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Brasil recupera su identidad

El Mundial de 2014 donde Brasil fue anfitrión dejó muy golpeado al fútbol de los pentacampeones. La goleada ante Alemania en semifinales marcó un antes y un después en el fútbol de ese país.

La reconstrucción parecía no llegar de la mano de Dunga, hasta que Tité se hizo cargo del equipo.

Así, la verdeamarelha recuperó la gloria perdida. El equipo mostró un cambió rotundo con el ex DT de Corinthians, entre otros clubes, y arrasó en las Eliminatorias Sudamericanas.

Tanto, que a un año del Mundial lidera con comodidad la zona y ya está clasificado a Rusia 2018. Sí, Adenor Leonardo Bacchi, el verdadero nombre de Tité, cambió el aire de una selección golpeada.

La renovación llegó no sólo con los nombres, sino con el estilo de juego. Este Brasil no brilla como otros, es más aguerrido, más metedor, pero con una solidez que lo hace casi imbatible.

No perdió ningún partido en Eliminatorias (ganó todos), y recién cayó en un amistoso contra Argentina, donde el DT puso a muchos suplentes.

Sin dudas, Neymar es el gran referente de este plantel: la figura del Barcelona es la pieza de mayor desequilibrio. Y está muy bien rodeada.

Dani Alves, Miranda, Marcelo y Felipe Luis en el fondo, Fernandinho, Casemiro, Renato Augusto y Paulino en el medio, William, Coutinho, Firmino y Gabriel Jesús más adelante hacen de este Brasil una selección temible.

Con confianza y una clara idea de juego, el Scratch ya es a un año de Rusia uno de los grandes candidatos.