caso, los Vikings tomaron una buena decisión inclinando la balanza hacia el lado defensivo en la búsqueda de un nuevo líder.
Es cierto, el problema que más ruido genera en la plantilla de Minnesota tiene que ver con la posición de mariscal de campo, y además, el este club viene de ser dirigido por otro entrenador de corte defensivo.
Pero cuando eres la defensiva que más puntos permitió en la temporada (30 por encuentro), difícilmente vas a ganar muchos partidos, sin importar quién sea el mariscal de campo al otro lado del balón. De los 12 equipos que pasaron a la actual postemporada, nueve se colocaron entre los primeros 11 en puntos permitidos a la defensiva, y tres de esos nueve equipos siguen con vida. Al otro lado de la balanza, también nueve de los primeros 11 clubes en puntos anotados disputaron playoffs, y ahí encontramos a los cuatro equipos que se jugarán las Finales de Conferencia.
Pero los Vikings anotaron 24.4 puntos por partidos, suficientes para empatarlos en el lugar decimocuarto con los Indianapolis Colts, con todo y la debacle en la posición de mariscal de campo. El año pasado, contaron con un corredor de 2,000 yardas en Adrian Peterson y la dupla de alas cerradas de Kyle Rudolph y John Carlson --si logran mantenerse sanos-- puede ser el segundo mejor aliado, después de Peterson, de quien sea que esté lanzando los pases.
El lado defensivo, por otra parte, sólo dio pena.
Es momento para que Minnesota se olvide del esquema Tampa-2. Zimmer seguramente seguirá trabajando a partir de una formación 4-3 como defensiva base, pero el nuevo entrenador en jefe de Minnesota operó a partir de una 3-4 bajo las órdenes de Bill Parcells en Dallas, y puede incorporar algunos principios en ciertas situaciones específicas de juego.
Además, Zimmer fue capaz de convertir en estelares de la liga a jugadores de poco reconocimiento, como el tackle defensivo Geno Atkins --generalmente considerado como el mejor en su posición en la liga-- y el apoyador Vontaze Burfict, una máquina de taclear.
Eso es algo que necesitan desesperadamente los Vikings.
Un recorrido rápido por la plantilla arroja pocos nombres establecidos. Los apoyadores Erin Henderson y Chad Greenway son un excelente punto de arranque para la reconstrucción, pero todo indica que el ala defensiva Jared Allen ha jugado su último partido con el uniforme púrpura. Las expectativas todavía son altas para los jóvenes Harrison Smith, Sharrif Floyd y Xavier Rhodes.
Es cierto, las dudas persisten en la posición de mariscal de campo, e ir al draft por un nuevo pasador es una posibilidad fuerte. Matt Cassel, quien terminó como titular, tiene un año restante en su contrato, pero también tiene la opción de rescindirlo y dirigirse a la agencia libre. Christian Ponder estaría en el último año de su acuerdo en el 2014, pero con un salario de 1.7 millones de dólares, el golpe al tope salarial sería mínimo en caso de cortarlo. El estrepitoso fracaso que supuso el experimento Josh Freeman, se acabó, al haber firmado en Minny sólo por un año.
Será interesante ver a quién logra fichar Zimmer como coordinador ofensivo, y de eso dependerá mucho la dirección que tome el club en cuanto a sus pasadores. Pero eso puede esperar un poco. Mientras tanto, Zimmer tiene un reto hecho a la medida --y más urgente-- del lado defensivo del balón.
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MÉXICO -- Algunos apuntes del "Monday Night Football" de la Semana 7 en que los New York Giants superaron por 23-7 a los Minnesota Vikings para conseguir su primer triunfo de la campaña.
Eli corta la racha. El mariscal de campo de los Giants, Eli Manning, disfrutó por primera vez en la temporada de un partido sin entregas de balón. Eso sí, hubo un par de situaciones que parecían alargar la miseria para el pasador. Manning puso un pase en el pecho del esquinero Marcus Sherels de los Vikings, que no pudo sujetar, y también sufrió un balón suelto que no perdió. De hecho, los Giants perdieron la manija del ovoide cuatro veces, pero sólo perdieron la posesión una vez, en un regreso de patada de despeje de Rueben Randle. Los Giants no necesitaron hacer demasiado ante un rival tan inoperante como los Vikes esta noche, pero no regalar el balón ciertamente ayudó.
Desastroso debut. Josh Freeman protagonizó una de las peores noches que tengo memoria para un juego de "MNF", completando 20 de 53 envíos para apenas 190 yardas, sin touchdowns y con una intercepción que fácilmente pudieron ser tres. Fueron más los pases incompletos que tiró en la noche Freeman --quien en ocasiones lanzaba para cualquier lado-- que los puntos totales del juego. Sin lugar a dudas, quedaron toda clase de dudas sobre lo que pensaban los Vikes firmando en primera instancia a Freeman, y luego entregándole el puesto titular con tan poca preparación. Igualmente, no veo cómo un pasador tan impreciso como Freeman pueda brillar en un sistema como el de los Vikings que depende tanto de los pases cortos de ritmo. Ahí creo que tanto Matt Cassel como Christian Ponder tienen mejores condiciones, con todo y lo que también nos han mostrado en lo que va de la campaña.
La otra cara de la moneda. El que sí tuvo un debut positivo fue el corredor Peyton Hillis, quien hace una semana estaba siguiendo el "MNF" desde el sillón de su casa. En su primer partido para los New York Giants, Hillis acumuló 36 yardas en 18 acarreos --incluyendo uno de touchdown-- pero más importante, mostró buena versatilidad atrapando cinco pases para 45 yardas y luciendo bien en protección de pase para Manning, un rubro en el que los neoyorquinos han sufrido en la campaña. No es momento para salir y sumarlo como corredor principal en tu equipo de fantasía, pero al menos le dio esa dimensión a los Giants que no iban a tener de la mano del novato Michael Cos, quien terminó abriendo el duelo.
AP amarrado. El pésimo desempeño de Freeman facilitó las cosas para la defensiva de los Giants, dificultando la noche para Adrian Peterson. Enfrentando a muchos jugadores en la caja y encontrando pocos carriles disponibles para avanzar por tierra, Peterson acumuló apenas 28 yardas en 13 acarreos y 28 yardas en dos recepciones. Fueron muy pocos toques de balón para el jugador más importante de la franquicia, y así Minnesota no va a ganar muchos más partidos en el año, si es que llega otro triunfo. Como jugaron hoy, eso está en duda.
Elenco de reparto. Vale la pena recalcar lo dicho arriba: los Giants no necesitaron hacer demasiado para ganar este partido, más allá de tratar de limitar al mínimo los errores propios. Aún esto fue complicado. Hubo varios pases dejados caer de las manos por parte de los receptores neoyorquinos, y los esquemas de protección de pase se colapsaron con demasiado frecuencia. Defensivamente, los Giants perdonaron al menos un par de intercepciones. Fue una victoria francamente deslucida, pero una innegablemente esencial para "Big Blue", que con todo y el miserable inicio de campaña está a tres partidos de los líderes divisionales, Dallas Cowboys. Los Giants tienen una tonelada de trabajo por delante, pero al menos hoy se dio un primer paso en la senda de la recuperación. Resta por si no se quedan en el camino.
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Eli corta la racha. El mariscal de campo de los Giants, Eli Manning, disfrutó por primera vez en la temporada de un partido sin entregas de balón. Eso sí, hubo un par de situaciones que parecían alargar la miseria para el pasador. Manning puso un pase en el pecho del esquinero Marcus Sherels de los Vikings, que no pudo sujetar, y también sufrió un balón suelto que no perdió. De hecho, los Giants perdieron la manija del ovoide cuatro veces, pero sólo perdieron la posesión una vez, en un regreso de patada de despeje de Rueben Randle. Los Giants no necesitaron hacer demasiado ante un rival tan inoperante como los Vikes esta noche, pero no regalar el balón ciertamente ayudó.
Desastroso debut. Josh Freeman protagonizó una de las peores noches que tengo memoria para un juego de "MNF", completando 20 de 53 envíos para apenas 190 yardas, sin touchdowns y con una intercepción que fácilmente pudieron ser tres. Fueron más los pases incompletos que tiró en la noche Freeman --quien en ocasiones lanzaba para cualquier lado-- que los puntos totales del juego. Sin lugar a dudas, quedaron toda clase de dudas sobre lo que pensaban los Vikes firmando en primera instancia a Freeman, y luego entregándole el puesto titular con tan poca preparación. Igualmente, no veo cómo un pasador tan impreciso como Freeman pueda brillar en un sistema como el de los Vikings que depende tanto de los pases cortos de ritmo. Ahí creo que tanto Matt Cassel como Christian Ponder tienen mejores condiciones, con todo y lo que también nos han mostrado en lo que va de la campaña.
La otra cara de la moneda. El que sí tuvo un debut positivo fue el corredor Peyton Hillis, quien hace una semana estaba siguiendo el "MNF" desde el sillón de su casa. En su primer partido para los New York Giants, Hillis acumuló 36 yardas en 18 acarreos --incluyendo uno de touchdown-- pero más importante, mostró buena versatilidad atrapando cinco pases para 45 yardas y luciendo bien en protección de pase para Manning, un rubro en el que los neoyorquinos han sufrido en la campaña. No es momento para salir y sumarlo como corredor principal en tu equipo de fantasía, pero al menos le dio esa dimensión a los Giants que no iban a tener de la mano del novato Michael Cos, quien terminó abriendo el duelo.
AP amarrado. El pésimo desempeño de Freeman facilitó las cosas para la defensiva de los Giants, dificultando la noche para Adrian Peterson. Enfrentando a muchos jugadores en la caja y encontrando pocos carriles disponibles para avanzar por tierra, Peterson acumuló apenas 28 yardas en 13 acarreos y 28 yardas en dos recepciones. Fueron muy pocos toques de balón para el jugador más importante de la franquicia, y así Minnesota no va a ganar muchos más partidos en el año, si es que llega otro triunfo. Como jugaron hoy, eso está en duda.
Elenco de reparto. Vale la pena recalcar lo dicho arriba: los Giants no necesitaron hacer demasiado para ganar este partido, más allá de tratar de limitar al mínimo los errores propios. Aún esto fue complicado. Hubo varios pases dejados caer de las manos por parte de los receptores neoyorquinos, y los esquemas de protección de pase se colapsaron con demasiado frecuencia. Defensivamente, los Giants perdonaron al menos un par de intercepciones. Fue una victoria francamente deslucida, pero una innegablemente esencial para "Big Blue", que con todo y el miserable inicio de campaña está a tres partidos de los líderes divisionales, Dallas Cowboys. Los Giants tienen una tonelada de trabajo por delante, pero al menos hoy se dio un primer paso en la senda de la recuperación. Resta por si no se quedan en el camino.
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