LOS ÁNGELES -- La MLS es, y ha sido, saqueada por los futbolistas mexicanos. Sólo dos en su historia han satisfecho el paquete completo de ansiedades de la liga estadounidense: Cuauhtémoc Blanco y Carlos Vela. El resto, unos con más pudor y otros con mucho cinismo, ofrecieron cuentas de vidrio y se llevaron el oro.

La referencia es inapelable. Se les califica bajo una fórmula infalible con estos elementos: el salario, expectación, expectativas, minutos jugados, impacto mediático y resultados.

En el listado, la mayor decepción para la MLS es, sin duda, Javier Hernández. Un salario de 6 millones de dólares por año y hasta el momento sólo 713 minutos disputados en este 2020. Es decir, 8,415 dólares por minuto. Sólo dos goles, ¿costosos? Un poquito: 3 millones de dólares cada uno. Y ahora, al quedar el Galaxy fuera de los playoffs, otros cuatro meses de vacaciones.

Procedente de la banca del Sevilla, 'La Leyenda', como eligió autonombrarse en la pila bautismal de su inagotable soberbia, sólo ha reembolsado al Galaxy con una poderosa oleada de venta de ropa las primeras semanas; por cierto, su camiseta es la más cara de la plantilla: 136 dólares. Y, claro, una agenda cargada de visitas a los programas de televisión más populares en inglés, en Los Ángeles.

Javier Hernández ha estado más activo en redes sociales. Ahí también disiente de los valores del Galaxy y de la MLS, que piden un comportamiento correcto, respetuoso. Basta ver uno de los videos del jugador en el que reparte 11 palabras altisonantes que hieren el código de conducta de la liga, de cada diez que pronuncia.

¿Por qué no es sancionado por la MLS por empañar la imagen con semejante léxico? “Es un tema que le corresponde al Galaxy, es su jugador y es la imagen del club y es el club el que debe proceder”, explicaron fuentes de la MLS. “Pero, sí desagrada ese comportamiento. No es el que pretendemos de un jugador de esta liga”.

¿Cómo llegó al Galaxy? Jovan Kirovski, director deportivo, estaba obsesionado con él desde 2015. El salto de Javier de la banca del West Ham a la banca del Sevilla, creyó el directivo que era la señal para satisfacer sus caprichos y firmar al seleccionado mexicano con más goles totales y especialmente en partidos amistosos. Y, además, para intentar ponerle un parche a la salida de Zlatan Ibrahimovic después de su exuberante campaña.

Lesiones, baja forma física, bajo rendimiento, y poca simpatía y menos empatía con las urgencias del club, sólo le han permitido disputar siete juegos como titular en 2020. Y en 713 minutos, 18 disparos a gol (uno cada 40 minutos jugados) y sólo dos anotaciones. Analistas que siguen al Galaxy en el día a día, coincidieron en un veredicto: el equipo juega mejor sin él.

DOS SANTOS Y UN DEMONIO…

¿El segundo lugar en las decepciones? Tampoco es complicado. Giovani dos Santos. Y también en el Galaxy. Después de un fulgurante debut con el Barcelona, y siete años después y siete equipos después de decepciones, el Balón de Plata del Mundial Sub 17 en Perú aterrizó en Los Ángeles.

Llegó del Villarreal en una operación estimada, según fuentes de ESPN, en 34 millones de dólares. Entre 2015 y 2018, jugó 77 partidos y marcó 26 goles con el Galaxy.

Su primer año fue promisorio, pero, después, entre bajas de juego, lesiones musculares que reflejaban descuido extra cancha, todo terminó en un rompimiento amargo con el Galaxy, el 1 de marzo de 2019, después de más de un mes de ni siquiera entrenar con el equipo. Al dejarlo libre, y a pesar de tener contrato, la MLS no pudo colocarlo en ningún otro equipo de la liga.

El equipo angelino decidió retener a tres jugadores bajo el sello de franquicia: su hermano Jonathan, Zlatan Ibrahimovic y Romain Alessandrini. “No hay nada personal, se tomó la mejor decisión para todos”, explicó el gerente deportivo, Denise Te Kloese. Gio desembarcó en El Nido de Coapa, donde el América sigue, también, esperando y esperando.

OTRAS LÁGRIMAS…

La lista de grandes decepciones no para ahí. Algunos pusieron en rojo el termómetro. El paso de Rafa Márquez fue lamentable. Su ambiente en el vestidor no mejoró al decir que si lo rodearan jugadores tan buenos como él, el equipo de Nueva York estaría mejor. Después terminó como Bicampeón con el León, recuperó su cinta de capitán y acudió a dos mundiales más con el Tri.

Hugo Sánchez llegó al Dallas Burn por su fondo de retiro, y casos similares ocurrieron con Luis Hernández en el Galaxy, donde sólo recuerdan cómo, intransigentemente, siempre estacionaba su auto en zona de discapacitados.

El Galaxy ha sido desafortunado contratando a jugadores mexicanos y tal vez sólo Jorge Campos retribuyó momentos de alegría en la cancha, con su dualidad espectacular como portero y como delantero. Fue todo un imán de taquilla.

En tanto, la aventura de Chivas USA tuvo los últimos momentos de talento de Ramón Ramírez y Claudio Suárez, mientras que Paco Palencia adquirió un segundo aire. La lista de mexicanos con participación en la MLS es de casi un centenar desde su fundación, pero la mayoría pasaron desapercibidos o dejaron sólo una triste memoria.

DE CHILE, MOLE Y PICADILLO…

En la actualidad, en el presente torneo, con Chicharito a la baja y Carlos Vela apenas saliendo de lesiones, la mirada se centra en el resto de la legión mexicana en la MLS. Y el horizonte no es alentador.

Jonathan dos Santos se la pasa entre algodones y Guillermo Barros Schelotto no lo consideraba, por esa fragilidad, entre sus imprescindibles, a pesar de ser uno de los mejor asalariados como jugador designado. En 2020 apenas suma siete juegos como titular y un total de 700 minutos. Con el Galaxy ya eliminado, también, cuatro meses de vacaciones muy bien pagadas.

Rodolfo Pizarro, el que pensaba dar el gran salto a Europa desde la MLS, ha vuelto a su estilo de la Liga MX: inconsistencia. Aparece de vez en cuando, marca goles con todas esas permisividades que otorgan los defensores de la liga, dando latifundios de espacio y eternidades de tiempo para disparar. Los números lo hacen ver menos grave de lo que es: cuatro goles y cinco asistencias en 18 partidos.

Alan Pulido trata de rescatar su campaña. Se ha perdido ocho juegos, pero en los 12 en que ha participado, suma seis goles y cinco asistencias. Su adaptación ha sido dentro de lo previsto, en un equipo de baja exigencia como Kansas y en una ciudad donde no puede tener una vida tan disipada como ocurría en las noches de Guadalajara. Además, esta semana se lesionó de los ligamentos de la rodilla izquierda y está en duda para los playoffs de la MLS.

¿Y el hombre del Lamborghini? Nada ha cambiado en el Atlanta United para Jürgen Damm. Veloz para el nivel de la liga, aplica un poquito de picardía, sigue peleado con el gol, pero, al menos, en el cruce de la frontera de México a Estados Unidos, en alguna tienda de descuento, debió comprar una brújula porque en 13 partidos, seis como titular, lleva cuatro pases para gol, siete disparos a la portería, cero anotaciones y como 293 centros afuera del estadio. Normal, pues.

Al lado de Damm, está Erick 'El Cubo' Torres, con cuatro juegos como titular en el Atlanta, con un gol y una asistencia, y muy lejos de aquellas temporadas cuando marcó 15 goles con Chivas USA, y 14 con Houston Dynamo. Tiene 27 años y le queda poca cuerda, que sólo podrá desarrollar en la MLS.

¿El resto? Es decir, Oswaldo Alanís es defensa del equipo más castigado de la MLS, el Terremotos de San José, con 47 goles recibidos en 22 juegos, aunque suma los mismos goles que Chicharito, es decir, dos, y una asistencia. Otro delantero que fue alguna vez promesa de Chivas, Carlos Fierro, suma 12 juegos como titular y en 1,030 minutos de juego, acumula dos goles y tres asistencias con los mismos Terremotos de Matías Almeyda.

MENOS DE AQUELLOS, MÁS DE ESTOS…

Suspiros debe haber en la MLS por un jugador: Cuauhtémoc Blanco, quien llegó a prepararse para su retiro al Chicago Fire, pero, motivado por el técnico colombiano Juan Carlos Osorio, tomó un poderoso segundo aire.

El Temo pobló las tribunas, hizo goles, dio asistencias, hizo show, revivió 'Cuautemiñas', convirtió al equipo en competitivo, y de repente era fascinante ver cómo jugadores secos, fríos, torpones, prototipos del estilo de la MLS, empezaron a alegrar la cancha con taquitos, túneles, rabonas y demás filigranas. Los contagió para hacer travesuras en la cancha.

Sí, Cuauhtémoc dejó una escuela futbolera, que duró poco, al regresar a México e ir haciendo su gira de despedida y la recolección para su fondo de retiro, con Santos, Veracruz, Irapuato, Dorados, etcétera.

En ese tiempo, la venta de camisetas de Cuauhtémoc Blanco sólo era superada por la de David Beckham, el ícono resplandeciente del Galaxy, pero el encorvado mexicano llenaba las plazas donde su equipo se presentaba.

Y claro, la MLS anhela a otro Carlos Vela, que parecía que llegaría a hacer turismo, ver juegos de basquetbol y beisbol, y seguir sobrellevando un oficio que reiteradamente ha dicho no era su pasión, ese oficio de jugar al futbol.

Pero se adueñó de la escena. Pasó de ser Vela en Europa a ser una antorcha inponente en la MLS.

Después de una buena primera temporada con el LAFC (28 juegos, 14 goles), para 2019, fue la estrella de la liga. 31 partidos jugados y 34 goles, lo colocaron como el mejor jugador de la semana y del mes en repetidas ocasiones.

Aprovechando su oficio, su técnica, su calidad futbolística, marcaba no sólo goles importantes, sino competía para el mejor gol del torneo, por supuesto, aprovechando la siempre tibia, lenta, desparpajada y bobalicona forma de marcar que hay en la MLS. Sin embargo, supo capitalizarlo.

2020 no ha sido su mejor año. Las lesiones se ensañaron con él. Y en su reciente regreso ha vuelto a la tónica de los goles majestuosos, insisto, ante la marcación de la MLS tan peculiar, como respetando 'la sana distancia' que se recomienda por la pandemia del Coronavirus. Suma seis juegos, tres como titular, tres goles y dos asistencias en 377 minutos.

Por eso, es especialmente sorprendente para la MLS cómo los dos referentes mexicanos hacia los que había escepticismo, han terminado por rebasar todas las expectativas y cumplir con la expectación generada.

Hoy, por eso, en la MLS quieren más Velas, más Cuauhtémocs y menos Chicharitos o… menos 'Leyendas' apócrifas.

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Juan Carlos Osorio no va a cambiar. 'Morirá' con la suya. México jugará el Mundial con ese sistema que tanto estupor y desesperación ha provocado: el de las rotaciones. Y a partir de eso, y de la inspiración y genialidad --poca o mucha-- que tengan sus futbolistas, México aspirará a presentar un perfil competitivo en Rusia. Y a decir del entrenador colombiano, no se trata de fe y de esperanza, porque es el un científico de la cancha y opera con métodos probados.

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA -- Juan Carlos Osorio se ríe tenuemente, mientras debe responder preguntas y sostenerse entre los fuertes vientos de una tormenta incluso la noche en que su equipo gana por tres goles a cero. Osorio vive en la crítica, de un pueblo, de un 'círculo rojo' futbolístico donde cunde la desesperación por un México que no termina por aparecer en la cancha y que se justifica en sus rotaciones y experimentos continuos de la cancha. El tiempo corre para el Mundial. El tiempo no le alcanza ni le sobra a la selección mexicana.

Pero la realidad es que Osorio no aparece demasiado presionado. Él ha asumido que encontrará ataques. Puede ser de una crítica bien intencionada o de una mal intencionada. Puede proceder de un sentido xenofóbico o quizá de otros intereses. La realidad, o su realidad, es que él hace, deshace y dirige a la selección mexicana con la misma doctrina y formato que ha tenido a lo largo de toda su carrera. Los directivos mexicanos, aquellos que lo contrataron, sabían de ello de antemano.

Osorio asume las críticas, pero no va a cambiar. Para él, la cancha se asemeja a un tablero de ajedrez donde impone sus propias reglas. El alfil puede jugar como "peón", el caballo puede aparecer en una formación diferente y sólo los "reyes" tienen derecho a inventar los que se les ocurra hacia el frente.

"El futbol es táctica, orden, disciplina, estudio, en la zona baja del campo", explica el colombiano. "Hacia adelante, es permisible la inspiración y el talento". Y así, juego a juego, él parece mucho más concentrado en desarticular las virtudes del contrario que en fortalecer las propias. Osorio conoce todo lo que hay que conocer de Alemania, de Suecia o de Corea del Sur. Sabe --o cree saber-- como puede descomponer al cuatro veces campeón del mundo el 17 de junio en Moscú y espera que, algunas de las bondades de la generación futbolística mexicana --Hirving Lozano, Carlos Vela, Tecatito Corona-- termine dándole un toque de inspiración, de 'iluminación divina' para tratar de cambiar la historia y su propia historia al frente de la selección de México.

No hay garantías con esta selección --¿cuándo han existido garantías con una selección mexicana?, preguntó yo-- México llegará al Mundial con más dudas que respuestas y con la expectación de que una vez ahí, los futbolistas den el tope y el sistema de Osorio --que no va a cambiar-- termine ofreciéndoles divídenos. No es fe, no es esperanza, y tampoco es un milagro, porque las rotaciones, para un 'científico de la cancha' como Osorio, tiene que ver un método probado y comprobado. Lo que México necesita es una 'rotación' del destino.

@Faitelson_ESPN

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Tengo 27

FECHA
21/03
2018
por David Faitelson

Y supongo que las “cuentas” de Osorio andan por ahí. Hay, para mí, cuatro dudas esenciales al momento de hacer, hoy, una lista de 23 futbolistas mexicanos para el Mundial. Yo encuentro espacio para Rafael Márquez, para Omar Govea, para Rodolfo Pizarro y para Jürguen Damm. Lo que no encuentro es “fuerza” para sacrificar a alguno de los 23…

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA.- Tampoco hay que hacerse demasiados líos en la cabeza para escoger a los 23 mejores jugadores mexicanos para un Mundial. Si este fuese el futbol alemán, español, francés o brasileño, sí que sobraría la controversia.

Yo no tengo 23, tengo 27 y puede que Juan Carlos Osorio esté por las mismas cifras. Supongo que estos juegos antes Islandia y Croacia le servirán para despejar dudas y para plantearse un hipotético escenario mundialista de necesidades y respuesta en la cancha de juego.

Estos son mis 27:

Porteros

1.- Ochoa

2.- Corona

3.- Talavera

Defensas

4.- Héctor Moreno

5.- Miguel Layún

6.- Carlos Salcedo

7.- Edson Álvarez

8.- Néstor Araujo

9.- Diego Reyes

10.- Hugo Ayala

11.- Oswaldo Alanís

12.- Jesús Gallardo

Medios

13.- Andrés Guardado

14.- Héctor Herrera

15.- Jonathan Dos Santos

16.- Marco Fabián de la Mora

17.- Giovanni Dos Santos

18.- Omar Govea

19.- Rodolfo Pizarro

Delanteros

20.- Javier Hernández

21.- Jesús Corona

22.- Raúl Jimenez

23.- Hirving Lozano

24.- Javier Aquino

25.- Carlos Vela

26.- Oribe Peralta

27.- Jurguen Damm

CUATRO DUDAS…

Hay dos jugadores jóvenes que me parece también estarían en la disyuntiva del entrenador nacional: Omar Govea, que juega en Bélgica y Rodolfo Pizarro, el futbolista de las Chivas. Dos elementos hacia el futuro mismo de la selección mexicana. ¿Llevarlos al Mundial para que tomen experiencia y para que sigan desarrollando su carrera? Y la cuestión más difícil de responder: ¿A quien se sacrifica? ¿A Giovanni Dos Santos? ¿A Marco Fabián de la Mora?

El tercer elemento es un jugador al que le ha faltado dar un paso de calidad. Jurguen Damm ha mejorado como futbolista en Tigres bajo las ordenes de Ricardo Ferrerti y algunos creen que sigue siendo material de exportación. Pero hay algo que no termina de convencer en su carrera y que no le ha permitido avanzar a los niveles para las que sus habilidades están presupuestadas.

Coloco, por aparte, a Rafael Márquez. Su posible convocatoria va envuelta en un tema de historia y leyenda misma del futbol mexicano. Un futbolista de época, quizá el segundo mejor ++solo detrás de Hugo Sánchez++ que ha tenido el futbol de México. Pero hay varias preguntas a su alrededor: ¿Realmente tiene el nivel deportivo para ir a un Mundial? ¿Los problemas extra cancha le han perjudicado en los últimos tiempos? ¿Lo llevarían al Mundial como un homenaje? ¿Su aportación es más poderosa en el aspecto mental o como un auxiliar del entrenador?

Tengo 27. Osorio debe andar por ahí. Márquez, Pizarro, Govea o Damm. La pregunta más enmarañada no es: ¿Por qué llevarlos? La pregunta más compleja es: ¿A quien sacrificar?

@Faitelson_ESPN

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Tampoco es algo tan oculto: el futbol por las bandas. La velocidad, el desequilibrio, el ingenio, la profundidad y todo lo que existe en los botines y en la mente de futbolistas que responden al nombre del "Chucky", "Tecatito", Vela, Aquino y Jürgen Damm. Si México explota al máximo esta virtud de su generación futbolística, puede llegar a competir en un nivel importante. No sé si para ganarle a los alemanes, no sé si tener los seis puntos ante Suecia y Corea del Sur, pero sí para competir y preocupar a cualquiera...

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA.- Llamémosle -por hacerlo de una manera- "el gran secreto de Juan Caros Osorio". México tiene, en la cancha, un "arma", hasta cierto punto "poderosa", que puede ayudarle y que debe explotar al máximo para cuando el balón empiece a rodar sobre el césped del Estadio Luzhniki. A partir de ello, puede tener cierta esperanza, alguna ilusión, y uno que otro sueño.

Sin olvidarnos de los defectos, es tiempo de buscar las virtudes que la Selección Mexicana podría ofrecer a partir del 17 de junio en las canchas rusas.

La inconsistencia en las alineaciones, los experimentos en algunas posiciones, el desorden defensivo, el poco ritmo y protagonismo que tienen los futbolistas europeos en sus clubes y hasta la fragilidad para encontrar un estilo definido de juego. Los defectos, las debilidades están a "flor de piel" en un proceso que no ha encontrado todavía su mejor momento y que ha vivido de fragmentos inconclusos, de algunos parajes o minutos de buen de futbol y de esperanza.

Pero algo bueno tiene que tener esta selección. Y quizá una de sus mayores fortalezas ocurra en una zona decisiva del campo, donde la velocidad, la profundidad y la creación (la capacidad de inventar o transformar el juego) te puede alcanzar para acercarte a un nivel competitivo. Lo mejor de México está por las bandas y en la medida que explote las condiciones de futbolistas como Hirving Lozano, "Tecatito" Corona, Carlos Vela, Javier Aquino y hasta Jürgen Damm podría provocar "dolores de cabeza", así el rival se llame Alemania, Suecia, Corea el Sur o Brasil -pensando en que logre sortear con éxito un grupo que luce por demás complicado-.

México tiene que explotar lo mejor que tiene. Lozano ha tenido un extraordinario "aterrizaje" en el futbol europeo, en la Liga holandesa. Es muy joven y seguramente tendrá mucha presión encima. El "Tecatito" debe entender que ha llegado el momento de dar el "siguiente paso" y que no puede quedarse atorado para siempre en el nivel -bueno, pero no el mejor- de la liga portuguesa. El Mundial es una gran oportunidad para él. No puede desaprovecharla. Carlos Vela dice que personalmente está muy a gusto con su decisión de dejar la alta presión del futbol español para jugar en los Estados Unidos. Tiene futbol, siempre lo ha tenido. Nunca, sin embargo, ha "explotado" de la manera en que todos saben que él puede hacerlo. ¿Ocurrirá, finalmente, en Rusia? Javier Aquino ha mantenido un nivel muy regular en el futbol mexicano. Ricardo Ferretti lo ha hecho un mejor futbolista, a pesar de que abandonó muy pronto su sueño de jugar en las mejores ligas del mundo. El Mundial debe ser un punto de motivación para su carrera. Y Jürgen Damm tiene la velocidad que nadie tiene en el futbol mexicano. Se ha detenido en su proceso, cuando, en un momento dado, parecía material de exportación. Él sabe que Rusia es la llave para abrir alguna puerta europea.

México va jugar por las bandas. Mostrará que es una de las grandes bondades que le brindó esta generación futbolística y que, a partir de ahí, puede encontrar un escenario competitivo por más duro y complejo que sea el rival.

Hay que trabajar en los defectos, pero no hay dejar de ponderar las virtudes, esta selección tiene la suya, debe aprovecharlo al máximo.

@Faitelson_ESPN

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