Ambos equipos tomaron rutas completamente diferentes para llegar a la final de la Liga Nacional. Mientras que los Diamonbacks tuvieron que luchar hasta la novena entrada del quinto partido de su serie, los Bravos no tuvieron problemas en despachar a los Astros de Houston en tres partidos consecutivos.

Este serie tiene a dos equipos muy parecidos y muy parejos a la hora de analizar. Los dos equipos dependen del picheo de sus abridores para superar las deficiencias que tienen en el apartado ofensivo. Ya que los dos equipos son muy parecidos es muy difícil escoger a uno como un favorito.

Normalmente, el equipo que ha tenido más descanso entra a la siguiente serie con una ventaja ya que el otro equipo no puede fijar su rotación de la forma ideal (Mira lo que le pasó a los Astros cuando tuvieron que usar a Shane Reynolds en el último partido de la temporada regular para ganar la Central).

Sin embargo, eso no es el caso en Arizona, donde los Diamondbacks mandarán al montículo a Randy Johnson para enfrentarse a Greg Maddux, en uno de los duelos monticulares más esperado de los últimos años. Aunque Curt Schilling no podrá lanzar hasta el tercer partido de la serie, si se necesita un séptimo y decisivo juego, él estará listo.

Los abridores no van a ser un problema para ninguno de estos dos equipos, ni tampoco los cerradores ya que John Smoltz y Byun-Hyung Kim han demostrado que pueden apagar los fuegos en la octava y novena entradas.

Entonces la clave será como funciona el cuadro de medio relevo de cada equipo. Los Bravos sólo nececitaron 2.1 entradas de la combinación de Rudy Saenz, Steve Reed y Steve Karsay, mientras que los Diamondbacks utilizaron a Greg Swindell, Brian Anderson y Mike Morgan por siete entradas en cinco partidos. El equipo que puede mejor saltarse o limitar la necesidad del medio relevo va a salir como el ganador.

Mientras que todos hemos estado hablando de los duelos Johnson-Schilling-Bautista vs. Maddux-Glavine-Burkett, la ofensiva ha pasado al olvido. En Arizona, el picheo de los abridores ha opocado el hecho de que Matt Williams, sólo tiene un hit en 16 turnos al bate y que los Diamondbacks sólo han pegado ocho imparables de extra bases en cinco juegos.

Williams tiene que mejorar en esta serie para darle a los Diamondbacks otro bate para proteger a Luis González, que sólo tiene una carrera impulsada en la postemporada. Reggie Sanders y Steve Finley han logrado aumentar su producción, pero Williams sigue siendo el bate que necesitan los Diamondbacks.

La ofensiva de los Bravos tampoco ha dado mucho de que hablar a pesar de anotar 14 carreras en tres juegos. Atlanta se aprovechó de varios errores de los Astros para anotar sus carreras. Y no creo que los Bravos pueden contar de otra serie como la tuvo Paul Bako, quien fue la estrella ofensiva del juego tres.

Chipper Jones disparó un cuadrangular decisivo para los Bravos en el primer partido, pero tampoco puede hacer todo él sólo. Andruw Jones tuvo una buena serie ante los Bravos, pero el caribeño ha sido uno de los jugadores más inconsistentes de la postemporada y no me sorprendaría si se pierde en esta serie.

Como González, Jones necesita ayuda, pero los Bravos no cuentan con las mismas armas ofensivas que los Diamondbacks. Para ganar los Bravos necesitan sacarle el jugo al veterano Julio Franco y contar con el bateo oportuno de Brian Jordan.

Los Diamondbacks tienen una ofensiva más completa que los Bravos al poder sacar a la banca a jugadores como Erubiel Durazo, Dave Delucci y Greg Colbrunn. Uno de estos jugadores va a marcar la diferencia en uno de los partidos y es una arma que no tienen los Bravos a su disposición.

Arizona tiene más que Atlanta en casi todas las categorías, menos la experencia, donde los Bravos le ganan a todos menos a los Yankees de Nueva York. Sin embargo, con el picheo de Schilling y Johnson y el bateo oportuno de la banca, Arizona debe salir ganando.