Un día después de disfrutar el efecto de paz y tranquilidad que produce tener en el montículo al mejor lanzador del béisbol, los Dodgers de Los Angeles enfrentan la incertidumbre de lo inesperado, algo que podría ser rutinario en los primeros meses de la nueva temporada de Grandes Ligas.
El lunes, Kershaw (3 premios Cy Young y efectividad de 2.42 en más de 1,600 innings en su carrera) lanzó siete ceros en el triunfo de Los Angeles 15-0 sobre los Padres de San Diego, la mayor diferencia en una blanqueada de día inaugural en la historia de las ligas mayores. El maravilloso zurdo mejoró su foja de jornadas inaugurales a 4-0, en seis aperturas, para facilitar la celebración de su primer tiunfo al manager debutante Dave Roberts.
Sin embargo, el virus de "Kershawdependencia" que ya sufren los Dodgers desde hace algunos años podría alcanzar la categoría de enfermedad mortal en la primera porción del calendario del 2016, salvo un inesperado gran desempeño de los otros abridores que acompañarán a Kershaw por el momento.
Los Angeles enviará al montículo al veterano zurdo Scott Kazmir y al debutante derecho japonés Kenta Maeda para los últimos dos encuentros de la serie en Petco Park, antes de regresar a casa para tener debutando al novato Ross Stripling en la apertura en casa, el viernes, contra su gran rival los Gigantes de San Francisco. Kershaw debe realizar su segunda presentación el sábado contra los Gigantes.
Alex Wood deberá entrar en la rotación la próxima semana. Nada impresionante para un equipo que comienza el año con la nómina salarial más cara de la industria, $222 millones de dólares, y la presión de no haber ganado un campeonato desde 1988.
A la partida del estelar derecho Zack Greinke, quien firmó con sus rivales divisionales Diamondbacks de Arizona como agente libre, se unieron las lesiones del zurdo coreano Hyun-Jin Ryu y el derecho Brandon McCarthy -- y sus potenciales reemplazos Mike Bolsinger y Brandon Beachy, dejando a los Dodgers una rotación abridora abridora formada por Kershaw y cuatro interrogantes.
Kazmir, quien necesita dos triunfos para llegar a 100 en su carrera, viene de una temporada decente (7-11, 3.10 en 183 entradas) con Oakland y Houston en el 2015. El año anterior tuvo su mejor actuación en siete temporadas, pero evidentemente que está lejos de Greinke, el grandioso #2 de los Dodgers en las pasadas tres campañas.
Greinke (19-3, 1.66 y 225 ponches en 222.2 entradas) se despidió de Chávez Ravine con una de las mejores temporadas que han tenido los Dodgers en su rica historia de pitcheo. Se combinó con Kershaw para una marca de 35-10, efectividad de 1.90, 501 ponches y apenas 82 bases por bolas en 455.1 episodios. ¡Asombroso, maravilloso, excelso!
Maeda, quien debutará en la pelota de Estados Unidos el miércoles, es una incognita en todos los sentidos, comenzando por el contrato que firmó ($25 millones garantizados y un voluminoso paquete de incentivos si se mantiene saludable que elevarían el pacto por encima de los $100 millones) y el hecho de que ya tiene 1,500 innings en el brazo a los 27 años de edad.
Wood, de 25 años, viene de lanzar 180 entradas por primera vez en su carrera y podría estar cerca del estrellato, pero Stripling, quien no ha lanzado por encima de Doble A y se perdió todo el 2014 por una operación del codo, salió de la nada para integrar la rotación con un agradable desempeño primaveral y la angustiosa necesidad que provocaron las lesiones de los mencionados anteriormente.
Está claro que mientras esperan por Ryu, McCarthy y Bolsinger -- que tampoco son la cosa del otro mundo-- los Dodgers sueñan con que al menos Kazmir, Maeda y Wood se comporten a la altura de las circunstancias para que la "Kershawdependencia" no alcance los niveles de virus mortal y de paso sepulte las aspiraciones de competir que tiene Los Angeles.