Una tragedia que tiene lista propia

El secuestro del futbolista hondureño Henry Suazo, cuyo hermano mayor David juega en el Cagliari italiano, se une a la amarga experiencia de este tipo que ya vivieron otros futbolistas

MADRID -- El secuestro del futbolista hondureño Henry Suazo, cuyo hermano mayor David juega en el Cagliari italiano, se une a la amarga experiencia de este tipo que ya vivieron otros futbolistas como Alfredo Di Stéfano o Enrique Castro "Quini".

Henry Suazo, de 20 años, jugador del Matahón, de la primera división hondureña, con sede en San Pedro de Sula (norte del país), fue tomado como rehén el pasado día 17 por varios hombres armados, en lo que constituye el primer secuestro de un futbolista en el país centroamericano.

"Estoy destrozado", dijo David Suanzo, delantero del Cagliari desde hace cuatro años. Este secuestro se une a episodios parecidos que han afectado a figuras del fútbol o parientes suyos desde 1963 cuando Alfredo Di Stéfano fue capturado en Caracas.

El más reciente ocurrió el pasado 9 de septiembre. El centrocampista del Banfield argentino Jorge Cervara y su hermano cayeron en poder de unos delincuentes que solicitaron un rescate de 3.000 dólares, dinero que nunca recibieron porque fueron detenidos por la policía.

El 30 de agosto, en el mismo país, fue secuestrado Jorge Milito, padre de los futbolistas Diego y Gabriel, de los clubes Racing e Independiente, respectivamente. Los secuestrados pidieron un rescate de 200.000 dólares. Jorge Milito fue liberado al día siguiente, sin que se confirmara si su familia pagó el rescate.

El caso más sonado en Argentina ocurrió el cuatro de abril cuando fue capturado Cristian Riquelme, de 17 años, hermano menor de la entonces estrellas del Boca Juniors y hoy del Barcelona, Juan Pablo. Cristian fue liberado 24 horas más tarde. Su hermano pagó un rescate de 120.000 dólares.

El secuestro de más larga duración de los últimos años afecta al hermano del georgiano del Milán Kakha Kaladze, Levan, estudiante de medicina, capturado el 23 de mayo de 2001. Un año y medio después, nada se sabe de la suerte de Levan por cuya liberación los delincuentes pidieron un rescate de 600.000 dólares.

La misma situación de secuestrado experimentó hace veinte años el ex delantero goleador del Barcelona, Quini, y antes, en 1963, Alfredo Di Stéfano cuando militaba en el Real Madrid.

Quini, que militó en el Barcelona de 1980 a 1984, fue secuestrado por varios individuos en el aparcamiento de su domicilio el 1 de marzo de 1981 y permaneció en poder de sus captores durante 25 días, hasta que fue liberado por la policía.

Di Stéfano, considerado por muchos el mejor jugador de la historia del fútbol y actual presidente de honor del Real Madrid, fue secuestrado el 25 de agosto de 1963 en Caracas, durante la disputa de la pequeña Copa del Mundo, por las denominadas 'Fuerzas Armadas de Liberación'. Fue liberado dos días después, cerca de la Embajada española.

Otro jugador que estuvo en el Barcelona y es la actual estrella del Vasco da Gama, Romario de Souza, vivió con angustia el rapto de su padre. Edevair de Souza fue secuestrado en Brasil el 2 de mayo de 1994 cuando abandonaba el restaurante de su propiedad. Los captores exigieron el pago de un rescate de 7 millones de dólares.

Durante el tiempo que estuvo secuestrado su padre, Romario continuó con su trabajo en el Barcelona y no se desplazó a Brasil por la petición expresa de la División Antisecuestro (DAS) de la Policía Civil de Río de Janeiro, que le liberó el 8 de mayo y detuvo a los delincuentes.

El famoso guardameta internacional mexicano Jorge Campos también vivió días difíciles por el secuestro de su padre, Alvaro, el 17 de febrero de 1999 en las cercanías de Acapulco.

Alvaro Campos fue puesto en libertad por sus secuestradores el 23 de febrero y, según versiones de la prensa mexicana que no fueron desmentidas por la familia del guardameta ni por la policía, la liberación se produjo a cambio de unos 200.000 dólares.

Otro suceso parecido que tuvo gran difusión se produjo en Alemania, en noviembre de 1999, cuando la policía frustró los planes de tres individuos de secuestrar a la hija y la esposa del futbolista germano Mathias Sammer, del Borussia Dortmund, que había sido considerado como el mejor jugador europeo en 1996.

Los detenidos tenían la intención de exigir un rescate de un millón de dólares por la liberación de la niña y la esposa del futbolista.

Otro de los que también tuvo que pasar por esta amarga situación fue el futbolista colombiano Andrés Estrada Murillo en abril de 2000 cuando fue secuestrado dos días por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional quien manifestó tras su liberación que "había vuelto a nacer".

En este mismo país, el secuestro del vicepresidente de su Federación de fútbol, Hernán Mejía Campuzano, por guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), el 25 de junio de 2001, forzó la suspensión provisional de la Copa América.

Mejía fue liberado dos días después y la Copa América pudo celebrarse en su país, cuya selección ganó en torneo.

En noviembre de 2002, la policía británica desbarató un plan de secuestro de la mujer del futbolista del Manchester United David Beckham, la "Spice Girl", Victoria Adams, la segunda vez que la famosa pareja sufre un intento de estas características desde noviembre de 1999.

-EFE


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