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El Barcelona se derrumba en Leganés

El Barcelona se estrelló de mala manera en Butarque. Se dejó los puntos contra el Leganés y, casi peor, perdió su personalidad, incapaz primero de cerrar el partido después de que Coutinho marcase el 0-1 y agobiado e impotente cuando el Leganés, en un minuto, le dio la vuelta al marcador. Perdió su primer partido de la temporada el campeón por 2-1 y descubrió el marcador lo que el fútbol avisaba: está muy lejos de lo exigible.

El Leganés, colista y que en cinco jornadas apenas había sido capaz de sumar un solo punto frente a la Real Sociedad, retrató de mala manera a un Barça sin grandeza. Valverde volvió a remover el once inicial, ‘debutando’ Vermaelen como lateral zurdo para dar descanso a Jordi Alba y acompañándole en el banquillo Luis Suárez para dar entrada a Munir… Y como en los partidos anteriores, atribulado por el marcador contrario, el entrenador solventó con el marcador en contra devolverles al campo.

Fue una repetición, aumentada, del desastre de la primera parte frente a la Real Sociedad y una continuación de la imagen deslavazada que se vio durante muchos minutos frente al Girona. Coutinho, a los 12 minutos, marcó un golazo y durante la primera media hora parecióñ que el Barça tenía tan controlada la situación que el partido se encaminaba a una victoria cómoda a la vista de su dominio. Pero el equipo de Valverde, sin saberse bien la razón, dio un paso atrás y pasó de tener casi rendido al rival a darle vida.

Como quien no quiere la cosa, el primer tiempo acabó con ese 0-1 mínimo tanto en el marcador como en el juego y se dio paso a una segunda mitad imposible de predecir. Vermaelen falló por alto al centro de Jonathan Silva para que El Zhar empatase y acto seguido, apenas un minuto después, Piqué le regaló de mala manera un balón en el área a Oscar, quien remachó a gol de manera tan fácil como increíble.

De la victoria a la derrota en un abrir y cerrar de ojos, el Barça se encontró tan perdido moral como futbolísticamente. Si intentó, de entrada y con más de 35 minutos por delante, recuperar las sensaciones, no tardó demasiado en convertir el reto de remontar el marcador en un calvario. Desordenado y precipitado, el campeón no supo por donde buscar la portería de Cuéllar y cuando la encontró fue a estrellarse ante el meta local, soberbio en un doble remate que le mostró al equipo de Valverde su desastre próximo.

Valverde no encontró mejor solución que devolver a los intocables al campo y junto a Jordi Alba y Luis Suárez, que señalaron a Vermaelen y Munir como ante el Girona se señaló a Vidal y Arthur o en San Sebastián a Rafinha y Semedo, entró Malcom. Para nada. No hubo mejoría ninguna en el juego y sí un caminar desesperante hacia una derrota que puede traer una consecuencia, más moral que futbolística.

La impotencia de un Barça que la pasada temporada no perdió un partido de Liga hasta que ya era campeón y que en dos jornadas se dejó ahora cinco puntos que muestran un desequilibrio tan cierto como preocupante. Un desastre en toda regla.