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De Chávez a Canelo Alvarez, el boxeo en las Fiestas Patrias

GRAPEVINE, TEXAS - De Julio César Chávez a Óscar de la Hoya, de De la Hoya a Erik Morales, de Morales a Marco Barrera, de Barrera a Juan Manuel Márquez y de Márquez a Canelo Álvarez, así han agasajado el boxeo mexicano y mexicoestadounidense las fiestas patrias, en el mes de septiembre, desde hace 32 años.

Festejar las fiestas patrias asistiendo a una velada de boxeo se ha convertido en una auténtica tradición. Miles de mexicanos cruzan la frontera para festejar fuera de casa mientras que otros, avecindados en suelo estadounidense, aprovechan la ocasión para renovar su amor por la nación y festejar en grande.

Fue la leyenda, Julio César Chávez, quien hizo grande estas fechas, quizá primero como coincidencia y desde 1992 de manera estratégica, fue septiembre siempre especial para el pugilismo tricolor, aunque no siempre se hayan tenido resultados positivos.

Chávez protagonizó en septiembre en los años 1984 (ante Mario) Martínez, 1985 (vs. Dwight Pratchett), 1991 (ante Lonnie Smith), 1992 (ante Héctor 'Macho' Camacho), 1993 (contra Pernel Whitaker), 1994 (vs. Meldrick Taylor), 1995 (frente a David Kamau), 1998 (vs. Óscar de la Hoya) y 2005 (contra Grover Wiley). De esos choque empató con Whitaker y cayó ante De la Hoya y Wiley, el resto fueron victorias, principalmente en Las Vegas.

En esos pleitos, especialmente contra 'Macho' Camacho y 'Golden Boy' De la Hoya, las naciones se paralizaron. Las Vegas era una sucursal de México y ahí se notó la importancia de estas fechas para la fanaticada tricolor, pues no sólo llamaron la atención con los llenos espectaculares, sino por la cantidad de pagos por evento que se compraban.

De la Hoya, con esa victoria en 1998 ante Chávez, de alguna manera heredó el derecho de estelarizar en esas fechas, aunque ya antes había tenido actividad. Peleó en septiembre de 1995 (ante Genaro Hernández), 1997 (contra Héctor Camacho), 1998 (frente JC Chávez), 1999 (vs. Félix Trinidad), 2002 (ante Fernando Vargas), 2003 (contra Shane Mosley) y 2004 (frente a Bernard Hopkins). Cayó el 'Golden Boy' ante Trinidad, Mosley y Hopkins.

Con Óscar, se acrecentó el fenómeno, pero sobre todo, por el hecho del arraigo que tomaron estas fechas para el mexicano que vive del lado estadounidense. Si bien a Chávez millones lo seguían, De la Hoya cautivó a nuevo público, el de segundas o terceras generaciones de mexicanos del otro lado de la frontera.

El segundo mexicano con más fechas protagonizadas en septiembre después de JC fue Erik Morales, quien en ese mes, en 1997, se coronó ante Daniel Zaragoza. Luego, estelarizó en 1998 (ante Junior Jones), 2005 (contra Zahir Raheem), 2010 (frente a Willie Limond) y 2011 (frente a Pablo César Cano). Ganó todas excepto a Raheem.

Con Óscar prácticamente fuera de la jugada, pero con estrellas como Marco Barrera y Juan Manuel Márquez en la empresa de Golden Boy Promotions, le dieron a ellos los años de 2005, 2006, 2008 y 2009. Barrera ganó a Robbie Peden y Rocky Juárez en los dos primeros y Márquez derrotó a Joel Casamayor primero y cayó contra Floyd Mayweather en el último.

De manera reciente, y conciente de los beneficios que conlleva el programar grandes funciones para el mes de septiembre, De la Hoya vio en Canelo a un gran atractivo y le ha dado con la de este sábado ya cinco peleas en las fiestas patrias, con saldo hasta el momento de tres victorias y una caída.

En 2010, ante Carlos Baldomir, Canelo noqueó en seis episodios en Los Angeles, en 2011, dio cuenta en seis rounds también de Alfonso Gómez y en 2012 noqueó en cinco a Josesito López, mientras que ese mismo día Julio César Chávez Jr. perdía el invicto ante Sergio 'Maravilla' Martínez.

En 2013, Canelo cayó contra el mejor libra por libra del mundo, Floyd Mayweather, y ahí vio cortada su racha de victorias, misma que espera reactivar este sábado cuando enfrente a Liam Smith en el AT&T Stadium de Texas, en el que se espera sea otro punto de reunión para los fans mexicanos y mexicoestadounidenses que han encontrado, desde hace más de 30 años, al boxeo como pretexto para celebrar su herencia mexicana.