Trout, Harper, Machado: no todo lo que brilla es oro en MLB
Fue una danza millonaria nunca antes vista en tan breve lapso, luego de que la mayor parte del invierno el mercado se mantuviera estancado al punto de llegar a una amenaza de huelga por parte del Sindicato de Jugadores.
Las cosas se destrabaron cuando el 21 de febrero, los San Diego Padres se llevaron al agente libre Manny Machado por 300 millones y diez temporadas.
A partir de ahí se produjo un efecto dominó que terminó cuando, ya iniciada la campaña, los Atlanta Braves anunciaron el 2 de abril una extensión de contrato por 100 millones para el jovencito venezolano Ronald Acuna Jr. por ocho años.
Entre la firma de Machado y la extensión a Acuña, estos fueron los otros que también aseguraron su futuro financiero:
Nolan Arenado pactó el 26 de febrero una extensión con con los Colorado Rockies por otras ocho contiendas y 260 millones.
El 2 de marzo, los Philadelphia Phillies anunciaron la contratación del agente libre Bryce Harper por 13 campañas y 330 millones. El 20 de marzo, Los Angeles Angels sacudieron los cimientos del béisbol al convertir a Mike Trout en el deportista mejor pagado de la historia: 426.5 millones por 12 temporadas. Dos días después, los Houston Astros aseguraron por otros seis años los servicios de su antesalista Alex Bregman por 100 millones y 24 horas más tarde, los Boston Red Sox y los St. Louis Cardinals le extendieron sus respectivos contratos al lanzador zurdo Chris Sale y al primera base Paul Goldschmidt.
El pacto de Sale con Boston es por cinco contiendas y 145 millones, mientras que el de Goldschmidt con los Cardenales es de 130 millones por el mismo tiempo. El 26 de marzo, los New York Mets le garantizaron a su estrella Jacob deGrom 137.5 millones por cinco años más y el 1 de abril, ya con la temporada andando, los Red Sox acordaron una extensión con su campocorto arubeño Xander Bogaerts por siete temporadas y 132 millones.
A punto de cumplirse el primer mes del calendario regular, ¿cómo han ido estas inversiones que totalizan los dos mil 61 millones?
Después de ver esa cifra global que supera el Producto Interno Bruto de muchos países, uno se imaginaría que esos diez peloteros deberían estar encabezando los liderazgos de los principales departamentos, tanto ofensivos, como de pitcheo, que para eso se les paga y mucho.
Sin embargo, no todo lo que brilla ha sido oro, al menos, en este arranque del 2019.
1.- Mike Trout (A)
No sólo es el mejor pagado. Es el mejor. Punto. El jardinero de los Angels muestra una línea ofensiva de .317 de average, .522 de promedio de embasamiento (OBP) y slugging de .667, con seis jonrones y 14 carreras impulsadas.
Es Trout siendo Trout, consistente, estable, aunque su juego no se refleja en los resultados de su equipo, último en el oeste de la Liga Americana (9-15).
2.- Paul Goldschmidt (A)
Comenzó lento, pero ya va agarrando su paso normal. Todavía su average anda por .269, pero su OBP es de .358 y su slugging de .581.
Suma nueve cuadrangulares y 19 impulsadas, cuarto y quinto, respectivamente, en la Liga Nacional.
Por cierto, sus Cardenales están en primer lugar de la división central de la Liga Nacional.
3.- Alex Bregman (A)
El antesalista de los Astros (.315-.429-.534) tiene cuatro vuelacercas y 12 carreras remolcadas en 21 juegos, lo que le da una proyección ligeramente inferior al 2018, cuando botó 31 pelotas y empujó 103 carreras.
Pero aun así, su desempeño es encomiable y sigue siendo un factor clave en Houston, ubicado segundo en el Oeste del joven circuito.
4.- Ronald Acuña Jr. (A)
Para el jardinero venezolano de los Braves (.304-.421-.582), el cielo parece ser su límite.
Ya acumula seis palos de vuelta completa y 16 impulsadas, con una proyección para superar todos los números del 2018, cuando fue el Novato del Año de la Liga Nacional.
5.- Jacob deGrom (B)
El ganador del premio Cy Young del 2018 comenzó la temporada como un extraterrestre, al apuntarse dos victorias en igual número de salidas sin permitir carreras en 13 innings.
Pero de repente comenzó a ser bateado y en las dos siguientes aperturas fue castigado con nueve limpias y cinco jonrones en nueve episodios, señal de que algo andaba mal.
Y sí andaba. El codo empezó a dolerle y deGrom fue a parar a la lista de lesionados. Por ahora no parece nada grave, pero cuando el río suena...
6.- Xander Bogaerts (B)
Boston sorprendió al extenderle contrato primero a Bogaerts que a Mookie Betts.
El arubeño (.286-.371-.500) viene de la mejor temporada de su carrera, cuando por primera vez remolcó más de 100 carreras y despachó 23 jonrones.
Por ahora anda por cuatro cuadrangulares y 13 impulsadas y una proyección parecida, más-menos, a sus números del año pasado.
7.- Nolan Arenado (C)
Sempiterno aspirante al MVP de la Liga Nacional, el tercera base de los Rockies es posiblemente el mejor jugador defensivo de todo el béisbol, sin distinción de posición.
Sin embargo, su inicio de temporada lo tiene con los números ofensivos más bajos de su carrera: .269-.324-.462, muy inferiores a sus promedios de .291-.346-.537 desde que debutó en las Mayores en el 2013.
Lleva hasta el momento cuatro jonrones y 14 impulsadas, con una proyección de 27 y 95, que representaría un bajón considerable para quien promedia 34 y 114 por temporada en su carrera.
¿Será coincidencia la baja ofensiva de Arenado y el último lugar en que se encuentra Colorado en el Oeste del viejo circuito?.
8.- Bryce Harper (C)
En sus cuatro primeros juegos con los Phillies, Harper bateó cuatro jonrones e impulsó cinco carreras. Desde el 3 de julio se enfrió y apenas ha conseguido otro bambinazo y nueve remolques en 19 partidos.
Su línea ofensiva de .262-.398-.512 va de acuerdo con sus promedios históricos, nada extraordinario para quien es uno de los peloteros más sobrevalorados de la actualidad.
Lo peor es que ha comenzado a expresar sus frustraciones en público, como cuando se hizo expulsar por protestar un conteo de bolas y strikes que ni siquiera era el suyo, lo cual le valió duras críticas de su compañero Jake Arrieta.
Semejante distracción dentro del clubhouse puede ser sumamente peligrosa en un equipo que apostó 330 millones por él, con la esperanza de verlo repetir cada año sus números del 2015, cuando fue el Jugador Más Valioso de la Nacional.
9.- Manny Machado (C)
El Ministro de la Defensa ha sido el mismo con el guante, pero no con el bate en San Diego.
Machado (.241-.337-.410) tiene cuatro jonrones y nueve carreras impulsadas, cuando a esta altura del año pasado ya había sacado el doble de cuadrangulares y remolcado 17.
Bateador de más de 30 bambinazos en sus últimas cuatro campañas, la proyección del dominicano con los Padres es de 27 vuelacercas y 61 empujadas, cifras mediocres para quien gana 30 millones por temporada.
10.- Chris Sale (F)
Hasta ahora, el zurdo de los Red Sox no ha justificado ni un centavo de su millonaria extensión contractual.
Su recta ha perdido unas cuatro millas de velocidad y en cinco aperturas tiene balance de 0-4 y efectividad de 7.43.
En 158 innings en el 2018 permitió solamente 11 jonrones y ponchó a 237 rivales, a 1.5 abanicado por episodio.
En lo que va del 2019 ya ha recibido seis vuelacercas y suma 24 chocolates en 23 innings, a un promedio de 1.04.
Y al mismo ritmo que su as van los campeones de la última Serie Mundial, que andan bien abajo en la tabla de posiciones del Este de la Americana, con 9-15.
Otros candidatos a avanzar a la postemporada no la tendrán tan fácil por pertenecer a divisiones tan parejas que se hace complicado cualquier pronóstico.
Pero siempre hay espacio para las sorpresas, como las que dieron un año atrás los Bravos de Atlanta en la Liga Nacional y los Oakland Athletics en la Americana.
¿Cuáles serían esos dos equipos, uno por cada circuito, que podrían avanzar a la postemporada contra todo pronóstico, dejando en el camino a algún poderoso?
Liga Americana: Rays de Tampa Bay
En realidad, si los Rays clasifican a la postemporada, no sería tanto una sorpresa por ellos, sino por sus rivales directos.
Ya en el 2018 la novena de Tampa Bay, con su innovador manager Kevin Cash, dio señales de grandeza y si no consiguió colarse en los playoffs con su récord de 90-72 fue porque los Medias Rojas (108-54) y los Yankees (100-62) juegan en su misma división Este de la Liga Americana y los Atléticos sorprendieron al mundo con sus 97 triunfos y 65 reveses.
Pero estos Rays del 2019 están mejores, sobre todo por la adquisición del veterano derecho Charlie Morton, quien conformará una dupla de abridores de lujo con el zurdo Blake Snell, premio Cy Young del joven circuito el pasado año. Ryan Yarbrough, usado por Cash como "opener" en su año de novato, debe tener seguro un puesto en la rotación, tras archivar 16 triunfos con seis derrotas y efectividad de 3.91, junto a Tyler Glasnow, mientras que Jake Faría podría ser el quinto abridor, si es que el manager no acude a un relevista como el venezolano Yonny Chirinos para comenzar partidos.
El también venezolano José Alvarado debería ser el cerrador, tras rescatar ocho partidos a finales de la pasada campaña, cuando el equipo se deshizo de Alex Colomé y vio partir al mexicano Sergio Romo a la agencia libre.
Un Avisail García saludable puede aportar mucho a la ofensiva, al igual que el cubano Yandy Díaz, capaz de desempeñarse en ambas esquinas del cuadro interior.
Le falta poder a la alineación de los Rays, que perdió a C.J. Cron (30 jonrones), reclamado de waivers por los Mellizos de Minnesota . De sus jugadores en el roster actual, ninguno llegó a 20 vuelacercas en el 2018 y le tocará al manager hacer el juego pequeño, basado en la velocidad.
Pero Cash ya sabe lo que tiene y cómo sacarle el mejor provecho.
Liga Nacional: Rojos de Cincinnati
Los Rojos fueron últimos de la división central del viejo circuito e incluso bordearon las 100 derrotas, al terminar con balance de 67-95.
Sin embargo, el Cincinnati del 2019 ha cambiado mucho en relación con el del año pasado y será un equipo muy ofensivo, con la llegada de los jardineros Matt Kemp y Yasiel Puig, para reforzar una alineación que ya cuenta con Joey Votto, Scott Schebler, Scooter Gennett y los venezolanos Eugenio Suaárez y Jose Peraza.
También sumaron como utility a Derek Dietrich, capaz de desempeñarse en casi todas las posiciones, aunque sin ser un estelar a la defensa, pero es un bate bastante sólido para cubrir cualquier hueco cuando a los titulares les toque descanso.
La principal incógnita de los Rojos es el pitcheo abridor, que también sufrió cambios notables y ahora tendrá en la parte de arriba de la rotación a Sonny Gray, el zurdo Alex Wood y Tanner Roark.
Está por verse si Gray, a quien le quedaron inmensas las célebres rayas de los Yankees de New York, vuelve a ser el mismo que brilló en sus primeros años de carrera con los Atléticos de Oakland, pero su presencia, junto a la de Wood y Roark, le cambia por completo el rostro a un cuerpo de lanzadores que en el 2018 fue el segundo peor de la Liga Nacional, con una efectividad de 4.63 y 228 jonrones permitidos, cifra tope en el circuito.
Anthony DeSclafani y el dominicano Luis Castillo estarían entonces en la parte baja de la rotación, sin la presión de ser 1-2 y sobre todo, sin enfrentarse a 1-2 de los equipos rivales.
El cubano Raisel Iglesias, que salvó 30 juegos en 34 oportunidades en el 2018, podría tener muchas más opciones de rescates este año, mientras que en el bullpen también sobresalen los veteranos derechos Jared Hughes y David Hernández y el zurdo Zach Duke.
Es cierto que la división central de la Nacional está complicada, sobre todo por la presencia de los Cachorros de Chicago , los Cerveceros de Milwaukee y los siempre peligrosos Cardenales de St. Louis .
Sólo los Piratas de Pittsburgh se ven descartados de antemano, tras haber perdido más de lo que sumaron en el invierno.
Pero el material con que cuenta el debutante manager David Bell es suficiente para dar pelea y sorprender a sus encumbrados rivales.
Por cierto, que Bell llevará el número 25 en su uniforme, el mismo que usaron su abuelo Gus y su padre, Buddy, cuando pasaron por esta franquicia en los años 50 y 80, respectivamente.
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Sin prisa, pero sin pausa, los Rojos han ido colocando las piezas exactas en su lugar, encaminándose a conformar esa novena que pueda, una vez lista, convertirse en una fuerza perenne y no golondrina de un solo verano.
Pero, ¿quién sabe si con dos o tres ajustes, Cincinnati sorprende y se adelanta a los pronósticos, como ocurrió en el 2018 con los Bravos de Atlanta?
Si yo fuera Gerente General de los Rojos...
1.- Cambiaría a Scooter Gennett
El segunda base de Cincinnati será agente libre al finalizar la temporada y el equipo tiene listo a Nick Senzel en las granjas para dar el salto a las Grandes Ligas.
En tres temporadas en los diferentes niveles de las Menores, Senzel bateó para average de .314, con .378 de promedio de embasamiento y 40 estafas en 55 intentos.
Es un bateador de contacto con poder ocasional, que en el 2018 fue movido de su posición original como antesalista a la intermedia y en 28 juegos en su nueva función no cometió errores.
El problema de cambiar a Gennett, por quien pudieran obtenerse piezas interesantes, sobre todo para reforzar el pitcheo, es que ahora mismo, el mercado de agentes libres está colmado de intermedistas, así que se impone maniobrar con suma inteligencia y precisión para lograr el canje.
Dodgers de Los Angeles podría ser el equipo que se lleve al camarero, en intercambio por el cubano Yasiel Puig, a quien le convendría salir a respirar aires diferentes.
2.- Buscaría un jardinero central
Los Rojos de deshicieron de Billy Hamilton, quien aparte de ser un correcaminos capaz de robar 277 bases en 340 intentos (81%), nunca cubrió todas las expectativas que traía cuando debutó en el 2013, con números realmente mediocres en average, OBP o hits. Se necesita un patrullero central y habría que ver si Puig, en un eventual intercambio por Gennett, puede ocuparse de defender ese espacio, luego de ser uno de los jardineros derechos más capacitados de todo el béisbol.
También Cincinnati ha estado indagando por la disponibilidad del venezolano Ender Inciarte para un posible intercambio con los Bravos.
Y está A.J. Pollock en la agencia libre, aunque su precio no será precisamente bajo.
3.- Firmaría un par de abridores
Los Rojos adquirieron recientemente a Tanner Roark de los Washington Nationals, pero aun así, la rotación abridora tiene demasiadas interrogantes.
El dominicano Luis Castillo, Anthony DeSclafani, Tyler Mahle, Sal Romano, Homer Bailey y el propio Roark no conforman un staff que asuste a nadie.
Ases, lo que se llama ases, no quedan muchos en la agencia libre. Si acaso el zurdo Dallas Keuchel.
Pero experimentados y probados, como los zurdos Gio Gonzalez o Wade Miley, o el derecho Mike Fiers, serían de mucha ayuda para Cincinnati.
Sin buenos abridores, que puedan trabajar seis o siete episodios, de nada habrá valido la extensión de contrato que le dieron al cerrador cubano Raisel Iglesias, pues tendrá muy pocas oportunidades de salvar juegos.
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Fuera de eso, hay muchos cabos sueltos entrando al penúltimo fin de semana del calendario regular de la campaña del 2018 en el béisbol mayor de Estados Unidos.
En uno de sus torneos menos competido de la historia, la Liga Americana ya tiene dos monarcas divisionales y otros tres potenciales invitados a los playoffs que arrancarán en la primera semana de octubre. Boston (104-49) y Cleveland (85-67) ganaron las divisiones Este y Central, respectivamente, por tercer año consecutivo, y Boston virtualmente garantizó terminar con el mejor récord de MLB y la ventaja de la casa para todas las series que disputen.
En el Oeste, los campeones Astros de Houston (95-57) superan por 3.5 juegos a los Atléticos de Oakland (92-61) y tienen el número mágico en dos para asegurar al menos un puesto comodín a la postemporada. Houston intenta conquistar banderines divisionales consecutivos por primera vez desde que se mudó de la Liga Nacional a la Liga Americana en el 2013. Los Astros ganaron tres años seguidos la Central del viejo circuito de 1997 a 1999.
Los Yankees de Nueva York (93-59) tienen ventaja de 1.5 juegos sobre Oakland en la batalla por el primer comodín y la ventaja de la casa para el juego de muerte súbita del miércoles 3 de octubre. En caso de que Nueva York y Oakland terminaran empatados en el primer comodín, con ambos clasificados, los Yankees serían locales en el choque de Wild Cards debido a su mejor récord intradivisional, que es el segundo criterio para desenredar empates.
Los sorprendentes Rays de Tampa Bay (85-67) y los Marineros de Seattle (84-58) han tenido buenos desempeños, pero están muy lejos (a 6.5 y 7.5 juegos de Oakland) con tan poco espacio (10 juegos) para maniobrar. En resumen: En el joven circuito es cuestión de tiempo para que Astros, Yankees y Atléticos se unan a Indios y Medias Rojas en el cuadro de postemporada.
En la Liga Nacional es todo lo contrario: Nada está decidido y nueve de 15 equipos siguen en la carrera por llegar a la tierra prometida.
Los que se encuentran en la situación más cómoda son los Bravos de Atlanta (85-68), que tienen ventaja de 6.5 juegos sobre los Filis de Filadelfia (78-74) en la División Este. Los Bravos, que tienen el número mágico en cuatro para atrapar su primer banderín divisional desde el 2013 y el segundo en 13 años, solamente necesitan ganar dos de tres a Filadelfia en el fin de semana, para coronarse.
En la División Central, Cachorros de Chicago (89-63), Cerveceros de Milwaukee (87-66) y Cardenales de San Luis (84-69) pelean el banderín al tiempo que dominan las dos plazas comodines del viejo circuito. Los Cachorros tienen el número mágico en ocho para conquistar la división, pero una cómoda ventaja de siete juegos sobre los Rockies de Colorado en el segundo Wild Card de la liga.
La misión de Milwaukee es acosar a los Cachorros y mantener la ventaja de la casa para el potencial encuentro de comodines. Cerveceros y Cardenales jugarán una serie decisiva entre ellos de lunes a miércoles de la próxima semana en e Busch Stadium, mientras que Cachorros y Cardenales cerrarán la vuelta regular con una serie de tres encuentros en el Wrigley Field.
Tras ser barridos en Dodger Stadium comenzando la semana, Colorado (82-70) se alejó a 2.5 juegos de los Dodgers de Los Angeles (85-68) en la recia batalla por el banderín de la División Oeste, en tanto que los Diamondbacks de Arizona se encuentran a seis de Los Angeles y a cinco de San Luis en el segundo comodín.
Los Dodgers, que tienen el número mágico en ocho para quedarse con su sexto banderín consecutivo, enfrentan a los Padres de San Diego en el fin de semana y luego visitarán a sus acérrimos enemigos Diamondbacks y Gigantes de San Francisco para concluir la temporada regular.
Colorado recibe a Arizona en el fin de semana y terminará la campaña jugando en Filadelfia y Washington, en tanto que los Diamondbacks cerrarán el año en San Diego.
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En la Americana: Medias Rojas de Boston (101-46) ya clasificó a postemporada y tiene el número mágico en seis para ganar su tercer título consecutivo de la División Este; Indios de Cleveland (82-64) posee la mayor ventaja de un líder divisional (15.0 juegos) y tiene el número mágico en 3 para ganar el centro, mientras que los Astros de Houston (92-54) están muy cerca de garantizar u n puesto comodín y dominan por 3.5 juegos el sector oeste.
Los Yankees de Nueva York (90-56) y Atléticos de Oakland (89-58) batallan ferozmente la ventaja de casa para el partido de comodines, pero no están en real peligro de quedarse fuera de la postemporada. Los Marineros de Seattle (80-66) están a 8.5 juegos del segundo Wild Card.
Milwaukee y San Luis ocupan las plazas de comodides del viejo circuito, pero Los Angeles, Arizona y Filadelfia están a uno, cuatro y seis juegos. Para poner las cosas más sabrosas, Dodgers y Cardenales juegan una serie de fin de semana, cuyos resultados impactarán las divisiones central y oeste y los comodines.
Con las diferentes modificaciones que ha sufrido el sistema de determinar el campeón de la temporada, la pelota estadounidense se ha visto en la necesidad de hacer variaciones a las reglas de resolver embotellamiento en la tabla de lugares a lo largo de sus más de 140 años de historia.
Al principio todo era muy básico. Entre 1876 y 1900, el equipo que más victorias acumulaba durante la temporada regular era declarado campeón de la Liga Nacional y del béisbol (recordando que las ocho series que se jugaron entre los campeones de la Liga Nacional y la Asociación Americana entre 1884 y 1892 fueron considerados eventos de exhibición).
No fue hasta la creación de la Serie Mundial en 1903, por un título máximo entre los campeones de la Nacional y la nueva Liga Americana (fundada en 1901), que nació oficialmente la postemporada de Grandes Ligas.
Hasta 1968, los dos mejores clubes de cada liga iban directo al clásico de otoño. En 1969 se crearon dos divisiones en cada liga y se agregaron las Series de Campeonato para decidir los dos finalistas. En 1994 emergió la figura del Wild Card (comodín) y se creó una tercera ronda en los playoffs, las Series Divisionales, y en 2012, cuando agregaron un segundo comodín, se estableció el formato actual de cuatro instancias.
Desde entonces, los dos mejores equipos de cada liga que no ganaron sus divisiones, juegan un partido de muerte súbita para determinar el rival del conjunto con el mejor récord de liga en las Series Divisionales. La inclusión del segundo comodín también obligó a que se cambiaran algunas reglas en el sistema de definir empates de temporada regular.
EMPATES DE DOS EN DIVISIÓN O COMODINES
Un partido extra de desempate se juegan cuando dos equipos queden empatados con el mismo récord en una de las tres divisiones o el segundo puesto comodín de la liga. Estos partidos se jugarán el día posterior a la finalización de la temporada, en la casa del club que obtuvo la ventaja de local, que se determina usando una serie de criterios que citaremos más adelante.
Desde la implementación de la figura del comodín en 1994 hasta el final de la temporada del 2011, se implementó una regla diferente. Dos equipos empatados para una división no jugaron un desempate si sus récords eran mejores que todos los ganadores fuera de su división en su liga. Básicamente, si dos estaban empatados en la división y como sea estaban clasificados a los playoffs, se usaban varias consideraciones cuál era campeón divisional y cual era comodín. Punto y bolita.
Sin embargo, con la adopción de un segundo puesto de comodín y un juego entre comodines desde el 2012, el ganador de la división con el mejor récord de la liga enfrentaría una posible eliminación en el primer día de la postemporada, lo que obligó a variar las reglas.
Con las nuevas reglas de desempate, si dos equipos quedan empatados en la división, tendrán que jugar un partido extra incluso si ambos equipos ya se han clasificado para la postemporada. El equipo que pierde el juego de desempate ahora calificará para un puesto de comodín solo si su récord de temporada regular se encuentra entre los dos mejores récords de la liga que no ganaron una división. Esto quiere decir que empatar en la divisió no garantiza nada, más allá del juego de desempate.
Si ese equipo está empatado en el segundo puesto de comodín, entonces se jugará un segundo juego de desempate. Si el empate es en el primer comodín, no es necesario un juego extra, sino que ambos avanzan y la ventaja de la casa se determina con los criterios de desempate establecidos. Tampoco se necesita un juego extra para definir el mejor récord de la liga entre dos ganadores de división que terminen con la misma foja.
Para determinar cuál equipo tendrá la ventaja de la casa en un partido extra, tanto para desempatar una división y el segundo comodín y la ventaja de la casa como mejor récord de la liga son:
El equipo con ventaja en la serie particular, el equipo con el mejor récord global en juegos intradivisionales, el equipo con el mejor récord global en juegos intraligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 81 juegos de la temporada, ignorando los partidos interligas, el equipo con el mejor récord en los últimos 82 partidos de la temporada (siempre que el juego agregado no esté entre los equipos empatados), se extiende hacia atrás hasta que se rompe el empate (los juegos de interliga se omiten e ignoran en este proceso).
JUEGOS DE DESEMPATE
En la historia de Grandes Ligas, en 14 ocasiones se ha necesitado jugar un partido (10 ocurrencias) o una miniserie (cuatro ocurrencias) para resolver empates de de serie regular. El fenómeno se repitió cuatro veces entre el 2007 y el 2013, pero no fue necesario en las cuatro temporadas anteriores.
En 1946, Dodgers y Cardenales debieron chocar en una serie al mejor de tres juegos para decidir el campeón de la Liga Nacional. San Luis ganó en dos choques y avanzó a la Serie Mundial, donde venció a los Boston Red Sox.
En 1948, Cleveland derrotó a Boston en un juego extra para definir el monarca de la Liga Americana y siguió inspirado para vencer a los Bravos de Boston en el clásico de otoño. En 1951, cuando Dodgers y Gigantes de Nueva York empataron en la cima del viejo circuito, se juegó una serie de tres encuentros, que terminó con el famoso jonrón de tres carreras del 3B Bobby Thomson al derecho Ralph Branca en la novena entrada para dejar a los Dodgers en el terreno en el Polo Grounds de Manhattan.
El campeón de la Nacional también se decidió en mini series después de la serie regular en 1959 (Dodgers venció a Milwaukee) y 1962 (Gigantes superó otra vez a Dodgers).
Boston y Nueva York quedaron empatados en la División Este de la Americana con 99-63 en 1978 y se tuvo que jugar un partido extra, que ganaron los Yankees 5-4 en el Fenway Park. Dos años después, Houston y Dodgers empataron en el oeste de la Nacional con 92-70 y en el juego de muerte súbita, los Astros superaron a los Dodgers en Dodger Stadium. En 1995, los Marineros ganaron a Anaheim en un encuentro por desempatar el oeste de la Americana.
Hubo desempates por el puesto comodín en 1998 (Cachorros sobre Gigantes), 1999 (New York Mets sobre Cincinnati Reds), 2007 (Colorado sobre San Diego Padres) y 2013 (Tampa Bay Rays ganó a Texas Rangers), en tanto que la División Central de la Americana necesitó un día extra en 2008 (Medias Blancas de Chicago derrotó a Mellizos de Minnesota) y 2009 (Minnesota doblegó a Tigres de Detroit).
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El primero fue Bryan Price, de los Rojos de Cincinatti , despedido sorpresivamente apenas tres semanas después de iniciada la campaña, cuando el equipo exhibía récord de 3-15.
Y el 15 de julio, durante la pausa del Juego de las Estrellas, los Cardenales echaron a Mike Matheny en su séptima campaña al frente del equipo.
A falta de poco más de un mes para completar el calendario regular, lo más probable es que los equipos esperen hasta el final antes de tomar decisiones sobre sus dirigentes.
Hay varios de ellos en la cuerda floja, incluidos dos que recién se estrenaron en esas funciones este año, en lo que podría ser debut y despedida.
Dave Roberts
Si Los Dodgers de Los Angeles no logran clasificar a la postemporada, probablemente sea Roberts el primer manager despedido tan pronto terminen las acciones regulares el 30 de septiembre.
Como estratega es de lo peor que hay en la Mayores, con todo y el premio de Manager del Año de la Liga Nacional que recibió en el 2016.
Y no le echen la culpa a las lesiones, porque en una temporada tan extensa, todos los equipos pasan por eso.
Roberts es malo, muy malo, con uno de los mejores equipos posibles en sus manos, con el que no pudo ganar la Serie Mundial del 2017 debido en gran medida por sus errores de juicio.
Buck Showalter
Todo indica que después de nueve años, el camino de Showalter al frente de los Orioles de Baltimore se acabará con el último out de la campaña regular.
Tenía en las manos un equipo con posibilidades de plantar batalla en la competitiva división Este de la Liga Americana, con todo y el favoritismo de los Medias Rojas de Boston y los Yankees.
Pero los Orioles son hoy el peor conjunto de todo el béisbol, con una proyección para terminar con 115 derrotas.
Después de 20 campañas al frente de los Yankees, los Diamondbacks de Arizona , los Rangers de Texas y Baltimore, ni siquiera llegó a una Serie Mundial.
Mike Scioscia
Con un título de Serie Mundial en el 2002, Mike Scioscia lleva 19 temporadas al frente de Angelinos de Los Angeles, toda una rareza en estos tiempos de poca paciencia de las gerencias.
Pero Scioscia parece haber agotado su largo ciclo, encaminándose a su tercera campaña negativa consecutiva.
Aunque el veterano estratega ha negado rumores de que vaya a renunciar después de esta temporada, cuando el río suena, piedras trae y para los Angelinos sería conveniente un cambio.
Ned Yost
No tenía mucho con qué competir Yost, tras perder de golpe a varias piezas claves del núcleo del equipo que fue a dos Series Mundiales seguidas en el 2014 y 2015, con trofeo incluido en la última de estas.
Pero la reconstrucción iniciada por los Reales de Kansas City podría requerir nueva dirección y según la prensa local, el equipo está mirando para el 2019 hacia Matheny, el despedido manager de los Cardenales.
Dave Martínez
"Ya no sé qué más hacer". Así lo reconoció el manager de los Nacionales de Washington el pasado 14 de agosto, en medio de una racha perdedora de su equipo.
Y con esa frase se puso él solo la soga al cuello.
Si un conjunto partió como superfavorito para arrasar en su división, ese fue el de Washington, que a duras penas coquetea con récord de .500.
Luego de años a la sombra de Joe Maddon, primero en los Tampa Bay y luego en los Cachorros de Chicago, Martínez recibió en el 2018 su primera oportunidad para dirigir...y no ha podido hacerlo peor.
Mickey Callaway
Otro debutante en el 2018, Callaway no ha podido sacarle jugo a los Mets, el equipo llamado a luchar con los Nacionales por la división Este de la Liga Nacional.
Tan mal lo han hecho los Mets, que en cierto momento llegaron a estar en el último lugar de su grupo, por debajo incluso de los Marlins de Miami , conjunto que acababa de sufrir una profunda reestructuración.
Don Mattingly
Los jóvenes Marlins necesitan un verdadero líder para llevar adelante el proceso de reconstrucción que planea Derek Jeter.
Ese líder no es Mattingly, cuya personalidad aparentemente indiferente y conformista exaspera a los reporteros que cubren día a día sus ruedas de prensa en el Marlins Park.
Ha tenido récord perdedor en cada una de las tres temporadas que lleva en Miami y sus constantes errores en el ABC del béisbol lo hacen blanco permanente de críticas de la fanaticada.
Su posible reemplazo sería un viejo conocido de Miami, Joe Girardi, quien ganó el premio de Manager del Año en el 2006, cuando debutó como director con los Marlins, a pesar de lo cual, el entonces dueño Jeffrey Loria lo despidió por diferencias con él.
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Quien parecía destinado a la grandeza en el béisbol es apenas un recuerdo borroso de aquel que deslumbró con su talento a los Mets de Nueva York, que lo escogieron en la séptima selección general de la primera ronda del draft del 2010.
Lesiones, pero sobre todo, su actitud, descarrilaron una carrera que prometía un mundo y ha quedado en nada.
Hasta que el equipo se cansó y lo colocó en el mercado, enviándolo a los Rojos de Cincinnati a cambio del receptor Devin Mesoraco.
Además de sacarse de encima a un elemento tóxico dentro del clubhouse, Nueva York adquiere a alguien que puede ayudarlo mucho en un departamento problemático.
En una misma semana, los Mets perdieron a su cátcher titular Travis d'Arnaud y a su reserva Kevin Plawecki.
Eso los llevó a apelar al venezolano José Lobatón y al inexperto puertorriqueño Tomás Nido, lo cual ha incidido negativamente en los resultados del equipo en las últimas dos semanas, cuando los Mets cayeron de la cima al tercer lugar de la División Este de la Liga Nacional.
No es que Mesoraco sea una superestrella de la receptoría, pero está más capacitado que Lobatón y Nido para conducir al cuerpo de serpentineros de ''el otro equipo de Nueva York''.
Aunque perdió la titularidad en los Rojos ante la competencia de Tucker Barnhart, ganador del Guante de Oro en el 2017, Mesoraco puede aportar mucho detrás del plato y además traer tranquilidad al manager debutante Mickey Callaway, que ya no tendrá que lidiar con las distracciones que provoca el indisciplinado Harvey.
Y quién sabe si alejado de las tentaciones de la Ciudad que Nunca Duerme, en la aburrida Cincinnati y sin la presión de un equipo contendiente, el talentoso lanzador --que es innegable que talento tiene-- encuentra una nueva vida para recuperar una carrera que parece irse por la cañería.
Aún está a tiempo y sólo depende de él.
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1. Paul Konerko, Medias Blancas de Chicago
2. Chipper Jones, Bravos de Atlanta
3. Jeff Conine, Marlins de Miami
4. Jimmy Rollins, Filis de Filadelfia
5. Barry Larkin, Rojos de Cincinnati
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