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Un día ganaron los buenos

BUENOS AIRES -- A veces la justicia se digna por hacer su aparición en el fútbol. Paradójicamente, una de las más hermosas características de este deporte es su imprevisibilidad, que en ocasiones atenta contra los mejores equipos. Esta vez, dos de los mejores Seleccionados de la primera fase del Mundial le ganaron a la injusticia y lograron la clasificación a octavos de final.

España y Chile llegaron a la última fecha de la ronda inicial con el riesgo de poder quedar eliminados. En un torneo repleto de Selecciones mezquinas y que apuestan más por cuidarse que por arriesgar, estos dos ejemplos de fútbol ofensivo podían sufrir un duro golpe. Sin embargo, los resultados se dieron de la mejor manera y los amantes del fútbol podrán seguir disfrutando de dos buenos conjuntos con ambiciones.

En el último encuentro del grupo H, las "Rojas" se enfrentaron en un marco de gran nerviosismo, por lo que no pudieron mostrar sus mejores armas. De todas formas, hasta los últimos diez minutos se vio un duelo en el que ambas intentaban llegar al triunfo, cada una con sus ideales.

España no tuvo la circulación de pelota de siempre pero fue contundente y aprovechó dos errores defensivos para ponerse en ventaja cuando menos lo merecía. Su mejor jugador no fue ni Xavi ni Iniesta, sino Xabi Alonso, lo que pone de manifiesto que el partido fue más luchado que jugado en la mitad de la cancha.

Chile, por su parte, jugó como de costumbre. Marcelo Bielsa lo manifestó en la previa y sus jugadores cumplieron con el libreto. Atacó desde el comienzo e incluso tuvo más claridad que su rival, pero debió correr desde atrás en el marcador por los desaciertos de Claudio Bravo en el primer gol y de Antonio Vidal en el segundo.

Sin dudas, no fue el mejor encuentro que estos dos grandes equipos podían ofrecer, pero se ganaron la confianza y la admiración por lo que hicieron antes. En esta zona en la que un Seleccionado como Suiza podría haber avanzado a octavos de final, es una gratísima noticia la clasificación de quienes se enfrentaron en Pretoria.

El cuadro helvético se encontró con una victoria histórica e increíble en su debut y luego, cuando debió salir a ganar, expuso todas sus limitaciones. Como muchos otros equipos de este campeonato, Suiza no sabe atacar. Se siente cómodo en la idea facilista de "defender el cero" pero en el momento en el que está obligado a buscar el triunfo falla una y otra vez. Por eso, es justa su eliminación.

Tanto Chile como España dominaron con amplitud sus dos primeros encuentros. Fueron fieles con los ideales que profesan desde hace años y si no golearon fue por falta de contundencia o de suerte. Son dos de los Seleccionados que más patearon al arco en el Mundial y forman parte del selecto grupo de aquellos que tienen como objetivo destruir el arco rival y no cuidar el propio.

Por todo eso, es hora de decir que por una vez ganaron los buenos en este extraño Sudáfrica 2010.

EL PREMIO MÁS MERECIDO
Si había alguien que merecía pasar de ronda en esta Copa del Mundo, ése era Marcelo Bielsa. No sólo por aquel triste recuerdo de su único Mundial en 2002, sino por todo lo que significa su figura como ejemplo de trabajo, honestidad y coherencia.

Cuando llegó a la Selección chilena en 2007, el fútbol de ese país estaba en estado crítico y este presente de felicidad era una verdadera utopía. Sin embargo, pese a los pronósticos pesimistas, esa quimera se hizo realidad con trabajo. No se necesitaron soluciones mágicas, sólo el trabajo honesto de un entrenador obsesionado con cumplir un objetivo.

Primero les cambió la mentalidad a los jugadores chilenos, que dejaron de sentirse inferiores a todos para creer que podían con todos. Ese fue el paso más importante, porque según dicen entrenar es convencer y él los convenció de que esta realidad era posible.

Por primera vez en la historia, Chile le ganó un partido oficial a Argentina y terminó segundo en las Eliminatorias, un resultado simplemente imposible de imaginar para una Selección que había terminado en los últimos lugares de las dos últimas competencias clasificatorias.

Llegó al Mundial con el mote de "posible revelación" porque el equipo ya tenía una identidad, una forma de jugar y de vivir. Esta Roja vive para atacar y ataca para vivir. Por eso Bielsa merece esta oportunidad de seguir haciendo historia.

Haber conseguido una victoria mundialista después de 48 años no es suficiente para este grupo de hombres. No, la gloria es la meta y si hay algo que el Loco desconoce es el término "rendirse". El rosarino tendrá su oportunidad de jugar en los octavos de una Copa del Mundo. Pase lo que pase, él ya ganó.