Terminó la estancia de Matt Harvey en Nueva York y se fue por la puerta de atrás.

Quien parecía destinado a la grandeza en el béisbol es apenas un recuerdo borroso de aquel que deslumbró con su talento a los Mets de Nueva York, que lo escogieron en la séptima selección general de la primera ronda del draft del 2010.

Lesiones, pero sobre todo, su actitud, descarrilaron una carrera que prometía un mundo y ha quedado en nada.

Hasta que el equipo se cansó y lo colocó en el mercado, enviándolo a los Rojos de Cincinnati a cambio del receptor Devin Mesoraco.

Además de sacarse de encima a un elemento tóxico dentro del clubhouse, Nueva York adquiere a alguien que puede ayudarlo mucho en un departamento problemático.

En una misma semana, los Mets perdieron a su cátcher titular Travis d'Arnaud y a su reserva Kevin Plawecki.

Eso los llevó a apelar al venezolano José Lobatón y al inexperto puertorriqueño Tomás Nido, lo cual ha incidido negativamente en los resultados del equipo en las últimas dos semanas, cuando los Mets cayeron de la cima al tercer lugar de la División Este de la Liga Nacional.

No es que Mesoraco sea una superestrella de la receptoría, pero está más capacitado que Lobatón y Nido para conducir al cuerpo de serpentineros de ''el otro equipo de Nueva York''.

Aunque perdió la titularidad en los Rojos ante la competencia de Tucker Barnhart, ganador del Guante de Oro en el 2017, Mesoraco puede aportar mucho detrás del plato y además traer tranquilidad al manager debutante Mickey Callaway, que ya no tendrá que lidiar con las distracciones que provoca el indisciplinado Harvey.

Y quién sabe si alejado de las tentaciones de la Ciudad que Nunca Duerme, en la aburrida Cincinnati y sin la presión de un equipo contendiente, el talentoso lanzador --que es innegable que talento tiene-- encuentra una nueva vida para recuperar una carrera que parece irse por la cañería.

Aún está a tiempo y sólo depende de él.

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NUEVA YORK - Ya Matt Harvey se había ausentado por un buen tiempo cuando los Mets de Nueva York lo colocaron en asignación este viernes. Por ende, no hubo imágenes de despedida para un pitcher que en una ocasión llegó a ubicarse entre la élite del béisbol, llorando ante las cámaras o limpiando su armario.

El fin llegó tres horas antes que los Mets abrieran su serie ante los Rockies de Colorado, cuando el gerente general Sandy Alderson comenzó una rueda de prensa y tranquilamente, resumió los hechos de ese día.

Alderson se veía cansado, producto de las tensiones en una semana difícil. Y se mostraba en conflicto cuando se refirió a Harvey como "un individuo llamativo, agradable y vulnerable", e insistió que parte de él iba a extrañar tener a Harvey dentro de su equipo a diario.

"Intento no dejar que mis emociones interfieran con la toma de decisiones. Sin embargo, la empatía forma parte del proceso de toma de decisiones", dice Alderson. "Me agrada Matt, a pesar de todo lo que ha ocurrido".

Es natural pensar que los Mets sintieron una gran dosis de alivio al cortar lazos con Harvey. Se convirtió en un lanzador muy oneroso para justificar mantenerle, un pitcher con muchas fallas, demasiadas para corregir con un ajuste aquí y otro allá. Un paso por el bullpen a modo de reiterar lecciones no iba a cambiar esta dinámica.

Si bien el aspecto pragmático de Alderson sabía bien que era hora de pasar la página, el historiador del béisbol que hay dentro de él sentía cierto remordimiento al ver que una relación que en una ocasión fue sumamente prometedora se había hecho polvo. Cuando Harvey llegó a Nueva York en 2012, personificaba los sueños y aspiraciones de la afición de los Mets, que había depositado su fe en el poder del pitcheo abridor joven. Recuerden aquella electricidad que corría por el estadio cuando Harvey ponchó a 11 bateadores en 5 1/3 innings en su debut en Grandes Ligas, o cuando tomó el escenario como pitcher abridor de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas 2013, celebrado en el Citi Field. Provocó comparaciones con Tom Seaver gracias a su estilo de enviar los lanzamientos, y con Dwight Gooden, gracias a la capacidad que tenía de hacer que toda una ciudad se detuviera a verle cada cinco días.

Los cuatro días que transcurrían entre cada apertura no eran menos interesantes. Si Harvey no estaba posando desnudo para la edición Body Issue de ESPN The Magazine o saliendo con una súper modelo rusa, estaba en el sofá del programa Tonight Show con Jimmy Fallon, o paseando por horas a través de las calles de la Gran Manzana, para así satisfacer su fascinación por todo lo que significa Nueva York.

A pesar de todo lo anterior, la cruda realidad es que no se han producido muchos momentos mágicos recientemente con los trucos de Harvey. El último se produjo en la Serie Mundial de 2015, cuando Harvey convenció al mánager Terry Collins de dejarle terminar un intento de blanqueada contra los Reales en el Juego 5. Kansas City armó un rally, la temporada de los Mets llegó a su fin y Harvey sumó una cirugía para reparar un síndrome del opérculo torácico a su lista de problemas médicos en la siguiente campaña.

Al final, las lesiones acabaron con las oportunidades que tenía Harvey de alcanzar todo el potencial que había mostrado en Nueva York. Harvey forma parte de una lista corta en la cual se incluyen Chris Carpenter, Shaun Marcum y Jaime García, todos lanzadores que han sido objeto de una reconstrucción de su codo y padecido el síndrome del opérculo torácico en la última década. Noah Lowry nunca volvió a pitchear tras sufrir síndrome del opérculo torácico en 2009 y Tyson Ross sí regresó, aunque en condiciones gravemente disminuidas.

La velocidad de la recta de Harvey, medida en 92.5 millas por horas, sigue siendo suficiente a fin de que él tenga éxito, si cuenta con buen dominio de su pitcheo y un plan, pero requerirá de un compromiso por parte de él. Los Mets no se imaginaban ver a Harvey ir a Triple-A para jugar en Las Vegas, hacer tres o cuatro aperturas para volver a Nueva York, donde le esperase un puesto en la rotación. Lo que sí vieron fue una serie de fallas de mecánica que requerían de cambios radicales de principio a fin, similares a los hechos por Cliff Lee y Roy Halladay, quienes fueron a los rangos más bajos de ligas menores para enrumbar sus carreras por la senda correcta. Simplemente, Harvey no estaba dispuesto a dar semejante paso.

Fue revelador cuando Alderson expresó que Harvey se permite conocer bien por personas que él conoce y en las cuales "semi confía". Si Harvey va a comenzar de nuevo en este año, el último de su contrato para luego ser agente libre, preferiría hacerlo con una tabula rasa, en vez de un ambiente gastado donde todas las partes están colmadas de tanto bagaje histórico.

Es muy poco probable que Harvey llegue a conseguir en su nuevo hogar un mejor sistema de apoyo que el disponible para él en Nueva York, con el coach de pitcheo Dave Eiland y el mánager Mickey Callaway, quienes tuvieron amplio éxito con Corey Kluber, Carlos Carrasco, Trevor Bauer y otros lanzadores en su anterior empleo con los Indios de Cleveland. Callaway objetó la idea de que Harvey nunca estuvo dispuesto a intentar un paso por el bullpen. Y tanto el estratega como Eiland están asumiendo en lo personal que las cosas no funcionaron como se esperaba.

"Sentimos que le fallamos a Matt Harvey", dijo Callaway. "Creo que nuestro trabajo es el de ayudar a cada jugador, y no se siente muy bien cuando no puedes hacerlo".

Callaway está siendo muy cruel consigo mismo. Matt Harvey se lesionó, la magia de 2012 y 2013 se disipó y todas las partes involucradas estaban dispuestas a ponerle fin a esta unión. Incluso, si Harvey y la gerencia de los Mets tenían visiones radicalmente distintas sobre el futuro del pitcher, sí estaban de acuerdo en una sola cosa: Había llegado la hora de decir adiós.

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Fue hace menos de dos años cuando el manager de los Mets de Nueva York, Terry Collins, luchó con el dilema de enviar o no a Matt Harvey para abrir la novena entrada en el Juego 5 de la Serie Mundial con el equipo ganando dos a cero. Collins recuerda la conversación que tuvo con Harvey en el clubhouse.

"Le dije que era suficiente", dijo Collins. "Y él se acercó y dijo, 'quiero este juego. Lo quiero mucho. Tienes que dejarme seguir. Le dije, 'Matt, nos tienes exactamente donde queríamos que nos llevaras'".

"Él dijo, 'quiero este juego de la peor manera'. Así que obviamente, dejé que mi corazón se interpusiera en mi camino. Me encantan mis jugadores. Y confío en ellos. Y entonces le dije: 'Ve a ganarles'".

Harvey permitió un boleto y un doble impulsor antes de ser retirado del juego, y los Reales terminaron ganando el juego y el campeonato con cinco carreras en la parte alta de la 12ª entrada.

El contexto alrededor de Harvey ha cambiado dramáticamente desde entonces, pero los Mets pronto tendrán otra decisión con el lanzador. Desde ese juego de la Serie Mundial, Harvey tuvo una cirugía por el síndrome de salida torácica, se perdió mucho de 2016 y ha estado fuera los últimos dos meses con una lesión de estrés en su escápula derecha. La velocidad media de la bola rápida de Harvey en 2015 era 95.9 mph, el más alto de su carrera; y este año, su bola rápida promedió 93.9, lo más bajo de su carrera.

Él será elegible para el arbitraje este invierno y luego agencia libre en el otoño de 2018, y no hay ninguna expectativa dentro de la industria que firmará con los Mets después de eso. Así como Harvey trabaja su camino de regreso para un puñado de aperturas al final de esta temporada, los Mets tienen opciones.

Podrían simplemente traerlo de vuelta y planear conectarlo a la rotación al comienzo de la próxima temporada, asumiendo -como ejecutivos de otros equipos asumirán - que la zanahoria de la agencia libre le obligará a pasar un invierno de trabajo.

Podrían valorar negociarlo en este otoño, porque lo que inevitablemente sería menos que un retorno ideal. Debido a la reciente historia de lesiones de Harvey y dos temporadas horribles en resultados, ningún equipo estaría dispuesto a pagar el precio de etiqueta por él. Estarían buscando un trato, una apuesta de bajo costo. O tienen la opción de simplemente no darle un contrato -lo que automáticamente le convertiría en agente libre-, aunque fácilmente ese sea el escenario más improbable.

Pero los Mets conocen a Harvey mejor que cualquier otro equipo. Saben la condición de su brazo, saben su ética de trabajo, saben si él ha hecho ajustes a sus hábitos fuera del campo después de no poder aparecer para un juego a principios de este año y ellos saben su nivel de confianza. Una pregunta importante que los Mets deben hacerse al igual que realizan sus evaluaciones del roster al final de la temporada es: ¿Creen que es más probable que Harvey no se recupere?

Si la respuesta es sí, entonces su elección es más fácil que la de Collins en la Serie Mundial 2015: Te quedas con él. Dejas a Harvey lanzar, y si él está lanzando bien y los Mets tienen problemas, lo cambias por prospectos antes de la fecha límite del 31 de julio la próxima temporada.

Pero si la gente que dirige el departamento de operaciones de béisbol de los Mets no cree que Harvey se recuperará, entonces parecería imprudente firmarle por un año más. Si creen que no tendrá razón físicamente, si creen que podría ser más una distracción que una ayuda o si creen que es probable que proporcione más de lo mismo en el montículo, deben deshacerse de él.

En 2016 y 2017, Harvey ha permitido 97 carreras y compilado 130 strikeouts en 163 entradas. Le pregunté a algunos evaluadores y agentes esta semana: Si Harvey no lanza otro lanzamiento esta temporada, ¿qué podría conseguir como agente libre en un contrato de un año? La mayoría de las proyecciones se situaron en 10 millones de dólares, con algunos hasta 12 millones de dólares, con cláusulas de incentivos basadas en juegos iniciados. Eso es más de lo que hará con los Mets a través de su última ronda de arbitraje, por lo que sigue siendo visto en la industria como una fuente de potencial.

Pero los Mets tendrán su propia y única proyección sobre lo que hará Harvey, y deberían actuar en consecuencia.

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En la superficie, luce como si Matt Harvey ha mejorado considerablemente en sus pasadas tres salidas. Su efectividad, que se había inflado a 6.08 en sus primeras 10 aperturas, es de 0.90 en esos tres partidos. Prácticamente ha logrado mejorar todas sus estadísticas.

Pero ¿será esta mejoría algo legítimo? Echemos una mirada a otras cosas para ver las diferencias de cuando Harvey tenía problemas y compararlas con este momento.

Sus lanzamientos

Harvey está lanzando la recta 1 mph más rápida (95.1 mph) en sus últimas tres aperturas que en los inicios de la temporada, y los contrarios tiene menor promedio de bateo ante ella (.188 en sus últimas tres salidas comparado con .336 en sus primeras 10). A pesar del aumento en velocidad, su tasa de abanicadas y falladas se ha mantenido consistente en un 16 por ciento.

Del mismo modo, el slider de Harvey no está logrando abanicadas y falladas adicionales, pero es un lanzamiento muy diferente a como lo fue en los inicios de la temporada, como se puede apreciar en la gráfica a la derecha. Y eso puede ser la diferencia más significativa en este momento.

Parece haber una diferencia prevista en el pitcheo. Tiene un poco más de similitud a un dardo alejándose para un bateador derecho y acercándose para un zurdo, quedándose con la zona de strike, como se puede ver en el mapa de zona caliente. Hay una estadística que explica esto muy bien. El slider de Harvey se estaba moviendo a 4.6 pies por segundo de forma horizontal mientras cruzaba el plato en sus primeras 10 aperturas. Pero ahora ha movido a 5.1 pies por segundo en sus últimas tres salidas.

Quizás esto explique la buena tasa de pelotas bateadas suave contra pelotas bateadas duro. Harvey permitió 17 pelotas bateadas suave y siete pelotas bateadas duro con su slider en sus primeras 10 salidas. En sus últimas tres ha permitido ocho pelotas bateadas suave y no ha permitido ninguna dura.

Acercamiento estratégico

Para sorpresa de nadie, dados sus números, Harvey ha sido un lanzador mucho mejor con gente en base en estas últimas tres aperturas. Los contrarios le batearon para .364 con hombres en base en sus primeras 10 salidas, pero en las últimas tres le han conectado para .250.

Harvey ha hecho esto sin recurrir al ponche. Su tasa de ponches del 6 por ciento en estas últimas tres salidas es menor de su tasa del 13 por ciento que logró en las primeras 10.

En estas pasadas tres aperturas, Harvey ha logrado éxito en su tasa de pitcheo a contacto con gente en base, provocando más rodados que ponches. Su tasa de rodados con gente en base ha sido de 64 por ciento en las pasadas tres aperturas. En las primeras 10 con gente en base, la tasa de rodados de Harvey fue del 40 por ciento.

Y ahora que ha vuelto a tener éxito con el slider, está utilizando más su repertorio de lanzamientos quebrados con gente en base, como lo demuestra su tasa de uso del 32 por ciento en las primeras 10 aperturas en comparación con el 46 por ciento en sus últimas tres.

La defensa

Pero siendo justos, no le podemos dar todo el crédito a Harvey. La defensiva de los Mets ha jugado mucho mejor detrás de él. El BABIP de los contrarios en sus primeras 10 salidas fue de .378. En sus últimas tres, ha sido de .170.

Y los Mets están logrando outs con pelotas bateadas suave en una forma que no lo hicieron en el arranque de la temporada. Harvey permitió 21 "hits suaves" en sus primeras 10 salidas, pero no ha permitido ninguno en sus últimas tres.

Una mirada al juego de esta noche

Algo que Harvey recibiría con gusto en sus siguientes aperturas - algo de apoyo ofensivo. Harvey ha permitido una carrera o menos en cada una de sus pasadas tres salidas, durante las cuales los Mets han anotado apenas tres carreras. Harvey está recibiendo 2.69 carreras de apoyo por salida, empatado con la tercera peor cantidad en todo el béisbol y por mucho la peor de todos los abridores de los Mets.

La buena noticia para él: Los Mets se medirán a un cuerpo de lanzadores de los Bravos que tiene efectividad de 4.58.

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Bryce Harper observó a Matt Harvey ser objeto de múltiples abucheos mientras el lanzador regresaba al dugout el jueves en la noche y se sintió movido a decir luego que se sintió mal por él.

Entre los sentimientos que Harvey genera en los bateadores - ira, frustración, desesperación - la compasión no es algo que él quiera. Pero ahí está, luego que Harvey fallara en pasar de la tercera entrada, y hoy Harvey comienza la búsqueda de soluciones.

Hay una razón por la que la mayoría de los entrenadores esperan hasta el día después de una salida para tener una conversación con un lanzador que está teniendo problemas, para esperar a que bajen las emociones que provoca una salida terrible. Cuando el coach de bateo de los Mets Dan Warthen y el manager Terry Collins se sienten hoy con Harvey, lo que probablemente discutan es que él tiene muchas armas.

De seguro, la velocidad de la recta de Harvey ha bajado en más de una milla por hora. Pero su recta fue medida hasta las 96 mph temprano en su salida ante los Nacionales, y su velocidad promedio de 94 mph en esta temporada se encuentra entre las 13 mejores en las mayores. Su velocidad promedio es mejor que la de Jake Arrieta o Clayton Kershaw. Así que no es como que él esté desarmado.

La ejecución de sus lanzamientos secundarios podría ser la raíz del problema, como le ocurrió en la primera entrada, cuando Harvey intentó engañar con un lanzamiento quebrado a Daniel Murphy en conteo de 0-2 y en cambio le dejó una curva por todo el medio. Roger Clemens solía catalogar ese lanzamiento como un mezclador de cemento. Y Murphy lo descifró y conectó cuadrangular de dos carreras.

Algunas de las selecciones de lanzamientos fueron extrañas, como cuando llegó a conteo de 3-2 ante el segundo bateador que enfrentó, Jayson Werth, y lanzó un slider en vez de retar a Werth con una recta en la esquina de afuera. Le dio boleto a Werth, el primer dominó que cayó en el juego.

Y quizás Warthen y Collins pueden darle algo de seguridad a Harvey con esto: La defensiva de los Mets, que ha lucido mal en esta temporada, desmoralizó por completo al derecho en este juego. Asdrúbal Cabrera tuvo la oportunidad de hacer una doble matanza en la horrible tercera entrada y falló la pelota. Yoenis Céspedes no pudo llegarle a un elevado que la mayoría de los jardineros centrales hubiese atrapado. El jardinero izquierdo Michael Conforto tuvo la oportunidad de hacer una jugada con un alto grado de dificultad, cuando Anthony Rendon conectó un misil al izquierdo, y este no midió a tiempo su salto. Luego que Harvey saliera de juego, el antesalista David Wright dejó pasar oportunidades de hacer tiros agresivos y que marcaran la diferencia en las bases, optando en cambio por hacer tiros fáciles. Si Harvey sufre de crisis de confianza por este equipo, probablemente no esté solo en ese aspecto.

Los Mets se ubican en el puesto 26 en todo el béisbol en Carreras Salvadas por la Defensiva en esta temporada.

Una de las preguntas que Harvey y los Mets deben responder en este periodo de auto examen: ¿Acaso Harvey está haciendo todo lo que pueda para prepararse físicamente entre salidas?

Si estás alrededor de los Dodgers en un día que Kershaw no le toque lanzar, lo puedes ver constantemente en su rutina de pesas y carreras; él es una bestia. Lo mismo aplica con Arrieta de los Cachorros, con Max Scherzer de los Nacionales, y con Madison Bumgarner de los Gigantes. Todos son bloques de músculo, y parece que todos se dan a si mismos todas las oportunidades físicas que tengan de lanzar bien. Kershaw suele hablar sobre esto, sobre llenar todos los blancos en su preparación entre aperturas, para que cuando llegue ese momento de treparse en el montículo sea una culminación de un proceso de cinco días.

Así era como lucía Harvey hace cuatro años, en el día de su debut en Grandes Ligas. Y así es como lució en la tercera entrada anoche. Harvey está en buena forma física, pero luce como que las libras que ha añadido a su cuerpo no le están ayudando. Para algunos lanzadores, el peso adicional no parece importar, como CC Sabathia, o el mismo compañero de Harvey Bartolo Colón. pero quizás a Harvey le convenga más entrar en el mismo tipo de preparación que utilizan Kershaw, Arrieta y Scherzer - un lugar del que probablemente no esté tan lejos, a pesar que anoche se vio lo contrario cuando salió abucheado del montículo.

  • Harvey provocó cuatro ponches con 27 swings (14.8 por ciento) el jueves, su menor porcentaje en una apertura desde 2013 y el 3º menor de su carrera. Harvey permitió nueve carreras, la cifra máxima en su carrera, en apenas 2 2/3 entradas, la primera vez en su carrera que no termina la cuarta entrada en una apertura.
  • Luego de permitir seis carreras limpias el jueves, la efectividad de Harvey anda ahora por 5.77 en esta temporada. Su aumento de 3.06 carreras en su efectividad en comparación con el año pasado es el 4º mayor aumento en las mayores: Mayores aumentos en efectividad en comparación con el año pasado: Zack Greinke (3.42); Sonny Gray (3.11); David Price (3.08); Matt Harvey (3.06)
  • Los Nacionales han ganado cada una de las últimas 13 aperturas de Stephen Strasburg, la mayor racha de ese tipo en la historia de la franquicia: Strasburg mejoró su marca a 7-0 esta temporada, el cuarto abridor en la historia de la franquicia en comenzar una campaña con 7-0 (y el primero desde Pedro Martínez en 1997).

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Bryce Harper se medirá a Matt Harvey por novena ocasión en su carrera cuando los Mets de Nueva York jueguen ante los Nacionales de Washington el jueves en Nueva York.

Harper se ha ido de 20-0 con siete ponches ante Harvey. Eso es, por mucho, la mayor cantidad de turnos sin un hit ante cualquier lanzador en la carrera de Harper.

Las notas del Elias Sports Bureau indican que se encuentra a un turno sin hits de igualar la mayor cantidad de turnos sin imparable para cualquier bateador activo ante un lanzador activo.

Cómo Harvey le ha lanzado a Harper

Harvey le ha lanzado rectas a Harper en el 67 por ciento del tiempo. Entre los 28 jugadores que se han enfrentado a él 15 veces o más durante la temporada regular, solo Bartolo Colón le ha lanzado más rectas en más ocasiones a Harper (90 por ciento). Harper se ha ido de 12-0 con cinco ponches en turnos ante Harvey que han terminado en recta.

En su carrera, Harvey ha lanzado rectas en el 60 por ciento del tiempo.

Sesenta por ciento de los lanzamientos hechos por Harvey a Harper han caido en el tercio exterior del plato o más allá. Cinco de los siete ponches de Harper han aterrizado en ese lugar.

Harper ha fallado en 15 de sus 49 swings de por vida ante Harvey (31 por ciento). En su carrera, Harvey ha provocado swings fallidos en el 27 por ciento del tiempo, y el promedio de Harper de por vida es de 26 por ciento.

Once de los swings fallidos de Harper han sido ante la recta de Harvey, la mayor cantidad de swings fallidos de Harper ante rectas de cualquier lanzador.

El dominio de Harvey sobre Harper ha llevado a la estrella de los Nacionales a tener promedio de pelotas bateadas duro de .100, en comparación con su promedio de por vida de .204.

Harper ha logrado llegar a conteo favorable para bateador ante Harvey (1-0, 2-0, 3-0, 2-1 o 3-1) en 10 de 23 apariciones en el plato. Los tres boletos de Harper ante Harvey han sido en ese tipo de situaciones.

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El Este de la Liga Nacional se ve muy diferente de como lucía hace un par de días después de que el cubano Yoenis Céspedes accedió a firmar con los Mets de Nueva York en lugar de los Nacionales de Washington. Un jugador no inclina la balanza de poder, pero los Mets tienen que ser felices de haber conseguido a Céspedes en lugar de los Nats, incluso si es sólo por una temporada, si él opta por salir después de 2016 y busca la agencia libre de nuevo. Mis 10 jugadores más intrigantes de la división para el 2016:

1. Bryce Harper, RF, Nacionales de Washington

No culpes a Harper de lo que pasó a los Nacionales en 2015. Él encabezó las Grandes Ligas con un porcentaje de OBP de .460 y .649 de slugging. Su wRC + fue 197, el más alto desde Barry Bonds en 2004 y la 16ta mejor marca desde 1950, a la par de la temporada de casi .400 de George Brett en 1980. Y lo hizo a los 22 años, coronándolo con una selección unánime como Jugador Más Valioso. Fue tan bueno que los votantes no pudieron sostener contra él que los Nacionales se perdieron los playoffs.

Ahora y de forma adicional. ¿Cómo no encontrar esto intrigante? O esto: Harper destruyó mucho picheo malo y mediocre la temporada pasada en el Este de la Nacional. En contra de los Marlins, Bravos y los Filis bateó .344 con 21 jonrones en 54 juegos; contra los Mets bateó .254 con cuatro jonrones en 18 juegos (y dos de esos jonrones vinieron durante el último fin de semana, después de que los Mets ya habían asegurado). Esos enfrentamientos Harper-Mets van a estar entre los más entretenidos de la temporada 2016.

2. Matt Harvey, lanzador derecho, Mets de Nueva York

El circo que rodeó el límite de entradas de Harvey, gracias a Dios, está en el pasado. Él y el manager de los Mets, Terry Collins, tendrán que olvidar la novena entrada del Juego 5 de la Serie Mundial. Esas polémicas aparte, Harvey regresó de su cirugía Tommy John y se reestableció en el año 2015 como uno de los lanzadores de primera clase en las Grandes Ligas. Una gran diferencia de 2013, cuando registró una efectividad de 2.27 en comparación con su marca de 2,71 en 2015: permitió 18 jonrones la temporada pasada, frente a sólo siete en un número similar de entradas antes de la cirugía. Una de las razones fue la ineficacia de su cambio. En 2013 Harvey permitió apenas .438 OPS en su contra; en 2015, permitió un .702 OPS. Estoy siendo quisquilloso, pero ese es el punto: Harvey puede mejorar.

3. Giancarlo Stanton, RF, Marlins de Miami

Solo permanecer saludable.

4. Yoenis Céspedes, CF, Mets de Nueva York

Esta no es una firma que garantiza terminar ganando muy buenas críticas. En 2013 Céspedes registró un OBP de .294 y en 2014 su porcentaje de embase fue de .301. Desde que los Mets tienen a Michael Conforto en el jardín izquierdo y a Curtis Granderson en la derecha, Céspedes tendrá que jugar la mayoría de sus juegos en el jardín central donde va a ser un defensor por debajo del promedio. Pero si puede acercarse a los 35 jonrones y .542 de slugging que produjo en 2015, con los Tigres y Mets, te tiene que gustar esta alineación de Nueva York: RF Granderson, 3B David Wright, LF Conforto, CF Céspedes, 1B Lucas Duda, 2B Neil Walker, C Travis d'Arnaud, SS Asdrúbal Cabrera, además de sólidas opciones en el banco con Wilmer Flores, Juan Lagares y Alejandro de Aza. Eso es una alineación que puede liderar la Liga Nacional en carreras anotadas.

5. Noah Syndergaard, lanzador derecho, Mets de Nueva York

Ponchó a 26 bateadores en 19 entradas en la postemporada, Syndergaard hizo una declaración de que él, y no Harvey o Jacob deGrom, puede ser el as de los Mets en 2016. ¿Importa? Siéntese y disfrute de los tres. A menos que su equipo favorito esté jugando ante Mets.

6. José Fernández, lanzador derecho, Miami Marlins

Sí, esta división tiene algunos lanzadores. Ni siquiera podía encajar a deGrom o Max Scherzer dentro de mi top 10, que no tiene nada que ver con su capacidad o excitante nivel. Fernández regresó de su cirugía Tommy John y mostró la misma materia dominante como antes. Él perdió un mes por una lesión del bíceps derecho y fue bateado un poco en par de aperturas en septiembre, pero se espera que esté muy bien de cara a 2016. Los Marlins firmaron al abridor agente libre Wei-Yin Chen, que es su manera de decir que ellos pueden competir en esta temporada, pero eso es ciertamente basado en un Fernández sano produciendo una monstruosa temporada.

7. Stephen Strasburg, lanzador derecho, Nacionales de Washington

Es difícil de creer, pero Strasburg estará listo para la agencia libre luego de la temporada de 2016. ¿Adónde se fue el tiempo? Él sigue siendo una especie de enigma, que es un poco injusto porque ha tenido algunas temporadas muy buenas, pero todavía hay esperanza de que él pueda juntar todo y poner números de Cy Young. Strasburg luchó con algunas lesiones persistentes el año pasado e hizo sólo 23 aperturas, pero abanicó 155 en 127.1 innings. Entre los lanzadores con al menos 100 entradas, solo quedó por detrás, en la tasa de ponches, de Clayton Kershaw, Chris Sale y Scherzer. Strasburg tuvo un gran retroceso el año pasado, pero que no ha sido norma en su carrera, permitió un promedio de .316 con corredores en posición de anotar. Esta ha sido su norma en su carrera: .258 en su carrera en comparación con un promedio global permitido de .228. Los ponches son fenomenales, pero él tiene que conseguir más de ellos cuando los corredores están en la base.

8. Maikel Franco, 3B, Filis de Filadelfia

Franco es, obviamente, una gran parte del futuro de los Filis después de una temporada de novato prometedora en la que bateó .280/.343 /.497. ¿Tiene potencial de estrella? No estoy completamente entusiasmado con eso, pero si puede reforzar la defensa y mejorar la tasa de boletos, se convertirá en una estrella.

9. David Wright, 3B, Mets de Nueva York

Los Mets parecen finalmente haber llegado a la conclusión de que no pueden esperar a que Wright sea el jugador que era antes. Mientras que perdieron a Daniel Murphy, que se marchó a los Nacionales a través de la agencia libre, negociaron por Neil Walker para hacerse cargo de la segunda base y firmaron a Asdrúbal Cabrera para jugar el campo corto. Wilmer Flores todavía está alrededor y el segunda base Dilson Herrera está listo, así, a pesar de regresará a Triple-A para la próxima temporada. El punto es que los Mets tienen opciones dentro del cuadro, con Cabrera o Flores capaces de jugar la tercera base si es necesario. Aun así, la esperanza es que Wright se mantenga en el medio de la alineación ofensiva. Ha sido un buen jugador, odio ver como la segunda mitad de su carrera va en la ruta de Ken Griffey Jr.

10. Christian Yelich, LF, Miami Marlins

El poder probablemente nunca vendrá, Yelich realmente no tiene suficiente fuerza en su swing para convertirse en un hombre de 20 jonrones - pero él golpeó .300/.366/.416 a los 23 años, incluyendo .342 en la segunda mitad mientras disminuyó su tasa de ponches. Dee Gordon ganó el título de bateo el año pasado por los Marlins, pero no se sorprenda si Yelich es contendiente para este año.

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Los Mets de Nueva York van a necesitar reemplazar la ofensiva que van a perder cuando Yoenis Céspedes y Daniel Murphy firmen en otro lado.

Existen opciones internas para sustituir a Murphy con Wilmer Flores y Dilson Herrera capaces de reemplazar las 1.7 Victorias sobre Reemplazo que Murphy promedió en las últimas cuatro temporadas.

Reemplazar a Céspedes va a ser una tarea más dura. No hay muchos jugadores que puedan impactar un juego como lo hace él cuando está bien. Su habilidad para "jonronear cuando se necesita" rivaliza la que tenían Darryl Strawberry y Mike Piazza.

Tratar de firmar un jugador de ese calibre va a costar mucho (así que no es tan fácil como decir "vayan y firmen a Justin Upton"). La oficina central de los Mets va a tener que ponerse creativa en esa búsqueda. Y es posible que se necesite un cambio.

Hay dos buenas posibilidades obvias de cambio para los Mets - los Cachorros de Chicago y los Medias Rojas de Boston. Cada uno de ellos puede utilizar otro lanzador abridor y tienen abundancia de talento joven y bajo contrato controlable. Los Cachorros están mejor equipos para cambiar un torpedero como Addison Russell, Javier Báez o Starlin Castro, pero si los Mets van a ceder un abridor estelar, probablemente van a querer más que eso. No vemos a los Cachorros queriendo cambiar a Kris Bryant o Kyle Schwarber.

Por eso es que un cambio con los Medias Rojas hace más sentido. Ellos tienen sobrepoblación de jardineros (incluyendo dos verdaderos jardineros centrales en Mookie Betts y Jackie Bradley Jr.) y tienen una necesidad clara de un abridor estelar. Sus lanzadores abridores tuvieron la tercera peor efectividad en la Liga Americana la pasada temporada.

Los Medias Rojas podrían obtener ese tipo de lanzador en la agencia libre (David Price, Johnny Cueto), pero la oficina central de los Mets ofrecen algunos lanzadores que son más jóvenes y con menos millaje en sus brazos.

El cambio potencial lógico aquí podría ser algo asi como que Matt Harvey por Betts.

Sí, los Mets podrían arrepentirse de cambiar a Harvey, pero ...

• A él le quedan tres años bajo control del equipo, luego de los cuales con toda seguridad buscará otro rumbo.

• Probablemente se va a poner más caro en esos últimos dos años.

• Su agente, Scott Boras, ya le ha causado mucho estrés a los Mets en los últimos 12 meses.

Betts fue un jugador con WAR de seis en el 2015. Bateó .291 con OPS de .820, 18 jonrones, 42 dobles y 21 bases robadas, mientras se ponchó apenas 82 veces en 597 turnos. Se ubicó séptimo entre los jardineros centrales con nueve carreras salvadas por la defensiva. En comparación, Céspedes totalizó un WAR de 6.3 entre los Tigres y los Mets en el 2015, así que su valor es comparable.

Es posible que surjan algunas dudas con una transacción como esa en ambos lados (Harvey estará bajo control por tres años antes de llegar a la agencia libre, a Betts le quedan cinco), pero esos se pueden trabajar añadiendo jugadores secundarios al acuerdo.

La rotación de los Mets sufriría un golpe, pero todavía tendrían para el Día Inaugural a Jacob deGrom, Noah Syndergaard y Steven Matzen la parte superior, con Jonathon Niese firme en el cuarto puesto. Cuando Zack Wheeler vuelva, puede ocupar el quinto puesto. La mejoría en la ofensiva compensaría por el golpe recibido en el pitcheo.

Betts es un jugador considerablemente mejor que Juan Lagares. Él es basicamente el tipo de jugador que los Mets quisieran que Lagares fuese. Lagares todavía tiene valor para los Mets como jardinero sustituto, y si su codo se sana, él podría (en teoría) jugar en cualquiera de los tres puestos en los jardines.

Uno tiene que ceder algo para recibir algo a cambio. En este caso, lo que los Mets estarían recibiendo sería algo casi perfecto para ellos.

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Pongamos a un lado la cuestión de ver quien tiene la culpa en el asunto de Matt Harvey por un momento. Pospongan todas las preguntas sobre quién dijo qué a quién sobre sus entradas y cuando lo dijo, y lo que debería o no debería hacer ahora, o qué él o los Mets de Nueva York debieron haber hecho en marzo o en agosto. Habrá mucho tiempo para esos juicios luegos, y esos juicios se harán de forma inevitable en todo el béisbol con el beneficio de la retrospectiva. Stephen Strasburg y el gerente de los Nacionales de Washington Mike Rizzo pueden dar fe de esto mejor que nadie.

Lo que importa ahora es que los Mets y Harvey se enfoquen en la tarea que tienen frente a ellos: trabajar para enterrar a los Nacionales en el Este de la LN e impulsar a Nueva York a la postemporada por primera vez desde 2006 - y por apenas la segunda vez desde la Serie Mundial del Subterráneo en 2000.

Mientras el gerente de los Mets Sandy Alderson y Harvey evalúan donde están parados hoy en día, ellos deben ya saber que no existe una buena manera de utilizar las pocas entradas disponibles bajo las directrices que aparentemente Harvey ha abrazado, algo a lo que tiene derecho.

Harvey ya ha laborado en 166 1/3 entradas, y si termina lanzando alrededor de 185 entradas, algo que parece la meta, bueno, eso es como tratar de hornear un pastel para 20 personas sin suficiente harina. Sin importar la estructura que acuerden Harvey y los Mets, no será suficiente.

Para que este capítulo termine bien y que no sea lo que domine las conversaciones sobre los Mets en la temporada baja, los otros Mets necesitan cubrirlo como lo hicieron el lunes, donde algunos relevistas jóvenes dieron el paso al frente y otros bateadores viejos golpearon sin piedad a Max Scherzer en lo que fue una victoria enormemente importante y emocional para los neoyorquinos sobre los Nacionales. Que juego, dijo el antesalista de los Mets David Wright luego del mismo. El número mágico para que los Mets aseguren el banderín es 21, según escribe Adam Rubin. La verdad simple es que cada victoria de los Mets desde ahora hasta finales de este mes y durante octubre hará más simple el escrutinio sobre el conteo de entradas de Harvey, y cada derrota añadirá tensión y recriminación.

Pero para Harvey y lo que le reste de trabajo, no hay una fórmula mágica. Mientras Alderson expuso algunas ideas sobre cómo podría utilizarse Harvey, no dijo nada en específico porque ni él ni nadie sabe cómo va a terminar esto.

Si Harvey lanza cinco entradas hoy ante los Nacionales, eso llevaría su total a 170 y dejaría unas 15 entradas más o menos para el resto de la temporada regular y la postemporada.

Los Mets podrían ahorrar su cantidad restante de entradas para los días finales de la temporada regular y para octubre, pero entonces se correrían el riesgo de tenerlo mohoso para los momentos más importantes de la postemporada. En adición, los medicos de Harvey podrían no estar de acuerdo en que tenerlo lanzando tres semanas de sesiones de bullpen y luego lanzar entradas importantes cumpla con el propósito del límite de entradas, que es descansarlo.

Los Mets podrían escalonar su trabajo y dejarlo que lance tres o cuatro entradas en un par de salidas adicionales durante la temporada regular y trabajarlo en una sola salida en cada serie postemporada, pero eso significaría limitarlo grandemente en cada una de sus salidas en los playoffs. Bob Nightengale del USA Today escribe que una posibilidad es limitar sus salidas en postemporada a 60 entradas mas o menos, lo que significaría de tres a cuatro entradas.

Los Mets podrían gastar mucho tiempo y energías emocionales tratando de manejar esta situación, y al final, probablemente no vaya a pasar de las 180-185 entradas.

He aquí otra idea: Utilizar a Harvey hoy, y luego un par de veces más en este mes para poder asegurar de una buena vez la división, y luego inactivarlo. Terminen la conversación de Harvey antes de comenzar la postemporada, y trátenlo como si fuese un jugador lesionado: No está disponible. Que pase el siguiente, como dirían los Cardenales de San Luis. Los equipos pierden jugadores clave todo el tiempo y siempre encuentran una manera de perseverar; el año pasado, los Gigantes perdieron a Matt Cain, Marco Scutaro y otros y se las arreglaron para encontrar la manera de ganar la Serie Mundial.

Si el límite de entradas es real y Harvey simplemente no va a estar en posición de ayudar, no hace mucho sentido el preocuparse por él. Tratar de encontrarle salidas de tres o cuatro entradas en octubre quizás no valga la pena el esfuerzo.

Quizás sea mejor para los Mets el irse con lo que debe ser una sólida rotación sin él: Jacob deGrom, Bartolo Colón, Noah Syndergaard, Steven Matz.

La receta perfecta para los Mets en octubre sería una cucharada llena de Matt Harvey. Pero aparentemente eso no va a ser posible, por lo que no hace sentido preocuparse por lo que no van a tener.

Alguien más va a tener que agarrar el remo, y este no es el momento para que los Mets comiencen a debatir las razones por las que no va a estar disponible. Solo necesitan a alguien que comience a tirar.

Desde ESPN Datos, sobre las circunstancias de Harvey y lo que está en juego: Ningún lanzador en la historia de MLB ha firmado un contrato de $100 millones luego de ser sometido a una cirugía Tommy John. Adam Wainwright firmó el contrato más grande jamás otorgado luego de sufrir la cirugía Tommy John, por cinco años y $97.5 millones antes de la temporada 2014 (se perdió toda la temporada 2011 debido a la cirugía).

Otra nota de ESPN Datos: Desde principios de agosto, Harvey ha estado lanzando como el tipo de as que necesitarán en octubre, en caso de que lleguen. Su efectividad de 1.35 durante este tiempo es la cuarta mejor en el béisbol (mínimo de 25 entradas lanzadas), detrás de otros tres ases de la Liga Nacional que estarán tomando la pelota en sus manos para sus equipos en octubre si la tabla de posiciones se mantiene tal y como está.

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Nos han pedido mucho en las redes sociales que escribamos nuestro parecer, desde el punto de vista legal, sobre la controversia del lanzador Matt Harvey y los Mets de Nueva York por su posible límite de entradas en la presente temporada.

Antes de escribir cualquier otra cosa, debo comenzar por recordar que he criticado a Scott Boras hasta el cansancio por distintas estrategias y acciones en el pasado. El agente tiene tanto poder que hasta la misma MLBPA ha sucumbido a sus requerimientos y bajado la cabeza ante su presencia. Pero en esta controversia solo veo a un Boras haciendo su trabajo al tratar de proteger a su cliente y ese es el punto de este blog.

Vamos a los hechos, los cuales parecen claros. Un grupo de médicos, encabezado por la eminencia en el tema Dr. James Andrews, recomendó a Matt Harvey que no excediera las 180 entradas esta temporada ya que podría poner en riesgo el proceso de recuperación luego de la operación Tommy John realizada en el 2014. Dicha recomendación fue compartida con los Mets y su gerente general Sandy Alderson en el campo de entrenamiento, algo que él mismo admitió.

Ahora que nos acercamos a ese tope de 180 entradas, y con la posibilidad de que el equipo esté participando en la postemporada, Scott Boras sacó el tema a la prensa ejerciendo presión sobre la gerencia de los Mets al exigirles una posición clara al respeto. Algo sorprendido por el asunto, Sandy Alderson respondió a Boras pero sin tener la solución en sus manos. Boras continuó su ataque hasta que el mismo Matt Harvey, en una nota publicada en el Players Tribune, aclaró a medias que si está dispuesto a lanzar en postemporada bajo ciertas circunstancias no mencionadas.

Pero vamos a contestar las preguntas más frecuentes sobre el tema que han circulado por distintos medios:

1) Boras no ha debido meterse en esto: Boras tiene todo el derecho de inmiscuirse en la controversia ya que Matt Harvey es su cliente. No es la primera vez que un agente hace ese tipo de reclamos y no será la última, solo que muchas veces no salen a la luz pública. De hecho, si Boras no reacciona no estaría haciendo su trabajo y eso si sería grave.

2) Se ha debido manejar el asunto de bajo perfil: eso es cierto pero muchas veces las cosas no se solucionan actuando de bajo perfil. Es evidente que Alderson tenía una interpretación distinta del límite de los 180 innings que Boras y el mismo Harvey. Para el gerente de los Mets, esas 180 entradas eran solo una referencia dándole un peso adicional e importante a la cantidad de lanzamientos por salida y los días de descanso extras. Para Boras y Harvey los 180 innings eran un tope y ya, independientemente de todo el resto de los factores. En esas circunstancias y al no poder resolver el asunto de otra manera, por la disparidad de criterios, la opción de ir a la prensa siempre está disponible y generalmente resulta mucho más efectiva.

3) Harvey es quien ha debido liderar todo el proceso: también es cierto pero uno entiende que no quería hacerlo, de hecho cuando le dieron la oportunidad de aclarar su situación prefirió callar para luego publicar esa nota que al final igual dejó muchas dudas. La relación entre los medios de comunicación y los peloteros es constante y agobiante, el jugador ha podido usar esa vía desde el principio, ya con el tema expuesto, para defenderse y no lo hizo. Tampoco hay que culparlo por eso, Harvey tiene una preocupación legitima sobre la salud de su brazo y sigue instrucciones de un grupo de médicos que deben saber más del tema que todos nosotros.

4) Este es un signo más del nuevo mundo de los agentes dándole instrucciones a los equipos: En temas médicos ya tenemos muchos años en ese mundo. El caso Harvey realmente es uno de muchos. Agentes y equipos se ven las caras frecuentemente en casos de peloteros lesionados que les recomiendan seguir jugando a pesar de la lesión, opciones de tratamiento y tiempo de recuperación, a veces llegando hasta la vía de resolución de conflictos establecida en el Convenio Laboral en caso de no ponerse de acuerdo. Boras no es el único agente que hace eso pero es el de mayor perfil. Así como ese mundo ya existe también es poco probable que cambie en el futuro, los agentes tienen mucho poder en la relación jugador-equipo y no lo cederán por nada.

5) Harvey terminó afectando su propia imagen: la respuesta es si y esto es algo que justifica aun más las acciones de Boras. Para el agente era preferible asumir el rol del malo de la película, el gran culpable de todo, el que está destruyendo el mundo del beisbol y único responsable de todos los actos de Matt Harvey. De esa manera su cliente no estaría expuesto a los medios de Nueva York. No podemos dudar que Boras hizo todo lo que tenía a su alcance para lograr ese objetivo pero no funcionó ya que el mismo Harvey no jugó su rol de manera convincente. Ahora bien, Harvey y Boras están trabajando juntos en todo esto ya que si el lanzador estuviera en desacuerdo con lo sucedido ha podido despedir al agente y contratar a otro. Eso no sucedió.

¿Qué pasará ahora? La nota de Matt Harvey en el Players Tribune solo confirma su preocupación por la salud de su brazo y repite las recomendaciones médicas pero, en un intento de rescatar su imagen en el clubhouse y ante los fanáticos, promete lanzar en la postemporada.

Ni el mismo Sandy Alderson sabe en que consiste esa promesa pero se manejan distintas opciones.

Boras quisiera que lo siguieran culpando a él pero temo que el nombre de Matt Harvey terminará afectado negativamente independientemente de lo que pueda hacer en el resto del 2015. Todo por pensar en su futuro.

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