El centro de Minnesota Timberwolves se despidió de la Copa Mundial de la FIBA promediando 24.4 puntos y 8 rebotes por juego
La selección de baloncesto de la República Dominicana se despidió del Mundial de la FIBA con una dolorosa derrota 79 por 112, lo que no le permitió seguir avanzando durante el campeonato.
Sin dudas la figura más destacada, tanto dentro como fuera de la cancha, fue Karl-Anthony Towns que regresó a la Selección Dominicana más de una década después, cumpliendo lo que había revelado hace algunas semanas en sus redes sociales.
KAT finalizó su participación con los dominicanos promediando 24.4 puntos, 8 rebotes y 1.6 asistencias por encuentro, tirando para un 39.4% desde la línea de tres puntos, pero lo mejor para muchos no han sido sus estadísticas ni el desempeño en el tabloncillo.
Lo que ha marcado a los fanáticos dominicanos sobre la participación de Towns en Filipinas ha sido su entrega, identificación y pasión al vestir la camiseta de la República Dominicana, sin importar que haya nacido en los Estados Unidos porque ‘los dominicanos nacen donde les da la gana’.
No estamos hablando de cualquiera. Todos los miembros de la selección aportaron y son valiosos. Pero Karl Towns es una estrella de la NBA y está entre las principales figuras dentro del campeonato mundial junto a Luka Doncic y su compañero Anthony Edwards, por mencionar a algunos.
Towns se entregó por completo en cancha durante cada uno de los cinco partidos que jugó la Selección Dominicana, incluso ante Angola donde por problemas de faltas personales solo jugó 15 minutos, su menor cantidad durante el campeonato.
“Salimos y espero que hayamos hecho sentir orgulloso a nuestro país. La forma en pudimos competir, la forma en que luchamos y creo que lo más grande es como pudimos lograr que nuestro país creyera”, fue parte de lo expresado por KAT después del partido.
Un Towns visiblemente emocionado en la zona mixta, también quiso enviar un mensaje a su madre, Jackeline Cruz, ya que es la razón por la que Karl-Anthony se pone la camiseta de la República Dominicana.
“Me siento bendecido y honorado de que mi madre me haya dado a luz, de que me diera una línea de sangre y una cultura. No tiene comparación, poner este escudo y nombre en mi pecho. Significa el mundo para mí, tanto como jugador de baloncesto y más como hijo”, declaró la estrella de los Timberwolves.
Towns cumplió, a base de sudor, pero también lo hizo demostrando su lado humano con sus lágrimas, dejando ver que representar a la Selección Dominicana es más que un asunto deportivo, tiene que ver con la sangre y la familia. Ojalá no sea la última vez que veamos a este dominicano representar su país con tanta pasión.