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Si yo fuera gerente general de los Padres...

Los San Diego Padres son un rompecabezas que no se sabe por dónde comenzar a armarlo.

Cuentas con una de las mejores granjas en las Ligas Menores, llenas de prometedores prospectos, pero hasta ahora no han rendido frutos de acuerdo con sus expectativas.

El mexicano Christian Villanueva, que tuvo un arranque explosivo la pasada campaña y cuyo nombre sonó en algún momento como candidato a Novato del Año, fue dado de baja y se irá a jugar a Japón, mientras que Freddy Galvis partió a la agencia libre, lo que deja vacante el ala izquierda del infield.

San Diego tuvo en el 2018 una de las ofensivas más pobres y menos productivas de todo el béisbol, un cuerpo de pitcheo, tanto abridor, como de relevo, verdaderamente mediocre y su defensa fue la quinta peor de la Liga Nacional.

Eric Hosmer, la gran firma del equipo en la agencia libre durante el invierno pasado, vio descender sus números globales en alrededor del 30 por ciento, en comparación con los del 2017, su último año con los Kansas City Royals, pues no tuvo protección alguna en una de las alineaciones más fáciles de dominar en todo el béisbol.

Hacer competitivo a este equipo de la noche al día es una utopía y hay que añadir las piezas poco a poco, hasta que todas encajen.

Si yo fuera el gerente general de los Padres...

1.- Buscaría al menos dos lanzadores abridores

La rotación de los Padres fue un verdadero desastre. Siete lanzadores iniciaron al menos diez juegos la pasada campaña y todos trabajaron por encima de cuatro carreras limpias de efectividad.

Ninguno de ellos tuvo récord ganador y el que más triunfos consiguió fue Joey Lucchesi, con ocho, mientras que Clayton Richard, con 158.2 entradas, fue el pitcher más trabajador de todo el staff.

Es necesario conseguir al menos dos lanzadores para reforzar esa rotación y convertirla en algo decente.

Yo buscaría un as, al estilo del zurdo Dallas Keuchel, cuyos números podrían llegar a niveles de premio Cy Young, al cambiar de un estadio tan ofensivo como el Minute Maid de Houston a un paraíso de lanzadores como el Petco Park de San Diego.

Y lo acompañaría con lanzadores como Garrett Richards o el mexicano Marco Estrada, ambos derechos, dos hombres que por razones extradeportivas se sentirían de plácemes jugando en el sur de California, pues prácticamente son de la barriada.

Otra opción barata sería el diestro Clay Buchholz, quien fue una de las más gratas sorpresas para los Arizona Diamondbacks, al dejar saldo de 7-2, con 2.01 de efectividad en 16 aperturas.

2.- Un bate de poder en la antesala

Villanueva, con 20 cuadrangulares, fue el segundo máximo jonronero de los Padres en el 2018. Ahora que se ha ido a Japón, es una buena oportunidad para buscar un sustituto de poder, que no lo hay en las Menores.

¿Qué tal reunir a Mike Moustakas con su viejo amigo Hosmer y rememorar los tiempos en que ganaron una Serie Mundial con los Reales?

3.- Un campocorto

Se fue Galvis, un hombre que jugaba todos los días y era perenne candidato al Guante de Oro.

El dominicano Fernando Tatis Jr. no está listo aún para subir a las Mayores, con apenas 19 años, mientras que el panameño Javier Guerra es demasiado débil ofensivamente para asumir la tarea.

Confiarle semejante responsabilidad al mexicano Luis Urías es arriesgado también, sobre todo, porque él es básicamente un segunda base que también juega el campocorto.

El cubano José Iglesias, de 29 años, es dueño de unas manos prodigiosas, aunque ha visto decrecer sus números ofensivos, en gran medida, por lesiones recurrentes que han limitado su tiempo de juego.

Cuatro años mayor que "Candelita" Iglesias, pero mucho más probado, es el venezolano Asdrúbal Cabrera, quien con gusto regresaría a defender las paradas cortas, luego de haber sido movido a la intermedia por decisión de los New York Mets.

Cabrera es un sólido defensor que además aportaría una producción de alrededor de 75 carreras, algo que necesitarán mucho los Padres del 2019.