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Tyrann Mathieu ha recorrido un largo camino en cinco años

Tyrann Mathieu ha recompensado a los Arizona Cardinals por haber confiado en él. AP Photo

TEMPE -- Hace cinco años, Tyrann Mathieu se dirigió al Combinado de Talento de la NFL con una misión.

Pasó sus pocos días en Indianapolis en febrero del 2013 tratando de rehabilitar su imagen con los equipos de la NFL. Tenía que explicarse. Explicar por qué fue echado del equipo de fútbol americano de LSU. Explicar por qué fumaba tanta mariguana. Explicar por qué fue arrestado. Explicar por qué valía la pena reclutarlo después de estar fuera del fútbol americano por un año.

Las preguntas eran abundantes.

Una por una, Mathieu las respondió.

Después de que los Arizona Cardinals lo reclutaran en la tercera ronda (N° 69 global) ese año --luego de que cinco equipos lo ignoraran una vez y 16 equipos en dos ocasiones-- y 10 equipos lo dejaran pasar tres veces, Mathieu las siguió respondiendo, dentro y fuera del campo.

Cinco años más tarde, Mathieu se ha convertido en un ejemplo de por qué dan las personas una segunda oportunidad. Se ha mantenido fuera de problemas. Ha firmado una megaextensión contractual por hasta 62.5 millones de dólares a lo largo de cinco años. Se ha convertido en un nombre conocido en la NFL, y de acuerdo a algunos, en un estelar genuino.

Pero si hubo un ejemplo de cuán lejos ha llegado Mathieu, sucedió en septiembre del año pasado. Es cuando el Consejo de Supervisores de LSU aprobó un cambio de nombre para el lounge de jugadores del equipo de fútbol americano de los Tigers a "Mathieu Players' Lounge at Football Operations", después de una donación de 1 millón de dólares de Mathieu.

Ver su nombre en las instalaciones le hará sentir "humildad", dijo Mathieu, y le hará sentir como "uno de aquellos viejos, ricos".

"Sigo sorprendido por eso", dijo Del Lee-Collins, coach de backs defensivos de Mathieu en St. Augustine High School de New Orleans y confidente cercano. "Nada deja de sorprenderme con él. Nunca lo hubiera imaginado. Dije cosas a coaches como, 'Será candidato al Heisman'. Pero nunca hubiera imaginado que tendría su propio legado en el campus.

"Cuando lo piensas, lo grandioso que es eso, que puedes jugar para una universidad --y jugar solamente dos años-- y meterte en problemas y ser echado, ¿y regresas y todavía donas para la mejoría de la universidad y el programa de fútbol americano? Le aplaudí mucho tiempo por ello".

En una fría noche de diciembre del 2017 en Phoenix, hace cinco años parecía una vida.

'Simplemente lo tomo con calma, todo'

Mathieu estaba detrás del volante de su camioneta Mercedes estilo militar, una mano en el volante, el otro codo descansando en la puerta. La voz de Chaka Khan inundaba el vehículo, seguido por la de Stevie Wonder, Drake y J. Cole. El variado gusto musical de Mathieu no es sorpresivo. Se trata de un hombre que está tan cómodo charlando sobre las complejidades de una defensiva de la NFL como explicar la más reciente de las teorías de conspiración que ha investigado, y hay muchas de ellas.

Mathieu estaba navegando las calles de Phoenix, deteniéndose en los hogares de familias necesitadas, sorprendiendo a niños con 1,000 dólares de comida, juguetes, ropa y efectivo, justo a tiempo para finalizar con sus compras navideñas. Los 10,000 dólares que gastó Mathieu fueron todos suyos. No recibió donaciones de corporaciones para luego ponerles su nombre. Simplemente quería dar de regreso, justo como tantos le dieron a lo largo de su vida, a lo largo de los últimos cinco años.

"El interior de Ty siempre ha sido un lado humanitario porque da más de lo que recibe", explicó Nick Rapone, el ex coach de posición de Mathieu con los Cardinals. "La parte que es notable es que Ty ya no es un seguidor. Cuando lidias con mariguana y esas cosas, eres un seguidor. Ty ahora ha madurado hasta el punto en que toma decisiones por sí mismo, su familia y su vida. Es la madurez que vi".

Parte de la evolución de Mathieu ha sido la extensión por cinco temporadas que recibió en agosto del 2016.

Fue evidencia no solamente del desarrollo de Mathieu como jugador de fútbol americano, sino colmó la fe que los Cardinals depositaron en él. Le entregaron un contrato cargado hacia los años finales como novato, defiriendo la mayor parte de su bono por firmar a los últimos tres años de su acuerdo por cuatro temporadas para protegerse en caso de que Mathieu no fuera la persona rehabilitada que les dijo y ellos creyeron era. En agosto del 2016 --cuatro años después de ser suspendido por LSU-- recibió una extensión por cinco campañas por hasta 62.5 millones de dólares. De eso, 21.25 millones de dólares quedaron garantizados a la firma.

En noviembre del 2016, Mathieu donó 1 millón de dólares al programa de fútbol americano de LSU.

"Definitivamente no tengo malas vibras con LSU", sostuvo Mathieu. "Aprendí tanto allí. Experimenté tanto allí. Me divertí tanto. Conocí a grandes personas. Todavía tengo relaciones con personas allí, pero ellos me dieron la plataforma para realmente ser quien soy y mostrar al mundo quién era, y estuve bien con eso.

"Siempre tendrá un dulce lugar en mi corazón simplemente por la oportunidad que me dio de ser quien soy".

Pasar del 2013 al hoy no ha sido sencillo para Mathieu. ha sido, hasta cierto grado, una lucha diaria.

No está avergonzado del pasado. No lo esconde. Lo emplea como recordatorio de lo que pudo ser y lo que todavía puede ser. Mathieu lo lleva con él todos los días, aprendiendo de ello, usándolo como brújula moral.

La clave para atravesar los últimos cinco años, Mathieu cree, fue mantenerse "con la cabeza en los hombros".

"Simplemente creo que yo siendo paciente, también, conmigo mismo", dijo a ESPN. "Todas estas experiencias de aprendizaje y todo eso es simplemente tomar las cosas como vienen, así que realmente no creo te puedas preparar para situaciones o experiencias hasta que de hecho las vivas.

"Siempre estoy agradecido por las cosas que viví y agradecido por las personas a quienes conocí, y estoy aún más agradecido por algunos de los momentos malos porque todo te ayuda a llegar al punto en que estás en tu vida".

Entonces, ¿dónde está Mathieu?

Tiene 25 años de edad. Acaba de finalizar su quinta campaña de NFL. Tiene dos hijos, una casa grande, autos de lujo, y mucho dinero en el banco. Ha sido designado All-Pro y elegido al Pro Bowl. Ha sufrido dos lesiones mayores de rodilla y ha finalizado solamente dos de sus cinco campañas sano. También ha sido capitán del equipo, y es uno de los representantes de los Cardinals ante la NFLPA.

Pero Mathieu todavía no es quien desea ser al final.

"Estoy trabajando hacia esa persona y tratando de ser esa persona, y estoy tratando de lidiar con relaciones y tratando de ser mejor con ser un mejor padre y un mejor jugador de fútbol americano.

"Simplemente lo tomo con calma, todo".

'La vida es graciosa y es extraña. Es real'

Tuvo que crecer más rápido que otras personas.

El padre biológico de Mathieu está en prisión por asesinato. Fue adoptado por su tía y tío, Sheila y Tyrone, a la edad de 5 años de su madre biológica, la hermana de Tyrone. En el 2005, cuando Mathieu tenía 13, debió evacuar New Orleans cuando el Huracán Hurricane Katrina se aproximaba. Vivió en Alexandria, Louisiana por dos semanas antes de radicar en Houston por un par de meses. Cuando su familia decidió regresar a New Orleans, encontraron cuatro pies y medios de agua en su estancia. Mathieu luego los miró reconstruir. En la universidad, Mathieu recurrió a la mariguana para escapar la creciente presión de no solamente ser un estelar de la SEC, sino también un fenómeno nacional apodado como "Honey Badger".

El resto, bueno, es historia.

Fue suspendido del equipo de fútbol americano de LSU el 10 de agosto del 2012. Hasta este día, el ex entrenador en jefe de LSU, Les Miles, dice que ha sido una de las cosas "más difíciles" que ha debido hacer como coach.

"Fue terrible", dijo Miles a ESPN. "Fue política estándar y no una que modificas por capricho. Es lo que hacías.

"Fue tremendamente duro para mí porque sabía el tipo de persona que era Ty. Ty iba a darte todo lo que tenía y sería un gran compañero de equipo, un gran líder y un compañero de equipo de calidad. Nunca iba a ser un problema social".

Mathieu fue arrestado en octubre de ese año. Cualquier esperanza de regresar a los Tigers había desaparecido. Mathieu dejó la escuela y comenzó su persecución de tiempo completo de la NFL. Tenía 20 años de edad al momento.

Mathieu no sabe cuán cerca está de ser la persona que desea ser.

"La vida es graciosa y extraña", señaló. "Es real. Es un reto. Es todas esas cosas. Al final del día, simplemente traté de balancearlo todo y no enfocarme en lo bueno, enfocarme en lo negativo, pero simplemente enfocarme en seguir adelante, ya sea que las cosas fueran buenas o malas".

Cuando Mathieu fue reclutado, tomó la decisión consciente de "caminar una fina línea".

Sabía lo que estaba en juego. Conocía su reputación. Vio las tentaciones. Simplemente no se colocó en situaciones donde la habilidad de hacer una carrera o tomar decisiones definitorias de vida fueran sencillas.

"Simplemente no hice muchas cosas", explicó Mathieu. "No fui a muchos lugares. No me puse en esas situaciones porque pensé que realmente no podía lidiar con ellas.

"Ahora, estoy bien. Está bien. La tentación es lo que es. Creo que mi mente es un poco más fuerte".

Mathieu siente que se ha perdido la diversión de sus primeros 20s como un joven adulto en el mundo real con dinero en su bolsillo. Hubo tiempos en que se quedó en casa cuando sus compañeros tomaban el corto vuelo a Las Vegas por unos días en la Ciudad del Pecado. Pero, aunque siente que se lo ha perdido, no lo ve como algo negativo.

Era simplemente Mathieu haciendo lo que sentía que debía hacer.

"Simplemente estaba siendo yo", confesó. "Otras personas estaban siendo ellos, y yo solamente estaba siendo yo. Trato de quedarme con eso sobre todo porque, para mí, es lo que es sencillo de perder, tú mismo. Es lo primero que pierdes antes de perder cualquier otra cosa. Simplemente trato de ser yo, mantenerme a mí, y eso es todo".

Lo más cerca que Mathieu ha estado de ceder a esas tentaciones fue después de su primera lesión de rodilla. Incluso ahora Mathieu dijo que tiene "unas tres o cuatro razones que probablemente podría emplear como excusa para hacer lo que quiera hacer", admitió. "Ese era el modo en que solía pensar. Ahora, tengo 25. Siento que he estado en la NFL por 12 años.

"Simplemente tengo un modo diferente de ver las cosas".

'Se trata de un hombre más maduro en este momento'

El reto de no ceder, de no retroceder, le rodea todos los días. Al tiempo que sigue peleando contra la tentación, Mathieu dice que no mirará al "marcador" de la vida para ver cómo le va. Ni siquiera ha intentado echar un vistazo.

"Porque, al final del día, no soy perfecto, así que no intento ser perfecto", expresó Mathieu. "Ni siquiera me preocupo por el marcador. Solamente trato de vivir mi vida".

Entre sus faros a seguir, Mathieu cree que los más importantes son sus dos hijos, Noah y Tyrann Jr. Todo lo que hace Mathieu --bueno, malo o feo-- les afectará hasta cierto grado, dijo. Quiere que aprendan de él, pero también aspira a ser el tipo de padre y hombre que no necesita enseñar a sus hijos cómo hacer las cosas de un modo diferente a como él las hizo.

A diferencia del padre biológico de Mathieu, Darrin Hayes, quien ha estado encarcelado durante la mayor parte de la vida de Mathieu.

"Quiero estar presente para mis hijos, y mi padre biológico no estuvo presente para mí", ofreció. "Tengo un padre adoptivo y hay ciertas cosas, buenas y malas, que trato de rescatar de esa relación y trato de usar para convertirme en un mejor padre".

La paternidad puso muchas cosas en perspectiva para Mathieu.

Lee-Collins habla con Mathieu a menudo sobre proveer y proteger a sus chicos, y cuando Mathieu ve a sus hijos, entiende lo que el mensaje significa, dijo Lee-Collins.

"Creció realmente rápido y veloz cuando fue capaz de verlo por él mismo frente a él", señaló Lee-Collins.

Aquellos que han conocido a Mathieu mejor durante los últimos cinco años han visto cambios en él.

Es más maduro. Es más responsable. Es más inteligente. Es más reservado. Tiende a sentarse a escuchar, luego analizar lo que sucede frente a él mucho más de lo que hacía.

Lee-Collins solía tener conversaciones con Mathieu donde le llovía a preguntas sobre cualquier variedad de temas. Ahora es Mathieu el que informa a Lee-Collins sobre distintas cosas.

Cuando Lee-Collins visita a Mathieu en Arizona, ve a un adulto. Mathieu siempre ha sido un apersona emocional, de acuerdo a Lee-Collins, pero ahora no permite que cosas le molesten como antes.

"Está realmente en paz consigo mismo y con su entorno", dijo Lee-Collins. "Solamente lo puedes ver cuando estás con él en su casa o sales con él a comer. Está realmente cómodo consigo mismo".

Miles cree que Mathieu estaba tratando de complacer a todos en la universidad, y es uno de los motivos por el cual su historia culminó en LSU como lo hizo.

"Pienso que se ha percatado de que no puede vivir su vida para otras personas", explicó Miles. "Mientras controle esas cosas, y aparentemente lo ha hecho, va a hacer todas las cosas que va a hacer".

Rapone, quien fue de los que más vio a Mathieu durante la temporada, vio a Mathieu madurar cada año. Comenzó cuando Mathieu se reunió con los Cardinals en el 2013 durante una visita previa al draft en traje y corbata, mientras otros portaron camisas y pantalones casuales. Desde allí, Rapone dijo que Mathieu ha seguido creciendo.

"Simplemente los logros suyos siendo capaz de separarse de quién era y el mundo en que vivía hasta lo que es ahora e simplemente notable", admitió Rapone. "Es un ejemplo para cualquier persona que requiere una segunda o tercera oportunidad.

"Cada año, maduraba más y más. Entiende por completo la situación en que se encuentra en este momento, y eso es porque se trata de un hombre más maduro en este momento".