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Brett Favre reconoce que sufrió múltiples conmociones cerebrales

GREEN BAY -- Brett Favre preferiría que sus nietos no jueguen fútbol americano, cree que puede tener pérdida de memoria a largo plazo, teme lo que podría pasarse a medida que envejece y considera que sufrió "cientos, tal vez miles" de conmociones cerebrales en sus 20 años de carrera en la NFL.

El dueño del récord de la NFL para más inicios consecutivos (297) incluso sugirió que podría haber terminado su impresionante racha si hubiese pensado más sobre las conmociones cuando jugaba.

El ex mariscal de campo de los Green Bay Packers tocó todos esos temas durante una entrevista con NBC.

Esta es una parte editada de esa entrevista:

Pregunta: ¿Cuántas conmociones tuviste?

Favre: "Que yo tenga conocimiento, tres o cuatro tal vez. Pero a medida que aprendemos de las conmociones, hay un término que a menudo se utiliza en el fútbol americano --y quizás en otros deportes-- que escuché el 'ding'. Como el Dr. [Bennet] Omalu, quien fue interpretado por Will Smith en la película 'Concussion', ha señalado, 'Ding es una conmoción.'. Cuando escuchas el sonido en tus oídos, ves estrellas, esa es una conmoción. Y si esa es una conmoción, tuve cientos, tal vez miles, durante mi carrera, lo que es aterrador".

Pregunta: ¿Jugaste lastimado, pero te diste cuenta de lo peligroso que era?

Favre: "No en absoluto. Jugué 20 años. En el año N° 18, 19, 20 es cuando la NFL implementó el protocolo de conmociones. Después de haber jugado 17 años hasta ese momento, mi prueba de referencia, que hicieron tal vez en el año N° 18, que te dice dónde estás en ese punto de tu carrera, hubo una gran cantidad de lesiones que ocurrieron en esos años N° 17 y 18. Mi prueba estuvo un tanto sesgada. Así que realmente, en ese punto en mi carrera, y en ese momento en las primeras etapas de la NFL, no había nada antes de eso. Veía a jugadores viejos, retirados, y caminaban cojeando. Pensaba, 'Así es como voy a lucir algún día, ese es el precio que hay que pagar'. Ahora, creo que el enfoque está en tu salud mental. Vas a tener problemas de rodilla, cadera, hombro, es parte de eso. Pero las lesiones en la cabeza y las conmociones nunca se consideraron un problema a largo plazo hasta ahora".

Pregunta: ¿Qué síntomas has sufrido?

Favre: "Bueno, me considero un tanto afortunado hasta este momento, porque jugué 20 años y creo que 19 y dos partidos fueron sin parar, sin perderme un juego. Habiendo dicho eso, pensaría que habría mucho más daño no sólo en el cerebro sino también en el cuerpo. Pero siento que tengo suerte en este momento. Una de las cosas que me ayudaron durante mi carrera es que, no puedo decir que era el mejor jugador, pero recordaba a las defensivas, nombres y jugadas. De hecho, puedo recordar y llamar las jugadas de preparatoria que mandaba, y hasta cierto punto, aún puedo hacer eso. Pero encuentro que más recuerdos de corto plazo --alguien que conocí hace seis meses-- en otras palabras, ha empeorado respecto al corto plazo, palabras sencillas que normalmente serían fáciles de decir en una conversación. Tartamudeo. Y miren, tengo 48 años de edad. Jugué 20 años, ¿podría sólo ser como a todos nos gusta decir a medida que envejecemos un poco, olvido mis llaves y estaban en mi mano? O, ¿dónde están mis lentes y los tenía en la cabeza? Me pregunto si es lo que es o si tengo las primeras etapas de la encefalopatía traumática crónica [CTE por sus siglas en ingles]. No lo sé".

Pregunta: No quieres que tus nietos jueguen fútbol americano. ¿Desearías no haber jugado?

Favre: "No, no lo desearía [no haber jugado]. Mi carrera en el fútbol americano ha significado mucho para mí y me ha proporcionado muchas cosas y mucha alegría no sólo para mí sino para mi familia. Ahora, mi familia no tiene que enfrentar mis problemas físicos que podrían surgir o los problemas mentales. Pero están directamente ligados a mí en ese sentido. Es como una bendición y una maldición. Crecí jugando fútbol americano. Mi padre era mi entrenador. Era duro conmigo. Era un cara dura. No sabía de qué se trataban las conmociones. Básicamente no sabíamos qué era una conmoción cerebral, pero la manera de pensar en aquel entonces era que uno nunca saldrías de un juego o una práctica porque tuviste un pequeño golpe en la cabeza. Se te consideraría --a falta de un mejor término-- un cobarde. Mi punto en todo esto es que, hace 30 años, no había ningún problema en la mente de nadie con jugar fútbol americano. Era cuestión de ser duro, y los que lo hicieron lo aprovecharon. Pero ahora lo que sabemos es que no tiene nada que ver con dureza y eso es más aterrador. Veo mi carrera como algo maravilloso, pero si lo hubiese sabido en el quinto año, probablemente habría visto mi futuro con más detenimiento a medida que mi carrera avanzaba".