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El círculo de la vida: Prince Fielder conectó 319 HR, igual que su padre

Los últimos días han sido un recordatorio - no es que quiera ser demasiado serio, pero es la verdad - de nuestra propia y eventual mortalidad.

Prince Fielder hará una conferencia de prensa hoy para anunciar que con toda probabilidad ya haya jugado su último juego en las mayores, ya que tuvo que someterse a una segunda cirugía de cuello en tres años, lo que terminaría su carrera a los 32 años. Estamos hablando del indestructible Prince, el hombre que se perdió alguna vez solamente 13 juegos en ocho temporadas y apenas uno en un periodo de cinco años. ¿Cómo es posible que su carrera ya se haya terminado? Eso no parece correcto.

Fielder terminará su carrera con 319 cuadrangulares, el mismo número que su padre. Cecil Fielder fue otra figura grande, un jugador que se fue a Japón por un año y entonces volvió a los Tigres de Detroit y sorprendentemente conectó 51 jonrones en 1990, convirtiéndose en el primer jugador en 13 años en alcanzar los 50 bambinazos. Prince también tendría su propia temporada de 50 jonrones y además también jugó con los Tigres, así que tal vez sea apropiado que padre e hijo hayan terminado sus carreras con el mismo total de cuadrangulares. Eso me hacen pensar en este comercial:

Desafortunadamente, Prince tiene una relación bien distante con su padre, y observar ese comercial provoca una reflexión agridulce.

Tuve la misma mezcla de emociones al observar a los Marineros retirar el No. 24 de Ken Griffey Jr. en el fin de semana. Por supuesto, Griffey también es hijo de un jugador de Grandes Ligas, creciendo en el camerino de la Gran Maquinaria Roja. Su padre y él se hicieron famosos al conectar cuadrangulares consecutivos en un partido de los Marineros en 1990. ¿Acaso ha habido un mejor momento de padre e hijo? ¿Jugar juntos en las mayores y hacer esto? "La verdad es más extraña que la ficción", escribió Mark Twain, "pero eso es porque la ficción está obligada a atenerse a las posibilidades; la verdad no".

La ceremonia del retiro de la camiseta fue una celebración de Griffey, una oportunidad de revivir todas los grandes momentos que le dio a los fanáticos de los Marineros, una oportunidad para los fans de agradecerle y él agradecerle a los fans. Griffey no se fue inicialmente de Seattle en buenos términos, básicamente pidiendo un cambio luego de la temporada 1999. Pero los fanáticos de los Marineros lo perdonaron y olvidaron ese incidente, y luego cuando Griffey volvió a los Marineros para terminar su carrera, fue una oportunidad de reavivar la relación. En ese entonces Griffey era una sombra de lo que fue en la década de los 90, con más libras en su cintura, más lento en el terreno, y sin tanta velocidad en su bate. Pero realmente eso no importaba; fue una oportunidad para nosotros de pretender que eramos jóvenes de nuevo y que podíamos ir atrás en el tiempo.

Mi padre falleció hace dos meses. A él le habría encantado la ceremonia, el ver a Alvin Davis -- Mr. Mariner - volver para la celebración y ver a Jay Buhner y Dan Wilson, ver a Edgar Martínez salir del dugout con su gorra volteada al revés.

A él le habría encantado ver el hit 3,000 de Ichiro. Él pasó muchas horas y años observando malos partidos de béisbol de los Marineros, en momentos en los que las únicas cosas que valían la pena en esos juegos era ver como Ichiro conseguía hits dentro del cuadro y Félix Hernández lanzar cada cinco días. Ichiro dice que quiere jugar hasta los 50 años. Es un buen sueño. Pero cuando conectó ese triple y se quitó su gorra, incluso Ichiro mostró algunos cabellos grises. Incluso el gran Ichiro se está poniendo viejo.

El viernes, Alex Rodriguez quizás participe en el último partido de su carrera. Quizás otro equipo lo contrato -- ¿quién sabe? ¿Realmente han pasado 20 años desde esa temporada 1996, cuando su futuro parecía no tener límites? A mi padre le habría encantado ver el juego final de A-Rod, no por despecho o porque le alegrase que este fuera su final - pienso que estaría más triste que nada, y no porque lo haya despreciado - sino porque él siempre apreció el talento de A-Rod.

Pienso en un ex lanzador de los Marineros llamado Rob Ramsay, quien trabajó en las mayores en 1999 y 2000. Yo no sé si mi padre lo habría recordado o no. Luego de la temporada 2001, una prueba de resonancia magnética reveló que tenía una forma agresiva de cáncer en el cerebro llamada glioblastoma multiforme. Ramsay venció el cáncer e incluso pudo volver a lanzar brevemente en las menores, pero siguió sufriendo convulsiones y tuvo que retirarse. Esta semana falleció a los 42 años luego de sufrir otra convulsión.

Ha sido una semana bien agitada. El béisbol seguirá su marcha sin Prince y sin A-Rod, igual que siguió sin Griffey. El deporte siempre sigue adelante. La vida sigue adelante.