Para volver a ser el Rey León

El argentino, eterna preocupación para las defensas adversarias desde su llegada al calcio, querrá recuperar en Milán su romance con la red

ROMA -- El argentino Gabriel Omar Batistuta, el "rey León" o "Batigol", el jugador extranjero que más tantos lleva anotados en Italia desde que en 1980 se reabrieron las fronteras, ha decidido poner fin a su etapa en el Roma y emigrar al Inter de Milán con el fin de recuperar el brillo perdido en los últimos meses.

Un Inter de Milán que ya es el tercer club italiano de Batistuta, tras las nueve campañas pasadas en el Fiorentina (1991-2000) y las dos y media vividas en el Roma (julio 2000-enero 2003).

Decir Batistuta casi siempre había sido sinónimo de gol, de nombrar a uno de los pocos jugadores casados de por vida con la esencia del fútbol y que, por ello, son la gran preocupación para la defensa adversaria.

Lo ha evidenciado el argentino en su país, con su selección y, sobre todo, en un periodo italiano iniciado en julio de 1990, cuando, tras una excepcional Copa América, el Fiorentina le fichó.

Así, en su periplo toscano Batistuta batió todos los récords anotadores del club, situándose por delante del mítico nórdico Kurt Hamrin, quien en el periodo 1957-67 anotó 151 goles con el Fiorentina en la Primera división.

Batistuta, en sus nueve campañas con el ya desaparecido Fiorentina, sumó 152 tantos en la máxima categoría italiana. A ellos hay que unir los 16 conseguidos en una campaña 1992-93 en la que el equipo militó en la Segunda división.

Esto hizo que la afición, casi desde el mismo momento de su llegada, empezará a bautizar al argentino como "Batigol" y le alzarán una estatua (destruida el día de su marcha) en una de las curvas del estadio.

Batistuta con el Fiorentina logró el galardón de máximo goleador de la Primera división italiana, en la campaña 1994-95, con 26 tantos en los 32 partido en que participó. Sus goles, pese a que estaba ya cercano a cumplir los 32 años, fueron el gran aval para que el Roma del técnico Fabio Capello no dudase en pagar por él al Fiorentina, en julio de 2000, unos 35 millones de dólares, y proporcionar a "Batigol" un contrato trienal que le aseguraba 15.053 dólares netos diarios.

En su primera campaña como romanista, pese a sus continuos problemas de rodilla, las cosas no le pudieron ir mejor. Logró, por fin, cumplir su sueño de ganar el "scudetto", el objetivo por el que había dejado su "amada Florencia". Un título que unía al campeonato argentino (1990), dos Copas de América (1991 y 93) y una Copa y una Supercopa Italiana (1995-96).

El Roma había ganado el "scudetto", que faltaba de sus vitrinas desde la campaña 1982-83, y la aportación de Batistuta, fichado para ello, fue esencial: 20 goles en los 28 encuentros en que participó.

Batistuta había cumplido su primer sueño. Y era considerado uno de los "reyes de Roma". Pero, ambicioso como es y como marca a todo un "matador" del área, no había acabado con sus metas: la conquista de la Liga de Campeones.

Pero las cosas en el Roma no empezaron a ir bien, ni a su equipo ni a él, en la campaña 2001-02. Ello pese a iniciar la temporada con la conquista de la Supercopa Italiana, justo ante su "ex-Fiorentina".

Y es que Batistuta, pese a que no tiene ahora problemas de rodilla, dejó de perforar las redes rivales con su habitual asiduidad. Empezó a sumar partidos oficiales sin marcar, batiendo su récord negativo.

La segunda temporada como romanista se saldó con un temprana eliminación europea del equipo y con un Roma segundo clasificado pero que vio a Batistuta anotar sólo 6 goles ligueros y no estrenarse como romanista en la Liga de Campeones de Europa. Ya empezó a ser cuestionado por quienes antes le habían convertido en su ídolo.

Batistuta inicio la campaña 2002-03 (su tercera romanista) sin aparecer mucho en la titularidad. Tuvo que esperar hasta el pasado 10 de diciembre para estrenarse como goleador en la Liga de Campeones con el Roma.

Lo hizo casi al final del partido, en el minuto 89 y de cabeza, del Ajax Amsterdam-Roma (2-1). Batistuta ponía fin a una negra racha de 17 encuentros en Liga de Campeones (11 de la campaña 2001-02 y seis de la presente 2002-03) sin marcar.

Algo extraño en quien es conocido como uno de los más afamados "reyes del gol" y en quien había marcado en la misma competición con el Fiorentina cinco goles en 10 partidos disputados. A ellos, había sumado otros tres en la Recopa Europea y dos más en la Copa de la UEFA.

Hasta el tanto en Amsterdam, el último gol europeo de Batistuta había acontecido el 28 de septiembre de 2000, en el Roma-Hit Gorica (7-0), de vuelta de la primera ronda de la Copa de la UEFA.

El último en la Liga de Campeones de Europa se remontaba al 21 de marzo de 2000, en el partido Fiorentina-Burdeos (3-3), donde marcó el segundo del equipo toscano. Pero en el campeonato italiano, donde era más habitual verle en el banquillo que en el once inicial, siguió sin tener el santo de cara con el gol: 4 tantos en las dieciséis jornadas ligueras disputadas. Pero lo peor es que el aficionado romanista ya no confiaba en él e, incluso, recibió silbidos en varios encuentros.

Su futuro, cuando el próximo 30 de junio terminaba su contrato con el Roma, parecía decantado por Inglaterra. El mismo Batistuta lo dejó entrever en varias ocasiones. Pero ahora le ha llegado una nueva oportunidad para reivindicarse en Italia, para al menos no despedirse por la puerta de atrás.

Se produjo la lesión de su compatriota Hernán Crespo -su otrora rival en una selección de la que Batistuta se despidió tras el mundial'2002- y un Inter de Milán cuyo presidente Massimo Moratti siempre le ha admirado.

La prueba es que antes de fichar por el Roma estuvo muy cerca de hacerlo por el propio Inter de Milán. Moratti ya tiene a su deseado Batistuta y el argentino su ansiada oportunidad. Estos seis meses dirán si el deseo de ambos concluirá con un final feliz.

- EFE


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lunes, 20 de enero
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