El entrenador del Real Madrid preparó un entrenamiento atípico. Por un lado, los habituales titulares con la adición de Morientes y Portillo, se fueron al campo contiguo de prácticas y, a las órdenes de Toni Grande, segundo entrenador, estuvieron jugando un pequeño partido.

Los habituales suplentes, con la inclusión de Rubén, central del equipo filial de Segunda B, se enfrentaron en un partido al equipo juvenil de División de Honor con Paco Jiménez, tercer entrenador, como árbitro del choque.

Los mayores ganaron por 4-1 y Ronaldo marcó el tercer gol, aunque falló alguna ocasión para aumentar su cuenta.

La idea del partido era hacer un ensayo general del estado de Ronaldo, en las condiciones más parecidas posibles a las de la competición. Y la prueba fue positiva.

Ronaldo evidenció que todavía no está a tope físicamente y que todavía tiene que compenetrarse con sus compañeros, pero también dejó claro que no se le ha olvidado jugar al fútbol y marcar goles.

Celades y Tote fueron los autores de los dos goles con se llegó al descanso tras media hora de juego, mientras que Ronaldo fue el autor del tercero, en una segunda parte en la que se mostró más participativo y en la que tuvo tres claras ocasiones para marcar.

En el minuto 5 de la segunda parte, Ronaldo regateó a dos defensas y disparó a portería, ganándose la ovación de la poblada grada de la Ciudad Deportiva, que casi cantó el gol.

En los minutos 20 y 23, el delantero brasileño estuvo a punto de conseguir el tanto, pero no fue hasta el minuto 25 cuando lo materializó, con un tiro con la derecha desde fuera del área.

Los juveniles se estiraron y marcaron el tanto del honor, pero Tote, de nuevo, estableció el resultado definitivo.

Ronaldo demostró que le falta ritmo de competición y forma física, pero que sigue sabiendo moverse en el área.