LOS ÁNGELES -- La misma noche del martes, América se quedó sin su Himno Centenario y resucitó los demonios de las dudas de su Centenario. Y Chivas, aguarda, malicioso, perverso, poder despojarlo de todo el oropel festivo en su siglo de vida la próxima semana.

Llega América a los 100 años con reumas. Mientras su himno es expulsado ignominiosamente de su historia por plagio descarado, sufre ante uno de los peores equipos del torneo, aunque se impone 3-2 a Chiapas, con un nuevo asterisco del deterioro arbitral, que nuevamente, pecando, peca a su favor.

Mientras su directiva, seguramente desde el Salón Oval de Televisa, emite un comunicado desarraigando, desheredando, marginando, avergonzándose del sinvergüenza himno, en la cancha, emite un tratado de paz, cuando en los minutos finales enciende veladoras, saca rosario y con el reloj en la mano, implora el final de ese suplicio agónico.

Cierto, sus goles son espectaculares. La bicicleta de Michael Arroyo es espectacular, aunque percudida por una falta previa, evidente, de William da Silva, tan gigantesca como el bochorno musical de su himno, pero que solo el árbitro no vio.

Después, Rubens Sambueza aparece con la soberbia de su talento, que ha tenido recluido en los últimos meses, mientras Paolo Goltz saca un cabezazo cómodo, entre la incomodidad liliputense de la zaga chiapaneca.

Como ha venido ocurriendo, Ricardo La Volpe sigue golpeando a lo 'Piojo' Herrera al arranque del juego, y termina con las temblorinas patéticas de Nacho Ambriz.

Victoria angustiosa. Y angustiante para una afición que ha visto a su equipo ganar juegos que debía perder, como ante Xolos y Chiapas.

Pero, al final, América ya es semifinalista. Trémulo, aguarda el resultado del que podría salir su contendiente: Chivas.

Pero, seguramente, en la Capilla de El Nido rezarán porque este miércoles por la noche ganen los Alebrijes, esos espectros tan mexicanos, producto de las pesadillas de un oaxaqueño (Pedro Linares) que las convirtió en arte con la vistosidad del arco iris.

América prefiere as las pesadillas del artesano que a la pesadilla reincidentemente posible del 3-0 de la Liga, con un Guadalajara que hoy, juega mejor que el anquilosado cumpleañero.

Cierto: Chivas aún debe lidiar con Alebrijes, pero seguramente hay más regusto desesperado en el Rebaño por esta factible semifinal de la Copa MX, que el desazón convulsivamente temeroso de las Águilas.

Perder la Semifinal ante el Guadalajara convertiría ya este patético Centenario, en una de las exequias más patéticas, tristonas y humillantes del honoro americanista.

Ni LaVolpe ni Peláez resistirían tanto sofocón en un año que supuestamente debería ser la era dorada del americanismo.

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Monterrey se lleva importante resultado de la cancha de Xolos

Tanto para Rayados como para Xolos es un botín atractivo que puede afectar la historia presente de ambos clubes... Para Mohamed es una “boya” en medio de un mar peligroso y agresivo y, para Guede, es “tierra firme” en un club donde no ha encontrado resultados y donde el naufragio es casi evidente. La Copa, la ultima Copa de esta era, un torneo que en su momento no valía, estorbaba y molestaba a los clubes se ha transformado en un trofeo preciado...

SAN DIEGO, California.- A uno le sirve para justificar su gran inversión. Al otro, para rescatar una malograda temporada.

La despreciada Copa MX del futbol mexicano que, en su momento, estorbaba y no le servía a nadie, hoy parece ser un aliciente y un gran premio que tanto Rayados como Xolos podrían atesorar.

La Copa que se rescató en medio de la crisis por la pandemia y que por el momento no se disputa más, la Liga MX argumentó temas de calendario para cancelar la siguiente versión, está de vuelta después de 224 días. A Antonio Mohamed le sirve porque puede ser un “salvavidas” si no vuelve a ganar la Liga. A Pablo Guede le resuelve una mediocre temporada que incluye 8 derrotas en 14 juegos para el cuadro fronterizo. A ambos, la “última Copa” de esta era les conviene.

No hay que olvidar que a la par del desarrollo que le condujo hasta la final de esta Copa, Rayados tuvo tiempo para caer de la gloria al abismo. Fue el último lugar del torneo Clausura 2020 que se anuló y aunque su futbol, sus números y actuaciones, en general, han mejorado, nadie le puede garantizar algo en la fase final del campeonato actual. El trofeo de Copa le puede servir a Mohamed cuando de pronto encare una evaluación y le explique a Duilio Davino y a los dirigentes del club que a pesar de no lograr un “bicampeonato”, tuvo una buena actuación en el Mundial de Clubes, ganó un título de Liga y otro de Copa, todo ello en un lapso de 10 meses.

Y en Tijuana, hace tiempo que Jorge Alberto Hank está esperando resultados coherentes a la inversión que cada seis meses realiza. Pablo Guede llegó precedido de un gran trabajo en el Monarcas Morelia, pero no ha podido darle a este equipo el equilibrio que requiere. Xolos se fortaleció con la llegada de Jonathan Orozco, uno de los mejores porteros de los últimos tiempos en el futbol mexicano y, sin embargo, ha permitido 23 goles en 14 presentaciones en el torneo actual. Su trabajo defensivo deja mucho que desear. Xolos tiene una tenue esperanza de meterse a la zona de reclasificación cuando quedan solo nueve puntos en disputa. Pero la Copa, ganar la Copa, les resolvería el semestre a todos en la institución.

La Copa que continuamente se desvirtúa, se maltrata y se transgrede en el futbol mexicano es hoy un “botín” más que apetitoso para los protagonistas. Rayados y Xolos la quieren porque, de alguna y otra forma, los “salva”...

@Faitelson_ESPN

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LOS ÁNGELES -- Para Chivas es un Cáliz. Para el resto una vasija de tepalcate. Pero, Cáliz o botija, seguramente apagaría la sed de gloria de equipos en inopia.

Para Chivas es un título, para el resto certifica que fue el menos peor de un torneo al que no acuden los que aspiran a Concachampions. Tiene, acaso, la tersura del consuelo. La historia cuenta y contabiliza.

Pero Chivas es campeón de la Copa MX. Vence en penales al Morelia. Y su arquero Jiménez se ciñe la guirnalda atajando tres penales. ¿La gloria? La mejor definición es del colombiano Fernando Vallejo: "La gloria es una estatua donde cagan las palomas".

Por negligencia, estulticia y parálisis neuronal en la FMF, la Copa MX terminó siendo un tour a un callejón sin salida, un concurso a pastelazos. No hay un premio por ser --como lo ve Chivas-- el mejor del torneo, o por ser, como lo ve el resto, el menos peor de los más peores.

Ciertamente, al renunciar a la Copa Libertadores, por intereses mezquinos de sus amos, Decio de María no supo improvisar un estímulo final. La Copa MX, que antes tenía medio boleto a Sudamérica, terminó con la concavidad estéril.

Cierto, debe quedar claro, como futbolistas profesionales, ganar, ganar siempre, ganar todo, especialmente en clubes como América y Chivas, es una consigna que viene en las letras pequeñas, indivisibles e invisibles de la dignidad del atleta. Letra escarlata, letra con sangre. Debería.

Pero la trascendencia, la preponderancia de la Copa para Chivas no está en las vitrinas ni en el paseo olímpico en su estadio ante su enfebrecida afición, sino en la zona medular de la cancha, en la formación, la consolidación y la estabilidad de futbolistas.

Con fobia al mestizaje futbolero, a la mezcolanza de nacionalidades, Chivas mantiene la línea mexicanista. Y lectura o lamento, según el caso, se convierte en una migraña semestral buscar jugadores que consoliden la competitividad del equipo.

En tiempos de urgencia, de emergencia y de contingencia, la Copa MX se prestó como un campo de pruebas en el que hasta supuestas ilusiones, como el Gullit Peña, fracasaron.

En esos surcos despreciados y despreciables por la negligencia organizativa de la FMF, Chivas encontró posibilidad de sembrar y cosechar a Zaldívar, La Chofis, Cisneros, Pérez y el mismo Jiménez, entre otros que asoman.

Aunque en sus devaneos elitistas contradice la filosofía de su club, ChivasTV transmitió la arenga de Matías Almeyda en el vestuario, y la invocación y evocación, de la obligatoriedad a la victoria, con un "que los mexicanos pueden, ¡carajo!". Y pudieron.

Generoso el discurso y, sin duda, oportunista más allá de oportuno, porque emana de alguien de quien han brotado disparates como "es que yo juego sólo con mexicanos", o su desahogo en Argentina de que "hay que pensar tres veces más (en Chivas) porque son sólo mexicanos".

Cuesta creerle la vehemencia y la lealtad en esas palabras del discurso del miércoles por la noche, con las desbarradas anteriores mencionadas, en las que evidentemente menosprecia al futbolista mexicano.

Pero, por otra parte, Almeyda, quien acepta que ha llegado a Chivas a intentar graduarse como técnico, también autentifica su discurso, porque el trabajo con fuerzas básicas se mantiene en proceso de vértigo, tal vez ya no con el aroma holandés que dejó el incienso de Hans Westerhof, pero bajo una fórmula innegable como es la argentina, la de River Plate, para formar futbolistas.

Insisto en un ejemplo. La Chofis llega a Chivas en la gestión azarosa de Chepo de la Torre. Lo prueba, lo orienta, trabaja con él, y ve la oportunidad de un futbolista distinto, arrabalero, de cepa rústica pero talentosa y tribunero. El amague, el túnel, el descaro, la sorna...

Al tiempo, las virtudes de La Chofis seguían ahí. El regordete jugador sacaba la testosterona generada en las prácticas en salones de relajación, con cuenta VIP en el Rapé de Guadalajara. El Chepo renunció a él.

Ahí, Almeyda decidió apadrinarlo. Cierto, el primer paso que dio fue torpe. Lo mete de cambio a tirar un penalti. La Chofis lo falla. Un paso atrás, sin duda. Pero El Pelado no se rindió. Hoy no se ha rendido. La Chofis aún respira y transpira más en la cancha que en la plancha de masajes.

El testimonio de jugadores sobre Almeyda es valioso. A algunos como Zaldívar y Cisneros los convenció de invertir sus ganancias en bienes raíces en lugar de encandilarse con autos de medio millón de dólares.

Por eso, la Copa MX podrá ser para el resto del vecindario roñoso, sarnoso, una triste vasija de tepalcate, pero para Chivas es un Cáliz, más allá de la oquedad infértil de su panza vacía, y de que es un tour burlón hacia un callejón sin salida.

Para Chivas, en este par de Copas MX conquistadas con Almeyda, es el campo fértil para este pastor en turno, que tiene que "pensar tres veces porque son mexicanos", pero que ha tenido, o la voluntad, o la pasión, o la devoción, o la obligación de demostrar "que los mexicanos pueden, ¡carajo!".

Me hubiera encantado escuchar una disertación similar del Chepo. Él, sin embargo, se refugió en el reto incompresible de traducir a Einstein.

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Final de Copa MX, destino habitual de Guadalajara

FECHA
18/04
2017
por Alex E. Peña | ESPN Estadísticas e Información
La Copa MX usualmente es vista como un torneo de segunda categoría, con la mayoría de los participantes dispuestos a utilizar sus reservas para probar formaciones y brindarle experiencia a jugadores jóvenes en el terreno. Dentro de todo, el título de liga es el premio que todos los clubes buscan alcanzar.

Las Chivas de Guadalajara no son la excepción, pero el hecho de que el club más popular en México se encuentre en su cuarta final de Copa las últimas cinco temporadas le brinda prestigio y atención adicional al torneo. Chivas perdió en la final de Copa MX vs un Querétaro fajón la temporada pasada, y el miércoles se aprestan a recibir a unos Monarcas de Morelia que pelean por evitar el descenso. Se han enfrentado 13 veces en la historia del torneo, cinco en la fase de eliminación directa, con Chivas dominando la serie en ambos casos.

Ganar no ha sido fácil

Guadalajara está acostumbrado a ser el centro de atención en la competencia, como el líder histórico de apariciones en finales de Copa MX (12) y a un título de igualar a su vecino Atlas por la cuarta mayor cantidad durante la época profesional. Pero el camino no siempre ha sido fácil; Chivas ha perdido la mayor cantidad de finales (ocho), incluyendo sus primeras cinco cuando el torneo se llamaba Copa México.

Chivas cayó ante Veracruz en 1947-48 y luego perdió en dos ocasiones contra Atlante entre 1950-52; primero en una final singular y luego al finalizar 2do en un grupo final. Guadalajara volvió a perder finales consecutivas en 1953-55, esta vez ante su archirrival América, antes de por fin ganarle una a Atlante en 1962-63.

Ese primer título se concretó durante la época más exitosa del club -- la era Campeonísimo --cuando ganó ocho títulos de liga en un tramo de 14 años. Sus otros títulos de Copa se dieron en 1969-70 contra Torreón y más recientemente en el Apertura 2015 en León.

Nos volvemos a ver

Guadalajara y Morelia no son extraños en Copa MX, con 13 enfrentamientos en el terreno de juego. Su primer partido en Copa fue los cuartos de final de 1957-58 cuando Morelia avanzó con global de 4-2. Se midieron otra vez en cuartos de final un año más tarde, pero esta vez Chivas se impuso 8-3 en el global.

Guadalajara eliminó a Morelia en octavos de final en 2 ocasiones (1960-61 y Apertura 2016), mientras que Morelia salió airoso en la semifinal de 1964-65 antes de perder ante América en su primera final.

Guadalajara ha ganado 4 de los últimos 5 enfrentamientos en el torneo, incluyendo las últimas dos.

Estabilidad en la banca

Guadalajara ha visto los técnicos ir y venir desde que Jorge Vergara se hizo dueño del club en 2002. Sin embargo, Matías Almeyda ha cambiado eso desde que tomó las riendas del club en septiembre de 2015.

Bajo el mando de Almeyda, el club ha encontrado la estructura y estilo que carecía. La marca de Chivas bajo el técnico argentino es de 41-26-20 en todas las competencias, lo que significa que ha ganado el 47 por ciento de sus partidos. Almeyda apunta a ganar su quinto título de carrera y tercero en cuatro temporadas con Guadalajara. Ese total ya supera los títulos obtenidos por el club durante las 10 temporadas anteriores combinadas (Liga MX - Apertura 2006).

Por fin una ventaja local

El lujoso estadio nuevo de Guadalajara en la ciudad de Zapopan no siempre cumplió su propósito de brindarle una ventaja local al club. Guadalajara solo ganó dos partidos en su primera temporada ahí en el Apertura 2010, y su marca en el Estadio Chivas era de 37-41-35 de cara al Clausura 2017. No obstante, esta temporada ha visto a Chivas ganar 16 de 21 puntos posibles como local en acción de liga.

Chivas actualmente tiene una racha de nueve invictos como local entre copa y liga, incluyendo tres victorias consecutivas. La última vez que tuvo una racha ganadora más larga en su casa fue entre marzo y abril de 2015 (cinco consecutivas).

Chivas ha ganado dos de los últimos tres enfrentamientos contra Morelia como local. Antes de eso, Guadalajara tenía cinco derrotas, dos empates y ninguna victoria contra la Monarquía. El miércoles buscará añadir otro triunfo y otro trofeo a su historial de éxitos.

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LOS ÁNGELES -- 1-1. Chivas se estaba graduando para el Clásico de este miércoles. Azotaba feroz y furiosamente la choza trémula del 'Conejo' Pérez. Tsunami en el estadio. Y con la angustia del Pachuca unía plegarias el América... hasta el minuto 88.

En ese instante, la tormenta cambió de rumbo. Jonathan Urretaviscaya, casi un náufrago de su indolencia en 87 minutos, elige diez segundos y se convierte en una tosca réplica de Usaín Bolt y Cristiano Ronaldo o Messi o Neymar.

La tromba uruguaya de tristes tumbos en su país, y en España y Portugal, se consagra. Casi 70 metros desbocado, pero sin desbocarse. Como torton trotón sin frenos entre inocuos conos anaranjados, deja atrás a Michael Pérez, Jesús Sánchez y Carlos Salcido, para al final, ya sin aire, inventarse un arco iris entre la tormenta sobre los aspavientos histéricos de Rodolfo Cota. Golazo. 1-2.

Sí: 1-2. Y Pachuca resopla y festeja. Y el América resopla y festeja ajeno. Después de todo, el vendaval rojiblanco moja, pero no empapa en la red. Pachuca está en la Liguilla. América, durmió sin pesadillas.

Chivas, notable, superior cuando el drama era 11 contra 11 y encarnizado cuando era 11 contra 10, hasta que pasó lo que le ha pasado con el peludo de 'El Pelado' Almeyda: en la voracidad de ganar, ha terminado empatando o perdiendo, cuando tiene un hombre más en la cancha.

El cazador sin paciencia, siempre es cazado. Ya debería haberlo aprendido el técnico de Chivas. Le refrescan la lección con un fuete amargo, brutal, por el momento: podría haber terminado la jornada de sublíder y atragantarse, abotagarse, de los esteroides magníficos de la victoria, de cara al juego ante América.

Y claro: trepar al altar de leña verde, al embajador nefasto de una torpeza absoluta, como el árbitro Yair Miranda. Habrá que decir a su favor, que la estulticia es pareja... aunque diría Cuauhtémoc Blanco, más pareja para Chivas.

Miranda se tragó un penal sobre Urretaviscaya y echó al pechito frío del 'Chucky' Lozano, por una segunda amarilla, cuando la primera fue originada por una torpeza arbitral.

Matías Almeyda vuelve a caer en la confusión. Carlos Salcido reclamaba su cambio. Su cuerpo entero reclamaba un relevo. El técnico de Chivas elige la artillería, dejando el zaguán abierto.

Y necesario insistir en un viejo tema. Ojo, no es apología de la violencia ni del juego sucio, pero a cuántos defensas extranjeros les hubiera desbordado tan cerca Urretaviscaya sin que, en las condiciones fehacientes de gol, lo hubieran empujado, zancadilleado.

Es evidente que en Chivas, como en el jugador mexicano en general, falta ese oficio, ese instinto de supervivencia canchero y marrullero, que podrá ser entendible en Sánchez y Pérez, pero en el veteranazo Salcido, con recorrido europeo, es imperdonable.

Una victoria totalmente encomiable para el Pachuca. Una derrota totalmente lastimosa y lastimera para Chivas, que tuvo un rendimiento que parecía atemorizador para el América su rival de este miércoles.

Pero, Guadalajara demostró, nuevamente, que en la obsesión de ganar, se debilita. Y seguramente Ricardo La Volpe reitera su reflexión hecha a Univisión: "Chivas, de qué hablan, me río".

Y Almeyda deberá reflexionar, porque su gigante que despertó, se le quedó dormido de nuevo, en el dintel de la victoria.

Porque el Dinosaurio, "de esos, de los antiguos", se enfermó de nuevo de los riñones.

Y porque, como pidió después de aquel juego ante Atlas, "este partido debería de repetirse" por el arbitraje, sólo que la noche de este domingo, estuvo vestido de rojiblanco.

Chivas espantó, pues, a Pachuca y América durante 88 minutos. Y después, confirmó que en la gula, está el mayor de sus pecados en la banca.

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LOS ÁNGELES -- ¿Ha embaucado Tomás Boy? O: ¿Sigue embaucando todo el Cruz Azul? Ya, 19 años sin festejo en Liga. Un ayuno demasiado grande para alguien que reclama grandeza. Los menesterosos no sangran azul.

¿El villano absoluto es Tomás Boy? ¿O lo es Billy Álvarez Cuevas? ¿O lo es Carlos Hurtado? ¿Y la complacencia timorata, pasiva, cómplice de los cooperativistas?

Tomás Boy llegó saleroso con su apodo de El Jefe. Y el entorno le creyó. Había salvado de la inopia y había rescatado protagonismo para Morelia y Atlas.

El ¿Jefe? ostentaba mano dura y muñeca templada. Su sello. Su imagen. Estratégicamente sufre, pero al futbolista logra -o lograba- enfocarlo en los deberes de ser competitivo y responsable.

Pero en Cruz Azul, el Jefe fracasó. Le llamó "fracasazo" para no evocar el fracasotototote de Manuel Lapuente.

Cierto, por momentos tuvo desplantes de capataz, en un vestuario ya envenenado, enconado, porque a muchos de sus jugadores, los había confrontado en aquel zafarrancho de Liguilla entre su Morelia y La Máquina. Los enemigos no se vuelven amigos... ni ante el ¿Jefe?

Es innegable que Boy carga con el ataúd que empezó a fabricar cuando llegó a La Noria. Es una historia patibularia de 19 años. Hay demasiadas cruces en su propio cementerio. Fracasos momificados.

Hay un rumor persistente desde hace semanas. Los esclavos, los infiltrados del promotor Carlos Hurtado en el vestidor, obedecen órdenes... y han entregado las armas envueltas en los vestigios de dignidad que les quedan.

Un vestidor partido, una alineación partida, un equipo partido, y un entrenador entregado crudamente como carroña a los carroñeros.

Insisto, Boy transpira agrio de nervios cuando debe improvisar en un partido, para cambiar estrategia o jugadores. Lo suyo es el trabajo de la semana, y sobre todo, la arenga, el intercambio de voluntades, la consumación de compromisos.

Los tres últimos partidos se lamentó de la testosterona de sus jugadores. Este sábado, ante Puebla, termina siendo sentenciado, con el sello suicida de la casa, con un gol recibido en el último segundo, con esa cantaleta de: "Y Cruz Azul, la cruzazulea".

Y también, las versiones son que en los tres últimos encuentros, ya Boy había perdido esa fogosidad, ese frenesí, esa capacidad mímica y verbal para incendiar y encender a sus jugadores.

Dicen que eran las cenizas hablándole a las cenizas. Un Boy ya en retirada con jugadores que llevan torneos reculando.

¿Y ahora? ¿Más de lo mismo? ¿Gustavo Matosas? ¿Rubén Omar Romano? ¿Sergio Markarián? ¿Pedro Caixinha?

Y continuará el desfalco mayúsculo en Cruz Azul. Cada seis meses las altas y las bajas de Cruz Azul son un catálogo de torpezas o de chapuzas al contratar futbolistas.

El fracaso es en todas las plataformas. Hay una sensación de proclividad al fraude o al autoengaño. ¿Quién ha sido la última gran contratación en La Noria? ¿Quién ha sido el futbolista emblema de cantera en los últimos años? Nichos vacíos, con 19 tumbas con esqueletos de fracasos.

Por eso, insisto: ¿Ha mentido Tomás Boy? O: ¿Sigue mintiendo todo el Cruz Azul?

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LOS ÁNGELES -- Sueño cumplido para ambos. Pesadilla garantizada para uno. El América y su achacoso Centenario enfrentan a su reciente verdugo en Liga, Chivas, pero en la Semifinal de la Copa MX.

Con soponcios, las Águilas se habían metido a Semifinales venciendo a Chiapas, mientras que Chivas, sin grandes algarabías, superó a Alebrijes.

Es decir, uno, América, venció a otro, Jaguares, que juega como si fuera de la Liga de Ascenso, y el otro, el Rebaño, a uno, Alebrijes, que sí pervive en la Liga de Ascenso. Nada extremadamente honorable para ninguno.

Pero el premio es magnífico. Aunque sólo uno podrá cargar con él a la Final de la Copa MX, que alcanza un vigor emocional y emotivo para la afición mexicana. Un obsequio inesperado. Un parche para una copita que nació rota.

1.- Se enfrentan dos equipos con filosofías distintas. Chivas y su mexicanismo, y América con mexicanos accidentales en su alineación.

2.- Y claro, el vicioso juego de palabras y hábitos: la inagotable cartera de El Nido contra la ya no tan inagotable cantera de Chivas, que, por otro lado, ha despilfarrado más dinero que su rival en el último semestre.

3.- Pretensiones similares de juego. Aunque en este momento Matías Almeyda tiene un sostén más verídico que la verborrea gastada de Ricardo LaVolpe, quien aseguró que en el América importan las formas en que se juega, y su equipo se ha visto muy deforme y deformado.

4.- Para los jugadores de Chivas representa darle una repasada amarga a un Centenario pobretón, cargado de decepciones y de irrespeto a su afición. Para el Guadalajara sería la consagración de un torneo burlándose, otra vez, de su rival por antonomasia.

5.- Para los americanistas se trata de rescatar el pellejo. No sólo por su indolencia y desvergüenza competitivas, sino que, además, deben resanar las tremendas estulticias de sus dirigentes: himno plagiado, camiseta espantosa, ningún partido de festejo y que la contratación estruendosa nunca llegó. Y claro, el bochorno compartido: ningún título garantizado en este aniversario.

6.- Chivas tiene una base de jugadores que podría ser, si algunos quisieran (Gullit, Gallito, Brizuela, Pulido), base de la selección nacional.

Ciertamente, hoy el Guadalajara juega mejor que América, y encima su banca es más variadita y promisoria. Pero, Perogrullo es muy sabio: un Clásico es un Clásico.

Porque, por otro lado, si en ese desesperado acto de supervivencia, si en esa cínica resolución de escapismo, si en esa desvergonzada postura del "sálvese quien pueda", los jugadores de las Águilas pretenden rescatar su leproso pellejo, pueden, sin duda, dar la actuación inesperadamente majestuosa que trastoque los pronósticos naturales de la lógica.

Y en caso de ocurrir esa metamorfosis desfachatada de que los jugadores de este Centenario con reumas den el partido que está en deuda, bien pueden sepultar las pretensiones de Chivas.

Por lo pronto ya hay dos beneficiados con este desenlace para las Semifinales de la Copa Mx: Pachuca y Querétaro, quienes pasan a segundo término en las atenciones de Chivas y América, más allá de lo que digan los directores técnicos de ambos equipos.

Hoy, los jugadores de El Nido y el Rebaño, aspiran más a estar presentes en el Estadio Azteca la próxima semana, que a glorificarse ante Tuzos o Gallos Blancos. Nada de entremeses rancios, que los espera un banquete.

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LOS ÁNGELES -- Podría comenzar con un sondeo. Oscilando entre lo mejor y lo peor. Como un péndulo entre lo rescatable y lo condenable.

¿Qué fue lo mejor en Chivas 1-4 Chiapas? ¿Qué fue lo peor de Chivas 1-4 Chiapas?

1.Lo mejor... el golazo de descarado embeleso de Edson Torres para el 1-0, y el rostro del imberbe congestionado de un placer inmenso que le contorsionaba la mueca de dolor.

2. O lo mejor... los párvulos del Rebaño que muestran potencial futbolístico, pero que aún requieren de padrinazgo inteligente, cauteloso, sensitivo, para no enviarlos a la horca.

3. O lo mejor... que hasta antes del segundo gol, con un hombre menos, Chivas lograba mantener el control del partido y el sello vertical.

4. O lo mejor... que fue apenas en la Copa Mx, aunque esa misma afición que se lame las heridas con ese pretexto, se arremolinó ante La Minerva cuando la conquistaron y les abrió el atajo a la Copa Libertadores.

O lo peor, que parece un casillero más poblado de conjeturas.

1. Sí, lo peor... la forma precipitada y absurda en que canjea su expulsión el 'Avión' Calderón, héroe 72 horas antes, y contratado como refuerzo medular. Y no se puede justificar la debacle de Chivas con un error mental tan grave.

2. O lo peor... perder ante Chiapas, otro equipo desordenado de Cardozo y encima victimado por eternas promesas del futbol mexicano, como Villalpando y Zúñiga.

3. O lo peor... que no apareció la experiencia de nadie. Ni el liderazgo de nadie. Ni el mando de nadie. Que el 'Gullit' sigue siendo la versión zombie de sí mismo. O que 'La Chofis' se muestra desconfiado de sí mismo y de la pubertad de sus compañeros.

4. O lo peor... que el problema ya lo tiene encima Almeyda porque sus olímpicos ya rompieron el cordón umbilical y algunos, como Carlos Salcedo, esperan no regresar de Río a Guadalajara.

5. O lo peor... que deben viajar a Tijuana, con el rencor acumulado del 'Piojo' Herrera, y encima después confrontar al Arsenal en amistoso, en partido innecesario firmado por un fariseo de OmniLife.

6. O lo peor... que el desdeñado y ninguneado Omar Bravo, habría sido un veterano cataplasma de voz y voto, de guía, en estos pasajes de crisis, pero debió irse por el acoso de José Luis Higuera.

7. O lo peor... que nuevamente, coherente y solidario con el nivel del equipo, el proyecto de ChivasTV vivió otro pasaje en que dejó insatisfecha a una gran parte de sus suscriptores, aunque "sólo sea un 30 por ciento".

Entre el "ganamos perdiendo" o "perdimos ganando" y las proclamas precipitadas de "vamos a ganarlo todo: Liga, Copa y Libertadores", flaco favor le hace Jorge Vergara a un grupo de jugadores y un cuerpo técnico al que encima le endosa la obligación de ganar, gustar y ganar para que el engendro de ChivasTV tenga éxito.

De esa manera, la misma urgencia por el éxito de ChivasTV se convierte en un ogro que presiona y azuza al Guadalajara.

Y así, lo mejor para Chivas es que el torneo es aún joven y pueden pasar muchas cosas.

Pero, también, lo peor para Chivas es que el torneo aún es joven.... Y pueden pasar aún muchísimas cosas.

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LOS ÁNGELES -- Campeón. Cierto, de la medianía, de la mediocridad. Pero el título es una cataplasma a los sinsabores de Chivas en casi una década.

¿Por qué campeón de la mediocridad? Recordemos, la Copa MX es una ronda de consolación para los marginados y marginales de la Concachampions y la Libertadores.

Ganarla tiene un mérito, pero ganarla no tiene todo el mérito. Y encierra, además, un atajo mañoso para ir a la Libertadores, al enfrentar en una repesca a campeones de Copa de la temporada completa.

Pero con Chivas, la Copa, esta Copa MX, tiene destellos distintos. Fundamentalmente porque la consigue un oasis genuino para el futbolista mexicano.

¿Nueve canteranos de inicio? ¿Sangre de su sangre y carne de su carne? ¿Cuántos clubes del futbol mexicano pueden regocijarse de ello?

Nueve canteranos de inicio, cuando la mayoría del resto de los clubes usan a nueve no nacidos en México por partido.

Es, por eso, la victoria glorificada de un oasis, el único tal vez, para el futbolista mexicano. Y eso debe agradecerlo no sólo el futbol mexicano y sus selecciones nacionales, sino, por supuesto, el mismísimo jugador mexicano.

¿Alcanza para Chivas conformarse con una Copa en la que juegan los desamparados, los marginados, los exiliados de la Libertadores y de la Concachampions?

Su prioridad sigue siendo una: escurrir de la emboscada del descenso. Vienen seis meses en los que deberá apuntalar su salvación.

Jorge Vergara, en el paroxismo de este oportunísimo y relajante baño de ruda con pasiflora, en medio de las tormentas legales, laborales, civiles y maritales, llegó de nuevo al desenfreno: "Somos campeones de Copa y vamos por la Liga".

Y mientras su valet de turno, José Luis Higuera, se burlaba en Twitter de los hermanos De la Torre, el cuerpo técnico y los jugadores, le bajaron dos rayitas a la neurosis exitista de su patrón.

Para Matías Almeyda y los jugadores, hay más intenciones que intensiones en su discurso. El horizonte no les permite juramentar garantías, a pesar de que los adversarios son muertos en vida: Atlas, Dorados y Santos.

Pero los que se arriman a la cancha tienen una claridad de ideas: no es imposible conseguir nueve puntos de nueve, o al menos siete de nueve, pero, hasta hace poco, el Guadalajara era parte de esa lista de muertos vivientes.

Porque hoy incluso, en la mezquindad aritmética del torneo, el Atlas tiene un punto menos en la escala de las ilusiones de clasificar respecto a Chivas. Y en su enfrentamiento del 11 de noviembre, uno cavará la fosa del otro.

¿Se siente la mano de Almeyda? Ha sido evidente. Insisto: el atrevimiento lo mantiene siempre, mientras que Chepo de la Torre se asustaba con el marcador a favor, aunque, y eso es valioso, tras el desenfreno ante Pachuca que les llevó del 3-1 al 4-4, ante León reacomodó al equipo para defender la ventaja sin renunciar al ataque.

¿Asterisco en la victoria? La roja para Cota era obligatoria. Sale con los brazos en alto. Si en el área, un defensa comete mano por no tener las manos pegadas al cuerpo se marca penalti. Cota, fuera del área, con los brazos en alto, evita el gol. Se equivocó Jorge Isaac Rojas, pero más aún quien lo asignó.

Pero, en todo es escenario, nadie puede quitarle el derecho a Chivas a celebrar más que la misma Copa, la tranquilidad que deja momentáneamente con las ilusiones respecto a su futuro.

Lo mejor deberá venir el próximo torneo. Aunque claro, siempre hay una amenaza para Chivas. Y se sigue llamando Jorge Vergara.

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LOS ÁNGELES -- Chivas ante León, los bendecidos. Final Copa MX. Una víctima: Gustavo Matosas.

Chivas finalista. De nuevo. Un remate espectacular de Omar Bravo para el 1-0. 11 goles en 18 juegos. En el ocaso de sus 35 años, más luminoso que nunca.

Sí, el balón le llega a Omar desde la charola generosa del Dedos López, pizzero de oficio: las entrega siempre calientes, a punto, a tiempo.

Y Matías Almeyda sigue reparando, detallando la mesa que le dejó puesta el Chepo de la Torre. Sólo tenía un defecto: una pata cojeaba de histeria, de miedo. El Pelado no se espanta y mantiene el estilo.

Almeyda encontró el sello que profesa: velocidad, presión, recuperación, intensidad y velocidad. La herencia de Hans Westerhof y de Holanda sigue en el ADN del Rebaño. A pesar de muchos, de tantos. Del mismo Jorge Vergara.

Y con la visita al León, Almeyda buscará ganar un trofeo que le sentaría magníficamente a Chivas: abriría una rendija a la Copa Libertadores.

Y hoy creen que ante Atlas, Pachuca, Dorados y Santos pueden escarbar los puntos para la Liguilla. ¿Nueve de 12? Complicado. Ninguno de estos adversarios tiene ilusiones válidas de fiesta, acaso Pachuca que pretende, curiosamente, jugar con el mismo cartabón del Guadalajara.

Toluca se fue amargado. En metáfora estricta: Diablos Rojos apestando a azufre. El árbitro Jair Miranda les hurta un gol legítimo y les roba un penalti. Pero Saturnino Cardozo no llora por eso, sino porque teme que el domingo siga el asalto arbitral cuando reciba al América.

¿Y el damnificado? Gustavo Matosas queda exhibido por Almeyda. Porque al que fue bicampeón con el León le entregaron el equipo que deseaba, con los jugadores que deseaba y en los tiempos que necesitaba.

La comparación es inevitable: a Almeyda le entregaron una barcaza naufragando, a Matosas le armaron el crucero de lujo que quería. Tienen los mimos puntos Atlas y Chivas en la Liga, y deben enfrentarse el 11 de noviembre.

Almeyda llegó a ciegas, aunque con un esqueleto de equipo rescatable. Matosas llegó con todo el tiempo, todo el dinero, y en duda queda si el esfuerzo, para consumar las ilusiones de los atlistas.

Hoy El Pelado tiene todo que ganar y nada que perder. Matosas ha perdido prácticamente todo lo que debía ganar.

Matosas magnifica su fracaso en la Copa MX al enfrentar a un León que tiene la peor defensa en la Liga. Y le espera de nuevo la fiera este fin de semana. Perder es extinguir todas las posibilidades de clasificar.

¿Una bihumillación para Gustavo Matosas ante los que les dio el bicampeonato? Así parece. El plantel del Atlas es esclavizado en el bolsillo, en el vestuario y en la cancha.

Retomando el reencuentro entre Pizzi y Almeyda, ambos coincidieron en decirle no a Independiente de Avellaneda en mayo. Irónico que el destino les confrontara en México.

Pero más irónico, sin duda, que el mismo Pizzi, sin quererlo ni saberlo, le girara la invitación al mismo Almeyda para llegar a Chivas.

Ya Pizzi dejó úlcera en el Rebaño este torneo. Le vence 1-0, con error de Alanís y Toño Rodríguez. Esa noche, Guadalajara fue mejor y perdió. Tras la derrota, Vergara acepta que se empiece a hablar con Almeyda.

Tiempos diferentes, actitudes diferentes, circunstancias diferentes, con un título de por medio. Momentos de agradable tensión para ambos: la Final en un solo juego en el Estadio León.

En tanto, Cardozo vocifera contra el arbitraje, esperando clemencia este domingo. Ojo, el América llega también lagrimeando por malos arbitrajes. ¿Hacia quién tendrás clemencia, Decio de María? Ya muestra inclinaciones: Roberto García Orozco, su emisario.

¿Matosas? Abandonó el que fuera su reino entre aplausos por las memorias, por los recuerdos, por aquellos tiempos. Pero su realidad hoy es de miedo. Y de inseguridad. Sus jugadores no cobran porque no ganan. Y él cobra, pero tampoco gana.

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