Cuando tenía quince años, el chico se metió a un gimnasio del porteño barrio de Villa Devoto. La idea –su idea-, era hacer gimnasia y de paso, socializar un poco. Lo cierto es que el chico, que jamás había escuchado una palabra sobre el boxeo ni visto ninguna pelea que pueda recordar, un día descubrió un par de guantes. Y, sin quererlo, terminó aprendiendo a boxear.
En realidad, había que decir que empezó, porque así nació su relación con esta actividad. Luego vendría la otra historia, pero será bueno contarlo todo por partes. Estas son las dos historias de Leandro Esteban Gómez, nacido el 23 de diciembre de 1992 en un barrio lleno de historia de Buenos Aires: Parque de los Patricios. Así que creció llevando en el corazón al Globo, símbolo del club Atlético Huracán, el mismo de Oscar “Ringo” Bonavena. “Yo empecé haciendo guantes con mi profe Julio Cabrera, pero nada en serio, era como un juego en donde el profe me ganaba siempre. Algo me atraía, y era que como siempre me gustaron los deportes individuales, el boxeo me desafiaba a mejorar a mí mismo”, cuenta.
“Hasta que una vez, mi profe me preguntó si quería hacer una exhibición en el club Nolting de Ciudadela. Por supuesto le dije que sí. Y ahí quedé marcado”, dice. “Porque en esa exhibición, fue la primera vez que me puse los guantes ante otro boxeador que no fuera mi profesor; era un chico al que no lo conocía, y me dio para que tenga”, sonríe. “Entonces, como soy muy competitivo conmigo mismo, me dije que eso no podía pasar y empecé a entrenar y aprender más que nunca, para demostrarme que yo era capaz de mucho más”.
Leandro estaba ya estudiando para ser Preparador Físico. Se pasó al club Villa Raffo, donde estaba el entrenador Cristian Massarelli y empezó a trabajar para ser boxeador. “Y pensé que para saber más tenía que ser Director Técnico y boxeador, para saber qué cosas transmitirle a mis futuros alumnos, yo quería enseñar”.
En 2013, a los 20 años y ya con su licencia de boxeador amateur, debutó en un ring. Pasó por la recordada Liga Metropolitana y un año más tarde, se metió en el Club Leopardi, con el Maestro Andrés Puente, un apasionado del boxeo y de la docencia, dupla que se mantiene hasta ahora. “Desde entonces hice unas 24 peleas. No llevo la cuenta de las que gané y perdí, prefiero disfrutar de cada una y listo. Creo que pronto me voy a hacer profesional, peleo en los 56 kilos y confieso que el boxeo cada día me gusta más”.
Pero habíamos prometido también, otra historia... Y es esta. “Yo estaba dando clases de boxeo. Ya dije que soy profe de Educación Física también. Cuando llegó la pandemia, me sentí más solo que nunca y empecé a dar clases por Instagram, una manera de promocionarme también y tener nuevos alumnos y una vez que entré en las redes, no pude salir más…”
Para ser precisos. Hoy tiene 147.000 seguidores en Instagram y 559.000 en Tik Tock (ambos como @Leaa.Gómez) mientras que sus seguidores en YouTube (Leaagomez) suma 320.000 seguidores. “Empecé sin saber nada de redes y dando videos de entrenamientos, y hoy hago de todo. No cuento mucho, porque es mejor que me vean, claro, ¡Ja! Envié mucho material en Tik Tok y funcionó tan bien que después, a fines de 2021, me metí en YouTube… Y aquí estoy, trabajando mucho, porque para los que no saben, parece fácil, pero acumular videos, historias, ideas y demás no es sencillo, pero bueno, aquí estoy”.
O sea que mientras son muchos los youtubers que se meten a boxear, este es el caso al revés, el boxeador que se ha convertido en youtuber. “Cuando se hizo un festival en el Luna Park hace muy poco con peleas de youtubers, estuve junto a un compañero, asistiéndolo. Sentí una sensación curiosa, porque me hubiera gustado ver tanta gente en el estadio cuando hay boxeo, pero son los tiempos que corren”.
Uno de sus grandes referentes en el boxeo es Brian Castaño, a quien seguía desde que “El Boxi” era amateur. Y ha cruzado guantes con boxeadores como Agustín “El Avión” Gauto, Fernando “Puma” Martínez, el campeón mundial supermosca IBF o Alberto “Impacto” Melián: “Todos ellos me enseñaron mucho, especialmente Melián, con quien compartí muchos guanteos y largas charlas, un fenómeno”.
Todo eso sin contar algunas extensas charlas con dos figuras a las que, además, admira y respeta como personas: Beto Palmetta (“Con él estuve en Florida, ya que vive en West Palm Beach y se portó muy bien conmigo”) y Sergio “Maravilla” Martínez (“Un fenómeno de boxeador que además ama al boxeo y que se maneja en forma excelente en las redes sociales, él revivió al boxeo en Argentina”).
Trabaja solo, así que crea contenidos y también edita sus notas y comentarios. Vive todo el tiempo dedicado a las redes y a sus entrenamientos. Ama al boxeo y disfruta mucho con su labor de youtuber. Tanto que a veces cuesta separar al boxeador del youtuber o al revés. “Pero no se olviden, primero fui boxeador, ¿eh? Y si pueden, denme un like o suscríbanse”, dice con una sonrisa.
El chico tímido y de pocas palabras descubrió en el boxeo la manera de autoafirmarse y se descubrió a si mismo frente a una cámara en malas redes. Sí, te damos like Lea, seguiremos viéndote cuando subas al ring y por supuesto, nos vamos a suscribir.