LOS ÁNGELES -- Julio Grondona quería tener a México en la Confederación Sudamericana de Futbol. Consiguió incluso, de manera unánime, los votos de la Conmebol, y consiguió el permiso de FIFA.
“Es un animador de nuestros torneos”, explicaba el entonces presidente de la Asociación de Futbol Argentino, haciendo referencia a la Copa América y a la Copa Libertadores.
“Lo negociamos directamente con Nicolás Leoz (presidente de Conmebol) y con Julio Grondona”, recuerda Alberto de la Torre, entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol y protagonista de estos acercamientos.
La información tenía mucho tiempo en poder de ESPN Digital. Corroborada por diferentes expresidentes de la FMF, de la Primera División, ex directivos de Concacaf, y de diferentes equipos, y pedían el anonimato. Todos los caminos y recomendaciones para corroborar la pista, conducían precisamente al protagonista principal por México, Alberto de la Torre Bouvet.
En verdad querían a México como participante, desde las eliminatorias para el Mundial, hasta mantenernos en Copa América y Copa Libertadores”, asegura el ex presidente del Atlas vía telefónica. “Es cierto todo (lo que te informaron), él convenció a FIFA, y todos en Conmebol querían que jugáramos con ellos".
“Era un paso importante para mejorar el nivel del futbol mexicano”, indica. “Para nosotros ese era el único objetivo”.
De hecho, Alberto de la Torre, destapa un filón que las anteriores fuentes consultadas, no revelaron. “Y no sólo querían a México en Conmebol, sino a todo Norteamérica”, establece. Otras fuentes consultadas desde hace semanas, indican que a Conmebol le movía el aspecto económico más que el futbolístico. El subcampeonato en Colombia 2001 y los elogios que rodeaban al Tri de Ricardo La Volpe, en el ciclo mundialista rumbo a Alemania 2006, convertían a México en un inquilino apetecible.
"Él (Julio Grondona) sentía que era como agrandar su imperio", revela un ex presidente de la Primera División. “Sabían que afiliados a ellos presentaríamos clubes y selecciones muy competitivas, de alto rating entre patrocinadores y televisoras. Era un ganar-ganar para todos".
Alberto de la Torre recuerda que lo consultó "sólo con algunos dueños de equipos, los más fuertes en el futbol mexicano, y casi todos estaban de acuerdo. No te voy a decir quiénes sí, ni quiénes no".
“Los pocos que no estaban de acuerdo, era por su preocupación con la empresa que era dueña de esos clubes, una televisora. Sabían que esos derechos de transmisión serían muy complicados”, indica una de las fuentes consultadas.
“En general entendíamos que las eliminatorias para el Mundial iban a ser muy complicadas, que corríamos riesgo de no clasificar, pero el nivel del futbol mexicano se iba a elevar”, reitera por su parte Alberto de la Torre.
“Varios dueños de equipos entendían los peligros. Podías quedar fuera de un Mundial, pero en la siguiente eliminatoria seríamos mejores. Era necesario tomar riesgos de ese tipo para evolucionar como futbol”, aceptó otro de los entrevistados.
“El poder de Grondona era mucho. Él conseguía lo que quería, y en FIFA le dieron el visto bueno. A pocas cosas le decía Joseph Blatter que no”, coincidieron propietarios de equipos de la Liga MX. Sin embargo, el principal damnificado, saltó a escena. “Concacaf se opuso de inmediato”, recuerda Alberto de la Torre, y no permitió que el futbol mexicano diera ese salto de calidad en su entorno de competencia.
“Recordemos que Concacaf ha tenido y tiene mucho peso dentro de FIFA”, agrega.
La región de Norte, Centroamérica y el Caribe dispone de 41 votos en las asambleas de FIFA de un total de 211 (más que los 193 Estados miembros de la ONU), suficientes para provocar un cisma y un sismo.
Incluso, el presidente de la FMF y del Atlas, dio un nombre, curiosamente el de un mexicano, quien se opuso ferozmente a esta mudanza de confederación.
“Guillermo Cañedo White, recuerda que él quería fortalecerse en Concacaf y ser presidente”, revela De la Torre, respecto al hijo del célebre Guillermo Cañedo de la Bárcena, el autor intelectual de las dos sedes mundialistas que ha tenido México, la de 1970 y 1986, y en su tiempo un personaje de mucho impacto en FIFA.
Así, la contraofensiva de la Concacaf, a través de Jack Warner y Chuck Blazer fue feroz.
“Los alegres compadres –como les llamaban en Concacaf--. entendieron que, sin México, y tal vez sin Estados Unidos, se morirían de hambre, y no iban a permitirlo”, establece otro de los dirigentes del futbol mexicano que pidió el anonimato.
Warner y Blazer entraron en histeria. Había motivos sólidos para ello. Estaba de por medio la supervivencia de la zona y por supuesto sus cabezas.
1.- Si México y Estados Unidos se sumaban a la Conmebol, esta confederación recibiría dos boletos para la Copa del Mundo, los cuales serían retirados a Concacaf.
2.- El principal animador de los torneos de Concacaf ha sido el futbol mexicano, a nivel de clubes y selecciones. Es su principal ubre financiera.
3.- Los contratos de Concacaf con televisoras y patrocinadores tienen una carátula y un anzuelo: México.
4.- Y hasta un detalle menor. La Concacaf tendría que haber mudado sus entonces lujosísimas oficinas en Nueva York a Centroamérica o al Caribe. Hoy, el organismo despacha desde Miami. Warner y Blazer advirtieron a Blatter, sin mucha diplomacia, que la Concacaf perdería tal vez uno o dos, o hasta tres votos en la próxima asamblea, los deEstados Unidos, Canadá y México, pero que aún había 38 votos más en el Caribe y Centro América, que aún podían dejar de respaldarlo.
Conmebol insistió. México hizo su parte. Y no estaban solos. “Incluso gente de Centroamérica estábamos de acuerdo, porque nos quitaban de en medio a Estados Unidos y México, pero exigíamos que sólo cederíamos un boleto de nuestra zona a la Conmebol, pero nos amenazaron, y terminamos oponiéndonos”, reveló al inicio de este sondeo un ex directivo de Concacaf.
Sin embargo, al final, FIFA terminó recomendando, por salud institucional y por “la unidad del futbol”, que no se alterara el orden. México seguiría confinado en la Concacaf.
“Sí, fue lamentable perder esa oportunidad, porque ellos nos invitaron y las ¡negociaciones (con Leoz y Grondona) marchaban muy bien”, recuerda Alberto de la Torre.
A partir de entonces las relaciones entre Concacaf y Conmebol empeoraron, comenzaron restricciones, vetos, hasta que finalmente terminó el futbol mexicano marginado totalmente de sus participaciones en la Copa América, en la que fue dos veces subcampeón (Ecuador 1993 y Colombia 2001), y en la Copa Libertadores, donde consiguió tres veces llegar a la Final (Cruz Azul, Chivas y Tigres).
¿Puede reabrirse esta posibilidad de que México emigre a la Conmebol?
Parece imposible. En Sudamérica no iniciarán las gestiones. Y en la FMF, en este momento, no piensan desafiar a Concacaf.
Además, la respuesta de varios de los diferentes entrevistados es coincidente: “Hay muchos candados”, explican. “En este momento, la Concacaf tiene más poder que nunca. Después del #FIFAGate (2015), todo mundo le tiene más respeto y hasta temor”, consideran otros.