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De la cima al infierno y de regreso para el novato Josh Sweat

Recostado en una cama de hospital, la rodilla severamente dañada y flexionada fuera de forma, Josh Sweat recibió la peor noticia posible.

"Estoy 99 por ciento seguro de que no volverás a jugar al fútbol americano", recuerda le dijeron. "Y existe una buena posibilidad de que la tengamos que amputar".

Hay varias versiones respecto al nivel del experto médico en su cuarto de hospital que entregó tan desolador pronóstico. ¿Un doctor? ¿Un practicante de enfermería? Sea cual sea el caso, era una voz autorizada, una voz que todavía vive en Sweat.

Recitó esas palabras mientras estuvo parado dentro de las instalaciones de los Philadelphia Eagles la semana pasada, a cuatro años repletos de fútbol americano de aquel momento y recién terminada su primera práctica como profesional.

Las preguntas que siguieron al debut de campamento para novatos de Sweat fueron sobre todo en torno a la rodilla izquierda cubierta. Rodeada de reporteros y con la espalda hacia el NovaCare Complex a unos pasos del campo, el recluta de cuarta ronda de Florida State comenzó la rutina de tratar de asegurar a los escépticos que la brutal lesión sufrida en su último año de preparatoria no lo limitaría, sonriendo en todo momento.

"Simplemente quiero que la gente sepa que todo está bien", dijo en un momento más silencioso mientras se dirigía hacia el vestidor. "De todos modos me hizo caer [en el draft], pero todo está bien. No importa. Estoy aquí ahora".

Llegar hasta este punto fue considerado alguna vez casi imposible, particularmente en el momento inmediato posterior a la lesión cuando la calidad de vida y salvar la pierna de una posible amputación eran las prioridades.

El hecho de que Sweat quedara lastimado en principio fue duro de procesar para su, William Washington. Sweat --ahora un ala defensiva de 6 pies con 5 pulgadas y libras-- siempre era uno de los chicos más grandes sobre el campo. Típicamente era el mejor, también, como indicaba su ranking como el N° 1 global en el ESPN 300 de entrada a su temporada final de preparatoria. Sweat nunca era el que no se levantaba después de una jugada, así que Washington necesitó un pequeño empujón antes de percatarse "Es Josh", y apresurarse para bajar de la tribuna.

"Probablemente lo más callado que he escuchado un estadio", recordó Richard Morgan, su coach en la Oscar F. Smith High School de Chesapeake, Virginia. "Nadie realmente sabía lo que estaba mal, pero el mejor jugador en el país está tirado sin levantarse. Fue probablemente por 20 minutos, y era todo silencio".

La lesión ocurrió en un intento de bloqueo de punto extra durante el segundo periodo de un partido de viernes por la noche frente a Western Branch a finales de septiembre del 2014. El pie de Sweat quedó atorado en la superficie mientras presionaba por el centro. En ese instante, un compañero que venía desde el exterior chocó contra la pierna plantada, torciéndola de un modo en que ninguna pierna debe torcerse.

Sweat permaneció relativamente calmado. e incluso tuvo la presencia de mente para pensar en su madre inmediatamente después del impacto, pidiendo que fuera mantenida a distancia para que ella no tuviera que ver lo sucedido. No fue hasta que había sido transportado al hospital en ambulancia y que el uniforme le fue retirado que se pudo observar la magnitud total de la lesión.

"Para este momento estaba tan hinchada, y podías ver que su pantorrilla estaba alejada de su muslo, básicamente", dijo Washington. "La pequeña bola había salido de la rodilla y se había movido a un lado".

La mayor preocupación con una rótula dislocada sufrida por una colisión violenta es daño en nervio o arteria, lo que podía haber conducido a los peores escenarios presentados ante Sweat y su familia. Pero mayores pruebas revelaron que no hubo daño en arteria o nervio.

"Dijeron que había sido excepcional porque por la cantidad de fuerza parecía un accidente de automóvil", explicó Washington, "y no había sufrido nada de eso".

Sweat viajó a Manhattan en ese octubre para que su rodilla dislocada y ligamento anterior cruzado fueran quirúrgicamente reparados por el médico de los New York Giants, Russell Warren, quien salió del quirófano sintiendo optimismo respecto a las probabilidades de recuperación de Sweat. Jugar al fútbol americano colegial volvía a ser una posibilidad, y el fuego estaba encendido.

"Cuando comenzó su rehabilitación, debimos sacar [el equipo] de su cuarto porque lo seguía haciendo tanto tiempo en medio de la noche. 'Te vas a matar hijo'", recuerda Washington. "Él tenía una misión. Iba a jugar. Iba a jugar como freshman".

Todavía en las etapas tempranas de la recuperación, Sweat visitó los campus en silla de ruedas como parte de sus viajes de reclutamiento. Aunque era sencillo ver el difícil camino por delante, no estaba perdiendo de vista su meta. Escuelas que tenían la intención de aplicarle redshirt fueron descartados. Al final, firmó su carta de intención con Florida State después de que la familia recibió la palabra del head coach Jimbo Fisher de que le daría a Sweat la posibilidad de ganar minutos de juego como freshman.

Se graduó anticipadamente de la preparatoria y se dirigió a FSU para continuar su rehabilitación, clave, --de acuerdo a la familia de Sweat-- para una recuperación rápida. Estaba de vuelta corriendo para el final del semestre de primavera, y estaba sobre el campo para la apertura de la campaña ante Texas State, donde sumó tres tacleadas. Terminó apareciendo en 12 encuentros como freshman, finalizando con dos capturas, cinco derribos para pérdida y una intercepción.

"La primera vez que lo vi saltar al campo para Florida State e iniciar y registrar una captura y ser dominante, fue una gran sensación. Me sentí tan contento por él porque sé cuán duro trabajó para asegurarse que eso sucedería", expresó Morgan. "Recién había cumplido 18 y está de vuelta sobre el campo en Florida State y está registrando capturas ante Lamar Jackson, está sumando tacleadas ante Alabama, lo está haciendo ante lo mejor de lo mejor, y para mí, probó todo lo que necesitas saber sobre él".

Sweat finalizó liderando al equipo con 5.5 la temporada pasada y sumó 14.5 en tres campañas con los Seminoles, pero admitió que no disfrutó la carrera colegial que había imaginado. Parte de eso, dijo, fue por el modo en que fue utilizado, particularmente en la pasada temporada. Sweat brilla más atacando desde la orilla, donde puede aprovechar al máximo su explosivo primer paso y gran flexibilidad. Jugó mucho más adentro como un técnica-4 la temporada pasada, y debía leer al liniero ofensivo frente a él.

Sweat estaba radiante en su primer día de minicampamento con los Eagles por el sistema que probó. El coordinador defensivo Jim Schwartz permite a sus alas defensivas olvidarse de todo para atacar al quarterback.

"Es mucho mejor", dijo Sweat, quien consiguió el tercer mejor tiempo en las 40 yardas entre cazadores de quarterbacks durante el Combinado (4.53 segundos). "Puedo ganar terreno en caso de que sea pase y realmente no debo convertir porque ya voy en camino al quarterback. Es lo que amo respecto a lo que tienen aquí".

Dejando de lado el acomodo posicional, permanecen interrogantes sobre la rodilla: ¿Cuánto le limitó en la universidad, y cuánto le limitará en la NFL? Un cazador de talentos de la AFC ofreció su evaluación de Sweat saliendo de FSU.

"Puede correr y jugó muy bien", explicó. "Esa lesión de rodilla le afectó, pero todavía tiene jugo".

Sweat cree haber recibido el alta médica por los 32 equipos durante el proceso previo al draft, pro no tiene duda de que la lesión en la preparatoria tuvo un efecto en sus bonos de draft, especulando que algunas organizaciones tenían dudas respecto a su longevidad. Los médicos de los Eagles, no obstante, se sintieron cómodos con los resultados de Sweat, permitiendo a los ejecutivos de personal jalar del gatillo en un prospecto que creen tienen potencial serio.

"Lo que más me llamó la atención al verlo fue su despegue con el primer paso. Se trata de un tipo que realmente puede ganar terreno con sus dos primeros pasos atacando desde la orilla. Así que realmente presiona los hombros y bloqueadores externos", acotó el vicepresidente de personal, Joe Douglas. "No puedo hablar por los otros 31 equipos para ver cómo lo calificaban en su tabla. Estábamos muy intrigados con sus cintas y pasamos tiempo con él durante el Combinado y a lo largo del proceso".

Algunos se referían a Sweat como 'Clowney Jr.' --por el primer recluta global del draft del 2014, Jadeveon Clowney-- al inicio de su último año en la Oscar F. Smith. Cuando observas a Sweat de cerca --la larga y atlética carrocería, los brazos superando las 34 pulgadas-- y consideran la monstruosa campaña de 22 capturas de la que venía, es comprensible por qué le acomodaba en su momento. Luego vino la lesión, que alteró su trayectoria y ha sido parte inescapable de su historia desde entonces.

Una vez codiciado como el mejor prospecto en el país, las expectativas para Sweat son relativamente bajas por la rodilla. Fue seleccionado por los Eagles N° 130 global. Su motivación hasta este punto ha sido obtenida de aquellos que dudaron que volvería a jugar al fútbol americano. De allí, sumará a los que no están convencidos de su habilidad para completar el regreso.

"Se muere por ser un Eagle, no puede esperar a ser un Eagle, pero ese empuje interior dice, 'No fui suficientemente bueno para ser de primera ronda', enciende el combustible dentro de él", agregó Washington. "Ese empuje interior dice, 'No creen que soy uno de los mejores'. Eso lo empujará por mucho tiempo".