Premier LeagueESPN DatosLeicester City es dueño de su destino en la Premier League para terminar la temporada como campeón.

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Jamie Vardy
Getty Images

LOS ÁNGELES -- Monjes tailandeses hicieron un ritual de sanación y de bendición. Con sus báculos húmedos de agua bendita, toquetearon piernas y pies de los jugadores del Leicester. Y lo mismo hicieron con las instalaciones y cada rincón del equipo.

Leicester comanda hoy como enigma del siglo, la tabla de la Liga Premier. Gana y gusta. Y puntea. Los envidiosos hablan de fortuna, los incrédulos de supersticiones. Las estadísticas desmienten a todos. Los números desmitifican a la ouija.

Los monjes tailandeses de túnicas vistosas, silencio aterrador y cabezas rapadas, fueron una idea del gerente del equipo, con un apellido más largo que su experiencia en futbol: Vichai Srivaddhanaprabha, zar de las tiendas Duty Free.

Él ordenó, el técnico Claudio Ranieri accedió y jugadores en los que no creían nadie, hoy demuestran que creen absolutamente en sí mismos. Hasta en monjes tailandeses.

Jamie Vardy era un jugador cualquiera de un banquillo cualquiera con un futuro cualquiera en una liga cualquiera. El más cualquiera de los cualquieras.

Hoy, Vardy es el magnífico RoboCop de Claudio Ranieri. Cuida a la joya más valiosa que las de la Corona de la Reina. Es la nueva gema del futbol inglés y lo demostró este martes en el 2-0 sobre el Liverpool fascinante de Klopp con un golazo soberbio.

Ranieri ordenó disección sobre Vardy. Los estudios demostraban que era un Ferrari que había sido tratado como auto compacto.

Y Vardy hoy recibe especial atención. Dieta estricta, licuados especiales de proteína y aminoácidos específicos. Y más reposo que al resto del contingente.

Curioso, el mismo tratamiento que idearon Guardiola y Tito para rescatar al mejor Messi. Claro, Vardy no es Messi, pero sí es el Messi del Leicester. Aunque para Ranieri es el la versión nueva de Gabriel Batistuta de la Fiorentina.

Leicester es también producto de la sabiduría de Ranieri. En un equipo con ilusiones más que esperanzas, ensayó procedimientos y audacias que en otros equipos habrían resultado prohibitivas. Las divas no visten overoles.

Grupo sólido. Trabajo serio. Disciplina solidaria. Y los resultados que convierten a cualquier equipo en un profeta genuino. Hoy nadie cuestiona a Ranieri. Van Gaal y Mourinho se burlaron de él. Hoy, lo hechos se burlan de ellos.

Incluso, el técnico temía y advirtió de ello, que el arranque de 2016 estaría cargado de riesgos. Advirtió de ello al grupo. Los convirtió. Los moldeó a la estatura y a la imagen y semejanza de sus propias ilusiones.

Y este martes, más allá de someter al Liverpool de Klopp, ratificaron también que saben aprovechar esa libertad que les deja su calendario de competencia.

"Ellos tuvieron diez días de descanso y eso los hizo más fuertes. Nosotros podíamos y debíamos ganar, pero no hicimos lo necesario", dijo Klopp, quien perdió el sentido del humor.

La nómina del Leicester para esta temporada es de 48.2 millones de libras. La cifra es irrisoria ante los oligarcas de la Premier. Una cuarta parte más o menos respecto a los poderosos.

Podemos repasar cifras y posiciones: Manchester City, segundo en la tabla, 193.2 millones de libras. Unos 215.6 millones de libras para el Chelsea, número 14 en las posiciones. ¿Manchester United? 203 millones de dólares y quinto en la clasificación.

La ecuación final del Leicester no implica milagro alguno. Ni monjes tailandeses ni inversiones multimillonarias. ¿Estaba destinado Ranieri a un éxito tan sorprendente en medio de las circunstancias? ¿Con un gerente especializado en fayuca legalizada? ¿Jugadores que los potentados habrían visto con desdén?

Trabajo. Trabajo serio. Rompiendo el molde de obsesionarse con el molde erróneo de los poderosos. Y claro espíritus comprometidos de los jugadores.

Para muchos podrá parecer un cuento de hadas. Cenicientas en riesgo de que la medianoche se les anticipe.

Insisto: los milagros se les atribuyen a los dioses, pero los consuman los seres humanos que creen más en ellos que en los dioses.

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